El arte de engañar al karma

No se muy bien cómo hacer esta reseña sin desvelar nada la verdad, me costó escribirla, por que diría mil cosas, pero en este caso creo que es mejor ir a ciegas, ir descubriendo página a página esta maravillosa historia. Creo que es el libro más maduro de Beta, el más sano. Sé que pasará a formar parte de mis favoritos, por que me parece una historia preciosa, donde hay momentos para las risas, pero también para la emoción y esa sensación de tener el corazón en un puño. Reconozco que por momentos lo pasé francamente mal, porque no sabía si me gustaría el final. Me apetecía seguir leyendo y al mismo tiempo detenerme y no acabarlo nunca. No me sobra ni una sola página de las casi 700 que tiene, se me hizo muy corto de leer, pese a lo extenso que es, y reconozco que aunque lo termine con una sonrisa y esa sensación de Beta lo has vuelto a conseguir, me dio penita terminarlo.

De los personajes me quedo con la personalidad de Catalina, tan arrolladora y honesta, y de Mikel, por favor me enamoró completamente. No diré mucho más.

Solo espero que os animéis a leerlo y que os enamore y os guste tanto como a mi. Dadle una oportunidad si no conocéis a la autora porque os encantará.

Catalina huye de su profesión frustrada de actriz y su destino cambia cuando decide ir con su madre a casa de su tía, que falleció, a organizar todo y poner un poco de orden. Allí encuentra unos cuadros pintados por ella y cree que podrá venderlos en el rastro y sacarse algún dinero, pero lo que no sabe es lo que se le vendrá encima!


Decidí leer este libro antes de terminar el año porque le tenía muchas ganas y Elisabet Benavent siempre ha sido una autora que me gusta mucho y disfruto leyéndola. En esta ocasión este libro no ha sido para mí, he tardado practicamente dos mese en leermo pues es bastante extenso y además antes de abandonarlo, quería saber como acababa; pues me suelen gustar los finales que les da a sus libros. 


Sin embargo, el final tampoco me ha terminado de convencer. Se que es una opinión impopular y que hay diversos gustos para todos. Encuentro a los protagonistas inmaduros para la edad que se les presenta, la idea de la historia es buena pero me parece poco creíble como está hilada. 


Creo que hay demasiados altibajos e idas y venidas entre los protagonistas, se que eso da vidilla a libro por la tensión que se genera entre los personajes; pero me ha caído demasiado pesado y denso. Sin transmitirme nada, ni química entre los dos. 


Destaco quizás por sacar algo positivo, la evolución de Catalina hasta el final de la historia, pero el desenlace tampoco terminó de calarme. 


Si disfrute la historia secundaria de la tía de Catalina, como la describe parece una persona entrañable, se le podría haber sacado más provecho. Eche muchó de menos reir y divertime como hago cuando leo sus libros. 


Sin duda casi 700 páginas que se le podrían haber sacado más provecho.

Este libro para nosotras es el claro ejemplo de que cualquier escritor puede tener un "día malo", a nuestro juicio.🤷🏻‍♀️
No hemos sido capaces de terminarlo y al 50%, con más de 300 páginas leídas, hemos decidido abandonar la lectura 😓.
Así que esta reseña la hacemos sin haberlo terminado, quizás no era nuestro momento y en otro tiempo nos apetezca retomarlo....

En lo referente a la pluma no se puede poner ni una pega, en esto @betacoqueta es un 10. 👏👏
Lo que no nos ha conseguido llenar ha sido la historia, quizás por tener demasiada documentación sobre arte, que es un currazo por su parte, pero si no te gusta el tema te puede parecer bastante aburrido, como en nuestro caso. El libro está lleno de información sobre arte y sus diversas manifestaciones y cuesta conectar con los personajes entre tanto "relleno".😞

Recomendamos????
Si eres fiel a @betacoqueta y el arte te apasiona posiblemente te encante, pero si no has leído nada de ella desde luego este NO es el libro que te recomendaríamos para empezar a leerla... Tiene otras novelas románticas muy muy 🔝🔝🔝🔝.

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A ver, a ver... esta autora escribe bien, tiene ritmo y frases sentenciosas, felices, redondas. A ver... A veces no puedo evitar pensar que algunos libros recuerdan a la literatura como Los Pecos cantando a Víctor Manuel: lo rondas, lo bordas, te quedas en las afueras.

Te quedas en la piel: tan cálido cuando va bien y tan superficial; en que quieres y pretendes tantísimo que quedas a medio camino y tan contento; tan feliz y pletórico de los hallazgos que vas burbujeando capítulo tras capítulo (hasta ¡700 páginas! ¡Sí! imagina a una Brontë ebria de fama y reconocimiento en un confinamiento para pergeñar tamaña obra: ¿No puedes y no procede? Yo tampoco.) hasta un epílogo 50 años después que no se lo salta Dumas padre.

Recapitulemos: un personaje vital, valiente y válido como nosotros; una plétora de frases logradisimas que se hincan en tus entretelas; una Farsa sobre el Arte y el Amor que te arranca una sonrisa y te deja con ganas de seguir, pero... Un exceso de vueltas y sobrevueltas feliz de la vida y con un tono sostenido como de una playlist del Spotify orbitando sobre un solo juguete: una Catalina de la que todos son espejos, hasta su objeto de deseo al que, supuestamente, se le conceden algunos capítulos en los que "no hago otra cosa que pensar en tí".

La verdad es que tenia miedo de empezar con esta historia, había visto comentarios muy diversos y a seguidoras de Elisabet algo decepcionadas. A mí me ha gustado bastante, me ha parecido un libro más maduro, original, bien estructurado, aunque con su sello inconfundible, esa forma de redactar que engancha desde la primera pagina y con su sentido del humor, con personajes entrañables y espontáneos, llenos de vida y un mundo interior inmenso.
Esta contado en primera persona por Cata y algunos capítulos por Mikel y desde el presente nos cuentan su día a día, Cata empieza en un casting al que se presenta y Mikel desde su estudio donde hace frente a una falta de inspiración creativa. No empiezan de la mejor manera, tienen momentos divertidos y algo cómicos, son polos opuestos, ella busca enamorarse por primera vez y él no quiere volver a pasar por eso.
La lectura ha sido muy rápida a pesar de sus muchas paginas no se me hizo pesado en ningún momento, solo que en ocasiones se me quitaban las ganas de avanzar, hay un tono pesimista o ciertas coletillas al final de los capítulos que me desanimaban, era como la crónica de una muerte anunciada y la verdad tenia mis dudas en como iba a terminar todo.
Cata me ha encantado, su evolución, como madura, es una chica de 30 años, algo infantil, con muchos pájaros en la cabeza, un torbellino que arrasa por donde pasa y que busca su lugar en el mundo. Mikel me ha parecido que estaba porque tenia que estar, algo hermético, ella es la que lleva la iniciativa principalmente, la valiente, la que no tiene reparos y actúa, aunque se equivoque, ella es el motor de todo.
Los personajes secundarios me han parecido buenísimos todos, entrañables esas amigas y compañeras de piso, esa madre y su apoyo incondicional, ese galerista tan mala persona como es Eloy y el recuerdo de la tía Isa con su legado tan especial.
Al final demuestra todo lo que tiene dentro, en el teatro y lo buena persona que es, sin rencores y con mucho amor.
Un final bonito, aunque algo predecible y precipitado, creo que Mikel tendría que habérselo trabajado más y Cata no ser tan buena, pero ellos son así y se ve durante toda la lectura.
El epilogo en tercera persona me ha parecido genial, explica todo lo que necesitamos aunque nos quedemos con ganas de más.

Catalina acaba de cumplir treinta años y su sueño de ser actriz no acaba de cuajar. Vive en un piso compartido con otras cuatro mujeres, una de ellas la dueña del piso que ejerce de madre no oficial de las cuatro chicas, y trabaja de teleoperadora, algo que no se le da demasiado bien. Revisando las pertenencias de su difunta tía abuela Isa, encuentra en el desván de la casa algo que va a cambiar su vida. 

La autora nos ofrece una novela romántica ambientada en Madrid en la época actual. La narración es en primera persona con la voz de Catalina, aunque también tenemos varios capítulos narrados por Mikel. Ambos relatan su vida con la perspectiva del paso del tiempo, por lo que muchas veces te hacen dudar sobre el final de su historia, y a mí me ponía de los nervios en ocasiones. 

Catalina Beltrán tiene treinta años, pero me ha parecido que aún le falta bastante para madurar. Se mete en un lío tremendo por aparentar lo que no es delante sus compañeras de piso. Por mantener la historia le miente a un desconocido y ahí empieza una bola de nieve que no para de crecer. Esa parte es muy divertida, la vemos enredarse en sus mentiras una y otra vez hasta que, con ayuda, decide tomar el toro por los cuernos y tirar para adelante con mucha desvergüenza y aplomo. 

Además Catalina tiene otro problema, y es que es una incansable buscadora del amor que nunca llega, y no ha conseguido estar enamorada nunca pese a lo mucho que lo desea. Me gusta su evolución, va poco a poco descubriéndose a sí misma, aunque para ello tenga que tropezar una y otra vez. 

Mikel Avendaño es un reconocido y polifacético artista plástico. Tras terminar la carrera lucha por hacerse un nombre en el mundo del arte y ahora, diez años después, disfruta de lo logrado. Aunque no es mucho mayor que Catalina lo he encontrado más maduro que ella, puede ser porque él sí que ha logrado el reconocimiento que buscaba y debe de mantener el puesto. A diferencia de ella, Mikel sí que se ha enamorado, varias veces. Su problema es que nunca dura y ha decidido no enamorarse de nuevo, ya que no le compensa. 

Fundamentales en la obra son los secundarios, son geniales todos, hasta los que me han caído mal. Eloy, el galerista, será  muy importante para el destino de la protagonista y provocará, al principio, divertidos malentendidos. Las compañeras de piso son brutales. Teresa, la casera, ejerce de madre osa de sus inquilinas, con comidas caseras, mimos y consejos. Elena y Laura, las mellizas de distinta madre, contribuirán a alimentar el nido de pájaros que Cata parece tener en la cabeza. Y Claudia, con la que no se lleva bien, demostrará se buena gente. También es muy divertida la madre de Catalina. 

Se nos plantea un romance entre Mikel y Catalina, un artista reconocido y una impulsiva, y algo ingenua, mentirosa compulsiva. Poco a poco vemos cómo se conocen, chocan, se enamoran, se enfadan y lo solucionan, o puede que no. Vemos a una Catalina con la cabeza llena de pájaros que descubre que las cosas no siempre son sencillas, que tiene que luchar por lo que quiere y no tirar la toalla a las primeras de cambio. 

Me gusta mucho la evolución del personaje, y ha sido un placer verla madurar a lo largo de las páginas. La historia de amor es compleja y tendrá sus altibajos, la vida se inmiscuye en la película romántica que ella se monta en su cabeza y en ocasiones me apeteció darle un grito para que despertase de una vez.

Mikel por su parte tiene sus propios problemas. Esa loca mujer aparece en un momento de sequía creadora, y con una fecha de entrega cercana para unas obras que aún no tiene. Además, hace tambalearse su decisión de no volver a enamorarse, él quiere dedicarse a su arte y dejarse de complicaciones. En algunas partes le cogí algo de manía, pero tampoco es el que el muchacho haya fingido ser lo que no es. 

Me pasé la novela temiendo que no hubiera final feliz, ambos eran demasiado diferentes y la narración desde el futuro genera muchas dudas. Yo soy de las que cree que una novela romántica tiene que acabar bien, para sufrir ya está la vida, pero tampoco me gustan los finales felices forzados. No puedes pasarte sufriendo setecientas páginas para que luego todo se arregle mágicamente. Necesito una resolución que sea, al menos, mínimamente creíble y coherente con lo leído.  

Así que tenía miedo con el final de esta obra, del que había escuchado bastantes malas críticas, pero a mí me ha parecido bien la forma en la que la autora resuelve la trama. El epílogo final, en tercera persona, nos cuenta lo que necesitamos saber y casa bien con el perfil de los personajes.

No llevo demasiados libros leídos de Elisabet, pero sí que he notado una evolución respecto a anteriores obras suyas, me ha parecido una novela algo más madura y menos loca, aunque locura hay bastante. A mí me viene bien así aunque, a veces, no nos guste que nuestros escritores favoritos evolucionen, pero también lo hacemos nosotros. 

Me ha gustado mucho el libro y he disfrutado de la lectura, aunque determinadas partes las encontré algo repetitivas. También influye que este mes iba agobiada con las lecturas, es lo que tiene apuntarte a conjuntas de series, que luego hay que leer las entregas siguientes en meses posteriores. Pero sí que he disfrutado mucho y tengo intención de leer más libros suyos, tanto futuras publicaciones como los anteriores que esperan su turno en la estantería. 

Hace algunos cuantos años atrás, no hay nada que me pusiera más contenta que Elísabet Benavent publicara un libro nuevo. Aunque muchos no lo sepan, fui una lectora empedernida de literatura romántica, pero… creo que mi tiempo ya pasó.
Considero que así como la vida se compone de etapas, nuestra inquietud lectora también y después de leer este libro, confirmo que mi interés por leer este género ha caducado.

El libro en sí no me ha disgustado, pero que me haya pegado mes y pico con él en mi mesilla es un signo inequívoco de que algo no iba bien.
Creo que aún siendo uno de las historias más maduras de la autora, me he quedado a medio gas. Con seiscientas y pico páginas he sentido que ha metido mucha paja en forma de reflexiones de la vida y el amor, que a mi me han sobrado bastante.
No me he identificado para nada con Catalina, la protagonista, una treintañera que aspira a ser actriz, que vive con cuatro chicas más en un piso compartido y que nunca se ha enamorado. Sin embargo sí que he conectado con Mikel, un artista solitario que ya está un poco de vuelta de todo y es muy suyo, llegando a rozar el borderío en muchos de sus diálogos. Estos dos se encuentran cuando a Cata no se le ocurre otra cosa que vender unos cuadros de su tía abuela en el rastro y por un golpe de suerte, la descubre Eloy, un marchante de arte. Es ahí cuando ella se sumerge en el papel de su vida “intentando” meterse en la piel de una pintora emergente, que no tiene ni idea de lienzos y pinturas.

Toda esta trama da paso a tiras y aflojas por parte de los dos que se termina convirtiendo en algo más, o sea, lo típico de todas las historias de amor.
Me da mucha pena no haber conectado tanto como lo hacia antes, así que creo que por este año ya leeré nada parecido. Y ya veremos si el año que viene, vuelvo a la carga.

Cata tiene 30 años y está un poco perdida. A raiz de una mentira, conocerá a Mikel. Poco a poco el amor irá ganando a la amistad y hasta aquí puedo contar porque no quiero hacer nada de spoilers hahahah.
El libro tiene momentos muy divertidos, que han hecho que me descojone viva, y unos diálogos super originales.
Los protagonistas...bueno, tengo que reconocer que Cata al principio me caía un poco mal, pero luego le he ido cogiendo mucho cariño hasta adorarla. En cierta manera, me recordaba un poco a mi. Creo que eso es lo bonito de un personaje, que se muestre real, con sus cosas buenas y sus cosas malas.
Con Mikel me ha pasado justo lo contrario. al principio lo amé, mucho. al final también lo amé; pero en algun momento le hubiera dado un tortazo bien dado 😂. Adoro el tira y afloja que tienen estos dos.
El libro está lleno de ironías, que hacen que la lectura sea amena y divertida, aunque tengo que reconocer que en algunos momentos se me hizo un poquitín pesado, solo para luego volver a gustarme con más fuerza. Me encanta el valor que se le da a la amistad, a la sororidad, sobretodo al final, porque “nosotras, cuando nos entendemos, somos casa para las demás”.
El final me ha resultado raro. Aún no sé si me ha encantado o si me ha decepcionado.
En definitiva, me ha gustado muchísimo, y lo recomiendo, aunque no es mi favorito de la autora ❤️

Es la cuarta novela que leo de la autora y me fascina su pluma.

Es una novela de un viaje hacia uno mismo, a saber escogerse y lanzarse. Este libro me ha hecho llorar como nunca pero también reír a carcajadas.

Me lo leí enseguida a pesar de ser largo, me atrapó entre sus páginas y no pude parar hasta terminarlo.

Catalina es una protagonista fuerte y cabal, con ese punto de locura que me encanta ver en las protagonistas.

Es adictiva, si estás pensando en leerlo.... ¡HAZLO!

Cata, una aspirante a actriz que ahora mismo no está pasando por su mejor momento profesional. Mikel, un artista consagrado que busca la inspiración que ha perdido. Dos almas, que a mí parecer, están destinadas a encontrarse para sacar lo mejor la una de la otra.

El arte de engañar al karma ha sido mi primer libro de Elisabet, y puedo afirmar con claridad, de que no será el último. Me gusta como escribe, esa frescura y esa naturalidad, que en muchas ocasiones me ha hecho reír e incluso sentirme identificada.

Que el libro tenga más de 600 páginas no me ha supuesto ningún esfuerzo, en cada capítulo buscaba incansable otra anécdota entre estos dos personajes. En cuanto a los secundarios, me ha encantado el misterio en torno a la tía Isa, sus cuadros, su cultura y su amor imposible. La madre de Cata , tan comprensible con su hija, sin juzgarla y apoyándole en todo momento. Eloy y su secretaria, no he podido con ellos, pero supongo que eso es lo que tiene ser los "malos de la película". Por último, hablar de Teresa y las compis de piso, una maravilla, incluso Claudia, la cual nos sorprende al final de una manera fantástica.