Anna Karenina

Cuando va a reseñarse una obra, pueden abordarse infinidad de aspectos y adoptarse variados enfoques, sobre todo, si se trata de un texto firmado por Toltoi. Sin embargo, de "Ana Karenina" -texto riquísimo si se lo analiza desde una mirada estructural, historicista- voy a comentar lo que a mí, lectora más que crítica, me emocionó, me endureció, me hizo cosquillitas, me dio calambres, me estrujó el corazón.
La gran joyita que hoy vengo a destacar de entre todo este tesoro tolstiano: las magníficas transformaciones psicológicas de los personajes. León nos retrata la inestabilidad del ser, los volátiles sentimientos que nos colman y nos abandonan... lo panqueque que somos los seres humanos, bah.
Señoras y señoritas que desprecian y traicionan, y que luego aman y pretenden afecto indulgente. Señores y señoritos más mudos que las piedras y más fríos que un cubito, que, de tanta emoción reprimida, explotan en pedacitos y rocían de vísceras y fluidos varios al lector.
No niego que el ritmo de la novela fluctúa bastante. Convengamos que se trata de una novela tradicional rusa, por lo que no podemos pretender que carezca de excesiva descripción, pasajes filosófico y reflexiones interminables de personajes que conocemos desde su nacimiento hasta su fin terrenal.
De todas formas, aquellos momentos de auge, en los que el clímax alcanza su punto máximo, no tienen desperdicio. El corazón sangrante te cabe en un puño a puro temblequeo. Y ya con las vestiduras rasgadas, te secás los mocos con la manga de la camisa y dejás limpia una expresión de pura satisfacción, orgulloso de haber invertido tu tiempo.

Que grandísima lectura!!!

Este libro lo contiene todo, Tolstoi debió ser un gran conocedor del alma humana, un sabio... porque sabe describir a la perfección todo un abanico de emociones: anhelos, miedos, remordimientos, vergüenza, ira, culpa, celos... todo tipo de reflexiones: sobre el sentido de la vida, sobre las motivaciones humanas, sobre la justicia social, sobre religión, política, economía, nos describe pormenorizadamente tanto la vida como la muerte, asistiendo al alumbramiento de un niño y al padecimiento y muerte de otro personaje. Asistimos a un enamoramiento pasional, al amor verdadero, al amor al prójimo, a la amistad, ...Toca los grandes temas de la existencia.

El autor sabe ponerse en los zapatos de todos sus personajes, tanto hombres como mujeres (y esto es lo más difícil dada la época y el tratamiento de las mujeres en la literatura en ese momento) nos hace ver la cara y la cruz de cada uno de ellos, siendo personajes de carne y hueso, con sus contradicciones, sus cambios de opinión, sus debilidades y vanidades, sus miserias y sus grandezas.

Estoy maravillada!!! A pesar de ser una relectura creo que la primera vez era demasiado joven para poder valorar en su totalidad esta inmensa obra por extensa y por grandiosa.

Decir que es una novela de adulterio, es decir poco, aquí Anna aunque da titulo a la novela es el personaje eje por donde transita todo un universo de personajes e historias, pero no el más importante.

Me gustaría animar a todo el mundo a que lo leyera y que no se dejara imponer por su tamaño o por la etiqueta de "gran clásico" que le adorna de manera justa, porque es de lectura muy fácil, se bebe como el agua y cuesta parar. Eso sí, en los clásicos es importante encontrar una buena traducción y la de la editorial Alba es magistral, no es la única buena pero si se encuentra entre las mejores y ha obtenido varios premios.

IMPRESCINDIBLE!!!

"Anna Karenina", la obra maestra de León Tolstoi junto con “Guerra y Paz”, es una experiencia literaria que trasciende el tiempo y el espacio, sumergiendo al lector en un mundo rico en pasión, amor y las complejidades de la condición humana. En mi caso, me atrapó desde el primer párrafo y me dejó reflexionando mucho después de cerrar el libro.

Desde las primeras líneas, Tolstoi nos cautiva con su famosa frase: "Todas las familias felices son iguales; cada familia infeliz lo es a su manera". Esta declaración inicial sirve como puerta de entrada a un universo donde las emociones y los conflictos se entrelazan en un tapiz complejo y absorbente.

La historia de Anna Karenina no es solo la de una mujer atrapada en las convenciones sociales de la Rusia del siglo XIX, sino también la de un catalizador que desencadena una serie de eventos que afectan a todos los personajes que la rodean. A través de Anna, Tolstoi nos sumerge en un torbellino de emociones, explorando temas universales como el amor, la pasión y la búsqueda de la felicidad.

El desarrollo de los personajes es magistral, con cada uno exhibiendo una profundidad psicológica que los hace vibrar en la página: Levin con su lucha interior, Anna con su desesperación y Vronsky con su confusión emocional; todos parecían saltar de las páginas con una vida propia. Me enamoré de Levin por su honestidad y su búsqueda constante de significado en un mundo lleno de contradicciones.

La novela también ofrece una mirada fascinante a la sociedad rusa de la época, explorando temas políticos y sociales a través de los ojos de personajes como Levin, quien lucha por encontrar un equilibrio entre sus ideales y las realidades de la vida en el campo.

Pero es Anna quien se roba el escenario, pasando de ser vista como una figura heroica y feminista a una mujer trágica y desesperada. Su lucha por la felicidad y su inevitable caída nos llevan a reflexionar sobre la naturaleza del amor y la dependencia emocional.

A medida que la trama avanza, Tolstoi nos sumerge en un mundo de pasión y tragedia, explorando temas tan relevantes hoy como lo fueron en su época. Desde la búsqueda del significado de la vida hasta la lucha por el poder y la identidad, "Anna Karenina" sigue resonando con los lectores, ofreciendo una experiencia literaria que trasciende las barreras del tiempo y el espacio.

"Anna Karenina" es una obra maestra que cautiva y emociona, ofreciendo una mirada profunda a la condición humana y dejando una impresión indeleble en todos aquellos que se aventuran en sus páginas. Con su prosa viva y su narración envolvente, Tolstoi nos regala una obra que perdura en el corazón y la mente mucho después de que se haya vuelto la última página. Es una lectura desafiante pero gratificante, que vale la pena el esfuerzo y el tiempo invertido.

Marcada por la ética del adulterio, la autodestrucción de la protagonista, por su pasión desbocada, de mujer carismática y segura a mujer paranoica e insegura, y asi pasamos de odiarla a amarla y viceversa. Aunque, perfectamente podía pasar por un personaje secundario, no aparece en grandes fases de la obra. A veces, da la sensación de personajes principales, Kitty y Levine, una pareja más sólida, pura y estable. Descripción de la sociedad rusa del S XIX, la diferencia de la vida rural frente a la vida de decorado de piedra de la ciudad cosmovita. Destacando, el entendimiento de la naturaleza humana, y sobretodo la psicología femenina, es decir, el papel de la mujer de la época con sus reglas sociales-morales. Muy bien retratados los personajes y sus reflexiones, de prosa elegante y buenos diálogos. A veces, cansino por las 1000 páginas, sobre todo por temas secundarios, como por ejemplo la economía agrícola, demasiadas descripciones que no contribuyen a aumentar el ambiente de la novela.

Que Anna Karenina nos enfrenta a la complejidad de las relaciones humanas y la influencia de la

La sociedad en cada una de ellas es un hecho constatado. Que hay una lucha continua entre la razón y la pasión, entre lo racional y lo lógico, es evidente en cada línea.  No es la primera vez que leo a Anna Karenina, de hecho la he leído varias veces en mi vida y he visto algunas de sus adaptaciones cinematográficas. 

Poco puedo contar de este clásico que no se haya escrito, grabado, filmado …

Dos historias de amor confrontan dos mundos; experiencias, aparentemente distintas, van marcadas por un mismo contexto. El mundo de la pasión y el desasosiego y ese otro, el sosegado y armonioso. Aunque es una novela de temática amorosa, su eje principal es el adulterio marcado por la culpa, la autodestrucción, el resentimiento y la volatilidad de los sentimientos. Vives con el corazón en un puño … Anna se quedó sola por querer vivir un amor y sentir lo que es estar viva, ser amada como ella amaba. 

Ambientada en la Rusia imperial de finales del siglo XIX. En una sociedad marcada por sus rancios valores morales, sus tradiciones, derechos y libertades de la mujer, oposición a cualquier modernización y para mí un elenco de personajes que se entrecruzan entre ellos mientras van absorbiéndose mutuamente en cada uno de los rasgos imperantes y que dan una firmeza titánica a esta gran obra. Cada personaje describe un poder en esa sociedad que será el epicentro de la inminente revolución rusa. Solo la magistral habilidad narrativa de Tolstói nos lleva por este recorrido en el que un andén y un tren conforman una parte de los escenarios más relevantes Esas descripciones precisas sobre ambientes y personajes a través de esos monólogos interiores en los que reflejan una lucha constante entre quiero y debo.

La (im)perfección de Ana, el egoísmo de Vronsky, la sobriedad de kitty, la

comprensión de Levin, la compasión de Karenin 

van formando el andamiaje de la historia, todo ello descrito desde los sentimientos que cada situación produce.

No hay una sola voz en esta obra. Cada personaje ocupa un lugar esencial en la historia, historias que, a modo de Matrioskas van abriéndose e inmiscuyéndose unas en otras, hasta conseguir una figura completa. 

Rusia es un imperio y lo vemos reflejado en cada observación del autor, en su sabiduría y básicamente en sus palabras, “la novela tiene como finalidad la descripción global de la vida humana” y esa capacidad de transmitirnos lo que el personaje está sintiendo. 

Víctimas y verdugos 

El sistema y las personas.

¿Creéis que Anna es una víctima al rebelarse contra su situación, contra el sistema? 

Esta obra es de obligada lectura y no hay espacio suficiente para hablar de ella.

Creo firmemente que las grandes obras se construyen a golpe de pluma y tesón, como la construcción de un edificio en el que cada aportación es esencial para su firmeza.  Leer obras así, a mí personalmente, me complementan y rellenan de sabiduría.