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Críticas sobre La Señora Dalloway (51)
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Celia_0504
 10 June 2022
#RetoEdwardianspirit de la cuenta @victorianspiritsblog, premisa "Un Libro de Vanguardia".

Esta novela era uno de los mayores retos que (valga la redundancia) quería superar a la hora de realizar el reto eduardiano. “La Señora Dalloway” es uno de esos libros que lleva años y años en mi estantería de lecturas pendientes y que me daba mucho miedo de empezar, por que estaba convencida de que con ella iba a sentirme perdida y que no iba a entenderla . de hecho, en general toda la obra de Virginia Woolf siempre me ha dado mucho respeto, de ahí que lo único que haya leído de esta autora hasta ahora había sido el estupendo ensayo “Una Habitación Propia”. Estaba convencida de que la lectura de la obra de la Woolf iba a resultar un varapalo enorme para mi ego lector, porque me temía que no iba a lograr entender nada o disfrutar de unas lecturas que en general suelen ser tan apreciadas y admiradas por muchos lectores (traumas que tengo de que soy una autentica cateta intelectual desde que no entendí, y encima me aburrió soberanamente, cierta lectura sobre cierto capitán obsesionado con cierta ballena blanca, y que mucha gente define como una maravilla de la historia de la literatura).

Pero centrándonos en lo que de verdad importa… mis miedos no se han cumplido para nada. Esta novela ha sido un auténtico y absoluto descubrimiento para mí. La prueba palpable de que la literatura aún puede sorprender y emocionar al lector cuando este menos se lo espera. O por lo menos a mi. Ya os digo desde aquí que es de los poquísimos libros que leído en mi vida al que le puedo dar, sin ningún tipo de duda, más de cinco estrellas en la puntuación.

Siguiendo el modelo iniciado por el “Ulisses” de James Joyce (si leer el libro que nos ocupa me daba miedo, no podéis ni imaginar lo que me da enfrentarme a esta lectura. Quiero hacerlo, pero en un momento de mi vida en que tenga tiempo y claridad mental para osar enfrentarme a este coloso literario) en “La Señora Dalloway” nos adentramos en el Londres de un día cualquiera de junio (sin planearlo he leído el libro en el mejor mes posible) del año 1922. La mujer que da nombre al libro, Clarissa Dalloway, va a dar esa noche una fiesta en su casa y empieza a recorrer la ciudad para preparar dicho evento. En su paseo en pos de los preparativos se mezclarán con un discurso interno en el que la protagonista saltará de su pasado hasta su presente, y que nos permitirá desmenuzar los claroscuros de la psique y existencia de una mujer que ha dejado atrás la primavera de su vida y que es un cliché andante de una sociedad burguesa anquilosada y en plena descomposición tras la Primera Guerra Mundial. Su discurso estará acompañado del de otros, pertenecientes a personas que ella conoce o que son auténticos extraños para ella, pero con los coincidirá a lo largo de su paseo y en que también tienen sus propias historias y sentimientos que contar. En medio del tumulto de voces del Londres pos bélico destacará la de Septimus Smith, un ex combatiente que ha quedado psicológicamente dañado por el conflicto, y cuya existencia será la otra cara de la de Clarissa, pese a que no lleguen a verse las caras nunca.

No ha sido una lectura fácil, para que mentir. Muchas veces ha sido, incluso, poco agradable y muy desafiante. Es un libro al que hay que dedicarle tiempo y ponerle ganas. Creo que en esto tiene mucho que ver su estructura, ya que no hay capítulos ni separaciones dentro de la narración, que es toda seguida. de una manera abrupta se pasa a un personaje a otro, sin que medie preparación de ningún tipo para esto. Yo me he pasado la mitad de la lectura teniendo que releer fragmentos enteros de lo que había leído anteriormente para poder ubicarme. de ahí que sea un libro que no creo que pueda leerse de otra forma que no sea de una sentada, es decir, empezarlo y dejar pasar algún tiempo para continuarlo me parece mortal para esta lectura. Esto se debe a su formar de narrar, que solo se puede describir como danzarina o juguetona. de una forma original y asombrosamente directa, el narrador omnisciente va colándose a ritmo vertiginoso en las almas de cada uno de los personajes, de una forma que podría describirse como caótica. Como un pajarillo, va dándole pequeños mordiscos a los monólogos interiores de los personajes, enrevesados y dispersos, que pasan de los flashbacks al momento presente con gran presteza y ligereza.

Durante toda la lectura no he podido dejar de pensar en algo de lo que se hablaba en el ensayo “Una Habitación Propia” .Ahí la autora hablaba de que su discurso narrativo era como un río del en el cual metía una caña de pescar de la que sacaba las ideas que luego iba a exponer en su escrito (si mal no recuerdo). Pues esa misma sensación he tenido leyendo “La Señora Dalloway”. Todo parece un batiburrillo sin sentido, pero Virginia Wolf controla perfectamente cada uno de los resortes de su obra, lo controla todo y lo conoce a la perfección. Nada se queda a lazar, cada elemento, cada palabra, cada personaje, cada figura literaria, todo tiene su porque y su sentido. Y el resultado es un tapiz vibrante y caótico lleno de elementos coloridos, en los que cada uno parece que se mueve a su propio compas, pero nada más lejos de la realidad. Una realidad que la autora presenta con todos sus claroscuros y todas sus capas. de lo más profundamente individual, Woolf crea un todo de una serie de individualidades, en medio del caos hay orden y precisión. Y todo con una ambientación llena de fuerza y complejidad que arrastra totalmente al lector, zambulléndole en una perfecta crónica en la que se esboza la estructura y mentalidad de la sociedad inglesa de los años 20 del siglo pasado, y de un Londres que intenta superar, en todos los sentidos, las cicatrices que le ha dejado la Primera Guerra Mundial.

El estilo narrativo de la Woolf es simplemente sublime. Es delicado, sutil, punzante, cristalino, elegante, irónico y enrevesado, todo en uno. Sus metáforas son unas protagonistas más de la historia. Crea una historia de lo más personal que conecta con el lector en planos que ni me imaginaba que fueran posible, además de conquistarle. Porque está claro que “La Señora Dalloway” bebe y nace de las obsesiones, miedos y preocupaciones de una escritora que tuvo una existencia plagada de demonios internos, demasiado compleja para profundizar en ella debidamente en unas pocas lineas en una reseña. Es una obra profundamente personal, que sin embargo trata temas universales y que conectan perfectamente con el lector, como la lucha de sexos, el papel de la mujer, el lesbianismo, el paso del tiempo, la sexualidad, los traumas producidos por la guerra, la amistad, el amor, la vida después de la primera guerra mundial, y la política y sociedad del momento. Pero, sobre todo, es una ácida crítica hacia las clases altas del periodo de entreguerras. Todo el libro es una carcajada cruel y amarga hacia su cerramiento en unas convecciones y principios que ya son, visiblemente, añejos. La critica acida de Woolf pone el foco en su ceguera endémica, que se niega a ver que la guerra, esa guerra que todo lo ha trastocado y a la cual (como el resto de la sociedad) trata de sobreponerse, ha dejado al descubierto su ineficacia y que su fecha de caducidad está ya pasada. de la misma forma en que Clarissa Dalloway es mental y fisicamente estéril (una esterilidad que a la Woolf se la impuso fisicamente, y que ella siempre considero que era la nota predominante de su obra) esta sociedad tampoco da más de si.

Con su visión de que una persona debe controlarse en todo momento y mantener el orden y la compostura para así, no solo salvaguardar su dignidad, sino también la del resto de la sociedad y ayudar a que esta funcionase bien; el mundo de la alta burguesía, la nobleza y la política se demuestra, junto al descalabro de la guerra, como el kid de la cuestión de este libro. Por la forma como su autora lo presenta como la representación de un mundo que está compuesto por personas que viven, respiran, van a fiestas, se casan, se enamoran, envejecen y, en definitiva, cumplen los roles que se esperan de ellas. Pero es solo una vitalidad estética y aparente, y por lo tanto falsa. Por dentro es una sociedad compuesta por cadáveres andantes, que sigue en el mismo curso previsible que se espera de ellos y que en realidad está muerta por dentro, devastada por los traumas de la guerra y por sus propios problemas internos y externos, que apenas son capaces de verbalizar como no sea de puertas para dentro. Y cuando hablo de puertas, me refiero a las suyas propias, las interiores. La novela se centra en eso, en los secretos, deseos y pensamientos inconfesables, que no pueden decírselo pero que tienen vida propia. Y en los “y si” que implican pensar que hubiera pasado si se hubiera optado por una decisión diferente a la que realmente se tomo. Lo que hubiera implicado lanzarse hacia la aventura por encima de lo esperable o convencionalmente aceptable.

Todo eso son los últimos y únicos coletazos de vida de gente como Clarissa (que solo parece sentirse viva recordando su juventud y en su reciproco odio hacia la señorita Kilman, la tutora de orígenes alemanes enamorada de su hija Elizabeth), Peter Washl, Ricahrd Dalloway, Lady Bruton o lord Bradshaw, entre otros. Y el único que, en su locura, tiene el valor de gritar contra esa podredumbre y sinsentido moral y social es el superviviente y loco Septimus Smith, quien pagara caro esa osadía (¿ o quizás ese valor? La linea que separa ambas perspectivas con la locura es tan tenue…). Como se ha dicho antes, es la otra cara de la moneda que es Clarissa Dalloway, los dos son un díptico, el de la muerte que sobrevuela cual cuervo la vida. Esto se ejemplifica en el tono fúnebre que impregna la famosa fiesta en casa de los Dalloway. Pero eso es algo que no se plasma a las claras. Pues,“La Señora Dalloway” es un libro en el que lo que no se dice tiene peso, produce ecos que resuenan a lo largo y ancho de lo que es su historia, y son elemento discordante en ese día de estío, uno de tantos donde se deja constancia del vacío vital de esas vidas, y por ende, de una sociedad ya en plena desestructuración, aunque no sepan o quieran verlo.

Y como no, mención especial al tomo con el que he tenido la suerte de introducirme en esta historia, el del sello Cátedra. Una vez más solo puedo recomendar leer las publicaciones que esta editorial saque, merece mucho la pena por sus prólogos. En esta ocasión, quizás me ha parecido, a veces, demasiado marido y un tanto repetitivo (casi he tardado más en leerlo que la obra propiamente dicha) y echo en falta que se ahonde en la totalidad de la biografía de la Woolf, pues solo se trata hasta el momento en que escribió la presente novela. Una pena, porque el aspecto bibliográfico me gustó especialmente, y también es una de las partes que más me gustan de los prólogos de Cátedra. de todas maneras, cuando se trata en profundidad lo que es la “La Señora Dalloway” me ha parecido muy esclarecedor y me ha ayudado a entender muchas cosas de ella. Pero aún así, lo que siempre digo: leer a Cátedra es un acierto, por la cantidad de datos, informaciones y curiosidades sobre la obra, el contexto histórico y los autores que contienen sus volúmenes.

Esta lectura, en definitiva, ha sido, lo que esperaba que fuera. Un reto. Un reto que ha sido más que disfrutable y que me ha puesto las pilas totalmente. La frase que se dice al principio “¡Que Deleite! ¡Que zambullida!”, define muy bien lo que ha sido esta experiencia para mi. de sus propios traumas y experiencias, Virginia Woolf crea una historia en la cual todo es lo que parece, pero esconde mucho más, es la epopeya de la sociedad en la que a ella le tocó vivir y de crepúsculo de un mundo entre dos guerras que intenta adaptarse a los nuevos tiempos. Puedo entender que haya gente a quien esta historia le parezca un tanto sinsentido y que no le guste, porque el final te deja con cierto regusto de que el libro puede no haberte aportado nada, de que lo que te has tragado es la crónica de un día en la vida de una ama de casa de mediana edad y familia bien, aburrida y pacata, que aparte de su propio sentir no tiene mucho más que aportar al lector, pues su personaje no evoluciona para nada. Pero al mismo tiempo, es maravilloso como Virginia Woolf puede crear de una historia tan aparentemente aséptica o realista y con unos personajes tan convencionales (porque no son especialmente complejos, pero todos tienen algo que decir) algo tan intenso, profundo y lleno de todo tipo de colorido y matices, demoledoramente universal. Clarissa Dalloway no evolucionara, pero ese día es un paseo por toda su vida, si que hay un viaje emocional. Pese a su brevedad, la novela sorprende por la cantidad de temas que toca y por la hondura con que lo hace.Es un libro de musica y agua, de vida y muerte, de flores y ciudad. Estoy convencida de que algún día volveré a leerlo, y de que será ese tipo de lecturas que cada vez te dicen alguna cosa nueva.

De lo que llevo de año es, sin duda alguna, la lectura que más me ha gustado. Y no tengo ninguna duda de que cuando termine 2022 este libro, si no ocupa el primer puesto, va a ocupar una posición muy alta dentro de mis mejores lecturas del año. Espero también que esto me anime, de una vez por todas, a poder llevar a cabo una de mis grandes asignaturas pendientes dentro de la literatura, adentrarme en profundidad en la obra de Virginia Woolf. Una autora que ya me conquistó en la primera lectura que hice de ella, pero que en esta ocasión ha logrado sorprenderme y conquistarme aún más.
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La_pecera_de_Raquel
 23 September 2018
Me duele en el alma darle dos estrellas a este libro y por ende a Virginia Woolf abanderada del feminismo en la literatura, pero ha sido un sufrimiento leer este libro.
Cuenta un día en la vida de la Sra. Dalloway, un día en el que celebra un baile en su casa, todo gira en torno a ella porque es un personaje altivo y snob.
Clarissa, la protagonista, según va pasando el día, se va encontrando personas por la calle se mete en sus pensamientos y nos cuenta la vida de éstos, según avanzas la lectura parece que no pasa nada, pero que si te despistas, lees mal una coma, o dejas el libro para otro día, ya no sabes de qué trata y por donde va la trama, si es que a esto se le puede llamar trama.
No he conectado con ninguno de los personajes, porque te dicen como son en voz de Clarissa no te deja hacerte una composición de lugar, salvo Peter...
Es una narración continua, sin capítulos, incluso los diálogos están en párrafos no guiones. A veces no sabes quién habla ni siquiera lo que te cuenta, muy intimista sí, con frase profundas muy acertadas, sí, trata muchos temas muy importantes, como la homosexualidad, el derecho al voto de la mujer, la mujer en la vida política, el suicidio, el amor, la infidelidad, el paso de los años, la belleza..., es un libro muy feminista, pero la tormentosa vida de la escritora se refleja perfectamente en la atroz narración y lo hace cansino e insufrible y, al menos a mí, deja muy pocas ganas de seguir leyendo a la autora. (Siento que soy muy cruel con esta crítica pero tenía que contarlo tal como lo siento, perdón)

Como consejo para poder leerlo os diría que lo hagáis en un solo día para no tener que dejar su lectura porque yo tuve que empezarlo cinco veces, y si podéis leerlo en voz alta mejor, porque entenderéis mejor la narración, parece como si os metierais más en la historia, en la cabeza de cada uno de los personajes.

No lo recomiendo si quieres pasar un buen rato.
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EmilianoPD
 22 April 2022
Hacía ya muchos, demasiados años que no leía a La Reina de los escritores, La Diosa de la lectura gozosa. En mi primera juventud zampé ávido sus escritos, una y otra vez. Alguien puede decirte que su lectura es devastadora, pero son los mismos que te previenen contra escuchar a Leonard Cohen si estás melancólico: cobardes infundios.

Un día de comienzos de verano en el Londres después de la Gran Guerra. Un blitz futurista de impresiones, de sentimientos, de sensaciones, pasando de uno a otro a ritmo de mesmerizante charlestón, remansándose en los recuerdos, en los deseos, en las preguntas de la vida. Tal vez haya leído yo algo similar después, pero difícil que sea más logrado, y la Woolf, esta Sócrates, esta Jesucrista, es La Pionera.

Son muchos los llamados, y uno (el pobre Septimus) el caído: deseos, vacilaciones, éxtasis y dolor. Un cable eléctrico repelado, tirante al máximo, se suelta y chispea furiosamente ante nosotros: el exceso nos desborda y nos hace zozobrar: un libro para todos y para ninguno.
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GemaDado
 12 April 2020
La señora Dalloway es una historia romántica y cuenta con la peculiaridad de estar dotada de un agudo análisis psicológico de los personajes, algo común en toda la obra de Virginia Woolf. Ambientada en la sociedad inglesa de 1923, la acción se desarrolla en un solo día, algo que provoca en el lector la sensación de estar viviendo en tiempo real los acontecimientos que se narran.
Clarissa Dalloway, dama de la alta sociedad londinense, mujer de cincuenta y dos años, da una fiesta en su casa y ultima los detalles para que la recepción que ofrece a sus invitados resulte perfecta. El reencuentro inesperado con Peter Walsh, con quien mantuvo una relación sentimental en el pasado, la lleva a analizar las decisiones que ha tomado a lo largo de su vida. Clarissa Dalloway podría ser otra mujer, llevar otra existencia, pero se ha convertido en un ser superficial y dependiente, que se ha rendido a su destino. El inventario de lo que fue y lo que no ha podido ser se salda con la nostalgia, sentimiento que la invade al recordar a Sally Seton, amiga de juventud y primera experiencia amorosa de Clarissa, que representa el amor puro y desinteresado. al compararlo con su matrimonio, este se le antoja algo horrible.

La autora da voz a las mujeres de su tiempo, las retrata con sus particulares inquietudes, con sus sueños y pasiones. Las mujeres desean realizarse como personas, como individuos independientes, sin embargo, viven a través de los hombres, desencantadas, sumisas y profundamente infelices.
La Primera Guerra Mundial y sus consecuencias también se hallan presentes en la novela.
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RocioPV
 10 December 2022
La novela narra un día en la vida de Clarissa Dalloway en el cual vamos a ir viendo cada uno de los personajes y con ello iremos viajando de un pensamiento a otro de una manera un poco caótica que pueda hacer que a nosotros, los lectores, nos cueste en un principio ubicarnos. No obstante, es fascinante ver todo lo que ocurre en sus cabezas, de como pueden estar diciendo una frase y a continuación ver todo lo que están pensando detrás.
Con todo esto queda muy claro que este libro son sus personajes. Cada uno de ellos están muy bien construidos, con su propia voz. También he notado que cada uno tiene algo de la escritora, por lo que sumado todo los personajes se ven tan reales que se puede llegar a conectar bastante con ellos.
Destacar también la historia de Septimus, un hombre que llega de la guerra y sufre de estrés postraumático. A través de él veremos temas como la depresión, la salud mental y una crítica de como era concebida por los médicos de la época.
Es un libro que me ha sorprendido gratamente y se ha convertido en uno de mis grandes favoritos. No obstante no sería de los que más recomendaría puesto que no es para todos los públicos. Por lo que he apreciado es un libro que lo odias o lo amas (en mi caso está claro que lo he amado) y creo que tiene que ver de la conexión del lector con los personajes. Si os gustan las obras intimistas y que se centran más en los pensamientos de los personajes y no tanto en la acción este es vuestro libro.
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laurass89
 07 May 2020
El itinerario
Clarrissa Dalloway, más conocida como la señora Dalloway, camina por las calles de Londres para comprar las flores para la cena que va a dar en su casa esa noche. Todo tiene que salir perfecto ya que toda la alta sociedad de la ciudad acudirá a ella. En ese caminar, la voz narradora irá saltando de una mente a otra para contarnos las reflexiones, pasiones, aflicciones que sienten los personajes que se van cruzando unos con otros.
Así la historia parte con Clarissa, mujer de alta alcurnia se ha mezclado con todo tipo de personas a lo largo de su vida y eso le ha hecho, lógicamente, abandonar a unos para mezclarse con otros. Su adolescencia está marcada por lo subversivo y relaciones poco apropiadas para su vejez que parece que la perseguirán por siempre.
De ella pasaremos al matrimonio Warren Smith, punto en el que la demora de la novela nos enseña lo magnífico de la vida a través del punto de vista opuesto, se sucederá un accidente que conmocionará todo Oxford Street... Pero no dejaremos rápido a la señora Dalloway que tiene que llegar a casa para terminar de preparar el gran evento. Así el itinerario por Londres desembocará como os imaginaréis en esa gran cena. Mientras tanto saltaremos a la señorita Kilman, a Peter Walsh, etc. y así uno tras otro nos irán dibujando el ir y venir de un Londres dañado por la guerra y por el cambio de valores que ha sufrido tras el turbio comienzo de siglo. Cada uno de los personajes nos mostrará a través de la técnica flujo de conciencia su disposición hacia los demás, sus reflexiones sobre el pasado, sus anhelos sobre el futuro y sobre todo darán un perfecto retrato de la sociedad de la época, ya que la autora no ha eliminado a ningún estrato de esta conciencia colectiva que es su novela.
La temática
Sin embargo, lo que más me ha sorprendido y gustado de la novela no ha sido la técnica narrativa, que cabe decir que, aunque al principio asusta por lo inconmensurable del flujo, engancha y provoca que nuestro hilo de lectura se enganche a ese no cesar que supone una conciencia ajena. Lo que más me ha gustado han sido los temas que se desarrollan y el punto de vista desde el que se hace.
Sobre los temas cabe decir que son muy diversos y nos ofrecen, como decía más arriba, un fiel retrato del comienzo de cambio de valores que supuso la I Guerra Mundial en Europa. En este sentido, la política será uno de los temas preponderantes y se mostrará en la novela como un rasgo de independencia en las mujeres, aunque no podrá dejar de tener cierto sesgo masculino, como si fuera más una apropiación de las osadas que un derecho de las ciudadanas (así por ejemplo tenemos el ejemplo de Millicent Bruton o Sally Seton).
Ahora bien, este cambio de valores no solo liberó a algunos, no fue inocuo y tuvo sus damnificados como es el caso del matrimonio Warren Smith. Lo interesante en este sentido es que Virginia Woolf no hablará solo de los veteranos de guerra, sino que también se centrará en sus familias. El peso del frente no lo soporta solo un hombre, que sí, sino también quien está a su lado que pierde su vida porque el otro la ha conservado. Pero no solo encontraremos a lo que ganaron, sino también a los que perdieron, que tendrán que reafirmar que ellos no son como los malos que combatieron, que ellos son los «alemanes buenos».
Lo más curioso de la novela es que siendo el epicentro del terremoto la señora Dalloway, como vemos son otros los personajes que también tienen peso en su discurso. Bajo mi punto de vista, Virginia Woolf jugó a ofrecernos la frivolidad de Clarissa para poner en su sitio el resto de testimonios. Así, criadas, obreros de la clase media, familias venidas a más, a menos, todos tienen cabida en ese mirar de Clarissa. Pero ella también tendrá su tema.
La señora Dalloway
No solo de cenas, flores y frivolidad estará hecha nuestra protagonista. Su pasado nos enseña como os decía más arriba una mujer pensante, bohemia y que aceptaba sus sentimientos con las impropiedades de esto. Así la cuestión de cómo la sociedad nos moldea y nos deja en lo que somos, un nombre se ve en Clarissa, que pierde su nombre propio para ser simplemente la señora Dalloway. de esta manera, el matrimonio, la independencia de la mujer, la maternidad, la vejez y las oportunidades profesionales se ven engarzadas en la Clarissa del pasado la cual ha sido abandonada por la Clarissa ya madura y derrotada, aunque ella no quiera verlo.
Lo que todos ven
Si tuviera que recomendar la novela por una sola cosa, la recomendaría por la relativización de perspectiva que nos ofrece. Ese qué pienso sobre mí, que ven los demás de mí se representa muy bien en la novela. El estilo es denso por el mecanismo narrativo que se emplea, el flujo de conciencia sostenido a lo largo de todas las páginas, con diálogos escasos es duro, pero se ameniza mucho con el cambio de la psique que leemos. En este sentido, cuando ya estamos dentro el estilo de Virginia nos parece fluido y sencillo, pero el pacto que se exige es interesante. Espero que os animéis a adentraros en estos pensamientos para olvidaros de los vuestros y para que, al regresar a ellos, podáis con ellos en su justa medida.

Enlace: http://ellibroenelbolsillo.b..
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EreaWhitethorn
 22 March 2024
Una habitación propia me fascinó, mis expectativas con Mrs.Dalloway eran elevadas, está catalogada como uno de los 100 mejores clásicos ingleses… entonces qué me ha pasado?

Iré rápido que ya me han avisado que es un libro muy querido y recordaros que esto simplemente es mi experiencia con la novela, eso no marca si un libro es bueno o malo, solo si yo como individua lo he disfrutado o no (que es el caso)

La novela relata un día de la vida de Clarissa, una dama londinense adinerada casada con un diputado conservador y madre de una adolescente. Todo comienza una mañana de 1923 y termina esa misma noche cuando los invitados de la fiesta que se celebra en la mansión Dalloway se despiden tras un hecho trágico.

El cambio continuo de conciencia, personajes… pasado o presente… sin una nota previa, un inciso, no sabía quién narraba en qué momento, dónde estaba, cuándo… me encontré varias veces releyendo páginas enteras para poder enterarme porque esto me sacaba continuamente de la lectura… no tiene trama. Virginia sabe envolverte, soltarte en Londres de 1900, el aesthetic es innegable pero lo pasé mal por no tener un hilo central que seguir.

Me quiero quedar con algunos de los temas a tratar, era una visionaria, una valiente que se atrevió a narrar sobre trastornos postraumáticos pero sobretodo sobre relaciones sáficas.

Mi nota:3/5

Ni me ha gustado ni me ha dejado de gustar, simplemente me ha dejado plana
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Entintadas
 24 December 2023

Clarissa Dalloway es una mujer de 52 años de la alta sociedad londinense, casada con un diputado conservador del parlamento británico y madre de una hija adolescente. Un día de junio de 1923, se prepara para dar una fiesta en su casa aquella misma noche. Allí se rencontrará con amigos que hace muchos años que no ve. Mientras pasea por las calles londinenses ultimando los preparativos, Clarissa se encuentra inmersa en sus propios recuerdos y examina las decisiones que ha tomado a lo largo de su vida, como su romance de infancia con Peter Walsh.

Esta obra es bastante curiosa, realmente parece que no te cuenta nada al tiempo que te cuenta absolutamente todo sobre los personajes. Wolf hace un uso espectacular de la prosa, juega de manera muy lírica con ella para transmitirte los pensamientos, emociones y desesperanzas de los protagonistas. En general, retrata una sociedad que muestra una cara mientras que por dentro está rota, jugando un doble papel que va mermando a los personajes y luchan por mantenerse a flote.

Clarissa es una protagonista difusa que te muestra muchas caras diversas y de la que realmente no sabes bien qué pensar u opinar. Creo que es reflejo de la mujer frustrada de esa época, limitada por un mundo que no está preparado para ella. Esto lo vemos sobre todo a través de los otros personajes, especialmente Peter, y de cómo la ven ellos, al tiempo que nos muestran distintas caras del Londres de la época.

Wolf usa el elenco de personajes de la obra para tratar de hacer al lector reflexionar, aunque la narrativa puede ser confusa en algunos momentos. A pesar de ello, su prosa es tan buena que no puedes evitar seguir leyendo y leyendo, incluso cuando sientes que no entiendes demasiado bien lo que te quiere decir, aunque por esto mismo no es una obra que recomiende a todo el mundo.

Irbis.
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sonechka
 20 May 2023
Un día en Londres, a principios del siglo XX, donde Clarissa Dalloway dará una fiesta. El Big Ben y los demás relojes de la ciudad, marcando las horas, el paso del tiempo. "La señora Dalloway" no es un libro en el que pase algo, si por algo entendemos una trama que se desarrolla durante la novela con un final que resuelva todo. Pero sí es la vida. Es fluir. Es la cotidianidad de unos personajes de clase acomodada en los años porteriores a la primera guerra mundial.

Y en tan pocas páginas Virginia Woolf habla de tantas cosas. Saltando de los pensamientos de unos personajes a otros, casi sin transición, vemos cómo la guerra ha cambiado la vida solo de algunos. Entre el bullicio y el tráfico de Londres nos colamos en la mente de los personajes que, paseando, dejan discurrir sus ideas que afloran por detonantes tan variados como una avión que dibuja letras en el cielo o el ruido de una ambulancia que pasa con prisa. Está presente la guerra. Woolf es crítica con los responsables de una contienda que ha dejado al país en crisis, pero que miran a otro lado. Insensibles. Que tratan de ocultar las secuelas, la gente como Septimus, porque son un recordatorio de aquello y molesta. Por eso los médicos recetan reposo, silencio y encierro. En esta novela hay contrastes: hay amor y odio; alegría de vivir y flores, frente al peso de la vida y su gravedad que empuja hacia el suelo.

Dicen que "La señora Dalloway" es una buena manera de empezar a leer a Woolf. Yo solo había leído "Una habitación propia" y por eso me daba mucho respeto, pero lo cierto es que, aunque no es fácil seguirla (porque exige concentración) me atrapó como pocos libros han hecho. Es una novela a la que volver porque está llena de detalles y estoy segura de que mi lectura ha sido muy superficial. Uno de los mejores libros que leí el año pasado, del que hasta ahora no sabía cómo hablar, porque me dejó alucinada 💐
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tasentrelibros
 21 November 2022
Llevo tiempo posponiendo esta opinión porque realmente no sé muy bien que decir. Siempre he visto esta novela reseñada como una maravilla y para mi ha sido una lectura complicada que me ha dejado muy indiferente. al terminar de leerlo me quedó esa sensación de no saber qué es lo que había leído. Para mi ha sido como leer una sucesión caótica de pensamientos sin un hilo conductor real.

Al empezar a leer esta novela me di cuenta de que soltar el libro para mi era saber que al volver a él iba a encontrarme totalmente perdida entre sus palabras, sin saber de donde venía ni hacía donde iba, retomarlo ha sido difícil sin sentirte desorientada, es una lectura para leer de seguido si os es posible para no perder el hilo.

La narración de la novela es demasiado continua, va enlazando los pensamientos de los diferentes personajes con las descripciones de lo que ven y sienten, saltando del presente al pasado, sin una estructura diferencia que ha hecho que la lectura me sea algo difícil. La novela consiste en esto, pensamientos, un monologo interior de los diferentes personajes. Aquí lo que importa es lo que se piensa/siente y no lo que pasa, pero a mi este tipo de libros en los que no pasa realmente gran cosa, aunque se tocan muchos temas a nivel interno, no son para mi.

Lo bueno de la novela para mi, a parte de la prosa de Virginia, es lo temas que toca en estos monólogos, temas muy interesantes como el estrés postraumático, suicidio (esta es la parte que más me ha gustado de la novela), sexualidad, feminismo, política... temas controvertidos para la época.

Otro punto que me ha gustado es que toda la narración, la sucesión de pensamientos y emociones, transcurren en un solo día de la vida de la señora Dalloway.

Pero en definitiva no puedo decir que me haya gustado, no ha sido para mi, no es mi tipo de lectura pero entiendo que a mucha gente le maraville.
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