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Juan Bravo Castillo (Traductor)
ISBN : 8467048522
456 páginas
Editorial: Austral (04/10/2016)

Calificación promedio : 3.91/5 (sobre 489 calificaciones)
Resumen:
Gustave Flaubert está considerado uno de los grandes escritores del siglo XIX. Perfeccionista y obsesivo, consagraba jornadas enteras de escritura a la búsqueda de la palabra justa. La vida de Flaubert se desarrolló en una época de profundos cambios sociales, y ello se refleja en la más célebre de sus obras, ¨Madame Bovary¨.Objeto de escándalo en su momento, la novela hubo de sortear la censura del régimen de Napoleón III y sentó las bases del realismo literario. Em... >Voir plus
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Críticas, Reseñas y Opiniones (83) Ver más Añadir una crítica
Ros
 04 February 2023
Una obra maestra que sigue teniendo interés en la actualidad ya que tratamos de una mujer inconformista, que se resiste a la monotonía de la rutina diaria y a una forma de vivir impuesta por una sociedad patriarcal, en la que sus ilusiones, sus sueños, no tendrán cabida, se impone la realidad y llega la desilusión.

En realidad, estamos ante una obra que junto a Ana Karenina de Tolstoi y la Regenta de Clarín, contienen el mismo eje principal, que no es otro que el adulterio casi obsesivo, así como la insatisfacción de las protagonistas.
Curiosamente son tres novelas de mujeres escritas por hombres.

Aunque siempre hay que tener en cuenta, que las circunstancias del momento histórico en cada país y de los tres escritores fuesen diferentes. Sin embargo, la intención de todos ellos sí es la misma, la de criticar la sociedad de su tiempo.

Además, también es muy interesante conocer que los tres escritores construyeron su novela basándose en un hecho real y en el caso que nos ocupa, Flaubert parece que se inspiró en la historia de Delphine Delamare, una mujer que fue la segunda esposa de un médico rural de Normandía, conocido por los padres de Flaubert, que acabó suicidándose dejando deudas y a una hija de seis años.

Al menos, esto es lo que en el pueblo de Normandía en el que vivió y murió Delphine Delamare sí están convencidos de que Emma Bovary está absolutamente inspirada en ella.
Aunque además de esta historia se han apuntado otras muchas mujeres reales como posibles Madame Bovary. Hay bastante literatura al respecto.

También hay otro aspecto y este absolutamente reconocido que es la llamada enfermedad o patología psicológica al que da nombre, el llamado bovarismo, que consiste, precisamente, en la insatisfacción producida por la frustración entre el contraste de ilusión y realidad.

Y no es extraño que se desarrollen tan abundantes e importantes temas alrededor del personaje de Emma Bovary, ya que, verdaderamente, es un icono de la historia de la literatura.

Puede que incluso no nos caiga bien la protagonista, a mí me pasó cuando la leí, y cuando la he releído, es que no me caen bien ninguno de los personajes que aparecen en la novela, ni ella, ni su marido, ni los amantes, pero sin embargo, también son imborrables y permanecen.

Y es que Emma Bovary es absolutamente devorada por la pasión aunque como sabemos, nunca se concentra en un solo objeto y su deseo, tan fuertemente irreprimible, es muy destructivo y creo que ni siquiera es verdadero ni auténtico, puesto que es solo el resultado de sus lecturas.

Y así es como también empieza ese odio por su marido, ya que lo supera en ambición y no perdonará en él esa falta de interés por ascender, por ser más.
Charles Bovary se somete siempre a los deseos de Emma y sufre por ello pero no conseguirá acercarse a la alta sociedad ni al mundo imaginario de Emma .

Para ella es una nulidad y esto no deja de advertirlo desde el principio, dice que odia a “los héroes comunes y los temperamentos moderados”

Para él su sueño es la gran tranquilidad en el hogar y para ella, sin embargo, es la evasión hacia el mundo de los lujos, la riqueza y por supuesto, las pasiones.

Así, Emma pasará de un amante a otro y además muy pronto encuentra en ellos, las mismas desilusiones y falta de sueños que en su matrimonio. Su temperamento es insaciable.

¿Y qué decir del comportamiento con su hija? Pues que frecuentemente se olvida de ella, la entrega a manos de una nodriza, ya que , el amor maternal no tiene cabida en su mundo de ensoñaciones, es más bien un obstáculo y así lo vive ya que se interpone en sus correrías amorosas. Madame Bovary es absolutamente egocéntrica.

Y es que en el siglo XIX el adulterio se presenta como un enfrentamiento con el código establecido por la sociedad de su tiempo y una cierta moral llena de hipocresía y ese desafío será el causante de la destrucción de sus protagonistas rebeldes.

No parece la mejor opción soñar la vida y menos aun, presumir de que ese sueño tiene visos de convertirse en realidad a poco que nos empeñemos.

Lo ideal, pues, no parecer ser soñar la vida sino simplemente vivirla, desde luego aportando sueños, a condición de que estos sean razonables, de tamaño humano, sobre todo y especialmente, para las mujeres como Emma Bovary.

Emma, , no aspira únicamente al amor romántico, anhela posición social, reconocimiento, prestigio, mostrarse como un ser exitoso y no solo lo exige para ella sino que pretende hacerlo extensible a su esposo que, por otro lado, no parece mostrarse muy interesado aunque no deje de intentarlo con el fin de complacerla ya que para Emma es una dirección que no hay que torcer.

Esa exigencia, esa premisa, esa urgencia, hace que llegue a sentirse atraída por hombres que parecen poseer importantes fortunas con las que Emma conseguiría realizar todos sus sueños y quizás mucho más.

Estos hombres, estas figuras se irán desvaneciendo hasta llevar a Emma a una situación de todo o nada y finalmente, nada es lo que se impone, habiendo provocado la ruina de su marido y en consecuencia de ella misma.

La dirección hacia el acantilado será inevitable para los Bovary, ya que los sueños son percibidos por Emma como necesidades absolutamente realizables y no como experiencias muy a menudo imposibles de cumplir.

Emma Bovary, una mujer que leía libros, pero no aquellos destinados a ser leídos por los hombres, ella leía para enredarse más y mejor en puntillas, en telas, en corsés, en sombreros, en alhajas, ella, a través de sus lecturas, cada vez se iban haciendo más pequeña mientras que sus sueños eran más abultados y exigentes.

Podemos también comparar a Madame Bovary con el Quijote en el intento por demostrar lo perjudicial de la imaginación romántica así como lo eran las novelas de caballerías para Don Quijote, ya que lo que leían, creían firmemente que podría realizarse.

Madame Bovary, el personaje femenino imbuido por la novela romántica, que se deja arrastrar por el frenético impulso de los sueños.

Madame Bovary es un personaje arquetípico de la literatura y también del cine. Extraordinaria novela y extraordinario personaje.
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Guille63
 18 June 2024
Cada vez estoy más convencido de que la forma, el estilo, es lo que marca la diferencia en un relato, mientras que lo contado no deja de ser una condición necesaria pero insuficiente y pudiera ser que ni siquiera fuera necesaria. Comprendo perfectamente a Flaubert cuando desea…

“Lo que me parece hermoso, lo que quisiera hacer, es un libro sobre nada, un libro sin atadura externa, que se mantuviese por sí mismo por la fuerza interna de su estilo, como la tierra sin ser sostenida se mantiene en el aire, un libro que casi no tuviera tema o al menos en el que el tema fuera casi invisible, si puede ser.”.

Pues bien, ese estilo, esa forma que tanto le costó al autor conseguir en su novela, es lo que no he sabido disfrutar como seguramente debiera. Parafraseando al autor, hay perlas, magníficas, brillantes, pero el collar no acaba de sentarme bien.

Todo lo demás funciona. La trama está perfectamente estructurada, desarrollada y bien contada, a veces espléndidamente bien contada. Los argumentos, interesantes, desde la crítica social (aunque ahora algunos de los personajes nos puedan parecer clichés) hasta ese tema, el principal, tan bien resumido en la frase siguiente:

“Agostando toda dicha a fuerza de quererla demasiado grande.”.

Y Emma, el gran personaje que no puede dejar indiferente a nadie, lleno de matices y ante quien nuestra postura nos calificará sin remedio.

“Acostumbrada a las cosas tranquilas, se inclinaba, por contraste a las accidentadas. le gustaba sólo el mar por las tempestades, y el verde sólo salpicado entre ruinas. Necesitaba sacar de las cosas una especie de provecho personal; y rechazaba como cosa inútil todo lo que no contribuía al consumo inmediato de su corazón, pues de temperamento más sentimental que artista, buscaba emociones y no paisajes.”.

Habrá quien alabe su rebeldía ante todo aquello que no cumple sus elevados requisitos, quizás quiméricos; habrá quien critique su egoísmo; habrá quien guste de su rabiosa búsqueda del goce, de la aventura excitante, ese gusto tan wildesiano por lo superfluo; habrá quien le reproche su personalidad caprichosa e irresponsable; habrá quien guste de su ingenuidad, su frescura, su inconsciencia; habrá quien rechace su cursilería, su romanticismo folletinesco… y habrá a quien todo ello le parezca la composición magnífica de un ser humano.

Mi edición de la novela (traducción de Consuelo Bergés) viene rematada con la correspondencia del autor en la que se alude a la novela, y en la que encontré algunas cosas sorprendentes.

Lo primero es que la personalidad del autor no ayuda mucho a encariñarse con su obra, cosa de prejuicios a los que soy especialmente sensible. En este sentido, estoy absolutamente de acuerdo con Flaubert cuando dice aquello de que “los ídolos no hay que tocarlos: se queda el dorado en las manos.”

En segundo lugar, me llamó mucho la atención la posición del autor frente a sus personajes y frente al tema de la novela:

“Piensa que tengo que entrar a cada cinco minutos en pellejos que me son antipáticos.”

“A veces la vulgaridad de mi tema me da náuseas, la necesidad todavía en perspectiva de escribir bien tantas cosas vulgares me aterra.”

“Tengo que hacer grandes esfuerzos para imaginar mis personajes y después para hacerlos hablar, pues me repugnan profundamente.”.

Lo cual, según su propio argumentario, suponía un punto a su favor.

“Cuanto menos se siente una cosa más apto se es para expresarla exactamente”

“No hay nada peor que poner en arte sentimientos personales (..)Tu corazón, alejado en el horizonte, lo iluminará en el fondo en lugar de deslumbrarte en el primer plano.”.

Y, por último, me sorprende el sufrimiento con el que escribió la obra, el hercúleo esfuerzo que le suponía cada página, cada frase, casi cada palabra. (aunque no descarto el, como dirían mis hijos, simple postureo).

“Me da vueltas la cabeza y me arde la garganta de haber buscado, bregado, cavado, contorneado, tartamudeado y gritado, de cien mil maneras diferentes, una frase que por fin acaba de terminarse. Es buena, respondo de ello, ¡pero no ha salido sin esfuerzo!”.

Un tipo de comentario que se repite hasta la saciedad en las muchas cartas que escribió durante los cuatro años que tardó en concluir la novela, pero, cómo el propio narrador llega a decir:

“La palabra humana es como una caldera rota en la que tocamos melodías para que bailen los osos, cuando quisiéramos conmover las estrellas”.
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Mercedeslopezcanete
 27 April 2024
Cuando dentro de 175 años alguien lea alguna novela costumbrista contemporánea de algun autor o autora de 2024, seguro que les descubrirá tantos matices de como vivíamos y como nos relacionábamos como está novela de Flaubert de 1850 nos descubre a nosotros.

Con esta lectura en un plis plás estás en un pueblo de la Francia de 1856 en la casa de varios ciudadanos y te enteras de lo que se cocía.

Han tildado Madame Bovary y la escritura de Gustave en esta obra de crítica social y representante de la lucha de la mujer por su independencia y bueno, para mí como que no 😀

Yo simplemente y nada menos, creo que GF en esta novela hizo de cronista y nos noveló muy bien escrita, la historia de una mujer joven y hermosa y con la cabeza a pájaros, con una idea del amor totalmente irreal. Una joven con una educación muy de andar por casa (como tantas en esa época) y por tanto sin mucho juicio crítico que se casó porque tocaba y creía eso era amor o que le bastaría.

Y hete ahí el caldo de cultivo, una preciosa joven con grillos en la cabeza, mimada, de educación y posibles modestos, mujer y en 1850, pues lo tenía todo para que instalada en ella la insatisfacción sacasen partido de ella, un monton de listos zalameros , no mucho mas ilustres que ella no creais, pero eso sí "hombres" y algunos con posibles (tampoco tantos ni con tantos posibles, pero suficientes) y como diría mi madre "entre todos la mataron y ella sola se murió"

El libro a mi juicio merece la pena porque es un excelente testimonio del quehacer cotidiano de mediados del SXIX.

Y así las cosas vais a saber de Enma y todo lo que vivió a raíz de una idea romántica del amor mal entendida y las malas finanzas en que se vio envuelta merced de un marido simple y confiado que vivía en los mundos de Yupi (no se enteraba de nada), merced de un comerciante muy avispado que supo aprovechar los deseos de grandeza y tirar de la vanidad de Madame Bovary y sobre todo merced de la falta de escrúpulos de unos jóvenes pretendientes cuya única finalidad era la de conquistarla y ser amantes sabiendo que estaba casada y hacerla suya al más puro estilo del acoso y derribo mientras durase el deseo.

Ella sin embargo creía con ello estar conquistando su ideal mogigato del amor tal como lo describían las novelas romanticas de la época que leía.

La lectura no os dejará indiferentes. Eso seguro.



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Maral
 27 May 2020
Me parece dificil hacer una reseña de un clásico porque todo lo que yo diga del libro ya lo habrá dicho alguien antes, y que necesidad hay de leer las mismas cosas escritas por personas diferentes una y otra vez. Así que evitando hablar de la influencia de Flaubert en esta obra, del contexto histórico y de las influencias e inspiraciones que todos podemos leer en las introducciones de las diferentes ediciones me centraré en mi experiencia personal en el transcurso de la lectura y en la conclusión final de la misma.

En el libro he visto los colores de Ruan a través de los ojos de Emma, he sentido las hierbas mojadas del campo que la rodean, he vivido en las casas decoradas con alfombras y cortinas de rayas, he sentido la textura de las telas que coforman sus vestidos y las vestiduras de sus casas, he compartido con ella esa calle de Yonville en la que las paredes eran de papel y los gritos o sonidos de las mismas eran eco en todas las demás. He viajado con ella en los coches de caballos, en la “Golondrina” y he sentido su frustración sus deseos y sus locuras, sus pasiones y sus odios y como no esa carcel dorada que no la dejaba respirar y por la que tantas malas decisiones tomó. Una mujer que no es solo víctima de una sociedad en la que la figura de la mujer no es más que una objeto de posesión, una forma de perpetuar la existencia a través de los hijos, sino que también es víctima de su temperamento visceral que la lleva a decisiones fatales. Me he reído con el farmaceútico, primero porque creo que pone esa nota de personaje poco profundo al principio y porque se enfrenta a esa sociedad en al que priman esos valores católicos con los que el choca hasta tal punto de mantener un duelo de palabras con el cura en medio de un velatorio...Me he enfadado con los Rodolfo del mundo por la cobardia de sus engaños, por la utilización de frases embaucadoras con un único propósito, y también con los vendedores de todo que se enriquecen de la ignorancia de las personas poco hábiles para las cuentas. Cada personaje, gira alrededor del personaje principal, de una Emma que no deja impasible a nadie ( me imagino lo que supuso Emma, la real, la inspiración de Flaubert en Ruan en aquel momento...). Me he estremecido con la Emma ausente como madre, con ese desapego que me ha dejado boquiabierta de sobremanera sobre todo cuando habla de la fealdad de su propia hija. Ha habido tantos y tantos momentos en los que me he detenido a pensar en lo que Flaubert tan hábilmente transmite aún después de más de cien años este libro ha conseguido ser uno de esos que la gente llama sus favoritos. El único punto negativo que he encontrado ha sido que en algún capítulo, la descripción demasiado exhaustiva de la escena te saca de la historia te cansa, te descentra y te obliga a descansar.

Spoiler

Para mi esta obra ha resultado ser el estudio psicológico de una mujer a lo largo de toda su existencia. Dividido en tres partes, casi diferenciadas por los hombres que forman parte de la vida de esta, también en ellas hay tres Emmas diferentes. En la primera parte he visto a una Emma niña, dócil de apariencia de sueños extraídos de los libros que lee, que pierde la figura materna demasiado pronto y que el padre endilga al primer hombre con posibles que aparece oportunamente ( va a ser que todas las desgracias traen algo bueno y la rotura de una pierna, pensó el padre, le traía un yerno). Esa boda con sus esperanzas se convierte demasiado pronto en una tumba de sueños para Emma y ahí se forja el principio del fin.

En la segunda parte un Don Juan aparece en su vida despertando en ella unas pasiones que había conseguido controlar con un Leon tímido borracho de sentimientos que supo detener a tiempo unas pasiones que no le llevarían, tal como al final se desmotró, a ningún lado. Pero Rodolfo, no se detuvo a tiempo, primero hizo acopio de una buena colección de sentimientos y emociones y cuando estas fueron desmedidas, cuando Emma se fue despojando de sus capas y se fue convirtiendo en una mujer posesiva, celosa, controladora y manipuladora, temió la pérdida de su tan preciada libertad y como buen cobarde se despide de ella, no con un beso y una flor, pero si con una cesta y una carta. Y adios para siempre adios, puso tierra de por medio, hasta la ecatombe final. Emma sucumbe entonces en esa depresión agonizante en la que Charles ignorante (me ha costado lo mio creer semejante ceguera), le proporciona cuidados no dudando para ello, empeñarse económicamente, más aún de lo que yo la había hecho su buena mujer.

En la ya tercera y última parte, partiendo de la recuperación ecomocional de una Emma muy venida a menos, se desata el amor con el último de sus amantes, pero aquí las capas de finura de Emma, de señora de gustos exquisitos de delicadeza extrema ya estaban demasiado mermadas, y pronto pasa de nuevo a esa necesidad de control y a ese hastío en las relaciones que por más que ella ha soñado y ha querido reproducir en su vida real extrayendo escenas imaginarias de esos libros que tanto incentivaron su imaginación. Las deudas contraídas en las compras compulsivas a modo de resarcimiento de sus insatisfacciones vitales, desencadenan un final desgraciado en la que ella se vende sin remedio al primer salvador que quiera salvarla, pero no encuentra ninguno y arrastra su dignidad hacia el veneno que finalmente acabará con su sufrimiento existencial.

Emma es al final el símbolo de un pensamiento femenino independiente que no quiso acatar las normas y el sitio que ocupaba en la época que le tocó vivir y pagó por ello un precio alto. Han pasado más de cien años y me pregunto sobre la vigencia del precio que se sigue pagando por las infidelidades femeninas sobre todo en algunas zonas del mundo. Quizás y solo quizás la evolución cultural va más lenta de lo que nos imaginamos, y quizás lo que en los años 60 parecia una revolución sexual y una liberación de la mujer, no lo era ... y se ha vuelto a poner de manifiesto en diferentes movimientos a lo largo del mundo el papel de la sexualidad de la mujer y de tal liberación que bajo mi punto de vista a día de hoy sigue reprimido.
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astateaine
 24 October 2022
Para hablar de Madame Bovary hay que separar varios aspectos, lo primero como está escrita, es aquí donde la novela se convierte en un acierto y un hito en la literatura, la utilización y manejo que hace Flaubert de la narración es lo que la convierte en un clásico, el narrador conoce los hechos, los pensamientos, las frustraciones de los personajes y no juzga solo narra con objetividad, no antepone moralidades ni moralejas, no pretende sermonear al lector
También se puede hablar de los personajes secundarios, acá destaca Charles Bovary un tipo que podemos calificar como mediocre, como pusilame, un sujeto que más destaca por sus ineptitudes, y que en nada es el héroe romántico que su esposa tanto anhela
Hay otros personajes que destacan como Bournisien y Homais, cura y farmacéutico del pueblo respectivamente, ambos hombres representan dos corrientes opuestas de pensamiento y constante están debatiendo y buscando desacreditar las ideas del otro.
Pero el personaje que destaca por sobre otros es Lheureux se lleva el premio al personaje del libro, supo como manipular a Emma desde el principio e ir hundiendola cada vez más sin que ella se de cuenta. Es a mí parecer el verdadero antagonista de la novela.
Por último corresponde hablar de Emma, no estamos ante un personaje que se gane el afecto del lector, por el contrario es bastante irritable porque va toda la novela detrás de un ideal que se ha forjado en su cabeza y que está muy lejos de su realidad, no solo en el aspecto romántico si no también financiero. Emma no se enamora de sus amantes se enamora de la idea que construye de ellos en base a lo que cree debe ser una relación romántica. Tiene una idea muy precisa de como deben actuar tanto ella como el hombre que es objeto de sus afectos, lo que le impide ver la realidad de su situación y también lo que provoca que el hombre se sienta un tanto acorralado y sienta la necesidad de alejarse para recuperar su individualidad. Ni Rodolphe ni León son hombres ideales ni los héroes en que Emma los pretendió erigir y descubrir está verdad es para ella causa de una gran aflicción y decepción.
También está Emma como madre, digamos que es una madre absolutamente alejada de su hija y que cumple su rol casi a distancia y por interposición de terceros, quizás porque un hijo, su crianza no está dentro de lo que corresponde a la heroína de una novela romántica que es como ella se ve a si misma.
Volviendo a la narrativa Flaubert maneja muy bien lo que es la prosa en paralelo, es decir ir narrando a la vez dos situaciones aparentemente distintas y sin relación entre ellas, pero que de verdad sirven de espejo una de otra.
Madame Bovary es de esas novelas que da para mucho análisis, que da para discusiones, reseñas y ensayos y es ese profundo caudal lo que la convierte en un clásico de la literatura universal.



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Las críticas de la prensa (2)
Infolibre18 April 2022
Desde el 1 de octubre de 1856 hasta el 15 de diciembre de ese año se publicó en La Revue de Paris.
Leer la crítica en el sitio web: Infolibre
Infolibre07 January 2021
Bovarismo: dícese de una conducta femenina -también masculina si cumple con los requisitos de dejarse lavar el cerebro por la literatura romántica- inspirada en el personaje estelar de Madame Bovary (1857), de Gustave Flaubert: la señora Ema Bovary.
Leer la crítica en el sitio web: Infolibre
Citas y frases (48) Ver más Añadir cita
RosRos04 February 2023
En su deseo se confundían las sensualidades del lujo con las alegrías del corazón, la elegancia de las costumbres con las delicadezas del sentimiento.
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SoniaghSoniagh22 May 2022
Era como si en su plato le sirvieran toda la amargura de la existencia, y con los vapores de la sopa, le subían del fondo del alma como otras tantas vaharadas de hastío
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Merysg3Merysg310 June 2020
En el fondo de su corazón, sin embargo, estaba esperando que algo sucediera. Como los marineros naufragados, volvió la mirada desesperada a la soledad de su vida, buscando lejos alguna vela blanca en las brumas del horizonte. No sabía cuál sería esta oportunidad, qué viento la traería, hacia qué orilla la conduciría, si sería un chaleco o un tres pisos, cargados de angustia o llenos de felicidad en los ojos de buey. Pero cada mañana, al despertar, esperaba que llegara ese día; escuchó cada sonido, se sobresaltó, se preguntó que no había llegado; luego, al atardecer, siempre más triste, anhelaba el mañana.
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lectoraempdernidalectoraempdernida13 April 2022
Antes de casarse, Emma se había creído enamorada; pero como la felicidad que hubiera debido resultar de aquel amor no había llegado, pensó que necesariamente debía de haberse equivocado. Y trataba de averiguar qué significaban exactamente en la vida las palabras dicha, pasión y embriaguez, que tan hermosas le habían parecido en los libros.
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microleTTeramicroleTTera18 November 2023
Aunque no tenía a quien escribir, se había comprado una carpeta, un bloc de papel de cartas, un portaplumas y sobres; quitaba el polvo a su anaquel, se miraba en el espejo, cogía un libro, y luego lo dejaba caer sobre sus rodillas, persiguiendo un sueño que se había escapado entre una línea y otra. Ansiaba viajar o volver de nuevo al internado. Deseaba al mismo tiempo morirse e ir a vivir a París.
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Vidéo de Gustave Flaubert
«Recuerdos, apuntes y pensamientos íntimos», de Gustave Flaubert. #libros #lecturas #books #literatura #lector #lectora
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