Tengo miedo torero

Un muchacho del grupo terrorista Manuel Rodríguez que urde un atentado contra el general Pinochet (=héroe histórico chileno) se escuda tras un travesti que se enamora de él.
La trama sirve para narrar con desparpajo el medio de los homosexuales, del general Pinochet aislado de cierta realidad y con fondo de Chile altamente verosímil.

Un libro delicioso que te atrapa desde la primera página. Los personajes, y especialmente la Loca del Frente, podrían estar sacados de una novela de Jean Genet, pues se huele un parentesco, uranísticamente hablando, con algunos personajes de Nuestra Señora de las Flores, primera novela de Genet, que escribió en la cárcel: léase Culafroy, Divina o Pocholo, por la frescura de su hablar y de sus actos impulsivos e insolentes.
Si en la ópera prima de Genet destacaba alguna escena memorable, como la del joven "Notre Dame" recibiendo la sentencia delante del tribunal y asegurando descarada que el viejo estaba para el arrastre. Ya ni se empalmaba. "La última palabra no franqueó los labios menudos y fanfarrones; sin embargo, los doce ancianos, en seguida, a un tiempo, se taparon los oídos con ambas manos para impedir que entrara la palabra gruesa como un órgano que, al no encontrar otro orificio, se les metió, tieso y cálido, por la boca abierta. La virilidad de los doce ancianos y la del presidente quedaban escarnecidas por el glorioso impudor del adolescente". Nótese que los magistrados eran doce como los apóstoles, y el presidente era uno.
En el libro de Lemebel encontramos también muchas escenas parangonables con esta poética de Jean Genet. La sórdida escena del sexo en el cine está narrada tan magistralmente, que el ritmo vivaz y fresco del lenguaje no decae ante la hediondez y la explicitud de las palabras que cincelan esta prosa poética.
Otras escenas remarcables son, por ejemplo, los sueños del dictador, o más bien pesadillas de las que despierta muy alterado ante la sorpresa y reprobación de su esposa. También destacaré la escena del obrero sudado que se roza con la protagonista en el Microbús, o la antológica, poética y larga escena de la fellatio de la Loca del Frente a su amado Carlos.
La escritura de Lemebel se torna, por momentos, cinematográfica, como cuando la comitiva presidencial se cruza con dos maricones dándose el lote, y uno lleva un sombrero amarillo. No hay coincidencia más allá de lo visual con los cuatro personajes, pero es un truco genial del autor, pues, naturalmente, los dos hombres que ven por el campo son, nada más y nada menos, la Loca del Frente, con sombrero amarillo, y Carlos.

"Me enamoré de ti como una perra, y tú solamente te quedaste querer".

En el Chile de Pinochet, La Loca del Frente consigue una casita ruinosa que va haciendo suya con lo poco que tiene. Eso pese a que la mayoría del tiempo se ve invadida por unas misteriosas cajas y por el apuesto Carlos más otros jóvenes organizados contra la dictadura.

'Tengo miedo torero' es un título de Pedro Lemebel que nos habla de muchas cosas y todas ellas con una gran carga de sensibilidad, belleza y compromiso antifascista. En él se relata la historia de amor no correspondido entre La Loca del Frente, apodo de este hombre homosexual, y Carlos, que se aprovecha de él para convertir la casa en un piso franco donde se reúne con otros guerrilleros para organizar un golpe al régimen y esconder propaganda y armamento.

'Tengo miedo torero' es ensoñación y poesía, tradición oral, cultura popular y un manifiesto político que se nutre de la historia chilena, concretamente del atentado conocido como 'Operación siglo XX', para recrear el clima social y político que llevaría al fallido asesinato del dictador.

Lemebel da voz a los dos bandos ficcionados, el dictador y su esposa, y el Frente Patriótico Manuel Rodríguez (la organización tras el atentado), creando una rica amalgama de voces donde adquieren gran protagonismo la pobreza, el instinto de supervivencia, el equilibrio que consigue la disidencia en lugares donde no es del todo aceptada pero sí en cierta medida tolerada (las vecinas que se burlan de la Loca del Frente pero, a su vez, envían sin problema a sus hijos a una fiesta que organiza). Y también toca por encima el desprecio de la autoridad sobre un pueblo que debería representar por amarlo, no como un castigo.

Una lectura muy recomendada para todas las personas que tuvimos y seguimos teniendo miedo [torero] ante la normalización de la ultraderecha, los retrocesos que estamos viendo en nuestros derechos, y la incredulidad de que estos puedan ser moneda de cambio.

Esta obra nos narra los sucesos acontecidos en Chile entre la primavera y el otoño de 1986.

Los protagonistas
Una persona sin nombre, tan solo un apodo, La loca del frente; Carlos, un estudiante, militante político, bellísimo; Pinochet, el dictador y esposa.

Dos parejas.

Dos historias que transcurren en paralelo.

Dos voces

Dos vidas.

Nos encontramos en el Chile de la dictadura, con sus toques de queda, sus desaparecidos, sus diferencias sociales, su censura y sus violaciones de los derechos humanos.

Efectivamente, Chile es otro de los grandes protagonistas de la obra, Chile y esa casa, la “casita flacuchenta (…) de tres pisos con una sola escalera vertebral que conducía al altillo.” en la que florece nuestra protagonista.

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Es pura poesía en prosa, una delicia dura. Porque las delicias no tienen por qué ser suaves y bellas o dulces y livianas. Es una novela conmovedora que me llevó en volandas por los colores mariquitas del autor, tan sutil, tan encantador, tan infeliz, tan fuerte...