El campo del alfarero

En un lugar donde se extrae un material empleado en la fabricación de vasijas aparece un cadáver; fue asesinado de un tiro en la nuca y después despedazado en treinta trozos. Todo parece apuntar a un crimen mafioso. El vicecomisario Domenico Augello, muy amigo de Montalbano, le reclama dirigir la investigación de este crimen. Lo hace de manera insistente y en la comisaría se muestra agresivo y nervioso, muy cambiado en la relación con sus compañeros.
A la vez una mujer se presenta en comisaría para denunciar la desaparición de su marido. Aunque, al principio, los dos casos no parecen tener relación, el cadáver despedazado resulta ser el marido desaparecido.
Poco a poco, Montalbano intuye que Augello puede tener una aventura con la viuda, y que ésta tiene que ver con el crimen mucho más de lo que aparenta.
El comisario, afectado emocionalmente por la falta de confianza de Augello, la siente como una ruptura de su amistad; pero piensa que todo el mundo ha traicionado o mentido a alguien alguna vez en su vida y por su amistad decide dar otra oportunidad a Augello y hará todo lo que pueda para que el caso no salpique a su amigo.
En este libro vemos a un Montalbano, que siente el paso de los años, afectado emocionalmente, cansado, vulnerable y sin embargo no duda en llegar a un compromiso con la resolución del crimen y el mantenimiento de una amistad.