Siempre hemos vivido en el castillo

Mary Katherine, o Merrycat, como más comúnmente es conocida, pasa los días fantaseando en el jardín de la gran mansión de los Blackwood, esperando la comida que con mucho amor prepara su hermana Constance o bajando al pueblo a hacer recados, muy a su pesar, un par de días a la semana.
Una terrible desgracia acaeció hace unos años a la familia, reduciéndola hasta las dos hermanas, y un tío algo mayor, enfermo en gran medida como consecuencia de dicho acontecimiento. Su único contacto con el exterior, el de un reducido número de vecinos que los visita de vez en cuando, ya que el resto de habitantes del pueblo les profesa un histórico odio, que el mencionado suceso no hizo sino alimentar aún más.
Me adentraba en esta historia con la etiqueta de referente del terror como bandera y, aunque puedo llegar a entender el por qué, es verdad que me he encontrado con una historia en la que, a mí parecer, priman el suspense y el componente psicológico.
El primer capítulo no me pudo adentrar mejor en la trama. Una Merrycat, que por derecho propio se cuela en la lista de personajes literarios memorables y de la que nada más diré para no caer en posibles spoilers, que a desgana acude al pueblo para a hacer la compra ya que "la gente del pueblo siempre nos ha odiado".
En seguida te empiezas a hacer un montón de preguntas; ¿por qué ese odio?¿qué le pasó exactamente a la familia?¿por qué esa actitud a veces infantil de Merrycat? Y es que Jackson muy hábilmente nos va dosificando la información para mantenernos enganchados.
Un placer de lectura que he podido disfrutar doblemente al compartirla con @montse aunque me haya costado en algún momento no sobrepasar las metas fijadas para saber qué pasa más a adelante. Además con maravilloso posfacio de una autora que tengo pendiente como es Joyce Carol Oates.

Me llamo Mary Katherine Blackwood. Tengo dieciocho años y vivo con mi hermana Constance. A menudo pienso que con un poco de suerte podía haber sido una mujer lobo, porque mis dedos medio y anular son igual de largos, pero he tenido que contentarme con lo que soy. No me gusta lavarme, ni los perros, ni el ruido. Me gusta mi hermana Constance, y Ricardo Plantagenet, y la Amanita phalloides, la oronja mortal. El resto de mi familia ha muerto.

¿Puede existir un comienzo mejor para una novela?

"Siempre hemos vivido en el castillo", es una obra maestra de la escritora estadounidense Shirley Jackson, publicada en 1962. Es una especie de cuento de hadas que nos sumerge en un mundo misterioso y perturbador, donde la atmósfera está cargada de tensión y suspenso desde la primera página hasta la última.

La historia está narrada por Mary Katherine, Merricat, una joven excéntrica y supersticiosa que vive en aislamiento con su hermana mayor, Constance, su anciano tío Julian y su gato Jonás. Su familia es la única que sobrevive de una tragedia que ha dejado su marca en la comunidad local, convirtiéndolas en parias en su propio pueblo. Merricat, con sus rituales extraños y su obsesión por la protección de su pequeño mundo, nos guía a través de una narración intrigante y llena de giros inesperados.

“Cuando era pequeña, pensaba que Constance era una princesa de un cuento de hadas. Yo siempre estaba intentando dibujarla, con una larga cabellera dorada y unos ojos tan azules como me permitía el lápiz de colores, y una mancha rosa y brillante en cada mejilla; los dibujos siempre me sorprendían, porque realmente se parecía; incluso en las peores épocas era rosa y blanca y dorada, y parecía que nada pudiera ofuscar su resplandor. Era la persona más importante de mi mundo, siempre lo había sido”.


La prosa de Jackson es hipnótica y evocadora, tejiendo una red de simbolismo y metáforas que invitan a la reflexión sobre la sociedad, la familia y la alienación. Un libro oscuro y a la vez tierno y lleno de magia.

“-En la Luna tenemos de todo. Lechugas y pastel de calabaza y Amanita phalloides. Tenemos plantas peludas como gatos y caballos alados que bailan. Todos los candados son macizos y firmes, y no hay fantasmas. En la Luna el tío Julián estaría curado y el sol brillaría cada día. Tú llevarías las perlas de nuestra madre y cantarías, y el sol resplandecería siempre.
-Me encantaría ir a tu Luna”.

“-Te quiero, Constance.
-Yo también te quiero. ¿Qué te preparo para desayunar?
-Tortitas. de esas pequeñas, de masa fina, calientes. Y dos huevos fritos. Hoy va a venir mi caballo alado y te voy a llevar a la Luna y allí comeremos pétalos de rosa.
-Algunos pétalos de rosa son venenosos.
-En la Luna no.

"Siempre hemos vivido en el castillo" es una exploración profunda de la psique humana y sus oscuros rincones, una meditación sobre la soledad y el poder de la imaginación para crear y destruir realidades. Jackson crea un mundo que te atrapa y te deja sin aliento, desafiando tus percepciones y dejándote con una sensación de inquietud que perdura mucho después de cerrar el libro. Esta novela es una auténtica joya que merece ser descubierta y apreciada por generaciones venideras.

Esta es otra de las novelas que me han recomendado leer durante este 2024, en esta ocasión del género de terror.

Isa me recomendó esta novela, tras saber que ya había leído antes a la autora con La maldición de Hill House.


¿Qué vamos a encontrar en esta novela? Nos encontramos con un claro estilo narrativo por parte de la autora, que esconde secretos entre las líneas de sus novelas. El terror no está patente en los elementos clásicos, sino en la oscuridad tras la que se ocultan los personajes.

Esta novela está narrada en primera persona por Mary Katherine Blackwood, una joven de dieciocho años que parece ser completamente inmadura. Esto podría ser un problema grave en la narración, de no haber quedado explicado por el trauma que sufrió seis años atrás: Merricat sigue comportándose como cuando tenía doce años y perdió a casi todos los miembros de su familia.

Esta novela nos va presentando a diferentes personajes desde la perspectiva infantil de la protagonista, así como dejando entrever poco a poco el trauma que ella y su hermana Constance han sufrido.

Una novela llena de misterio, con tintes góticos en la que nada es lo que parece.


Mensaje de la novela: No hay ningún mensaje oculto en esta novela, que lo que busca es entretener al lector.

Sí que hay que prestar atención a lo que está escrito, pero porque es importante para la trama y no por ser un mensaje que haya que descifrar o una moraleja que la autora haya querido ocultar.


Personajes: El personaje que mejor conocemos es el de Mary Katherine, pero poco a poco vamos a ir descifrando las personalidades de Constance y del tío Julian.

Los personajes resultan complejos, evolucionan y tienen una gran profundidad, por lo que podemos apreciar el trabajo que ha hecho con ellos Shirley Jackson. Estos componen una parte importante de la novela y uno de sus puntos fuertes.

Se nota que la autora ha plasmado lo que un trauma o el estrés postraumático puede generar en las personas, y vemos cómo ataca de modo diferente a los tres Blacwood de la casa: Merricat se ha quedado estancada, Constance tiene agorafobia y Julian está obsesionado con los sucesos, sacando el tema a diario y anotándolo todo.

Lo que más me ha gustado: Lo sencillo que resulta leerla. Llama la atención desde el principio el comportamiento de la protagonista, pero poco a poco lo vamos comprendiendo.

La construcción de los personajes, y cómo el conjunto de habitantes del pueblo componen otro personaje en sí, con el que Merricat tiene que combatir cada semana.

La relación entre Merricat y su gato Jonas.

La forma en que la autora va dando profundidad a la trama, hasta desvelar los secretos ocultos y la oscuridad que hay en ellos.

Lo que menos me ha gustado: Lo previsible que resulta la trama a partir de cierto punto.

Cómo la autora no ha profundizado más en los personajes de Constance y Julian, pues aunque les conocemos bien, me habría gustado saber algo más desde sus puntos de vista.

Conclusión: Me ha gustado volver a leer a Shirley Jackson y adentrarme en esos mundos de fantasía que crea para sus personajes.

La pluma de esta autora nos lleva al terror gótico, con unos personajes a los que los trastornos psicológicos les llevan a actuar de manera errática.

Esta una novela corta de fácil lectura, que ayuda al lector a desconectar a la vez que a reflexionar sobre la conducta humana.

En esta ocasión, me sumo a recomendar esta novela.

Un libro distinto, que parte de una situación trágica y nos muestra un mundo familiar creado entre dos hermanas, uno de las cuales no quiere que ese mundo se trastoque. Me ha recordado a los "Cuentos inquietantes" de Edith Wharton

Un comienzo así promete:

“Me llamo Mary Katherine Blackwood. Tengo dieciocho años y vivo con mi hermana Constance. A menudo pienso que con un poco de suerte podría haber sido una mujer lobo, porque mis dedos medio y anular son igual de largos, pero he tenido que contentarme con lo que soy. No me gusta lavarme, ni los perros, ni el ruido. Me gusta mi hermana Constance, y Ricardo Plantagenet, y la Amanita phalloides, la oronja mortal. El resto de mi familia ha muerto.”

📔Así se presenta Merricat, la protagonista, vive en una casa apartada con su hermana mayor Constance, su tío Julian y el gato Jonas .Y nada puede ser normal en el hogar de las Blackwood donde los otros miembros de la familia murieron envenenados seis años atrás.

📔Esta novela ,que podría enmarcarse en el terror gótico,es adictiva,tremenda, sobrecogedora y es virtuoso como Shirley Jackson relata en primera persona los pensamientos y actos de Merricat ,que a sus 18 años continúa con la mentalidad y madurez de una niña de pocos años y con una patológica incapacidad para distinguir el bien del mal. A todo esto se la añade una casa solitaria y cerrada al mundo, una pregunta por contestar, un horrible misterio no resuelto, un pueblo repleto de odio e incomprensión hacia las hermanas Blackwood y un clímax angustioso que retrata la miseria y maldad de la masa en todo su “esplendor”.

We have always lived in the castle, 1962
Shirley Jackson

Seis años después del envenenamiento por arsénico de la mayor parte de su familia, Merricat Blackwood, vive en la ruinosa mansión familiar en compañía de su hermana mayor, Constance, que sufre de agarofobia desde que fue acusada y absuelta del asesinato de sus familiares y de su anciano e inválido tío Julian.
Sobreviven alejados de las habladurías del pueblo hasta que llega a la casa una visita inesperada que dinamita el precario equilibrio en el que subsisten.
Las novelas de Jackson siempre parten de premisas muy interesantes y apetecibles, pero terminan en un aparente callejón sin salida.
Quizás era la intención de la autora y no acabo de pillarle el punto....

Autora leída por primera vez #retomujeresautoras

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¡Qué delicia fue acabar octubre con este pequeño cuento gótico! Porque sí, con su corta extensión -apenas 200 páginas- te deja la sensación de ser uno de esos cuentos oscuros que se cuentan junto a la chimenea en una lluviosa noche de otoño.

Tras solo leer el primer párrafo, ya sabemos que estamos ante una historia, cuanto menos, extraña. El misterio que envuelve a Merricat y a su familia, el querer saber por qué viven aislados en la mansión y qué fue lo que pasó la aciaga noche en que murió la mayoría de la familia, es lo que hizo que devorara este libro.

No hay grandes descripciones, ni desarrollo de personajes, sino que es su atmósfera algo asfixiante y la peculiar personalidad de las hermanas Blackwood lo que logra atrapar. Merricat nos narra su día a día en la mansión en un relato algo "infantil" que cada vez se va volviendo más perturbador.

Es cierto que hay muchas cosas que se intuyen y que, dada su fama, me esperaba algo más tétrico o macabro, pero tampoco puedo negar que me ha encantado.

Eso sí, no esperéis un final cerrado, Shirley deja el desenlace "al gusto del consumidor". Y es que, ¿las mejores historias de terror no son esas que no tienen final?

Estoy ente el 3.5 y el 4 aún no me he decidido

Siento como si hubiera leído una oda a la locura, no hay muchos personajes estables en este libro, algunos más menos peligrosos, tenemos a las hermanas, la más pequeña es la protagonista y motor de libro, al tío, al primo y al pueblo que casi funciona como un personaje.

No puedo hablar mucho de la trama que es un libro de descubrimiento solo dire que arranca 6 años después del asesinato de los padres y otros familiares de la protagonista y como ese hecho ha arrasado su vida, sobre todo la de la hermana mayor la cual fue absuelta, pero era la única sospechosa, la del tío Julian que perdió totalmente la cabeza y del pueblo que vive con odio y envidia, sobre todo mucha envidia a lo que fuera esta familia.

Para mí ha sido agridulce, ya que aunque me ha gustado en general, me pareció un libro donde los personajes, todos ellos, hacían las cosas porque sí. Me ha gustado el personaje de Marycat la prota, un ser que no se esconde y simplemente te informa de los hechos sin explicar el porqué de sus acciones.

Lo mejor es no esperar mucho y dejarte llevar por la narrativa.

Recomiendo la película que aunque varía cosas del libro, es una buena adaptación.

"Nos tragamos el año. Nos comemos la primavera y el verano y el otoño. Estamos esperando a que crezca algo para luego comérnoslo."

La reclusión en casa de la joven Merricat transcurre entre nombres de venenos, gatos y comidas. Y los fantasmas de sus familiares que murieron envenenados unos años atrás... Con esta novela corta de Shirley Jackson me ha ocurrido que la lectura no ha sido tan satisfactoria como la reflexión a la que me ha invitado al finalizar. Existen historias en las que disfrutas el viaje pero caen en la indiferencia cuando cerramos el tomo y otras justo lo contrario. Esta es una de las segundas.

Consigue una ambientación sobrecogedora en las acciones trascendentales donde muestra las relaciones humanas, pero también caen en la intransigencia a menudo con situaciones anodinas. Jackson plantea un enfoque determinista desde las hermanas y juega con la ambigüedad del pasado, muestra como ven el exterior desde su interior. Los personajes están bien construidos al igual que la sensación de claustrofobia y suspense.

Siempre hemos vivido en el castillo es una novela extraña. Me ha dejado mejor sensación la reflexión y el poso que el viaje de su lectura, cosa que no es mala, pero es un sentimiento muy personal que no todo lector contemplará. Mary Katherine Blackwood es un gran personaje, la misteriosa ambientación de una atemporal Nueva Inglaterra está conseguida y nos adentra en un hogar cargado de suspense. Eso sí, hay que soportar algunas situaciones cotidianas soporíferas...

O no entiendo de literatura (que es muy posible) o este libro está muy sobrevalorado o no es para mí sencillamente. Cuando comencé a leer pensé que sería un libro de misterio, de desentrañar que pasó con el envenenamiento de la familia y hasta casi al final he seguido leyendo animada. Pero cuando ya he visto como se desarrollaba la cosa me he sentido decepcionada. No hay misterio, no hay suspense, no hay gran giro de los acontecimientos, en realidad no hay giro de nada. Y tampoco me ha parecido una prosa para echar extremadamente buena, en mi opinión repite muchas frases continuamente.
Tengo pendiente leer La maldicion de Hill House y espero que me guste más...