Creo que Ray Bradbury es uno de esos autores que, si bien no se ha leído, todos reconocen como el cronista de Marte. Su obra, compuesta principalmente por cuentos es tan prolífica que aborda muchos de los temas y estilos que predominan dentro de la ciencia ficción. Sin duda, si se menciona su nombre, el primer título que viene a la cabeza es Crónicas marcianas, una crónica en microfilminas de la conquista de Marte y el destino de los humanos. Un libro que siempre me ha volado la cabeza.
Hace un par de años, en el club de lectura La nave del olvido tuvimos el placer de leer sus Crónicas marcianas. Buscando información que ayudara a amenizar las sesiones de lectura me encontré con este título: Otras crónicas marcianas que para mí era novedoso y no tenía referenciado. Así que me di a la tarea de conseguirlo y leerlo a la menor brevedad, porque sin duda quería volver al Marte imaginado por este tipo tan genial que encontró en la escritura la forma de vivir para siempre.
En Otras crónicas marcianas Marcial Souto, junta algunos de los cuentos con esta temática que quedaron por fuera del libro “original” y que Bradbury siguió abordando a lo largo de su vida. Hay algunos que hasta ahora son inéditos en español y otros que se pueden encontrar en otros libros del autor.
Y como su título lo antecede, los cuentos reunidos en el libro están ambientados en Marte y la conquista del planeta mientras la Tierra vive una tensa y constante amenaza de una guerra nuclear. Mirando el planeta a lo lejos, nos encontramos con sentimientos como la nostalgia, la soledad, el olvido, la muerte, la aventura, el amor, la esperanza e incluso la venganza. Hay cuentos que llevan al desespero, otros a la nostalgia, e incluso algunos que dejan ese aliento de terror, un género que Bradbury nunca abandonó en su totalidad
Me resultó bastante curioso que en “Los solitarios” y “La aventura” aparezca el tema de la muerte, pero que en ambos vaya en sentido contrario. En “Los solitarios”, la muerte se presenta constantemente, casi que como destino del deseo de los protagonistas. Por el contrario, en “La aventura”, la muerte aparece como la opción del protagonista, casi que como un premio por sus ganas de saber. Sin duda, esto me resulta muy curioso.
Sin duda, Bradbury es uno de esos autores que cualquiera que quiera aprender a escribir cuentos debería de leer frecuentemente. Su prosa es muy bella, sabe transmitir emociones y resolver sus tramas de forma impecable. Obvio no todos sus cuentos son perfectos, pero sí es una muestra bastante significativa de lo que significa ser un gran cuentista. Esto me lleva a mencionar el hecho de que en Otras crónicas marcianas no todos los relatos están al mismo nivel y que entiendo el motivo por el cual Bradbury los haya querido descartar de su obra. Hay algunos en los que el tema de Marte es bastante tangencial y bien podría ser un cuento ambientado en la Tierra o cualquier otro planeta. En otros, la contundencia de los sentimientos deja claro ante quien nos encontramos: Ante el amo y señor de Marte.
Esta edición viene acompañada de unas ilustraciones increíbles hechas por David de las Heras que ha sabido captar muy bien la esencia de cada uno de los cuentos y que son una auténtica obra de arte para mirar con todo el detalle del mundo.
Una última cosa. Si bien, como ya lo dije, Bradbury es un excelente narrador, no creo que Otras crónicas marcianas sea el mejor libro para comenzar con él. Este es un libro que siento que está más llamado a saciar el deseo de descubrir más cosas sobre Marte, que a presentar a Bradbury en todo su esplendor. Eso, sin duda, no le quita lo genial que ha sido volver a deleitarse con este tipo que entendió pronto que escribir era la forma que había de vivir para siempre.
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