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Críticas sobre Un mundo feliz (104)
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yvo_about_books
 14 June 2019
Un Mundo Feliz es un clásico bastante impactante. El nuevo mundo de Aldous Huxley es todo lo contrario del mundo que conocemos ahora, un nuevo mundo sintético extraño donde la ciencia en nuestros ojos ya avanzó demasiado ... Como clonar bebés y condicionarlos para formar grandes grupos de gemelos idénticos, condenando a algunos a un trato desfavorable con grandes consecuencias. No existe el matrimonio, la vida familiar, la identidad personal, la libertad de hacer lo que uno quiere. Un Mundo Feliz es una historia controversial, pero no se puede negar que este nuevo mundo fue creado de una forma creativa y que a su manera funciona a la perfección. Algunos pueden pensar que las ideas expresadas en este libro son demasiado ortodoxas, pero aún así recomiendo su lectura.
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VanesaHeN
 03 November 2018
Cuando comencé a leerlo, y a menudo que iba avanzando, pensaba que era un libro entretenido, con una trama distópica y que conjugaba de manera curiosa con el presente, pero que tenía más fama de lo que realmente me ofrecía la obra. Sin embargo en el final encontré una metáfora de la sociedad de cualquier época: si eres diferente, eres el raro. Y ha sido ésto lo que ha hecho que le dé más puntuación, ese giro en la trama nada predecible y que ha puesto la guinda al pastel.
He de decir que cuando decidí leerlo, ya había leído a George Orwell y por lo tanto esperaba que Huxley estuviera a la altura. Aún habiendo tenido altibajos en esta obra, me ha gustado bastante (aunque le ha sobrepasado 1984) y creo que debería ser una lectura obligatoria puesto que nos hace reflexionar sobre cómo actuamos.
Enlace: https://librosquepasanpormis..
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Yani
 11 October 2018
Confieso que esperaba más de esta distopía porque tiene un comienzo excelente. A pesar de ello, me gustó más que The Time Must Have a Stop, una novela del mismo autor que leí este año y que probablemente mencione mucho durante la reseña. Les puse la misma calificación casi por los mismos motivos, así que no pude evitar compararlas. Pero esto es fundamentalmente sobre Un mundo feliz y hablaré más de este, como corresponde. A grandes rasgos que ampliaré después, la novela me pareció que tiene lo justo y lo necesario para ser considerada como una lectura imprescindible que “predice” nuestro presente pero que, en algún momento, se deforma y pierde fuerza hacia el final. No sentí el golpe de efecto y hasta creí que no podría haber terminado de otra forma, en cuanto al destino de X personaje.

Los primeros capítulos nos introducen a un mundo que mide el tiempo a partir de Henry Ford, está dividido en castas cuyos miembros tienen la función en la sociedad predeterminada desde la concepción (en un frasco) y es visiblemente ateo. No hay enfermedades, no hay preocupaciones y ni siquiera se teme a la muerte. Entre esta gente hay un individuo llamado Bernard Marx que se cuestiona el orden existente (hasta donde le conviene) y será el puntapié inicial de un interesante y bizarro cambio de rumbo.

No hay mucho secreto en las distopías: siempre hay alguien que trata de revolucionar a la sociedad dormida. En este caso las personas están dominadas por el “soma”, una píldora que las relaja y las vuelve felices. El secreto del éxito de esta novela está en que el mundo que describe es peligrosamente parecido al nuestro, en donde se desecha lo viejo para adquirir lo nuevo (el nuevo IPhone, la última tablet, el último libro, el último juego) y permanecer en estado de pasividad total. Lo que estoy diciendo no es ninguna novedad, si se permite el chiste. El consumo y la dependencia de una droga para sentirse medianamente con energía en medio de situaciones adversas son característicos de este mundo feliz. En el de Huxley, todo se arregla con “soma” y difícilmente una persona muestre la insatisfacción que le provoca el trabajo. Ni siquiera lo hacen los Épsilon, que están diseñados para hacer las tareas pesadas. Y luego está, por supuesto, lo efímero de las relaciones sentimentales, que aquí son fundamentalmente sexuales. Los hombres y las mujeres tienen amantes, no parejas estables.

Así que no puedo criticar que sea considerada como una novela que reflejó el futuro. Está bastante acertado. Lo que me pareció casi inadmisible es el giro que da en la mitad para poner en contraste la civilización con la barbarie, ese binomio tan delicado como mentiroso. No cuestiono que Huxley lo haya hecho, sino la forma en que lo hizo. Introdujo bruscamente personajes que luego toman el protagonismo como si el lector los conociera desde el inicio y vuelve el libro un poco más oscuro, más allá de todas las bromas y de la ironía que hay en la totalidad de la novela (eso me gustó). La barbarie empieza a socavar esas conciencias porque despierta curiosidad. Después de reflexionarlo me di cuenta de que el viraje impactante (no en el buen sentido) lo usó también en “The Time…” y no tuvo mi mejor opinión.

Algo que no pude obviar es la construcción de personajes para llevar adelante esta historia. Bernard Marx, Helmholtz Watson, el director, Henry Foster, Lenina y otros más son personajes recurrentes que suelen hacer escuchar su voz, a veces intercaladas (reforzando el sentido de la comunidad falsa, el “cada uno pertenece a todos los demás”) y otras veces con un toque individualista, sobre todo para las reflexiones. Bernard Marx, como ya comenté, es quien no comparte algunas premisas de la sociedad (no le gusta que a Lenina la vean como un pedazo de carne, por ejemplo, ya que en ese mundo las personas son sólo eso). No remueve demasiado las cosas, pero hace lo suficiente. Es un personaje extraño, difícilmente querible después de la mitad del libro, y consigue interesar a duras penas. Su amigo, el Ingeniero de Emociones, llega un poco más con su sensibilidad literaria (a pesar de que no conozca a Shakespeare) y me hubiese gustado que tenga más participación en el libro. Luego está Lenina, único personaje femenino medianamente importante en la trama y un desperdicio, al igual que las mujeres de “The Time…”. Sostengo que sus diálogos son deliberadamente cortos, repetitivos y superficiales y funciona como la observadora más pura del grupo: es la ciudadana perfecta, la que cumple con el adoctrinamiento a rajatabla.

La parte final es un entrecruce de discursos sobre el Arte y la Verdad que explican filosóficamente qué sucede en esa sociedad tan infantil que toma todo a la ligera. Me hubiera gustado que eso se extendiera a toda la novela y no quedara reservada para un momento cúlmine. El inicio, por el contrario, es perfecto y los términos científicos no son tan pesados como se supone que siempre son para el lector que no está en el tema. Se dan las pautas técnicas de ese mundo y se construye hasta el capítulo de la debacle del texto. Y ahí empieza a llenarse de episodios innecesarios y poco interesantes.

Queda decir que hay un buen trabajo en el contraste de las sociedades, ya que terminé pensando que se pueden rescatar cosas positivas de las dos. Creo que actualmente estamos balanceándonos entre el legado de Ford y la Reserva, viendo para qué lado caemos definitivamente. Pero mientras se está en la cuerda, se puede aprovechar el tiempo para leer Un mundo feliz.
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javiertelee
 30 August 2023
Aldoux Huxley fue un escritor británico considerado uno de los mayores representantes del pensamiento moderno.
Un mundo feliz (1932)narra la historia de una distópica realidad en la que la sociedad es manipulada genéticamente al nacer por diversos medios para que no exist ningún tipo de sentimiento negativo, únicamente cabe la felicidad…
Me ha gustado pero al leerla no se puede evitar compararla con 1984 , la cual me gustó muchísimo más que esta. Aún así te plantea muchas reflexiones .
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Homolectus
 22 February 2022
¡Bienvenidos al futuro! Estamos a 632 años de que apareciera el modelo T de Ford y con este, de la cadena de producción optimizada. Estamos en un futuro donde la idea de la cadena de producción ha permeado todo lo posible —y hasta lo imposible— y ha permitido la creación de una sociedad aparentemente ideal. La humanidad se ha despedido de cosas como la familia, la maternidad, la crianza y el labrarse un destino: ahora nos encontramos ante una sociedad en la que los humanos son producidos en cadena en laboratorios, reciben la educación necesaria para desempeñar las tareas para las que son aptos y donde cualquier deje de malestar, desánimo o cualquier otra sensación humana es saldada con la droga de las drogas: el todo poderoso soma.

En esta sociedad que se vende como la cúspide de la civilización, pero que tiene más tonos oscuros que brillantes en sus calles, nos encontramos con Bernard Marx y Lenina Crowne: un par de miembros de esta comunidad que muestran dos puntos de vista contrarios de la sociedad: Lenina es una buena ciudadana, es feliz, exhibe un comportamiento normal según lo dictado por su casta, pero sin muestra alguna de libertad de pensamiento. En el otro lado está Bernard, un tipo con un intelecto brillante hasta para su casta, pero que físicamente dista mucho de sus semejantes, que ha sido victima del rechazo y que no parece encajar del todo en su mundo. Ambos emprenden un viaje —hablo de un viaje real, no figurativo, ni arquetípico— lejos de la sociedad fordiana, quizás con ganas de encontrar afuera el motivo para recuperar su rumbo. Para sorpresa no solo de ellos, su regreso supone un cambio en la vida de más personas de las que creen y deja en el aire, en forma de un perfume que gotea constantemente en la sala, la cuestión de si ¿el trato que recibe el otro, el extraño, el desconocido, es el justo?

No cabe duda alguna de que Un mundo feliz es la obra maestra de Aldous Huxley (1894-1963) y la novela que moldearía la distopía como la conocemos hoy día. Si bien el subgénero distópico no se lo inventó Huxley —algunos años antes Yevgueni Zamiatin había hecho un trabajo bastante interesante en este campo en su novela Nosotros—, sí es el primero que dentro de su novela se plantea la cuestión del ¿cómo llegamos aquí?, pregunta central en las distopías que vendrían más adelante.

Con esto y las implicaciones que siguen a la premisa, Huxley construye una crítica a la sociedad actual desde múltiples panoramas: social, político, filosófico y estético, por mencionar solo algunas de las aristas de la obra. Desde un punto de vista histórico las distopías surgen en un momento de la historia menos brillante que antaño, un punto donde el “progreso” comienza a estancarse, las crisis se agravan, los estados cambian en respuesta a un alzamiento de la identidad y las historias de un futuro en el que todo es perfecto, los humanos han conquistado no solo el planeta, sino otros y la tecnología ha abierto un número casi infinito de posibilidades; no tienen mucho sentido, es hora de contar otros futuros menos utópicos, menos oníricos y más reales, quizás más posibles y más llenos de las partes de la naturaleza humana que aquellos sueños de la antigua generación pasaban por alto.

Un mundo feliz propone a lo largo de sus páginas un variado grupo de paralelos que son el centro de la discusión filosófica que propone el autor. El primero de ellos es el contraste propuesto entre la sociedad fordiana y la vieja sociedad —la nuestra—, y cómo la inversión de los valores llevó a constituir la sociedad fordiana. Más adelante nos encontramos con un paralelo entre lo utópico y distópico presente en ambas sociedades. Esta radiografía que hace Linda de ambas sociedades resulta demasiado reveladora y ratifica las conclusiones que se obtienen del momento citado antes. Finalmente, y de forma más contundente y con una mayor carga epistemológica que los dos paralelos anteriores, se nos presenta un enfrentamiento entre las ideas del racionalismo desnaturalizado que rige la vida en Londres, encarnado por Mustafá Mond, y la pasión y la búsqueda del sentido de la vida de forma individual, representado por John. Para mí este es el momento más potente de toda la novela y donde confluyen la mayoría de las ideas que se pusieron en el tablero antes de llegar acá. Es un momento concluyente no solo para la trama, si no además para intentar darle una respuesta a la gran pregunta de ¿cómo llegamos aquí?. Es a la vez un manual y un llamado de atención.

Mond es el único que parece entender en realidad de forma macro las necesidades e implicaciones de una sociedad como en la que se mueve. Entiende el papel que juega el sentimiento de soledad en el pensamiento crítico, lo fundamental de que los individuos asuman con beneplácito su esclavitud, la necesidad de conservar un sistema de castas bien diferenciadas en las que ninguno se cuestione sobre su contexto para mantener el equilibrio social y el poder que tiene deslegitimar una entidad como la familia para lograr una cohesión más grande y más lejos de cualquier atisbo de humanidad. Entiende, además, las crisis derivadas de todo esto, crisis que son fruto de los relictos de la evolución humana: la crisis de vocación, de identidad o de creencias que son intrínsecas a los humanos y que no dependen de su contexto más inmediato.

Si bien la novela es sobre el futuro, propone tres momentos de encuentro entre ambos mundos. El primero de ellos es histórico y es también uno de los momentos que se proponen como paralelo dentro de la novela, el segundo es la excursión que hacen Bernard y Lenina a Malpaís con el fin de conocer a ese puñado de incivilizados y el tercero es inmersivo una vez John viaja a Londres y ve con sus propios ojos el lugar del que tanto hablaba Linda. Tres momentos tan diferentes que ponen frente a frente a ambas sociedades con el fin de mostrar los valores propios de cada una de ellas sin necesidad de llegar a hacer juicios de valor sobre los sistemas.

Hay dos elementos que me parecen bastante curiosas. El primero es el origen del título del libro: Brave new world es una línea de Miranda en el acto V de la Tempestad de William Shakespeare:

O wonder!
How many goodly creatures are there here!
How beauteous mankind is! O brave new world,
That has such people in't.

Bajo esta perspectiva, la gente que habita el Mundo feliz dista mucho de ser aquella que admiraba Miranda en las líneas citadas. El segundo elemento es cómo Huxley se las ha apañado para construir todo un discurso que gira alrededor de las castas biológicas con tan pocos conocimientos sobre la tecnología genética disponibles en su época. Vale la pena recordar que el libro fue publicado en 1932 y que la descripción de la estructura del ADN —hito que es considerado el boom de la era del ADN— por parte de Watson y Crick fue en 1953. Seguro con esto en la cabeza y un par de cabos mal atados habrá algún necio diciendo en medio de las calles que todo lo hecho por los científicos está llevando a la humanidad casi que desbocados a una sociedad como la que describe Huxley, pero afirmar algo del tipo es desconocer todos los demás elementos que tiene la obra, las libertades creativas que se toma el autor y las veces que los científicos se la pasan diciendo “esto no pasa así”; que son más de las veces de las que juegan a ser seres malvados como algunos los pintan.

En Un mundo feliz también hay espacio para el manejo de la historia y el reordenamiento de esta en beneficio del estado. Lo cual parece paradójico si recordamos que nos encontramos en un mundo en el cual prima el condicionamiento prenatal de los individuos, pero que cobra sentido una vez se reconoce la principal falla dentro del sistema de castas de la sociedad fordiana: los humanos somos una especie social en lo más hondo de nuestra historia evolutiva y las sociedades que hemos formado lo hemos hecho de forma natural y en función de los intereses que nos han movido a lo largo de la historia. Si estos intereses, si estos fundamentos de las sociedades humanas se mostraran tal cual son, sin que Ford fuera el gran mesías de la sociedad, el sistema no tardaría en empezar a mostrar fugas que pronto devendrían en incontrolables.

John es el personaje que para mí tiene más matices dentro de la obra. Es un ente antinatural para la sociedad fordiana y es un extraño entre los salvajes. Conocer el lugar del que tanto le hablaba Linda dista mucho de ser la experiencia placentera que ella le prometió y las formas tan contrarias en las que la sociedad recibe a ambos es tan distinta que seguramente John pensaría que se han equivocado de lugar y no han ido al lugar de los sueños, si no a uno digno de pesadillas: La realidad conoce la distopia cara a cara.

De esta forma John parece no pertenecer a ningún lugar y ambos grupos sociales se encargan de repetirle cada tanto que hace parte del otro, no de este porque es diferente, porque no encaja, porque tiene otro origen. John intentará darse su propio lugar luego de reconocer lo peor de ambos lugares y rescatar lo que le pueda ayudar a soportar su realidad. En esta tarea se encontrará con las obras de William Shakespeare, que pronto se convierten casi que en su mantra y que no titubeará cada vez que amerite ser citado. Es casi como un encuentro de la vieja humanidad con la nueva como recuerdo de que los problemas actuales siempre tienen un eco en el pasado.

El final de Un mundo feliz es algo para lo que simplemente Huxley no prepara al lector. Está cargado de tantas imágenes, de tantas sensaciones, que parece que pasa en una ráfaga sin dar tiempo a que algunos personajes se cierren de una forma más prolija. Sin duda es un final con sinsabor, pero que no pierde el espíritu del libro y que siempre estuvo latente a lo largo de él: los planteamientos del autor sobre las implicaciones de un mundo como aquel que parece ser feliz, siempre y cuando se mire muy de lejos.
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Marisoliturrios
 31 January 2022
La novela “Un mundo feliz” de Aldous Huxley publicada en 1932, pertenece a la trilogía de las novelas distópicas más importantes del siglo XX junto a “1984” de George Orwell y “Fahrenheit 451” de Ray Bradbury.

La novela nos habla de un Estado Mundial que controla el planeta, salvo ciertos sitios donde habitan salvajes. Es un mundo donde se ha logrado la estabilidad “gracias” a la tecnología, los cambios culturales y sociales. Los humanos son prediseñados y para esto se necesita sean creados en laboratorios, todos tienen un rango y están condicionados para que sean feliz en el rango que se encuentran.

Esta novela nace por la preocupación del autor por el futuro de la humanidad, en un momento en que los totalitarismos habían acabado con más de la mitad de Europa, la excesiva industrialización y el consumismo iban modificando la conducta humana, Huxley analiza estos fenómenos a partir de sus lecturas de Freud y su teoría de la represión de los instintos; los escritos sobre el condicionamiento humano; y la teoría utópica de Skinner en su libro “Walden Dos”

Temas como las reproducciones artificiales o asistidas, eran tema de conversación en los círculos intelectuales. El lanzamiento del Ford T y su venta en masa fue otro tema que impactó a Huxley.

Podemos ver que en este mundo feliz, hay estabilidad, paz, pero no libertad, algo cercano a los gobiernos totalitarios. Pero aun más preocupante es que el consumismo, la dependencia a las tecnologías (entre ellas las redes, más ahora con “Meta”), el egoísmo, individualismo y desapego, están acercándonos a más ese 2540 (o 632 d. F.). ¿Libertad o estabilidad? He ahí el dilema.

Si ya leíste este libro, te recomiendo “Nueva visita a un mundo feliz
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Andrews
 17 August 2020
Por fin, ya era hora de ir completando la trilogía de novelas futurista pesimistas, de las cuales ya he leído dos, Fahrenheit 451 de Ray Bradbury y la novela que nos ocupa, Un mundo Feliz de Aldous Huxley quedando pendiente de lectura 1984 de George Orwell.

Antes de leer esta obra el primer dato que se debe conocer es que fue publicada por primera vez en 1932, por lo que la ideas expuestas en la obra por el autor son todavía más sorprendentes por su capacidad de anticipación sobre la evolución de ciertos aspectos que el preveía.

Después de finalizar la lectura observe que se puede realizar un doble análisis de la obra, por un lado el estilo narrativo, el cual se puede calificar como normal, sin grandes pretensiones ni alardes, y por otro lado el brillante argumento del libro. Y por esto por lo que este libro es recordado y será recordado, lo comúnmente se llama un Longseller.

Huxley nos presenta un mundo organizado por castas (Alfa, Beta, Gamma, Delta y Épsilon) los cuales son creados, no nacidos, de tal manera que cuenten con las características ideales para desarrollar su cometido, seguido por otros tratamientos conductistas para lograr la estabilidad social deseada. Deseada por un “gobierno” que controla absolutamente todo.

Desde mi punto de vista Aldous Huxley realiza una feroz crítica a ciertos aspectos que ya en los años 30 observaba que no le encajaban, entre los que cabe destacar, el avance tecnológico y científico sin control ni ética, la banalización de la sexualidad, desmoralización de las relaciones desprovistas de sentimientos y un relativismo exacerbado. Aspectos que hoy en día, en mayor o menor medida, son una realidad. Todo esto regado con un rechazo frontal de lo antiguo y un abandono de la tradición adquirida, considerando esta como algo desestabilizador, ya que fomentaría el pensamiento individual y la capacidad de razonar. Convirtiendo una novela futurista en una obra de terror.

Existen muchos detractores de las críticas del autor, los cuales defienden algunos aspectos aislados, sin embargo no es posible aislar unos de otros, ya que se puede decir que están interconectados y la evolución de algunos de ellos, sea a donde sea, provoca una reacción en cadena que modifica el resto, siendo imposible compartimentar los cambios sociales.

Hoy en día tenemos un sucedáneo de la sociedad que Huxley anticipó para 2049 en 1932, ya que podemos identificar aspectos del libro, que observamos en nuestra sociedad edulcorados o disfrazados de falsa libertad o libre elección. Justificando a golpe de legislación hechos que aunque legales, moralmente dejan muchísimo que desear. Pero es inevitable, debido a la educación recibida y la escala de valores de cada individuo. Por lo que la conjunción entre personas hoy en día es difícil, debido a que gran parte de nuestra sociedad reniega de su pasado y su tradición.

La lectura de este libro es muy recomendable no solo por la temática, que ya sería de por si suficiente, sino también por la reflexión posterior la cual considero muy beneficiosa e interesante.
Enlace: http://unrincondeopinion.blo..
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Rosa
 08 February 2018
Un mundo feliz” nos traslada a un futuro en el que la sociedad se divide en castas ordenadas de manera descendiente en función de su inteligencia y donde las personas pertenecen a una u otra casta o clase social dependiendo de cómo han sido manipuladas genéticamente desde el embrión y el condicionamiento que han recibido de pequeñas para estar felices y conformes con el trabajo y estatus asignados a su condición. Así, las clases altas (Alfa y beta) están preparadas para desarrollar labores científicas y ostentar el poder en distintos ámbitos, mientras que las clases gamma, delta y épsilon trabajan sin rechistar ni desear otra cosa en cadenas de montaje, agricultura, etc. En esta sociedad aparentemente perfecta cada uno tiene su lugar todo el mundo se siente feliz, no existen las enfermedades, y la tecnología domina todos los aspectos de la vida, pero la humanidad ha perdido parte de sus valores, ya no existe la individualidad ni la espontaneidad y la creatividad es abolida desde las primeras etapas de la vida. En este mundo de precisos engranajes no tienen cabida los conceptos de familia, amor o personalidad y el ser humano, diseñado y condicionado desde antes de nacer, no tiene ningún tipo de libertad ni conciencia.

En este panorama presentado por Aldous Huxley existen dos personajes clave: por un lado está Lenina, una perfecta ciudadana beta que se siente feliz con su papel en la sociedad, acude a los eventos y distracciones que se esperan de ella y se acuesta con diversos hombres como dicta la norma para evitar enamorarse de una sola persona. Por otro lado tenemos a Bernard Marx, un alfa más inteligente que el resto que parece cuestionarse la sociedad en la que vive, sintiéndose a menudo descontento y disconforme con su modo de vida. Pero la vida de ambos cambia cuando, en una visita a una reserva habitada por personas que viven al margen de este sistema controlado, conocen a John, un “salvaje” que resulta ser hijo del jefe de Bernard y que por tanto llevan junto a su madre desaparecida en la reserva años atrás al Londres “civilizado”. Pronto el choque cultural entre “El salvaje” y este mundo feliz se hace inevitable, ya que John se siente incapaz de comprender una sociedad en la que la felicidad se consigue de manera artificial, sin “alma” y donde ni siquiera se pueden leer los libros con los que él ha crecido. John considera que el dolor, la pérdida, la angustia e incluso la infelicidad son parte intrínseca de la experiencia vital y aspectos necesarios para valorar la felicidad. Mientras que John no consigue adaptarse a este sistema impuesto, Bernard va comprendiendo mejor la mentira e ironía de su modo de vida y Lenina se enamora de John siendo incapaz, debido a su condicionamiento, de aceptar lo que siente.

Un mundo feliz” es un libro profundamente reflexivo que pone en tela de juicio los supuestos beneficios de una sociedad exageradamente fundamentada en la tecnología y la manipulación genética y que hace frecuentes guiños a personajes históricos como Henry Ford, Lenin, Karl Marx y Willian Shakespeare. Se trata, sin duda, de una de las mejores distopías que he leído junto con “1984” y “Farenheit 451”
Enlace: https://viviendomilvidas.wor..
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Blancanueces
 27 November 2023
Creo que Un mundo feliz, es una obra compleja, tengo una opinión encontrada sobre ella. Por un lado, puede ser considerado un gran libro por su creatividad, su imaginación, su crítica social y su visión del futuro. Pero por otro lado, también puede resultar un poco pesado, sobrecargado y tal vez un poco manipulador en su tratamiento de las figuras protagonistas y de la sociedad utópica que imagina. Lo dejo en las tres estrellas, aunque quizá sea inmerecidamente...
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marta_lo
 18 August 2020
Este es un clásico muy aclamado por su crítica a la sociedad a través de una distopía muy creíble. Huxley no da puntada sin hilo y crea un mundo en el que nadie llega a ser nunca infeliz. Y, si aún así, se siente un poco triste, no hay nada como el soma para curarle todos los males del alma.

La lectura se hace algo difícil en un principio, ya que hay mucha información de este mundo futuro y ficticio, pero poco a poco te vas acostumbrando a esta nueva manera de ver las cosas y vas entendiendo todo. Así, comenzamos en el edificio donde se “fabrican” nuevos humanos, y nos presentan las diferentes salas en las que van condicionando a cada casta. Con esto se consiguen cientos de personas muy parecidas físicamente, pero también psicológicamente, sin ninguna ambición más que ser felices y útiles para la sociedad.

Una crítica sagaz a la sociedad consumista, en la que es mejor comprar algo nuevo que intentar arreglarlo, que podemos llevarla a la actualidad sin pestañear. También se habla del papel de la sociedad en el individuo, y cómo se deja éste arrastrar por la primera para sentirse parte de algo.

Un libro muy al estilo de 1984 de Orwell, con el cual también da miedo pensar que es posible que estos vaticinios literarios lleguen algún día a hacerse reales.
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