La mezcla entre los sueños y la realidad es un recurso que Andrea Camilleri fue utilizando cada vez más en la saga de novelas del Comisario Montalbano. Pero sin duda es en esta novela Juego de espejos (2011) donde está más presente. Este título evoca el espíritu real de la novela: el espejo no es la realidad, sino su reflejo; no representa lo verdadero, sino lo plausible. Montalbano lleva realmente mal eso de hacerse viejo. No se trata solo de las limitaciones físicas, sino también la preocupación de perder sus dotes de observación y deducción. Su instinto policial. Y como cualquier hombre inmerso en una profunda crisis de edad, se presta con facilidad al juego de los devaneos sentimentales. Una forma de huir de la realidad y olvidar por unos instantes el inexorable paso del tiempo. Así, con Livia lejos, en Bocadasse, nuestro comisario tontea con su vecina Liliana. Una mujer joven, bella, encantadora e inteligente, cuyo marido está siempre de viaje por razones de trabajo. Este juego de seducción parece estar conectado con una sucesión vertiginosa de acontecimientos inexplicables: una bomba que estalla en un almacén vacío, el orificio de bala que aparece en la carrocería del coche de Montalbano el día después de haber salido a cenar con Liliana, la aparición de otro amante inesperado… Es como un juego de espejos en el que parece que estamos viendo a una persona en frente de nosotros, pero en realidad no está allí. Sí, el comisario intuye que algo extraño está pasando, pero sus sentidos se empeñan en engañarle. Tal vez a causa de estas distracciones (y también un poco por el azote de la mala conciencia), Montalbano constata, desolado, que está perdiendo poco a poco sus capacidades como investigador. Por eso se ve obligado a apoyarse cada vez más en su segundo, Fazio, que se ha vuelto ya imprescindible. ¿Significa esto que se está acercando el día de la jubilación? Esa es una perspectiva que le aterroriza. En Il gioco degli specchi los hilos argumentales tardan mucho en unirse. Camilleri parece disfrutar desorientando al lector con una serie de pistas que terminan en un callejón sin salida. El resultado es una novela muy elaborada, en algunos momentos desconcertante, pero siempre llena de interés. En ella no faltan los ingredientes habituales: todos los personajes del microuniverso de Vigatà y los pequeños toques de humor que siempre ayudan a aliviar el contenido más oscuro del relato. En mi opinión, una novela muy madura e interesante que se puede disfrutar incluso sin conocer los detalles de la serie. Enlace: https://humildelector.com/20.. + Leer más |