Nada es verdad de Veronica Raimo
Toda experiencia necesita para mí de una explicación lingüística o empírica precisa, un folleto ilustrado con numerosos ejemplos, de lo contrario se me escapa el hecho de estarlo viviendo.
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Nada es verdad de Veronica Raimo
Toda experiencia necesita para mí de una explicación lingüística o empírica precisa, un folleto ilustrado con numerosos ejemplos, de lo contrario se me escapa el hecho de estarlo viviendo.
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Nada es verdad de Veronica Raimo
Soy la única mujer de mi familia -tanto materna como paterna- que no tiene pechos. A pesar de ello, o quizá precisamente por ello, según ese sólido principio de novatada doméstica que mantiene gloriosamente vivas las jerarquías familiares, recibía puntualmente por mi cumpleaños un sujetador como regalo.
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Nada es verdad de Veronica Raimo
Mi hermano muere muchas veces al mes. Es mi madre quien me llama para avisarme de su fallecimiento.
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Nada es verdad de Veronica Raimo
“Al cumplir diecisiete años le dije que quería ir al ginecólogo y se lo tomó como una provocación. Por la tarde llamó a todas sus amigas para hacerles saber hasta qué extremos había llegado mi turbia inquietud adolescente. (…) Esa noche mi padre también fue informado del escándalo. - Tu hija quiere ir al ginecólogo. “ |
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Nada es verdad de Veronica Raimo
Cultivar un sueño, a la larga, es tan tedioso como cultivar un huerto. De hecho incluso la idea de ser campesina era una especie de estafa, porque lo único que me interesaba era contemplar mis campos con un sombrero en la cabeza, los manzanos y cerezos en flor y una granja siempre llena de cachorros, animales bonsái incapaces de convertirse en adultos.
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Nada es verdad de Veronica Raimo
- ¿Has probado alguna vez la acupuntura? Sea cual sea la gilipollez que se me ocurra inventarme en la vida, siempre hay gente que me hace esta pregunta. En cualquier caso, no, nunca he probado la acupuntura, pero agradezco el consejo y me apunto el nombre y teléfono de la doctora china que hace milagros. |
Nada es verdad de Veronica Raimo
- Me había jurado a mí misma que saltaría por la ventana. - Qué ideas más bonitas, mamá. Así yo me habría pasado el Lunes de Pascua con un hermano hecho trizas y una madre despanzurrada contra el suelo.-Luego me asalta una duda-: Una cosa, si me hubieran matado a mí, ¿habrías saltado también? Silencio. No me mira porque sigue teniendo una mano delante de los ojos. - ¿Me oyes? ¿Habrías saltado? - Vamos, no me hagas preguntas tan tontas |
Nada es verdad de Veronica Raimo
Soy la única mujer de mi familia –tanto materna como paterna– que no tiene pechos. A pesar de ello, o quizá precisamente por ello, según ese sólido principio de novatada doméstica que mantiene gloriosamente vivas las jerarquías familiares, recibía puntualmente por mi cumpleaños un sujetador como regalo.
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Nada es verdad de Veronica Raimo
No recuerdo en qué momento dejé de pensar en mi padre todos los días después de su muerte. En algún momento ocurrió, como sucede en las historias de amor. No te parece posible, pero lo es. Ese momento acaba llegando.
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¿En qué año se publicó?