La edad de la inocencia de Edith Wharton
Bastaba mirarlo desde la amplia frente y la curva de su hermoso bigote rubio hasta los largos zapatos de charol al otro extremo de su esbelta y elegante silueta para sentir que el conocimiento de las "formalidades" debía ser congénito en alguien que sabía usar ropa tan buena con tanta soltura y lucir tal estatura con una gracia tan lánguida
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