Sed

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• ¿Por qué Jesucristo no pudo ser tal y como esta autora describe en esta novela? Cercano, muy humano, con sus temores, miedos, inseguridades, ...
• Me encanta la fina ironía de esta mujer, cómo ha sabido desarrollar un Jesús que se ha enamorado, ha tenido sexo con María Magdalena, y como se ha hecho preguntas sobre la humanidad, sobre el amor, y muchas más cuestiones a descubrir en este libro.
Desde luego, no es una historia que pueda pasar desapercibida ni indiferente ante tal personaje, y eso sólo lo consigue;

• Amélie Nothomb •

• Un librito que sin duda, en ciertos países a causado cierta polémica y ha levantado ampollas.
Y hubiera sido una firme candidata a ser quemada en la hoguera en otro tiempo, jajaja.
¡Creo que yo también! 🔥

• Lo mejor de este libro no es lo sagrado que puede contarse de él, ni sobre la figura de Jesús cómo tal, sino su parte mucho más humana, esa parte no tan habitual ni tan corrompida por el clero.

• Escrita en primera persona, cuenta la crucifixión y los momentos anteriores y posteriores de la misma, de forma sublime.
Dónde no puede faltar su afilada y peculiar ironía, y esa forma tan propia de contar las cosas.

• Un libro muy bien escrito, (como casi todos sus libros) y que recomiendo su lectura. Una autora que no tiene desperdicio.


• "Somos alguien mejor cuando nos divertimos, _ según Jesús, y yo desde luego no podría estar más de acuerdo.

La Pasión según Jesucristo o la Pasión según Amélie Nothomb. La autora se mete en primera persona en la piel del propio Jesús y le da voz para que nos cuente cómo se sintió en sus últimas veinticuatro horas de vida. Unas horas en las que también tuvo tiempo de reflexionar sobre lo vivido, sobre las personas que lo acompañaron, sobre el amor y la traición. Reflexiones que se convierten en una meditación filosófica sobre el sentido de la vida y de la muerte, y sobre la inmortalidad de las almas.

Nos muestra a un Jesús lleno de contradicciones, miedos, sufrimientos, preocupaciones y debilidades. A un Cristo muy humano y poco "divino", que cuestiona a su creador y se hace las preguntas que todos nos hemos podido hacer en algun momento.

Pocas páginas llenas de valor, repletas de sentimientos, pasión y sufrimiento. Con un estilo fresco y desenfadado, de forma sencilla y con toques de humor, la autora nos acerca a lo que podría haber sido. Pero no se trata de una reinterpretación de unos hechos históricos, sino de aproximarnos a un hombre desde una vertiente más humana y carnal, de dotarlo de pensamiento, criterio y opinión, de proporcionarle placer, deseo y dolor.

Un libro que rompe con los dogmas impuestos por la religión y de forma crítica, pero sin intención ofensiva o provocadora, sino totalmente creíble y cercana, la autora despliega su genialidad y originalidad para meterse en la mente de un ser extraordinario y mostrarnos que fue hombre y sufrió, que amó la vida y no lo entendió todo. Y en ese ser corpóreo la sed, como bien nos adelanta el título, toma especial relevancia como símbolo del deseo y la saciedad que su creador no puede entender porque no la ha sentido nunca.

Hace años leí por primera vez a la autora con Estupor y temblores. Me gustó, pero me faltó conexión con su forma de escribir. Ahora me ha encantado y quiero seguir leyéndola.

Si pudiéramos haber estado dentro de la cabeza de Jesucristo durante sus 33 años de vida, lo más probable es que tuviéramos una idea muy distinta de su persona y su pensamiento. Posiblemente veríamos a un Jesús como nos lo presenta Nothomb, o por lo menos algo muy parecido a lo que encontramos en este libro.

Es curioso como la religión (la gran mayoría, pero me centraré en el cristianismo por que es la que alimenta esta novela) ha construido la figura de Jesucristo como un ser divino, por encima del resto de los mortales, obviando lo más evidente: que era un ser humano, como tú, como yo y como cualquiera.

Si bien este libro muestra una versión un poco radical (aunque muy coherente) de Jesús, Nothomb consigue mostrarnos que era una persona con sus preocupaciones, consciente de lo que él significaba para el resto de personas pero sin dejar de sentirse angustiado, perdido, y sin entender muchas cosas de las que le pasaban. Evidentemente no es un relato cien por cien fiable ni riguroso de su comportamiento, pero atendiendo a la época y su posición como mesías, la historia que nos presenta Nothomb es muy acorde y coherente a los hechos.

En apenas 125 páginas la autora construye, o mejor dicho reconstruye la vida de Jesucristo, mostrándonos un mesías más humano, que no reniega de su divinidad, pero que es consciente de su humanidad.

Si bien este libro no tienen ningún rigor histórico más allá de los hechos que suceden y sus localizaciones, invita a una reflexión muy interesante sobre la figura de Jesucristo y su papel a lo largo de los siglos. de cómo se ha transformado (o han transformado, mejor dicho) su figura en un símbolo, olvidando que fue un ser humano como nosotros, y que su destino estuvo fijado desde antes de que naciera.

"La excusa que me viene a la cabeza es que actué como cualquier otra persona: viví al día, sin pensar demasiado en las consecuencias. Me gusta esta versión en la que solo soy un hombre, ¡y como disfruté siéndolo!
Desconozco si Amelie Nothomb es creyente (al menos proviene de una familia católica) y si con esta novela ha querido hacer un homenaje o una crítica, pero lo cierto es que su lectura no te deja indiferente. Bueno, en realidad ninguno de sus libros lo hace. Sus historias son cómicas, mordaces, sarcásticas, originales y con mucho carácter. Sed es, sobre todo, original y tremendamente personal.
En ella cuenta su particular visión de la Pasión de Cristo, y para ello, narrado en primera persona, se funde con el, y gracias a esto asistimos a las últimas horas que acabaron en el Gólgota como todo el mundo sabe. Una horas que transitan entre recuerdos, emociones, sufrimiento y agonía.
Contemplamos a un Jesucristo niño, "Tenía diez años, jugaba con otros niños del pueblo, nos tirábamos al lago desde lo alto de un montículo, y yo no me atrevía"; a un hijo admirador de su madre, "Mi madre bailaba, yo bailé con ella, con esa buena mujer a la que tanto quiero. Mi embriaguez era la expresión de que la quería, y yo sentía su respuesta"; incluso a un Jesucristo enamorado, de María Magadalena claro, "Gracias a ella supe que dormir era un acto de amor. Cuando dormíamos así, nuestras almas se fundían aún más que al hacer el amor...", "Estoy tan enamorado de ella como lo está ella de mi".
Y al final, un Jesucristo entregado, convencido, quizá derrotado, pero fiel al destino al que se entregó con ardor, incluso, quizá, con inconsciencia.
"Mi padre no se equivocó al asignarme este papel. Soy el indicado. Me he comportado con la suficiente ceguera como para equivocarme tanto, con el suficiente amor como para perdonarme y con el suficiente orgullo como para mantener la cabeza bien alta".
Repito, no se si Amelie Nothomb pretendía hacer de Sed un homenaje a la figura (histórico-religiosa) de Jesucristo, pero lo parece, y es magnífico. Hacía mucho tiempo que no la leía, y como siempre (o casi) esta mujer no defrauda. al menos a mi, ¡claro!

Lo primero que hay que decir es que el libro tiene una prosa que lo hace muy fácil de leer, se comienza la lectura y se avanza casi sin darse cuenta.
Está es una versión alternativa a los evangelios canonicos, escritos desde la perspectiva de Jesús, un Jesús muy humano, pero que no por ello deja de ser Hijo de Dios.
La novela no cae en lo irreverente, por lo menos según mi criterio, muestra a un Jesús sufriente, y también decepcionado del género humano. Porque el libro no parece escrito para rebatir lo que dicen los evangelios, (hay diferencia con estos, obviamente) si no más bien para demostrar lo mal agradecidos, hipócritas y cobardes que podemos llegar a ser como especie. Son por ejemplo ciertos actos de bondad los que más se destacan, por constituir precisamente una anomalía.
El libro no pone en tela de juicio ni los milagros de Jesús, ni el hecho de su muerte para la salvación de la humanidad, si no lo procedente de estos actos ¿Valieron la pena, el sacrificio?
Es justamente en este punto dónde la autora se muestra más alejada de la doctrina cristiana, ¿Era necesario tanto sufrimiento para demostrar el amor de Dios al mundo?
Un libro para meditar, cuestionar, debatir y rebatir