Sí, lo reconozco. Hasta la fecha no había leído nada de Stephen King. Y no podía ser. Mi primera aproximación no podía haber sido más “disfrutona”. Me daba reparo pasar miedo y no dormir por culpa de un libro, pero no. Misery ha sido una gran experiencia, llena de terror psicológico, ironía, sarcasmo…que me ha durado dos tardes. La historia es la siguiente: Paul Sheldon es un escritor de éxito, sobre todo gracias a su saga de novelas protagonizadas por Misery. Un día de nievo, frío –y borrachera- se sale con su coche en una oscura carretera. Una mujer corpulenta, Annie Wilkes, le salva y –en lugar de llevarle al hospital ¿?- lo traslada hacia su remota (y perdida) casa. Allí le cura, le ofrece calmantes y medicamentos, le diseña una prótesis casera y le alimenta. Es su fan número 1. Y se lo demuestra cuidándole. ¡Te amo, Paul! le repite. Pero un día, termina el último libro de Misery y descubre que la protagonista muere, dejándola huérfana de más historias de la saga. Se enfada, y mucho. Annie reclama a Paul que reviva a su querida protagonista si quiere seguir vivo. Así, que el escritor se pone manos a la obra y, mientras es el huésped de la casa, descubre el oscuro pasado de ella y las muertes que pesan sobre sus espaldas. Los dos personajes están muy bien trabajados. Ella es una mujer paranoica, peligrosa, esquizofrénica y tambaleante. Y sobrevivir a su cambiante humor y berrinches es todo un reto para Paul, teniendo en cuenta que le corta una pierna, le mutila un dedo y le abandona en un sótano. Paul es solitario e irónico y, pese a todo lo que vive en el cuarto de invitados de Annie, escribe en su mente la mejor historia, y consigue hacerla realidad. Misery me ha gustado mucho, me ha hecho reír de las absurdidades y los pensamientos de Paul –me encanta cuando un personaje dice una cosa y piensa lo contrario- y me ha hecho acelerar el ritmo cardíaco a la espera de males mayores, aunque ojo, males hay. ¡Una gran obra llena de matices psicológicos! + Leer más |