El obsceno pájaro de la noche de José Donoso
a la Lucy le salió un orzuelo , lo mejor para los orzuelos es refregárselos con el poto de una mosca , así se quitan
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Calificación promedio: 5 (sobre 41 calificaciones)
/30/01/2024. Diálogo a propósito de la publicación de Metempsicosis, de Rodrigo Rey Rosa, en el marco del ciclo 'Describo que escribo'. Sinopsis de Metempsicosis: Un escritor despierta en un cuarto amplio con grandes ventanas que dan al mar, una habitación blanca y tranquila de la que no puede salir. Está en un hospital psiquiátrico en Grecia y no recuerda nada, pero en su mesita de noche encuentra un manuscrito que explica cómo llegó hasta ahí. El ciclo 'Describo que escribo' es una propuesta de Casa de América para que destacados autores iberoamericanos compartan con los lectores esa vivencia de la escritura como proceso de vida; para que narren y describan cómo, por qué y para qué escriben. Rodrigo Rey Rosa nació en Guatemala en 1958. Su obra le ha valido el reconocimiento unánime de la crítica internacional y, entre otros, el Premio Nacional de Literatura de Guatemala Miguel Ángel Asturias en el 2004, el Premio Siglo XXI a la mejor novela extranjera del año otorgado a Los sordos por la Asociación China de Literatura Extranjera en 2013 y el Premio Iberoamericano de las Letras José Donoso en 2015. Sus últimas novelas son Fábula asiática (2016), El país de Toó (2018) y Carta de un ateo guatemalteco al Santo Padre (2020). Este encuentro se realiza en colaboración con la editorial Alfaguara. Bienvenida: - Luis Prados, director de Programación de Casa de América. Participantes: - Rodrigo Rey Rosa, escritor guatemalteco. - Marta Sanz, escritora española. Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 España (CC BY-NC-ND 3.0 ES)
El obsceno pájaro de la noche de José Donoso
a la Lucy le salió un orzuelo , lo mejor para los orzuelos es refregárselos con el poto de una mosca , así se quitan
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El lugar sin limites de José Donoso
Tener una pieza mía, mía para siempre, con monas cortadas en las revistas, pegadas en la pared, pero no: de una casa a otra, siempre, desde que lo echaron de la escuela cuando lo pillaron con otro chiquillo y no se atervió a llegar a su casa porque su papá andaba con un rebenque enorme, con el que llegaba a sacarle sangre a los caballos cuando los azotaba, y entonces se fue a la casa de una señora que le enseñó a bailar español. Y después ella lo echó, siempre de casa en casa, sin un cinco en el bolsillo, sin tener dónde esconderse a descansar...
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El lugar sin limites de José Donoso
Un año llevaba soñando con él. soñando que la hacía sufrir, que le pegaba, que la violentaba, pero en esa violencia, debajo de ella o adentro de ella, encontraba algo con qué vencer el invierno. La Manuela podía odiarlo, como hace un rato. Y no odiarlo. Un niño, un pájaro. Cualquier cosa menos un hombre. Él mismo decía que era muy mujer. Pero tampoco era verdad. En fin, tiene razón. Si voy a ser puta mejor comenzar con Pancho. Mujer, era mujer. Ella se iba a quedar con Pancho.
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El lugar sin limites de José Donoso
-¿Y cómo conoce a cada uno de los perros? -Yo se los crío a don Alejo y los conozco desde chicos. Desde que nacen. De veras. Cuando don Alejo ve que alguno de sus perros negros anda mal, que se pone flojo o muy manso, o se manca de una mano, nos encerramos don Alejo y yo, con el perro y lo mata de un pistoletazo. Yo lo sostengo para que le pegue bien el balazo y después lo entierro. |
El lugar sin limites de José Donoso
Me dan ganas de ponerme el vestido delante de él para ver lo que hace. Ahora, si estuviera aquí en el pueblo, por ejemplo. Salir a la calle con el vestido puesto y flores detrás de la oreja y pintada como mona, y que en la calle me digan adiós Manuela, por Dios que va elegante mijita, quiere que la acompañe... Triunfando una.
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Casa de campo de José Donoso
Espero que mis lectores estarán de acuerdo —y que alguna vez hayan sentido la perturbadora herida causada por este sentimiento— en que la belleza tiene el poder de transgredir todas las fronteras, liberando la imaginación para que impere sobre la realidad.
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El obsceno pájaro de la noche de José Donoso
—¿Qué fue? —Niñito. —No, monstruo o normal… —Ah, no, normal otra vez la pobre. |
El obsceno pájaro de la noche de José Donoso
"Las diferencias entre una mujer más gorda del mundo y otra son casi nulas, toditas iguales, como los negros o los chinos"
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La guerra del fin...