El arrecife de Edith Wharton
Él y ella se amaban, y su amor los cubría como un arco, ancho y abierto como el día. Los dos se verían y podría leer en los ojos de ella la confirmación de todos sus pensamientos.
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Calificación promedio: 5 (sobre 350 calificaciones)
/Nacida en el seno de una rica familia de Nueva York, la popularidad y el respeto de sus pares, a ambos lados del Atlántico, no bastaron para que los académicos suecos tuvieran en cuenta a Edith Wharton (1862-1937) para otorgarle el Premio Nobel. AYUDANOS CON UN CAFECITO: https://cafecito.app/zonaliteratura ENCUÉNTRANOS: FACEBOOK: https://www.facebook.com/ZonaLiteratura TWITTER: https://twitter.com/ghmayares ELANDINOTV: https://www.youtube.com/c/elandinotv ZL: https://youtube.com/c/zonaliteraturatv JLB: https://www.youtube.com/c/JorgeLuisBorgesTV VER PARA LEER: https://www.youtube.com/channel/UCnKcBon7nmCQnhP-MW1uDFA
El arrecife de Edith Wharton
Él y ella se amaban, y su amor los cubría como un arco, ancho y abierto como el día. Los dos se verían y podría leer en los ojos de ella la confirmación de todos sus pensamientos.
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La edad de la inocencia de Edith Wharton
Había olvidado todo lo que quería decirle y solo lograba cavilar desesperanzado sobre el misterio de la lejanía y la proximidad de ambos, que parecía estar simbolizado e el hecho actual de estar sentados muy juntos y no obstante, no pode verse los rostros
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La edad de la inocencia de Edith Wharton
Quizá esa facultad de negligencia era lo que les daba transparencia a sus ojos, y a su rostro el arte de representar a un tipo de gente más que a una persona; como si hubiera sido escogida para podar para una diosa griega
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Ethan Frome de Edith Wharton
Contempló las laderas bañadas de fulgor, la oscuridad de bordes plateados de los bosques, el púrpura espectral de las montañas perfiladas sobre el cielo; era como si toda la belleza se revelara para burlarse de su desdicha.
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El arrecife de Edith Wharton
Había sabido que él la quería tal como era y no como a ella le habría gustado ser, y por primera vez había sentido en sus venas la seguridad y levedad del amor dichoso.
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La edad de la inocencia de Edith Wharton
Bastaba mirarlo desde la amplia frente y la curva de su hermoso bigote rubio hasta los largos zapatos de charol al otro extremo de su esbelta y elegante silueta para sentir que el conocimiento de las "formalidades" debía ser congénito en alguien que sabía usar ropa tan buena con tanta soltura y lucir tal estatura con una gracia tan lánguida
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El vicio de la lectura de Edith Wharton
Si el libro penetra en la mente del lector tal como ha salido de la del escritor -sin ninguna de las adiciones y modificaciones que inevitablemente produce el contacto con un nuevo cuerpo de pensamiento -, se ha leído en vano.
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El arrecife de Edith Wharton
Anna se había preguntado por qué todos los que la rodeaban parecían ignorar todas las pasiones y sensaciones consustanciales a la gran poesía y a las acciones memorables
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La piedra de toque de Edith Wharton
Para mí, sin duda, es un vicio, o casi, leer un libro como las Cartas. En ellas va el alma de esa mujer, arrancada por completo desde la raíz; su ser desnudo, entregado a un hombre al que es evidente que no le importaba lo más mínimo. No pienso leer ni una línea más; es como mirar por el ojo de una cerradura
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La edad de la inocencia de Edith Wharton
¡En mi juventud los jóvenes no se alejaban de las mujeres bonitas a menos que los obligarán!
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Gregorio Samsa es un ...