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A estas alturas puedo decir que Virginia Woolf no falla. Simplemente, se reinventa a sí misma y ofrece nuevos personajes para seguir explorando sus mentes: recuerdos, frustraciones, deseos –cumplidos e inconclusos–, apreciaciones, etc. Los Pargiter son una familia numerosa y de clase media-alta londinense. Mediante una escena doméstica y una tragedia que se cierne sobre la familia, Woolf presenta a los integrantes y las distintas dinámicas que existen entre ellos. La novela nos lleva desde 1880 hasta mediados de los años '30 y veremos cómo este grupo crece y se transforma. Me encanta que el tiempo estructure el libro y que eso sea motivo de pensamientos y de charlas entre los personajes. Eleanor, –la hermana mayor– es una de las que reflexiona sobre esto, más que nada por su situación particular. Tanto ella como su familia –e incluyo también la parte “lejana” de la misma– deben atravesar los cambios personales, políticos, económicos y sociológicos, con el estoicismo típico de los personajes de Woolf. Llama la atención la pasividad –muchas veces disfrazada de silencios, como cuando se habla de Rose, la hermana menor, que sufre un trauma en la infancia– con la que viven ¿No es una aproximación de lo que nos sucede actualmente? Uno de los puntos que más me interesó fue el amplio abanico de personalidades que tienen las mujeres de esta familia. Eleanor es la que cohesiona a varias de ellas y la que sacrifica más por los demás. Kitty es crítica y busca su propio tiempo y espacio. Rose lucha por una causa. Delia es fría y comparte eso con su padre. Todas están atadas por esa educación victoriana que tuvo ecos en los primeros años del siglo XX, pero muestran que son más que lo que la sociedad espera de ellas. En otras reseñas ya he hablado de la escritura de Woolf, así que no tengo nada nuevo que decir: es una maestra de las descripciones y las repeticiones instalan la duda “¿esto es una novela o un poema?”. Ambos géneros se fusionan y se dificulta encontrar un límite entre ellos. Y, siendo honesta, es mejor así. Woolf había intentado escribir “Los años” mucho antes, experimentando la novela-ensayo, pero finalmente quedó en novela. Cambió varias veces el nombre del libro hasta que decidió el definitivo. El proceso de escritura y de corrección de Woolf es digno de atención. Es el libro de Woolf que menos disfruté y me cuesta encontrar las causas. Creo que me hubiera encantado leer el intento de novela-ensayo. Por último, recomiendo “Los años” para leer a la autora si no incursionaron mucho en sus obras, a pesar de que este sea uno de sus últimos libros. Es menos complejo que “La señora Dalloway”, por ejemplo. + Leer más |
Virginia Woolf te espera con su libro “Un cuarto propio”en la Fiesta del Libro para regalártelo y conversar sobre sus pensamientos.
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