Una habitación propia

Este obra se la clasifica como un texto feminista, y su argumento gira en torno a un espacio literal y ficticio para escritoras que se encuentran dentro de una tradición literaria dominada por hombres.

Cuando se habla de "una habitación propia" se refiere simbólicamente al espacio y al tiempo que todas las personas necesitamos en nuestra cotidianidad; un tiempo y un espacio de reencuentro, de descanso, de creatividad, de reflexión o de ocio. ...

Es un libro corto, bien narrado, muy interesante, me gustó mucho cuando nombra a" Jane Austen" o a las hermanas" Bronté" así entre otras. La obra consta de 26 capítulos. Recomiendo este libro porque pienso que todas las mujeres tenemos derecho "a esa habitación propia" a un espacio propio, a un pensamiento propio, a un "amor propio", a UN TODO PROPIO !!!!

Tenía muchas ganas de leer este libro desde que leí hace tiempo una biografía de Virginia Woolf para niños editada por Hotel Papel (que recomiendo encarecidamente). Además, cuando vi este edición tan tan bonita, no pude resistirme a comprarla. En esta ocasión, no se trata de una novela sino de un ensayo. En él, la autora prepara una conferencia sobre la mujer en la literatura, y para ello se ayuda de un personaje ficticio, que no tiene nombre, para, representandose a si misma, investigue sobre las distintas autoras femeninas de obras literarias, iniciandose en el S. XVI hasta el XX. Asi como las referencias masculinas de las capacidades de las mujeres para la literatura. Es un libro muy cortito, que según mi opinión, toda persona con una mínima sensibilidad feminista debería leer.
Sobretodo la forma de escribir de Virginia Woolf es una maravilla, y este caso no es una excepción. Así pues, ya estáis tardando en ponerlo en el listado de libros pendientes. Además, como he comentado antes, esta edición de Austral en cartoné es muy muy bonita.

Una habitación propia es un libro que llevaba años queriendo leer ya que se le considera uno de los grandes libros feministas. Sin embargo, si quieres leerlo tienes que ser consciente de que se trata de un ensayo y, aunque es un libro muy corto, la lectura es bastante densa. Hay que leerlo detenidamente para poder analizar todo lo que hay detrás. Además, la organización de los capítulos tampoco ayuda ya que los capítulos son muy largos y no existen grandes espacios que te faciliten interrumpir la lectura.

La historia analiza un poco el papel de la mujer en la literatura a lo largo de la historia: lo difícil que es escribir cuando no tienes un lugar especial para hacerlo, los prejuicios a los que estaban sometidas si se decidían a escribir, el modo en que eran tratadas, lo diferente que habría sido su vida si hubiesen tenido dinero propio para poder gastar...

El libro está escrito en base a las conferencias que dio la autora y esto hace que a veces sientas que se va por las ramas y aporta información que no es relevante. Aunque creo que haber escuchado esas conferencias habría sido increíble, pues siento que en el papel se pierde parte de la esencia y tal vez todas esas palabras saliendo de su boca habrían sido muy diferentes. Aun así, el libro está repleto de muchísimas ideas interesantes sobre las que conviene detenerse a reflexionar como por ejemplo: ¿Cómo podría haber sido la literatura si las mujeres hubiesen tenido las mismas oportunidades que los hombres? ¿Cuántos libros maravillosos nos habremos perdido porque las autoras no tuvieron la valentía o las posibilidades de escribirlos?

En definitiva, Un habitación propia es una historia feminista llena de reflexiones interesantes e ideas revolucionarias para la época que fue escrita. Es un libro lleno de fuerza y reivindicación que sigue ajustándose a la época tanto como el día en que fue escrito.

Leí este magnífico ensayo hace ya unos años y desde entonces guarda un hueco especial entre las lecturas que más me han hecho reflexionar jamás y cuyo descubrimiento, para mí, fue un regalo.

Desde luego, a pesar de ser un libro relativamente corto, no se trata de una lectura ligera: el contenido es denso, el discurrir de los pensamientos que plasma la autora en ocasiones es intrincado (los primeros capítulos me resultaron un poco liosos, pero a partir de ahí me fascinó por completo) y hay muchos mensajes valiosos que sacar de las palabras de Virginia Woolf. Creo que todo esto hace que se deba leer con tranquilidad y dejando que repose en ti.

Para mí este clásico no tiene desperdicio alguno, tanto por la pluma de la autora (poética, con belleza, pero a la vez directa e irónica) como por su contenido, inspirador y reivindicativo también. Emociona que una mujer de esa época hable de manera tan acertada y crítica sobre el papel de la mujer en la literatura y la escritura y, a la vez, mande un mensaje de ilusión por alcanzar cambios necesarios y, en definitiva, por que las mujeres puedan conseguir un espacio propio en el que poder expresarse en su totalidad.
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Por fin leí este clásico que llevaba tiempo queriendo leer. Justo por ese motivo me da pena que me haya parecido una lectura tediosa aunque su contenido me haya gustado.

"Una habitación propia" nos transporta a la mente de la autora. Un sube-baja de ideas, con ejemplos reales y ficticios, donde la autora reflexiona sobre el feminismo y otros temas que le rodean.

No tengo claro si ha sido el formato en como está escrito el libro, o quizás que sea un ensayo en si mismo, sea lo que fuere hay algo en el formato que me ha hecho muy difícil seguir con la lectura de forma fluida.

Aún así, creo que es un libro con buenos conceptos que hacen reflexionar sobre cómo hacemos las cosas y por qué.

Aparte del contenido propio del libro, también me apetece comentar sobre las ilustraciones aunque sea muy brevemente. Las ilustraciones son preciosas y me han alegrado mucho la lectura que se me hacía muy muy lenta. Sin duda este clásico gana mucho en esta edición particular.

Una lectura recomendada.

Este es un ensayo corto pero muy interesante, ya que fue escrito hace casi un siglo y da qué pensar en lo que ha cambiado la situación de la mujer. En muchas cosas, esta situación no ha mejorado demasiado y sin embargo en otras podemos decir que estamos mejor.

Virgina Woolf nos reitera que para que la mujer esté en igualdad de condiciones con el hombre, esta debe de tener independecia económica, y eso hoy en día se está consiguiendo, aunque aún nos queda trabajo por hacer. Su habitación propia es un símil de un espacio y tiempo para una, para crear y poder hacer lo que una quiera, para expandir su mente, aprender y practicar. Ella habla de escritura, de cómo en esa habitación propia una puede escribir una novela o ensayo, pero cada una puede llevarlo al terreno que le interese.

Es de vital importancia hablar de la traducción de los textos que componen este libro. Sin duda alguna, la traducción siempre es importante en cualquier libro, pero en este existe una controversia que conviene recordar. En el caso de esta edición, la traducción corre a cargo de Laura Pujol, y he de decir que resulta del todo acertada, pero hay ediciones con la traducción de Borges, la cual no hace justicia a los textos, ya que convierte el ensayo en novela. Sí, estás leyendo bien, Borges cambió el género del libro al traducirlo, y obviamente lo hizo a propósito. Ahora bien, ahora eres libre de elegir: por un lado puedes leer una traducción fiel al los textos que Virginia Woolf quiso escribir, y por otro puedes optar por la adaptación que quiso hacer Borges. Porque no confundamos términos: no se trata de una traducción al uso, sino una adaptación totalmente libre de los textos.

Yo, por mi parte, me quedo con los textos de Woolf en una traducción pura y fiel al estilo de la escritora, que es a lo que venía cuando comencé a leer el libro.

Octubre es el mes de las autoras, y aunque las leo durante todo el año, he decidido adentrarme con Virginia Woolf y esta obra que habla de las propias autoras.

Y qué gran elección y acierto. Me daba algo de respeto por si encontraba algo denso, difícil de comprender o quizá incluso aburrido, pero me he encontrado una obra que me llevo para siempre.

Puede que le haga especial el hecho de que no sea un ensayo al uso, no aporta cantidad de datos, sino más bien reflexiones de la autora sobre las mujeres en la literatura, pensamientos hilados con coherencia y sentido.

También el hecho de entenderlo en su contexto, lo que supuso en su momento y cierta alegría al ver que en algo hemos avanzado. A final del libro ella destaca últimos avances en algunos privilegios y ojalá pudiera saber que hemos seguido adelante aunque todavía quede camino.

Me ha gustado su forma de hablar de otras autoras, en especial Jane Austen y las hermanas Brontë, con interés y con admiración, de cómo consiguieron lo que consiguieron y la reflexión acerca de cómo las obras maestras que conocemos son resultado de muchos años e inspiración de muchas personas.

También de la evolución de la mujer en la literatura, y cómo logra transmitir la ilusión por algunos cambios. En ese "a Chloe le gustaba Olivia" repetido varias veces he podido imaginar a la autora contándolo con los ojos brillantes de emoción.

En conclusión, una de esas joyitas que hay que leer y lo digo porque lo siento, no porque se tache de ninguna lista de libros a leer. Algo breve que encierra mucho.

Intenté por audiolibro escuchar este ensayo dos veces pero fue un fracaso absoluto. Por último, adquirí el libro en físico y me aventuré a conocer a esta autora por primera vez, leer algo suyo.

Este libro es fruto de una serie de conferencias que le encargaron a la autora en 1928, para que hablara sobre la “mujer y la novela”, así, a bocajarro. Claro, dos conceptos tan generales a tratar, más la unión de ellos en sí, le dio a Virginia Woolf para horas de preparación mental acerca de qué exponer exactamente a sus ponentes, qué es lo que quería transmitir.

Con este ensayo, a modo de diario de pensamientos y reflexiones sobre ambos conceptos, denota ese intento por desmembrarlos de todo artificio y unirlos, llevándonos de la mano hacia atrás y hacia adelante en la historia, en una hilera de pensamientos, recuerdos espontáneos por ella misma vividos, contradicciones y emociones que nos va transmitiendo ella misma con sus reflexiones, que si no te concentras bien en lo que lees, la pierdes con mucha facilidad.

Una mujer con tanto intelecto, además en esta época, hace mil y una referencias a acontecimientos, hechos, autores y autoras con los que reflexiona y expone sus ideas, no tanto en el concepto de novela sino en la contextualización de la mujer novelista de la época, la que ha sido hasta entonces, y a la que ella, con un ápice de rabia, alienta a ser a la futura, advirtiéndole que sin duda, no será un camino de rosas.

A mí modo de ver, este ensayo es casi un manifiesto feminista, una crítica y una queja, acerca de los roles de género a la largo de la historia, lo difícil que lo ha tenido la mujer en este ámbito creativo de la literatura. La necesidad de hacer hueco para darle rienda suelta a la creación de historias.

Recomendable leerlo, sin duda, y con mucha atención.

En Una habitación propia, Virginia Woolf plasma un reflexivo ensayo que gira en torno a una pregunta: ¿Qué tiene que tener una mujer para poder escribir una novela? Con ese eje central, Virginia Woolf escribe uno de los grandes textos referentes feministas de todos los tiempos.

Reconozco que me ha resultado una lectura bastante densa, en el sentido de que me costaba bastante avanzar en ella debido, sobre todo, a la manera de escribir de la autora y a la estructura del libro, ya que son pensamientos que va transmitiéndonos sin seguir un hilo conductor, apareciendo, por tanto, de manera desorganizada, lo que hace que se haga un poco cuesta arriba.

Pese a ello, ha sido un libro que he disfrutado mucho, entiendo por qué es tan reconocido y me ha encantado lo mucho que me ha hecho pensar, reflexionar y cuestionarme muchas cosas cosas. Los libros que hacen pensar de esta manera los considero una joya, merece la pena leerlo. La autora nos plantea, básicamente, lo que es ser mujer y las diferencias a las que se han visto sometidas a lo largo de los años, incidiendo en las opiniones contrarias que se han hecho sobre las mujeres (todas ellas expresadas por hombres), en el sentido de que o no sirven para nada o somos enrevesadas y unas manipuladoras; el tema del poder, la confianza y superioridad del hombre, e incluso hablando del diferente entorno que han tenido los escritores de las escritoras para poder plasmar sus historias, incidiendo en las facilidades de los primeros frente a las segundas. Me ha parecido interesante cómo plasma que, en realidad, que la mujer sea considerada el sexo débil habla más de la inseguridad y el miedo a que lo superen del hombre que de la mujer en sí, y de cómo que eviten que las mujeres realicen determinadas actividades refleja su falta de confianza en sí mismos, más que la incapacidad de la mujer para hacerlas. Asimismo, cita a diferentes autoras, como a Jane Austen o a las hermanas Brönte, para fundamentar sus pensamientos. No diré más, porque uno de los encantos del libro es sumergirse junto con Virginia en dichas reflexiones y pensar en todas las cosas a las que hace referencia.

Lo que me queda claro es que, sin duda, una mujer necesita de quinientas libras al mes, tiempo y una habitación propia. Independencia económica, intimidad y tiempo para ella, esas son las claves que nos comenta como conclusión de su investigación, las cuales enumera al inicio de la lectura.

Enlace: https://adictaloslibros.blog..

Otro aburrido libro que me han obligado a leer en el instituto.
Entiendo la intención del profesor y hasta reconozco que los temas abordados pueden ser interesantes para debatir.
Pero ¿es necesario que tengamos que tragarnos una forma de expresión tan tediosa como la de esta autora?
¿No se puede escribir de manera más amena?
Sigo pensando que hay una distancia abismal entre lo que nos obligan a leer y lo que en verdad nos apetece.
Ahora cada vez que oigo hablar de Virginia Wolf me voy corriendo a ponerme algo absurdo en internet.
¡ Qué mujer más pesada!