Siempre hemos vivido en el castillo

La mejor manera de empezar un lunes es generando amistad.
Hoy voy ha hacer muchas nuevas y variadas.
Lo sé.

Estupendo manual de las diversas formas de cocinar un huevo.
Destaca, a su vez, la variedad de mermeladas, lechugas y otros frutos de la huerta.

No se saltan una comida aunque arda la casa, y esta voracidad convierte la pretendida novela de misterio gótico en un excelente libro de cocina.
De lo otro, solo migajas.

Que sí, que Jackson escribe muy bien, y también se repite más que un pepino caducado en gazpacho gran reserva, el de mi suegra, que nunca se pone malo aunque le hayan crecido setas.

Fuera de toda lógica, la autora dedica más páginas a una dieta equilibrada que al meollo del misterio, convirtiendo lo primero en insufrible y lo segundo en absurdo.

¡¡Y qué personajes!!
¡Hasta los teletubbies en pleno confinamiento tenían mejor recorrido!

Es cierto que S. Jackson juega con el lector a que el mismo trace sus personalidades mediante descripciones y diálogos, no le vamos a quitar el mérito en lo único que ha estado muy hábil, pero sinceramente parecen sacados de la película de la vida de Brian.
En su premeditada complejidad no pueden ser más simples.

Sé que mis queridas lobas de lectura conjunta no piensan lo mismo y que le van a dar con un cazo a este indefenso corderito negro, pero la sensación de apatía, sueño y aburrimiento me ha acompañado durante todo el viaje.

Menos tensión narrativa que Jose Luis Corral bailando un tango.
¡Ojo, eh!

¿Misterio? ¿Qué misterio?
¿Qué hacemos de cena esta noche? ¿Quien ha movido los papeles de Julián?

Eso sí: si no sabes que desayunar, este es tu libro.

Para gótico, Poe, y déjate de ensaladas.


Que empiecen los juegos del hambre 🤣🤣🤣

Con este libro tuve la sensación de estar leyendo un cuento de hadas para mayores mezclada con esas historias de pueblo que luego terminan convertidas en leyenda urbana. Marrycat es la protagonista y es quien nos la cuenta en primera persona, vive con su hermana y un tío inválido en una casa a las afueras del pueblo, donde las relaciones con los vecinos no son muy amistosas

El comienzo me prometió muchas espectativas pero pronto el misterio de lo que había pasado, quién lo había hecho y cómo, se desvela y me quedé esperando algo más, un giro final, o un porqué, o la motivación, un móvil, el procedimiento... nada, no aclara nada, al contrario... si la idea era esa, perfecto!

Catalogada como novela de terror gótico, lejos de la atmósfera perturbadora de las primeras páginas, de no saber a qué nos enfrentamos, no me generó ningún miedo, ni angustia, ni siquiera inquietud y solo hallé una repetición de actos, costumbres y rutinas que me terminó cansando

Una novela que si bien es cierto es muy aclamada y reconocida yo no he logrado ver ese punto que gusta a tantos lectores, salvo la prosa de su autora, pero la historia en sí me ha dejado muy indiferente... Una pena porque no esperaba quedarme con esta sensación

Mary Katherine (Merrycat), su hermana Constance y tío Julian viven en un caserón apartado y apenas tienen contacto con la gente del pueblo. Llevan una vida apacible cultivado sus hortalizas, cocinando en la cocina familiar y paseando por el bosque que rodea la casa. Pero algo ocurrió hace seis años, algo que todos saben pero de lo que ninguno habla. Y la llegada del primo Charles será lo que hará desencadenar el desastre.
Me ha encantado conocer a Shirley Jackson. Reconozco que no conocía nada de ella y ahora me gustaría seguir descubriendo el resto de sus obras. En este caso, la historia me ha tenido intrigada desde el principio. La autora nos describe con detalle la vida apacible que lleva esta familia, recluidos en la casa familiar pero aparentemente felices y disfrutando del día a día. Poco a poco se nos van a ir descubriendo pequeñas sombras en esa aparente felicidad, la sombra de un pasado que pesa sobre ellos pero que apenas comentan, sólo de pasada y en momentos concretos, cuando se ven presionados por la gente del pueblo ó por la llegada de un extraño a la casa. Mención especial al personaje de Merrycat, la joven que nos va contando la historia y que en principio puede parecer cándida e inocente y que a medida que avanza la lectura se convierte en el eje central de toda la trama, en la que lleva la batuta de la historia, para bien y para mal. La " tontuela " Merrycat, menudo carácter. .
Si no habéis leído nada de Shirley Jackson os recomiendo este libro. Es de esos de los que lees y parece que no pasa nada. Y pasa, ya lo creo que sí.

"Nos tragamos el año. Nos comemos la primavera y el verano y el otoño. Estamos esperando a que crezca algo para luego comérnoslo."

La reclusión en casa de la joven Merricat transcurre entre nombres de venenos, gatos y comidas. Y los fantasmas de sus familiares que murieron envenenados unos años atrás... Con esta novela corta de Shirley Jackson me ha ocurrido que la lectura no ha sido tan satisfactoria como la reflexión a la que me ha invitado al finalizar. Existen historias en las que disfrutas el viaje pero caen en la indiferencia cuando cerramos el tomo y otras justo lo contrario. Esta es una de las segundas.

Consigue una ambientación sobrecogedora en las acciones trascendentales donde muestra las relaciones humanas, pero también caen en la intransigencia a menudo con situaciones anodinas. Jackson plantea un enfoque determinista desde las hermanas y juega con la ambigüedad del pasado, muestra como ven el exterior desde su interior. Los personajes están bien construidos al igual que la sensación de claustrofobia y suspense.

Siempre hemos vivido en el castillo es una novela extraña. Me ha dejado mejor sensación la reflexión y el poso que el viaje de su lectura, cosa que no es mala, pero es un sentimiento muy personal que no todo lector contemplará. Mary Katherine Blackwood es un gran personaje, la misteriosa ambientación de una atemporal Nueva Inglaterra está conseguida y nos adentra en un hogar cargado de suspense. Eso sí, hay que soportar algunas situaciones cotidianas soporíferas...

Una novela de una gran escritora y una buena historia que me ha encantado. Es la última novela escrita en el año 1962, ya que Shirley Jackson murió de un ataque al corazón a la edad de 48 años en 1965, pero dejándonos una magnífica y original obra.

La novela está narrada con gran maestría en primera persona, por Mary Katherine Blackwood, o Merricat, como se hace llamar en la novela, una protagonista singular e inteligente en la que recae el peso de la obra y la forma de contar su verdad. Vive con su hermana Constance, a quien adora, con su anciano y enfermo tío Julian y su gato Jonás, en un caserón apartado del pueblo.

El resto de sus familiares murieron por envenenamiento. Merricat es la pequeña, sin embargo, es la que tiene el control de la casa, para conseguir que todo continúe igual, ella y su hermana juntas para siempre en su castillo.

Los Blackwood no son queridos por la gente del pueblo, debido a los hechos ocurridos en el pasado ya que acusan a su hermana Constance del envenenamiento, a pesar de haber sido absuelta por las autoridades.

Las jóvenes llevan una vida de aislamiento enfermizo y encierro voluntario. Merricat es un personaje complejo, con una fascinante y gran personalidad y, sin duda, un personaje inolvidable.

Su autora, muy meticulosa con las palabras construye esta historia de terror psicológico y ambiente opresivo, dándonos una obra original y sutil que nos arrastra, además de generarnos una creciente inquietud .
Después me leí también el relato corto llamado “La-loteria “ una pequeña obra maestra que estremece e inquieta. Geniales ambas.

Siempre me interesó la novela gótica, las mansiones y las historias familiares que tienen detrás, esta novelita tiene un poco de todo eso. La vida de una familia que se ha truncado por una tragedia y la visión de los supervivientes, las dos hermanas y su tío inválido, esa casa enorme, y la mente de Merricat.
La visión de los habitantes del pueblo, como la masa enfurecida que en cualquier momento puede saltar y venir con antorchas a la casa, cual película de monstruo Frankenstein, y la belleza y sutileza de la hermana mayor.
Para mí esta historia no es solo, un retrato de lo oscura que puede ser la mente humana, es también un reflejo de lo que la sociedad puede llegar a castigar o a estigmatizar a las personas que no son como esta espera, condenandolas al olvido y al destierro.

Hola a todos,hoy voy a intentar reseñar esta pequeña joya de Shirley Jackson.

No ha sido una lectura fácil ni tan siquiera convencional,de entrada resulta chocante,no tenemos nada a lo que aferrarnos salvo nuestra propia deducción,no sabemos en que época se ambienta ni tampoco alguna pincelada de por donde va a llevarnos la autora,es una incursión a oscuras...

Lo que podría ser, no es ,conforme vamos avanzando,nos envuelve en un lugar tenebroso,oscuro ,sin luz ni atisbo de cualquier pequeña cosa que nos de una pista de lo que esta pasando,con solo 2 personajes principales y otros 2 secundarios,un castillo y un gato,la autora se marcó una novela que no deja indiferente.

Ahora bien,durante toda la novela,no acerté que ocurria ,no entendia cómo con una trama tan sosa ,simple y sin gran enjundia,me tenia tan despistada,salieron varias teorias, el "QUIÉN" y el "CÓMO"te lo da la autora el resto tendrá que ser de tu propia cosecha.

Mi conclusión final es que pocas veces me he encontrado con un libro así,con la sensación de que no ocurre nada,personajes que no me aportan ni rellenan ese vacío y sin embargo cuando todo llega a su final y gracias a su prefácio es cuando te das cuenta de todo y te deja con la cabeza al revés.Aqui lo importante no es lo que lees durante la novela ,sino el conjunto final.

Una crítica a la sociedad,al papel de la mujer en ella y de cómo los propios miedos personales te llevan a ese punto sin retorno,tan oscuro como la mente de la protagonista y su hermana.

Esa ha sido mi visión de la novela pero os puedo asegurar que mis compis de LC han tenido otras distintas,y quizás esa es la mágia de este pequeño libro.

Es una historia contada por una joven de 18 años, que narra sus vivencias y una tragedia que ocurrió unos seis años antes. Una tragedia familiar y que prevalece en el pueblo.

Me ha parecido una historia aterradora y a la vez conmovedora e incluso momentos de tristeza. No entraré en detalles por spoilers.
En cuanto a la historia, me esperaba algún giro inesperado o alguna sorpresa, se ha mantenido en su línea. Ahora le doy las 5 estrellas porque me gusta el estilo narrativo de Shirley Jackson, me atrapa y no me suelta y a pesar de no tener un factor sorpresa, la historia me ha gustado y mucho.

Gracias Marisa por la recomendación.❤ Sin duda has dado en el centro de la diana. Espero que me recomiendes más historias.

Sin dudarlo, lo recomiendo. Y espero que lo disfrutéis.

Merricat, la protagonista de Siempre hemos vivido en el castillo, lleva una vida solitaria en una gran casa apartada del pueblo. Allí pasa las horas recluida con su hermosa hermana mayor y su anciano tío Julián. La buena cocina, la jardinería y el gato Jonás concentran la atención de las jóvenes. En el hogar de los Blackwood los días discurrían apacibles sí no fuera porque algo ocurrió, allí mismo, en el comedor, seis años atrás.

Muy recomendable. Es terror atmosférico, psicológico. No vayáis a este libro buscando una novela de terror, porque no lo es. Pero la historia es muy buena, la autora escribe de maravilla y te introduce en una atmósfera extraña, casi irreal, como si el tiempo se parara. Es fantástica.
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Es difícil hacer una crítica para un libro como este, sin dar demasiados detalles que estropeen la experiencia lectora. Así que seré breve:

La novela habla de dos chicas, Merricat y Constance, que viven con su tío Julián, apartados de la vida en el pueblo y recluidos en la vieja casa familiar. Según se va desarrollando el primer capítulo se empieza a entender que no son muy queridos en el pueblo. Hasta ahí bien, una trama sencilla.

Los protagonistas son maravillosos, así como las relaciones interpersonales entre ellos. Merricat, la narradora, es un personaje intrigante, con luces y sombras. Su hermana Constance, con su fobia a la gente y a salir de casa, y la relación entre ambas, rayando en lo enfermizo en cierto modo. Cierra el circulo protagonista su tío Julián, con el que viven y al que cuidan, obsesionado con recordar.

El final no es una sorpresa, no hay giro inesperado, todo el libro va encaminado a la revelación final, revelación que el lector va intuyendo a lo largo del libro. Tampoco es el objetivo del libro sorprender con esa revelación, sino que es parte del escenario que teje la escritora para ambientarnos.

Shirley mantiene durante todo el libro una atmósfera de fatalidad, de pesadez. Una atmósfera cargada con el presentimiento (digo presentimientos pero se dan mini pistas ya en el primer capitulo) de que todo va a acabar mal, desencadenandose ciertos acontecimientos desafortunados, de los que no daré más detalle, para nuestros protagonistas. Creo que esta es la parte que hace que el libro resulte magistral. La trama es sencilla, pero las descripciones de la casa, de las relaciones entre los personajes, de la atmosfera, de la brutal hostilidad del pueblo... es en estos aspectos que Shirley nos atrapa.

Lo he disfrutado muchísimo, de hecho lo he devorado en un par de horas (es cortito además). Así que, como primera experiencia con Shirley Jackson, no está nada mal. Seguiré leyendo a esta autora :)