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Críticas sobre Tengo miedo torero (25)
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marenpergamino
 09 November 2022
En cuanto leí la primera página, supe que iba a quererlo🥺 y lo primero que pensé fue: " este hijo de puta de Lemebel me lo va a matar y lo voy a odiar". Hasta tenía miedo de terminarlo porque sabía que podía quitarmelo 🥺...y yo ya lo amaba. Ya era parte de mí y ya era inolvidable🥺.

La historia transcurre en 1986, en el Chile pinochetista, el Chile sufrido de la censura, del miedo, de los secuestros y las aberraciones. Y lo que hace Lemebel en este libro es sublime porque articula magistralmente lo político con lo privado. En medio de este clima feroz propio de los gobiernos de facto, donde unos luchan y denuncian y otros sobreviven mirando al otro lado, un homosexual al que todos llaman " la loca del frente", se enamora perdidamente de un joven revolucionario.
Y Lemebel no solo transmite el desasosiego de un pueblo herido y amordazado, sino todo lo que podía sentir un homosexual, sabiendo que en el Chile de Pinochet, ningún hombre se atrevería a amarlo. La loca del frente sabía que solo podía aspirar a un sexo sucio, escondido y prostituido, pero nunca a un verdadero amor. Y era consciente de que lo que le quedaba por delante era una vejez triste de mariposón nostálgico y solitario.
PEEEERO...así y todo, la loca nunca dejaba de ilusionarse, nunca dejaba de dar y nunca dejaba de entregarse. Nunca se rendía🥺.

Este libro brilla porque ella lo hace, brilla y encandila y lleva luz a todo lo que toca. Porque la loca era un personaje precioso que podía convertir toda la mierda, la tristeza y la fealdad que la rodeaba, en algo bello.
Y si creen que exagero, los desafío: lean " tengo miedo torero" y traten de no enamorarse. Verán que es imposible💜.

P.d: leído con PabloZL🤗
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Ros
 18 January 2023
Excelente lectura. He leído también todas las interesantes reseñas de los compañeros lectores, absolutamente geniales. Y es que se trata de una extraordinaria novela que nos sitúa de lleno en una de las etapas más duras de la historia chilena, en la dictadura militar de Pinochet, las protestas, las revueltas, los apagones, las detenciones y desapariciones que aumentaban en la etapa del dictador. Es el año 1986 en Santiago de Chile y cuando se produjo el atentado a Pinochet.

Es, en este ambiente, donde nos encontramos una gran historia protagonizada por un extraordinario personaje, que lo conocemos como la Loca del Frente, al que vamos a querer y que, junto a un joven revolucionario, nos llevarán por los caminos del amor entre canciones sobradamente conocidas como la que da título a la novela, Tengo miedo torero, una de las canciones interpretada por Sara Montiel además de otras muchas canciones, ya que al protagonista le encantan los boleros antiguos y siempre parece estar dispuesto a recordarlos y a cantarlos.

Y siempre los escuchamos en circunstancias propicias, en el momento oportuno y exacto para guiarnos por la entrañable historia. Están increíblemente muy bien situados, parecen necesarios, y esto es realmente un gran trabajo del escritor. Ni faltan, ni sobran.

Es la primera novela del escritor chileno que se caracterizó por la denuncia política y social en su vida de cronista en periódicos, revistas, programas y talleres hasta adquirir una gran proyección internacional.

Fue su amigo el también reconocido y gran escritor chileno, Roberto Bolaño quien desde su exilio en España, elogió, admiró y reconoció esta importante obra dándole el carácter internacional que se merece.

El autor comenzó escribiendo cuentos y escenificando textos propios sobre la realidad homosexual y reclamando además los derechos humanos y el diálogo para la democracia. Y siempre tratando la marginalidad chilena a la vez que insertando múltiples referencias autobiográficas, como hace en esta extraordinaria obra.

Pues es claro y también necesario señalar, que uno de los grandes rasgos marcadamente dominantes, es la importante y profunda conexión entre la vida del propio Lemebel y su obra literaria. También lo encontramos aquí.

En esta novela, nos vamos a enamorar de un gran personaje, un personaje entrañable llamado la Loca del Frente, como protagonista y a la vez testigo de todo lo que está sucediendo en Chile y del atentado a Pinochet.

Este personaje, la Loca del Frente, que habita en un altillo de una casa de tres pisos conocerá a un joven, al que llaman Carlos que le va a pedir el favor de utilizar su casa para que le guarde unas grandes y pesadas cajas pero sin contarle lo que contienen en ellas. Y así comenzará también una historia de amor.

Es muy curioso e importante darnos cuenta como los dos aspectos o temas esenciales que vehiculan toda la historia, por un lado, el tema político revolucionario y, por otro lado, el tema del amor, se dan la mano y juntos se entrelazan brillantemente, para ofrecernos unidos una maravillosa novela donde asistimos a una intimidad profunda, que será su unión lo que nos lleve y nos marque un camino absolutamente certero e inolvidable.

Se hizo una adaptación al cine que no he visto y no puedo calificar aunque sí debo decir que conforme lo lees vas imaginando lo que nos cuenta, lo vives y lo ves también como si fuese una película.

No tengo una idea concreta y mucho menos elaborada, de cómo he llegado a relacionar, finalizada la lectura de este libro, con otra obra reciente, con la novísima aportación literaria de Manuel Vicent en su “Retrato de una mujer moderna”, en el que nos cuenta casi todo de Concha Piquer.

Pienso que es el contexto, el momento, el tipo hegemónico en el que había de ser vivida la vida, las canciones, la importancia de éstas, que se tornan relatos completos cuando las dictaduras censuran los libros, la historia que se cuenta y se canta en cada una de ellas, me ha hecho pensar en similitudes, atendiendo al desgarro, la pena, la impotencia, las lágrimas y los amores desafortunados y también, como no, en las luces, esperanzas, desobediencias sociales y amores exitosos que también se cantan en coplas y en boleros.

Así pues. la Loca del Frente me lleva a Concha Piquer y Concha Piquer me lleva a la Loca del Frente del mismo modo que Lemebel me lleva a Manuel Vicent y Manuel Vicent me lleva a Lemebel. No sé cuál es el motivo de esta ida y vuelta pero eso ya lo averiguaré otro día.

Una obra absolutamente genial.
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uriel166
 23 May 2022
En "Tengo miedo torero", Pedro Lemebel nos invita a ser testigos de una historia dura y triste pero a la vez encandilante y juguetona que se permite el desparpajo de un lenguaje sencillo pero orgullosamente ornamentado para contarnos la realidad más dura. La palabra, el optimismo, la búsqueda de la belleza y la dignidad, aún en los lugares más envilecidos de nuestras sociedades, son las armas que utiliza Lemebel para denunciar y desenmascarar la sordidez, la ignorancia y la tragedia presente muchas veces (demasiadas) en las sociedades latinoamericanas; sociedades donde la violencia, la marginación y la injusticia son moneda corriente. En ese triste escenario, con el Chile de los años ochentas como telón de fondo, se erige como un atisbo de claridad entre tanta pesadilla, la historia del amor entre La Loca del Frente y Carlos, un estudiante revolucionario; un amor atípico, sutil y exagerado a la vez. Una historia totalmente atravesada por su época y por un hecho histórico puntual (un intento de atentado contra el dictador Pinochet) y narrada en un brillante contraste con la relación entre el viejo dictador y su esposa; una mujer avinagrada, superflua y ostentosa a más no poder.

Muchas veces en la literatura es intensa y desmesurada como un viejo bolero. Pero, como los boleros, también tiene un nexo inquebrantable con la realidad. Porque al fin y al cabo las únicas verdades que nos salvan son las verdades poéticas. Y aquí estamos ante una historia plena de sordidez, miserabilidad, violencia e injusticia pero también de una dignidad inquebrantable, de ésas que siempre nos permiten, por tenue que sea, sentir una brisa de esperanza para una humanidad y una sociedad que es horrible la mayoría de las veces. Y hacen que los pesimistas como yo, suspendamos un poco nuestro escepticismo.

Definitivamente, "Tengo miedo torero" es una novela atrapante y absolutamente recomendable.
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pabloZL
 24 October 2022
¡¡me gustó, me gustó me gustó (x100) …!! Pedro Lemebel me conquisto desde la página uno por la elegancia y poesía que existe en su relato. Mágicamente me transportó al Chile de los años 80's, reviviendo, el sentir de una generación reprimida a manos de Pinochet.

En este Chile del pasado descubrimos a “La loca del frente” un travesti con varios añitos en la espalda, quien se enamora perdidamente de un joven revolucionario, Carlos, al cual prestará su casa para realizar secretas y peligrosas reuniones que buscan terminar con la dictadura.

La historia, con toques políticos, es principalmente es una bella historia de amor. Conocer a este personaje sin nombre, “La loca del frente”, es que vale cada página leída. Un personaje potente, carismático, que contagia con su luz y alegría; pero también te golpea su trágico pasado y presente triste y solitario. Empatizas de tal forma que sientes en tu piel toda su vida cargada de discriminación, visibilizando el sentir de las minorías sexuales: sus miedos, sus sueños y su lucha continua en una sociedad chilena conservadora que desde los 80's a la fecha, lamentablemente, no ha cambiado mucho.

No esperaba que este libro, el primero que leo con temática LGBT, se iba a transformar en una de mis mejores lecturas de este 2022 y esto se debe simplemente a que “Tengo miedo torero” es una maravilla. 👍👍👍

Pd. Libro leído en conjunta con Marenpergamino. Gracias por insistir😃😃

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AnaLoras
 20 November 2022
Elegí este libro, como muchos otros, gracias a las reseñas y recomendaciones de otros lectores, y se ha convertido en una de mis mejores lecturas del año.

He viajado a Chile, año 1986, en el que se perpetró un atentado contra el dictador Augusto Pinochet.

Y allí he conocido a uno de los mejores personajes que he leído nunca, La loca del Frente, un hombre mayor que siempre se ha sentido mujer, homosexual, que se enamora locamente de un joven revolucionario, Carlos, por el que será capaz de cualquier cosa.

Es un personaje al que adoras desde el minuto uno, sufres por él hasta la última página, le toca vivir prácticamente al margen de la sociedad, en su mundo de locas, con el estigma de ser homosexual en un país y una época bajo la opresión de la dictadura. Pero la loca del frente a pesar de su duro pasado, su duro presente , y su incierto futuro, es capaz de crear magia, arrancar sonrisas, crear belleza con los pocos medios que tiene a su alcance, y sobre todo te da una gran lección de dignidad... es indescriptible la bondad y el carisma de esta entrañable mujer. Y no, ella no es una ingenua, no se deja engañar por Carlos y sus amigos, sabe muy bien en qué se está metiendo, y lo asume. Porque a su edad, se ha enamorado.

En paralelo el autor nos muestra al dictador y a la primera dama, que no deja de parlotear, nos muestra la situación del país en esa época, hasta que la vida del dictador se cruza con la de Carlos y la Loca del Frente.

Me ha gustado mucho la historia, escrita con una prosa lírica al mismo tiempo que cercana y coloquial, con un rico vocabulario, que aunque utiliza muchas palabras propias del país cuyo significado desconozco, se puede adivinar fácilmente por el contexto.

Una historia acompañada de boleros, de canciones a las que se aferra la loca del frente tratando de cerrar los ojos ante las nefastas noticias y la realidad del pais, entre las que destaca esa canción española que da título al libro... Tengo miedo torero.

Maravillosa novela, que aúna de forma magistral la política y la vida privada de sus personajes. Cien por cien recomendable.

Yo agradezco a marenpergamino y pabloZL sus reseñas y recomendación de este libro.
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entresomnis
 20 February 2023
Ambientada en los años 80 de Santiago de Chile, bajo la dictadura de Pinochet, Pedro Lemebel escribe su única novela.

La protagonista es La Loca del Frente, que conoce por casualidad a Carlos, activista rebelde que, en un inicio, utiliza su amistad para esconder en su casa material sensible de la resistencia y organizar reuniones clandestinas, pero que pronto se deja querer por ese homosexual lleno de ternura. La Loca se hace la loca para tener a Carlos cerca y su historia va creciendo hacia una amistad y un amor puro, aunque imposible. Una amistad sanadora que los llena de paz en mutua compañía y los aleja de la cruda realidad por la que está pasando la sociedad del país.

Paralelamente a esta preciosa historia, tenemos también la del día a día del matrimonio Pinochet a través del punto de vista de la mujer, una dama superficial preocupada por asuntos banales que entran en contraste con la otra realidad existente en las calles. Dos historias tan distintas que chocan y le dan un punto de irónico humor a la cruel verdad que reflejan.

Nos encontramos pues, ante una novela necesaria y valiente, que a ritmo de bolero toca temas complejos y universales como la homosexualidad totalmente estigmatizada bajo cualquier dictadura. Una novela corta e intensa, en la que pocas páginas son suficientes para transmitir tanta grandeza.

Porque la historia es preciosa, pero la fuerza está centrada en los personajes por una parte, llenos de ternura y humanidad, personajes que transmiten sus sentimientos a la perfección y se quedan en el corazón del lector para siempre. Y por otra parte en la gran riqueza narrativa, con un lenguaje que es una mezcla entre lo coloquial, incluso vulgar, y la belleza poética, casi barroca, de sus palabras. El lirismo que contiene su narración convierte esta novela en una gran obra de arte de la que disfrutar tan solo dejándose llevar por su musicalidad y hermosura. Una exquisitez para degustar despacio y volver atrás para volver a leer solo por el placer de disfrutar de nuevo. Literatura en estado puro. ¡Magistral!
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Guille63
 10 November 2023
Hablando sobre la sorpresa que le supuso el gran recibimiento que los chilenos dieron a su novela, el autor comentaba que a Bolaño no le había gustado, que “Le parecía una novelita rosa, un folletín. ¡Eso era, pues niño! ¡Un folletín cursi!”.

“…se la quedó mirando embobado, encaramada sobre una roca, con el mantel anudado en el cuello simulando una maja llovida de pájaros y angelitos. Alzando el garbo con las gafas de gata, mordiendo seductora una florcita, con las manos enguantadas de lunares amarillos, y los dedos en el aire crispado por el gesto andaluz… aplaudiendo esos visajes, esos «besos brujos» que la loca le tiraba soplando corazones, esas pañoletas carmesí que hizo flamear en su costado, quebrándose cual tallo a puro danzaje de patipelá, a puro zapateo descalzo sobre la tierra mojá, sobre el musgo «verde de verde limón, de verde albahaca, de verde que te quiero como el yuyo verde de tanta espera verde y negra soledá»”

Y así es, porque la Loca del Frente, el gran personaje que llena toda la novela, es cursi, es kitsch, porque esa es su forma de afrontar lo feo del mundo, de cara, sin esconder su condición de hombre homosexual que no ha recibido apenas educación, exagerando la feminidad, apasionándose por coplas y boleros, viejas canciones sentimentales en las que vuelca su deseo imposible por Carlos, un hombre heterosexual miembro del Frente Patriótico Manuel Rodríguez al que ayudará por amor y por amor a él irá poco a poco comprometiéndose políticamente con la causa. ¿Y qué amor no es cursi visto desde fuera?

“Así, cual abejorro zumbón, iba y venía por la casa emplumado con su estola de: Sí, Carlos. No, Carlos. Tal vez, Carlos. A lo mejor, Carlos. Como si la repetición del nombre bordara sus letras en el aire arrullado por el eco de su cercanía. Como si el pedal de esa lengua marucha se obstinara en nombrarlo, llamándolo, lamiéndolo, saboreando esas sílabas, mascando ese nombre, llenándose toda con ese Carlos tan profundo, tan amplio ese nombre para quedarse toda suspiro, arropada entre la C y la A de ese C-arlos que iluminaba con su presencia toda la casa.”

Un personaje tierno, conmovedor, valiente, honesto, leal, que tuvo que superar un pasado de abusos y marginalidad transformando la vida a su modo, al modo que Lembel le imprime a la novela, un “modo de adornar hasta el más insignificante momento”.

“Amores de folletín, de panfleto arrugado, amores perdidos, rastrojeados en la guaracha plañidera del maricón solo, el maricón hambriento de «besos brujos», el maricón drogado por el tacto imaginario de una mano volantín rozando el cielo turbio de su carne, el maricón infinitamente preso por la lepra coliflora de su jaula, el maricón trululú, atrapado en su telaraña melancólica de rizos y embelecos, el maricón rififí, entretejido, hilvanado en los pespuntes de su propia trama. Tan solo, tan encapullado en su propia red, que ni siquiera podía llorar no habiendo un espectador que apreciara el esfuerzo de escenograííar una lágrima...”

He de reconocer que mis grandes expectativas se templaron un poco en las primeras páginas al descubrir el gran parecido que guarda tanto en el planteamiento de la novela como en el personaje de la Loca del Frente con los del clásico de Manuel PuigEl beso de la mujer araña”, de tal forma que incluso el gusto por las viejas canciones de aquel y de las películas clásicas de este se utilizan del mismo modo para que uno y otro expresen sus sentimientos hacia el imposible objeto de su amor. Tampoco estaban ayudando los muchos modismos chilenos, su lengua callejera, su lengua “marucha”, a la que tardé algo en acomodarme.

“Su son maraco al vaivén de la noche, al vergazo oportuno de algún ebrio pareja de su baile, sustento de su destino por algunas horas, por algunas monedas, por compartir ese frío huacho a toda cacha caliente. A todo refregón vagabundo que se desquita de la vida lijando con el sexo la mala suerte.”

Pero poco a poco la novela me fue ganando con una poesía que, lejos de endulzar la justa rabia que tiñe toda la novela, la realza con una belleza que trasciende el feo Chile de los años ochenta y sus feos dirigentes. Me dejé llevar por sus musicales fraseos, su barroquismo, sus juegos verbales, sus palabras inventadas, sus significados metarfoseados. Me terminó por hacer gracia su exagerado maniqueísmo que llega a su máxima expresión en la paródica pareja que forman el dictador Pinochet y su mujer, la cobardía de aquel, su homofobia, su rencor infantil de niño al que ningún otro acompañaba en sus cumpleaños, y la frivolidad y estupidez que caracteriza el parloteo interminable de ella. Me conquistó el final casablanquero con el que termina una historia que muy bien podría haber sido una de las contadas por Molina, el igualmente maravilloso personaje de la novela de Puig.

Tres estrellas y media que redondeo por y con cariño.
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My
 27 February 2023
Ya era hora de leer Tengo miedo torero, y no lo habría hecho sin la hermosa reseña (escrita y oral) de Marenpergamino que siempre da en el clavo recomendando historias maravillosas.

¡Gracias, Maren, Ros, Ana Loras y Pablo ZL por compartir sus impresiones y llevarme a mi primera lectura cinco estrellas del año!!

Qué puedo decir que no se haya dicho ya sobre este librazo. La loca del frente no se olvida. Un personaje enorme, que no lo sería sin la facultad de Lemebel para describir sus emociones, sus angustias, su contexto y todo aquello que le rodea y que ella intentará embellecer para darle la vuelta. Las canciones que le acompañarán mientras sufre, vive y siente, son el marco perfecto para acercarnos a ella y descubrir todo el universo que la compone.

No podemos pensar en La loca sin recordar a nuestra Manuela de “El lugar sin límites”, de José Donoso. El homenaje, la inspiración, son claros y ambas historias nos presentan a dos personas homosexuales que deben fabricar sus propias armas y llevar al límite sus talentos para sortear las dificultades a los que la vida los arrastrará. Ambos personajes son entrañables y fuertes como rocas duras, y en ambos se apreciará su visión particular de la belleza, el único refugio cuando sus días son más oscuros.

Tengo miedo torero transita entre dos historias. Una es la de la ya mencionada “La loca del frente” y la otra es un vistazo a la vida cotidiana de Pinochet y su esposa, Lucía Hiriart de Pinochet. Un mundo determinando al otro. El mundo visto desde dos posturas que en algún momento se encuentran. La mujer de Pinochet vive en su mundo de lujo rancio y decadente y se fabrica distracciones e historias que se cuenta a sí misma para evadir la realidad. La loca del frente también se fabrica un mundo propio para refugiarse de todo el dolor, del sufrimiento de una vida dura y complicada. A una le mueve la ilusión del poder sin límites; a la otra le mueve la ilusión de estar enamorada.

Dicho lo anterior, el contexto histórico en el que se desarrolla la novela juega un papel fundamental en el sentir de los personajes. Las dictaduras siempre serán despiadadas con quien es diferente, con quienes no encajan en el perfil de ser humano determinado por la ideología. Esa es la realidad de nuestra Loca y en ella sobrevive y crea belleza y se enamora perdidamente de su paladín de la justicia y la libertad.

Lemebel hizo un uso tremendo de las palabras para describirnos ese mundo de luces y sombras. Gracias a su pluma nos arrojaremos con ganas a esta historia y lograremos conectar y sentir cada detalle y emoción. También nos regaló imágenes enormes. Me viene a la cabeza ese momento donde La loca va a entregar un mantel a una casa cuya clienta tiene vínculos con lo más alto del poder. Un momento brutal, en el que los dos mundos se tocan y colisionan. Una sensación que ya flota en el aire, pero que en ese momento nos atrapará en toda su tragedia y verdad.

No hay un pero. No le falta, no le sobra nada. El amor, el dolor, la belleza, los sueños y las ilusiones viven, laten y nos mueven incluso cuando habitamos un mundo y una realidad donde todo ello parece un imposible.

Felices lecturas.
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smartinez143
 05 January 2023
Esta novela la leí gracias al podcast de Maren pergamino.
Tengo miedo torero es una novela escrita por Pedro Lemebel en el año 2001.
La novela se desarrolla en el año 1986 en Chile, y nos muestra el descontento de algunos sectores con la dictadura de Pinochet. Este malestar culmina con el intento de atentado contra Pinochet en septiembre de 1986,por parte del Frente Patriótico Manuel Rodríguez, organización guerrillera de ideología marxista.
En esta obra, la protagonista, La loca del Frente, un travesti maduro,se enamora de Carlos, un estudiante que celebra reuniones en su casa, e introduce en esta extraños paquetes.
El título de la novela proviene de una canción de Lola Flores, Tengo miedo, torero, y creo que se establece un paralelismo entre el torero y Carlos, ya que ambos están en situaciones que entrañan un peligro.
Me ha gustado mucho la novela, sobre todo el personaje de la loca del Frente ,que es divina. Es una persona que lo ha pasado mal en la infancia y adolescencia por tener un padre homófobo, y que de adulto se ha conformado con amores pasajeros basados en el sexo. Ahora tiene la ilusión del amor por Carlos, aunque ella sabe que es un amor imposible.
Me han gustado menos los pasajes en los que aparecía Pinochet, aunque su mujer también era graciosa, con su imparable verborrea.
En resumen, es una obra muy recomendable. No conocía al autor, y no me molestaría leer más de él, aunque escribió sobre todo ensayos y cronicas, siendo esta su única novela.
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Lavidamurmura
 06 November 2023
Puede que llegue tarde a hablar de este texto (como creo que ocurre en la mayoría de las ocasiones), pero cualquier momento es bueno para poner en los ojos del presente esta historia ambientada en el Chile del año 1986.

Nos hablarán las voces ásperas de Pinochet y de su mujer; pero sobre todo nos conmoverá la relación de la Loca del Frente y Carlos. Un juego entre amor y militancia, donde queda patente que la verdadera revolución política es el amor no correspondido, el amor que es libre para amar a quien quieras aunque el aliento no empañe ningún espejo, ningún labio.

La Loca del Frente es capaz de distorsionar el mundo de los otros con su baile de pronombres, de vivir su homosexualidad de la manera más bruta y tierna. Un personaje que, como nos dirá en un momento del texto, es capaz de enamorarse como una perra mientras que el otro simplemente se deja querer.

Y esta es la clave que nos hará buscar en la historia los recovecos donde esa relación se materialice, donde deje de ser un juego consentido por ambas partes y explote como lo hizo aquel intento de asesinato del dictador.

Nos encontramos ante un texto con todo el movimiento del que el lenguaje es capaz, asfixiante por momentos debido a la cantidad de palabras y modismos de la oralidad chilena; singulares, pulidas a veces, otras simplemente paladeables. El habla popular colorea los pespuntes de un texto deslenguado, auténtico.

Sin llegar a ser (para mí) una novela excepcional, sí que considero que es lo suficientemente valiente e interesante como para sumergirse en su mundo de encaje, sangre y erotismo con la curiosidad de estar entrando en un corazón que palpita al ritmo del bolero y de lo que nunca se ha tenido y, sin embargo, ya hemos perdido.

Enlace: https://www.instagram.com/p/..
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