El curso de las cosas de Andrea Camilleri
Quizá, como para el dolor, también hay un límite para el miedo más allá del cual ya no se puede ir: es así que, a veces, los cobardes acaban convirtiéndose en valientes.
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El curso de las cosas de Andrea Camilleri
Quizá, como para el dolor, también hay un límite para el miedo más allá del cual ya no se puede ir: es así que, a veces, los cobardes acaban convirtiéndose en valientes.
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El perro de terracota de Andrea Camilleri
Cuando uno nace redondo, no puede morir cuadrado. - ¿Y eso qué quiere decir? - Quiere decir que tú, como naciste cabrón, no puedes morir inteligente. Exijo una carta dirigida a mí, en la que dediques grandes alabanzas a la actuación de mis hombres. La quiero para mañana. |
La búsqueda del tesoro de Andrea Camilleri
Todo estaba inmóvil, no se movía una brizna de hierba, el silencio era total, no se oían pájaros, ni perros ladrar a lo lejos. En un día de tormenta habría sentido menos desazón.
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La conciencia de Montalbano de Andrea Camilleri
El cazador no sale al monte por el placer de disparar sino sobre todo para satisfacer su pasión por la caza.
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Háblame de ti. Carta a Matilda de Andrea Camilleri
No compartir las ideas de una persona, cuando son certeras e inteligentes, no significa en absoluto rechazarlas.
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Riccardino de Andrea Camilleri
Toda investigación tiene su respiración, un ritmo propio que no puede ni ralentizarse ni acelerarse.
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La voz del violín de Andrea Camilleri
Si, por casualidad, el jefe de la móvil consiguiera poner de su parte al jefe superior y éste, a su vez, hiciera lo propio con el juez Tommaseo, él estaría jodido. Pero ¿cabía pensar que en Montelusa todos se hubieran vuelto deshonestos de golpe? Una cosa es la antipatía que pueda suscitar una persona y otra muy distinta su carácter y su integridad.
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La forma del agua de Andrea Camilleri
A continuación el comisario habló, y las palabras le salieron de la boca sin intervención del cerebro, un fenómeno que le había ocurrido otras veces y que, en cierta ocasión, un ingenioso periodista había llamado «el rayo de intuición que de vez en cuando fulmina a nuestro policía»
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Un nido de víboras de Andrea Camilleri
El cerebro es una máquina muy puñetera que no solo no se detiene nunca, sino que te obliga a pensar en lo que a él le viene en gana. Te pones a evocar un momento feliz de tu vida y, al cabo de menos de cinco minutos, el cerebro ya te ha obligado a recordar lo que no te apetecía.
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El método Catalanotti de Andrea Camilleri
En realidad, la vida tenía mucha más fantasía que quienes la vivían.
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El ladrón de meriendas de Andrea Camilleri
En las películas americanas, bastaba con que la policía diera el número de la matrícula para que, en menos de dos minutos, le facilitaran el nombre del propietario, los hijos que tenía, el color de su cabello y el nº exacto de pelos que le crecían en el trasero. Pero en Italia...
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El beso de la sirena de Andrea Camilleri
Una mujer parece que no mira pero, en cambio, mira, ¡y cómo mira!
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La búsqueda del tesoro de Andrea Camilleri
Contempló largamente el cielo, el mar, la playa. El día que estaba naciendo quería ser saboreado poco a poco, como una confitura demasiado dulce.
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El ladrón de meriendas de Andrea Camilleri
Durante varias décadas, la gente honrada de aquí no ha hecho más que repetir que la mafia no era asunto de su incumbencia, que era cosa de ellos. Pero yo a mis alumnos les enseñaba que el «no vi nada, no sé nada» era el peor de los pecados mortales.
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Háblame de ti. Carta a Matilda de Andrea Camilleri
Más que escritor, creo que soy cuentacuentos, es decir, una persona que extrae del placer de la narración todas sus posibilidades de expresión.
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Háblame de ti. Carta a Matilda de Andrea Camilleri
Recuerda que, derrotada o victoriosa, no hay bandera que no destiña al sol.
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Riccardino de Andrea Camilleri
Un hoyo, siempre que siga siendo un simple hoyo, puede taparse, pero si el hoyo se transforma en abismo todo se vuelve más difícil.
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La edad de la duda de Andrea Camilleri
¿Acaso no sabes que no hay nada más incierto en el mundo que el hombre? ¿Y qué la mayoría de las veces avanzamos solo a fuerza de suposiciones?
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Riccardino de Andrea Camilleri
No había nada que hacer. Por mucho que intentara controlarse, siempre que se topaba con la pomposidad, la arrogancia, la prepotencia, la falsa cordialidad y la retórica de un político de esa calaña que sólo pensaba en sus intereses y fingía preocuparse por los de todo el mundo, el comisario era incapaz de no recurrir a la burla, a la guasa y a la provocación.
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¿Cuántas novelas hay en la serie Harry Potter?