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Críticas sobre La Señora Dalloway (52)
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tasentrelibros
 21 November 2022
Llevo tiempo posponiendo esta opinión porque realmente no sé muy bien que decir. Siempre he visto esta novela reseñada como una maravilla y para mi ha sido una lectura complicada que me ha dejado muy indiferente. al terminar de leerlo me quedó esa sensación de no saber qué es lo que había leído. Para mi ha sido como leer una sucesión caótica de pensamientos sin un hilo conductor real.

Al empezar a leer esta novela me di cuenta de que soltar el libro para mi era saber que al volver a él iba a encontrarme totalmente perdida entre sus palabras, sin saber de donde venía ni hacía donde iba, retomarlo ha sido difícil sin sentirte desorientada, es una lectura para leer de seguido si os es posible para no perder el hilo.

La narración de la novela es demasiado continua, va enlazando los pensamientos de los diferentes personajes con las descripciones de lo que ven y sienten, saltando del presente al pasado, sin una estructura diferencia que ha hecho que la lectura me sea algo difícil. La novela consiste en esto, pensamientos, un monologo interior de los diferentes personajes. Aquí lo que importa es lo que se piensa/siente y no lo que pasa, pero a mi este tipo de libros en los que no pasa realmente gran cosa, aunque se tocan muchos temas a nivel interno, no son para mi.

Lo bueno de la novela para mi, a parte de la prosa de Virginia, es lo temas que toca en estos monólogos, temas muy interesantes como el estrés postraumático, suicidio (esta es la parte que más me ha gustado de la novela), sexualidad, feminismo, política... temas controvertidos para la época.

Otro punto que me ha gustado es que toda la narración, la sucesión de pensamientos y emociones, transcurren en un solo día de la vida de la señora Dalloway.

Pero en definitiva no puedo decir que me haya gustado, no ha sido para mi, no es mi tipo de lectura pero entiendo que a mucha gente le maraville.
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CRUZROMON
 17 November 2022
La fiesta de la señora Dalloway de Virginia Woolf
¿Cómo llegué a este libro? Literalmente, me topé con él. La edición es una preciosidad, ilustrado por Yelena Bryksenkova, con prólogo de Bimba Bosé.

Me extrañó la elección de Bimba para el prólogo, pero por otra parte me hizo ilusión reencontrarme con ella, una de tantas mujeres luchadoras que perdió la batalla contra el cáncer.

reseña completa en mi blog:
Enlace: https://www.cruzromon.com/la..
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cobooks
 15 September 2022
Escribir sobre lo cotidiano puede parecer sencillo, pero hacer una historia en torno a ello solo está al alcance de muy pocos, y Virginia Woolf lo consigue en La señora Dalloway. Esta novela fue escrita por la autora británica en 1925. Fue un éxito literario y los críticos pronto comenzaron a elogiar la originalidad de la autora.

La señora Dalloway nos cuenta un día en la vida de Clarissa Dalloway y diferentes personas de su entorno. Nuestra protagonista se prepara para organizar una fiesta dónde muchos de sus viejos conocidos van a hacer acto de presencia. Reencuentros que despertarán los recuerdos más íntimos y especiales de Clarissa.

El estilo de Virginia Woolf es muy especial y aunque reconozco la grandeza de su narración, tengo que admitir que no he acabado de encajar con su estilo de escritura, aunque si es verdad que a medida que avanzas en la novela vas consiguiendo entrar en la historia. Woolf se deja llevar en la escritura y nos va haciendo una radiografía de los pensamientos de cada uno de los personajes que toma el mando de la narración. Es prácticamente como si a cada uno de nosotros nos pusieran una máquina a transcribir todo lo que pensamos. Y normalmente los pensamientos de una persona son bastante caóticos ya que por lo general las personas somos bastante complejas. Esta complejidad aparece perfectamente reflejada en la narración de Virginia y, por tanto, la lectura de la señora Dalloway no es nada fácil.

La complejidad de la que hablo se refleja en un plantel de personajes de lo más variado, con multitud de personalidades y diferentes preocupaciones que alteran su pensamiento. La extrema sensibilidad de Virginia Woolf se perfila en cada uno de ellos y creo que representan una parte de ella, sus miedos y sus preocupaciones.

La señora Dalloway es una novela que recomiendo a toda persona que disfrute de novelas intimistas, a todos aquellos que disfruten de una novela dónde aparentemente no pasa nada, pero que realmente pasa de todo.
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efimerabonhomia
 08 September 2022
La señora Dalloway
(Reino Unido) Virginia Woolf
Alianza editorial

La señora Dalloway transcurre en un día lleno de intensidad donde nos adentramos en los sentimientos más profundos de los personajes y nos posamos sobre sus problemas principalmente mentales. A partir del tiempo y de la experiencia personal, la novela entrelaza historias cortas que van llenando las páginas como una narración continua de pensamientos propios.

Clarissa Dalloway es una mujer que aparentemente puede poseerlo todo pero que a través de la narración en tercera persona que se va cambiando para dar voz al personaje, nos damos cuenta que posee síntomas de una de esas enfermedades mentales que tanto nos acechan en la actualidad. Su centro de atención está en la fiesta que quiere dar pero una noticia relacionada con Septimus, el personaje que podemos considerar el antagonista y a veces protagonista, interfiere en sus planes. Todos sus sentimientos desfloran y aunque parece fría y calculadora, se puede percibir como una negación de lo acontecido en la manera que tiene de asimilar la situación. Para no desbordarse, Clarissa se centra en lo superficial de su vida social y no en la sociedad en la que le ha tocado vivir. Es así como percibimos que intenta huir.

No puedo decir que este libro haya sido sencillo de leer pese a sus pocas páginas. Virginia tiene una prosa densa y detallada que muchas veces hace que abandone la historia. Su ficción siempre consigue sacarme de la historia para volver a introducirme, no me pasa lo mismo con su ensayo. Mentiría si dijera que este libro de alguna manera me ha cambiado, creo que tiene mucho para leer entre líneas e interpretar, esa continuidad de la historia sin pausas. Ese día intenso que muestra más de lo que a primera vista nos podemos imaginar, muchas veces se me hizo tedioso. El mensaje interno de la obra es vanguardista para estar publicado en 1925 pero para mí no deja de ser un elongamiento quizás no inequívoco de una enfermedad mental que se podría expresar de forma más clara. Todo lo estoy valorando desde mi perspectiva actual porque es en el mundo en el que habito, si nos ponemos a pensar en la fecha de su publicación, sin duda, Virginia fue muy valiente.
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kats
 22 July 2022
Un día en la vida de Clarissa Dalloway, una mujer de sociedad inglesa, casada y con una hija. "Con una vida feliz y equilibrada", esta planeando realizar una fiesta para el recuentro de antiguos amigos. Un día lleno de recuerdos y emociones.

Es un texto un poco complicado de leer, va cambiando de narrador, de personaje en personaje, por lo cual se debe leer con calma para no perder el hilo de la historia.
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Nuryta
 21 July 2022
Una novela diferente, hay momentos en los que es difícil llevarle el ritmo y reconocer en la mente de cuál personaje te encuentras, pero luego se le va tomando el gusto y se empieza a especular sobre la trama.

Refleja los sentimientos propios de cada uno de los actores, cómo se sienten en relación a su contexto y relación con los demás. La mayoría de ellos piensan como si fueran el centro del mundo, al menos esa es la percepción que me dejan. Además, se identifica los pensamientos alrededor del saberse presa del paso del tiempo, de lo que pudo ser y no fue, de lo que se ha logrado y aún se añora o se espera.

Una interesante forma de narrar y llevarnos por la ciudad, mirando desde dentro de las personas lo que sucede alrededor, sintiendo el amor, el miedo, la vergüenza, la culpa, y tantos otros que les lleva a tomar decisiones difíciles que les afectan directamente a sí mismos y a los demás.

Un libro que no debes dejar de leer.
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Literannia
 22 June 2022
Llegué a La señora Dalloway más por la curiosidad que me despertaba la autora que por el libro en si. Había escuchado de todo y lo cogí con prudencia, rozando el miedo.
Solo empezar tuve que releer un mismo párrafo varias veces porqué no sabía de quien se estaba hablando y me asusté porqué no llevaba ni tres páginas y todavía quedaba mucho. Pero se me pasó el susto rápido, superado ese momento de confusión lo demás mejoró.
El libro empieza con Clarisa Dalloway yendo a por flores para su fiesta, y enseguida estuve dentro, literalmente, porqué Virginia Woolf escogió el flujo de conciencia para su novela (gracias lauralovebook por el término) lo que significa que leemos los pensamientos de los personajes. Me enganché, me gustó mucho, me pareció original y una manera más sincera de conocer la historia y fui avanzando tranquila. No siempre fue así, con los otros personajes no me pasó lo mismo, aunque la sensación envolvente se mantuvo bastante intacta. Tampoco fue el mismo, el interés que me despertaron todos los protagonistas, de hecho había trozos que se me hicieron pesados, y me costaba seguir, aún así quería saber más, intrigada.
Virginia Woolf nos lleva de paseo por Londres primero, entre salones después. Cambia de localización y de trama con fluidez, conectando todas las historias y con un simbolismo precioso que interpreté según sentía. Y, es que es un libro bello, visual, con el Big Ben muy presente y que siempre relacionaré con las flores.
Con La señora Dalloway consiguió belleza pero, también, la oportunidad de explorar la salud mental y cómo se trataba, la bisexualidad e, incluso, la política, escribiendo una obra con tintes autobiográficos repartidos en diferentes personajes.
Lo terminé feliz de haberlo leído pero también convencida de que no quiero leer nada más de Virginia Woolf, al menos por ahora. La sensación que me queda es tan buena, que quiero disfrutarla un poco más.



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Celia_0504
 10 June 2022
#RetoEdwardianspirit de la cuenta @victorianspiritsblog, premisa "Un Libro de Vanguardia".

Esta novela era uno de los mayores retos que (valga la redundancia) quería superar a la hora de realizar el reto eduardiano. “La Señora Dalloway” es uno de esos libros que lleva años y años en mi estantería de lecturas pendientes y que me daba mucho miedo de empezar, por que estaba convencida de que con ella iba a sentirme perdida y que no iba a entenderla . de hecho, en general toda la obra de Virginia Woolf siempre me ha dado mucho respeto, de ahí que lo único que haya leído de esta autora hasta ahora había sido el estupendo ensayo “Una Habitación Propia”. Estaba convencida de que la lectura de la obra de la Woolf iba a resultar un varapalo enorme para mi ego lector, porque me temía que no iba a lograr entender nada o disfrutar de unas lecturas que en general suelen ser tan apreciadas y admiradas por muchos lectores (traumas que tengo de que soy una autentica cateta intelectual desde que no entendí, y encima me aburrió soberanamente, cierta lectura sobre cierto capitán obsesionado con cierta ballena blanca, y que mucha gente define como una maravilla de la historia de la literatura).

Pero centrándonos en lo que de verdad importa… mis miedos no se han cumplido para nada. Esta novela ha sido un auténtico y absoluto descubrimiento para mí. La prueba palpable de que la literatura aún puede sorprender y emocionar al lector cuando este menos se lo espera. O por lo menos a mi. Ya os digo desde aquí que es de los poquísimos libros que leído en mi vida al que le puedo dar, sin ningún tipo de duda, más de cinco estrellas en la puntuación.

Siguiendo el modelo iniciado por el “Ulisses” de James Joyce (si leer el libro que nos ocupa me daba miedo, no podéis ni imaginar lo que me da enfrentarme a esta lectura. Quiero hacerlo, pero en un momento de mi vida en que tenga tiempo y claridad mental para osar enfrentarme a este coloso literario) en “La Señora Dalloway” nos adentramos en el Londres de un día cualquiera de junio (sin planearlo he leído el libro en el mejor mes posible) del año 1922. La mujer que da nombre al libro, Clarissa Dalloway, va a dar esa noche una fiesta en su casa y empieza a recorrer la ciudad para preparar dicho evento. En su paseo en pos de los preparativos se mezclarán con un discurso interno en el que la protagonista saltará de su pasado hasta su presente, y que nos permitirá desmenuzar los claroscuros de la psique y existencia de una mujer que ha dejado atrás la primavera de su vida y que es un cliché andante de una sociedad burguesa anquilosada y en plena descomposición tras la Primera Guerra Mundial. Su discurso estará acompañado del de otros, pertenecientes a personas que ella conoce o que son auténticos extraños para ella, pero con los coincidirá a lo largo de su paseo y en que también tienen sus propias historias y sentimientos que contar. En medio del tumulto de voces del Londres pos bélico destacará la de Septimus Smith, un ex combatiente que ha quedado psicológicamente dañado por el conflicto, y cuya existencia será la otra cara de la de Clarissa, pese a que no lleguen a verse las caras nunca.

No ha sido una lectura fácil, para que mentir. Muchas veces ha sido, incluso, poco agradable y muy desafiante. Es un libro al que hay que dedicarle tiempo y ponerle ganas. Creo que en esto tiene mucho que ver su estructura, ya que no hay capítulos ni separaciones dentro de la narración, que es toda seguida. de una manera abrupta se pasa a un personaje a otro, sin que medie preparación de ningún tipo para esto. Yo me he pasado la mitad de la lectura teniendo que releer fragmentos enteros de lo que había leído anteriormente para poder ubicarme. de ahí que sea un libro que no creo que pueda leerse de otra forma que no sea de una sentada, es decir, empezarlo y dejar pasar algún tiempo para continuarlo me parece mortal para esta lectura. Esto se debe a su formar de narrar, que solo se puede describir como danzarina o juguetona. de una forma original y asombrosamente directa, el narrador omnisciente va colándose a ritmo vertiginoso en las almas de cada uno de los personajes, de una forma que podría describirse como caótica. Como un pajarillo, va dándole pequeños mordiscos a los monólogos interiores de los personajes, enrevesados y dispersos, que pasan de los flashbacks al momento presente con gran presteza y ligereza.

Durante toda la lectura no he podido dejar de pensar en algo de lo que se hablaba en el ensayo “Una Habitación Propia” .Ahí la autora hablaba de que su discurso narrativo era como un río del en el cual metía una caña de pescar de la que sacaba las ideas que luego iba a exponer en su escrito (si mal no recuerdo). Pues esa misma sensación he tenido leyendo “La Señora Dalloway”. Todo parece un batiburrillo sin sentido, pero Virginia Wolf controla perfectamente cada uno de los resortes de su obra, lo controla todo y lo conoce a la perfección. Nada se queda a lazar, cada elemento, cada palabra, cada personaje, cada figura literaria, todo tiene su porque y su sentido. Y el resultado es un tapiz vibrante y caótico lleno de elementos coloridos, en los que cada uno parece que se mueve a su propio compas, pero nada más lejos de la realidad. Una realidad que la autora presenta con todos sus claroscuros y todas sus capas. de lo más profundamente individual, Woolf crea un todo de una serie de individualidades, en medio del caos hay orden y precisión. Y todo con una ambientación llena de fuerza y complejidad que arrastra totalmente al lector, zambulléndole en una perfecta crónica en la que se esboza la estructura y mentalidad de la sociedad inglesa de los años 20 del siglo pasado, y de un Londres que intenta superar, en todos los sentidos, las cicatrices que le ha dejado la Primera Guerra Mundial.

El estilo narrativo de la Woolf es simplemente sublime. Es delicado, sutil, punzante, cristalino, elegante, irónico y enrevesado, todo en uno. Sus metáforas son unas protagonistas más de la historia. Crea una historia de lo más personal que conecta con el lector en planos que ni me imaginaba que fueran posible, además de conquistarle. Porque está claro que “La Señora Dalloway” bebe y nace de las obsesiones, miedos y preocupaciones de una escritora que tuvo una existencia plagada de demonios internos, demasiado compleja para profundizar en ella debidamente en unas pocas lineas en una reseña. Es una obra profundamente personal, que sin embargo trata temas universales y que conectan perfectamente con el lector, como la lucha de sexos, el papel de la mujer, el lesbianismo, el paso del tiempo, la sexualidad, los traumas producidos por la guerra, la amistad, el amor, la vida después de la primera guerra mundial, y la política y sociedad del momento. Pero, sobre todo, es una ácida crítica hacia las clases altas del periodo de entreguerras. Todo el libro es una carcajada cruel y amarga hacia su cerramiento en unas convecciones y principios que ya son, visiblemente, añejos. La critica acida de Woolf pone el foco en su ceguera endémica, que se niega a ver que la guerra, esa guerra que todo lo ha trastocado y a la cual (como el resto de la sociedad) trata de sobreponerse, ha dejado al descubierto su ineficacia y que su fecha de caducidad está ya pasada. de la misma forma en que Clarissa Dalloway es mental y fisicamente estéril (una esterilidad que a la Woolf se la impuso fisicamente, y que ella siempre considero que era la nota predominante de su obra) esta sociedad tampoco da más de si.

Con su visión de que una persona debe controlarse en todo momento y mantener el orden y la compostura para así, no solo salvaguardar su dignidad, sino también la del resto de la sociedad y ayudar a que esta funcionase bien; el mundo de la alta burguesía, la nobleza y la política se demuestra, junto al descalabro de la guerra, como el kid de la cuestión de este libro. Por la forma como su autora lo presenta como la representación de un mundo que está compuesto por personas que viven, respiran, van a fiestas, se casan, se enamoran, envejecen y, en definitiva, cumplen los roles que se esperan de ellas. Pero es solo una vitalidad estética y aparente, y por lo tanto falsa. Por dentro es una sociedad compuesta por cadáveres andantes, que sigue en el mismo curso previsible que se espera de ellos y que en realidad está muerta por dentro, devastada por los traumas de la guerra y por sus propios problemas internos y externos, que apenas son capaces de verbalizar como no sea de puertas para dentro. Y cuando hablo de puertas, me refiero a las suyas propias, las interiores. La novela se centra en eso, en los secretos, deseos y pensamientos inconfesables, que no pueden decírselo pero que tienen vida propia. Y en los “y si” que implican pensar que hubiera pasado si se hubiera optado por una decisión diferente a la que realmente se tomo. Lo que hubiera implicado lanzarse hacia la aventura por encima de lo esperable o convencionalmente aceptable.

Todo eso son los últimos y únicos coletazos de vida de gente como Clarissa (que solo parece sentirse viva recordando su juventud y en su reciproco odio hacia la señorita Kilman, la tutora de orígenes alemanes enamorada de su hija Elizabeth), Peter Washl, Ricahrd Dalloway, Lady Bruton o lord Bradshaw, entre otros. Y el único que, en su locura, tiene el valor de gritar contra esa podredumbre y sinsentido moral y social es el superviviente y loco Septimus Smith, quien pagara caro esa osadía (¿ o quizás ese valor? La linea que separa ambas perspectivas con la locura es tan tenue…). Como se ha dicho antes, es la otra cara de la moneda que es Clarissa Dalloway, los dos son un díptico, el de la muerte que sobrevuela cual cuervo la vida. Esto se ejemplifica en el tono fúnebre que impregna la famosa fiesta en casa de los Dalloway. Pero eso es algo que no se plasma a las claras. Pues,“La Señora Dalloway” es un libro en el que lo que no se dice tiene peso, produce ecos que resuenan a lo largo y ancho de lo que es su historia, y son elemento discordante en ese día de estío, uno de tantos donde se deja constancia del vacío vital de esas vidas, y por ende, de una sociedad ya en plena desestructuración, aunque no sepan o quieran verlo.

Y como no, mención especial al tomo con el que he tenido la suerte de introducirme en esta historia, el del sello Cátedra. Una vez más solo puedo recomendar leer las publicaciones que esta editorial saque, merece mucho la pena por sus prólogos. En esta ocasión, quizás me ha parecido, a veces, demasiado marido y un tanto repetitivo (casi he tardado más en leerlo que la obra propiamente dicha) y echo en falta que se ahonde en la totalidad de la biografía de la Woolf, pues solo se trata hasta el momento en que escribió la presente novela. Una pena, porque el aspecto bibliográfico me gustó especialmente, y también es una de las partes que más me gustan de los prólogos de Cátedra. de todas maneras, cuando se trata en profundidad lo que es la “La Señora Dalloway” me ha parecido muy esclarecedor y me ha ayudado a entender muchas cosas de ella. Pero aún así, lo que siempre digo: leer a Cátedra es un acierto, por la cantidad de datos, informaciones y curiosidades sobre la obra, el contexto histórico y los autores que contienen sus volúmenes.

Esta lectura, en definitiva, ha sido, lo que esperaba que fuera. Un reto. Un reto que ha sido más que disfrutable y que me ha puesto las pilas totalmente. La frase que se dice al principio “¡Que Deleite! ¡Que zambullida!”, define muy bien lo que ha sido esta experiencia para mi. de sus propios traumas y experiencias, Virginia Woolf crea una historia en la cual todo es lo que parece, pero esconde mucho más, es la epopeya de la sociedad en la que a ella le tocó vivir y de crepúsculo de un mundo entre dos guerras que intenta adaptarse a los nuevos tiempos. Puedo entender que haya gente a quien esta historia le parezca un tanto sinsentido y que no le guste, porque el final te deja con cierto regusto de que el libro puede no haberte aportado nada, de que lo que te has tragado es la crónica de un día en la vida de una ama de casa de mediana edad y familia bien, aburrida y pacata, que aparte de su propio sentir no tiene mucho más que aportar al lector, pues su personaje no evoluciona para nada. Pero al mismo tiempo, es maravilloso como Virginia Woolf puede crear de una historia tan aparentemente aséptica o realista y con unos personajes tan convencionales (porque no son especialmente complejos, pero todos tienen algo que decir) algo tan intenso, profundo y lleno de todo tipo de colorido y matices, demoledoramente universal. Clarissa Dalloway no evolucionara, pero ese día es un paseo por toda su vida, si que hay un viaje emocional. Pese a su brevedad, la novela sorprende por la cantidad de temas que toca y por la hondura con que lo hace.Es un libro de musica y agua, de vida y muerte, de flores y ciudad. Estoy convencida de que algún día volveré a leerlo, y de que será ese tipo de lecturas que cada vez te dicen alguna cosa nueva.

De lo que llevo de año es, sin duda alguna, la lectura que más me ha gustado. Y no tengo ninguna duda de que cuando termine 2022 este libro, si no ocupa el primer puesto, va a ocupar una posición muy alta dentro de mis mejores lecturas del año. Espero también que esto me anime, de una vez por todas, a poder llevar a cabo una de mis grandes asignaturas pendientes dentro de la literatura, adentrarme en profundidad en la obra de Virginia Woolf. Una autora que ya me conquistó en la primera lectura que hice de ella, pero que en esta ocasión ha logrado sorprenderme y conquistarme aún más.
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EmilianoPD
 22 April 2022
Hacía ya muchos, demasiados años que no leía a La Reina de los escritores, La Diosa de la lectura gozosa. En mi primera juventud zampé ávido sus escritos, una y otra vez. Alguien puede decirte que su lectura es devastadora, pero son los mismos que te previenen contra escuchar a Leonard Cohen si estás melancólico: cobardes infundios.

Un día de comienzos de verano en el Londres después de la Gran Guerra. Un blitz futurista de impresiones, de sentimientos, de sensaciones, pasando de uno a otro a ritmo de mesmerizante charlestón, remansándose en los recuerdos, en los deseos, en las preguntas de la vida. Tal vez haya leído yo algo similar después, pero difícil que sea más logrado, y la Woolf, esta Sócrates, esta Jesucrista, es La Pionera.

Son muchos los llamados, y uno (el pobre Septimus) el caído: deseos, vacilaciones, éxtasis y dolor. Un cable eléctrico repelado, tirante al máximo, se suelta y chispea furiosamente ante nosotros: el exceso nos desborda y nos hace zozobrar: un libro para todos y para ninguno.
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Alsondeunlibro
 02 April 2022
Una novela compleja, con la que puede costar conectar en un principio, pero que, una vez entras en la historia, logra atraparte profundamente.

La señora Dalloway” es una obra de Virigina Woolf, publicada en 1925. La historia se centra en el desarrollo de un día en la vida de Mrs. Dalloway, en la Inglaterra posterior a la Primera Guerra Mundial. Sin embargo, a medida que te adentras en la historia, te darás cuenta de que esta protagonista es sólo una de las piezas que utilizará la autora, para componer toda una amalgama de pensamientos y experiencias protagonizadas por otros personajes.

He de reconocer que, en un primer momento, me resultó difícil comprender el relato, e incluso llegué a pensar que estaba a punto de sufrir una pequeña decepción. No obstante, la sensibilidad, el lirismo y las reflexiones que salpican el texto, así como la forma en la que Virginia consigue hacer partícipe al lector de lo que pasa por la mente de los personajes, me atraían enormemente, y me animaron a continuar.

Me alegro mucho de haber continuado tras las primeras sensaciones negativas, ya que, una vez pasadas (en mi caso) las primeras 40-50 páginas, la historia me fue conquistando poco a poco, y leía las páginas completamente absorta, dejándome llevar por la corriente continua de pensamiento de cada uno de los personajes principales. Esta sensación de fluidez está presente en el estilo, que si bien, en ocasiones, puede parecer confuso y complicado debido al uso de frases largas, lo poético del lenguaje representa nuestros propios pensamientos y recuerdos que suelen estar impregnados de poesía, debido a las sensaciones que los acompañan: un sonido, un olor, una emoción...

El Big Ben marcará las horas a lo largo del texto, siendo el principal testigo del mensaje que, a mi parecer, quiere transmitir la autora: el tiempo siempre presente e imperturbable, el tiempo que pasa y juega con el momento actual, poniéndonos a prueba continuamente. Los personajes de esta obra son fruto de este devenir del tiempo que les recuerda el camino que decidieron tomar en la vida, el cual les ha conducido a su situación destino. Una situación con la que no parecen estar satisfechos, pero ¿qué hacer cuando, al mirar hacia el pasado, tenemos la sensación de habernos equivocado? Lo único que nos queda es seguir hacia adelante, afrontar nuestros actos y considerar la vida como un devenir de circunstancias que, en algunos casos, escapan a nuestro control.

Por último, me gustaría destacar la profundidad que alcanza Virigina Woolf tanto en cuanto a los personajes, como en relación a las reflexiones que integra, así como a su acierto a la hora de poner el foco en hechos y vidas cotidianas, con las que podemos sentirnos, en cierto modo, identificados.
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