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Mendel el de los libros de Stefan Zweig
Y de hecho, aquella manera de mirar, de rozar, de olfatear y sopesar, tenía algo de ceremonial, de la sucesión regulada por el culto en un acto religioso.
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Encuentros con libros de Stefan Zweig
Encadenada a la vida de costumbre, espantosamente vukgar , el alma del individuo apenas tiene libertad; el mundo interior cede ante las obligaciones externas.
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Encuentros con libros de Stefan Zweig
En nuestros días. Cualquier movimiento cultural viene respaldado por un libro.
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Encuentros con libros de Stefan Zweig
La escritura, que ha evolucionado desde los pliegues más sencillos, pasando por los rollos, hasta culminar en el libro, ha puesto fin al trágico confinamiento de las vivencias y de la experiencia en el alma individual; desde que existe el libro nadie está ya completamente solo.
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Clarissa de Stefan Zweig
Cualquier práctica que se repita incesantemente se convierte en costumbre, se petrifica súbitamente en rutina, y la rutina, a su vez, se solidifica y se transforma en una obligación y en una atadura...
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María Antonieta de Stefan Zweig
Versalles ha sido construido para mostrar a Francia que el pueblo no es nada y el rey lo es todo.
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Mendel el de los libros de Stefan Zweig
Los libros sólo se escriben para, por encima del propio aliento, unir a los seres humanos, y así defendernos frente al inexorable reverso de toda existencia: la fugacidad y el olvido.
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Mendel el de los libros de Stefan Zweig
Todo lo que de extraordinario y más poderoso se produce en nuestra existencia se logra sólo a través de la concentración interior, a través de una monomanía sublime, sagradamente emparentada con la locura.
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Mendel el de los libros de Stefan Zweig
Leía con un ensimismamiento tan impresionante que desde entonces cualquier otra persona a la que yo haya visto leyendo me ha parecido siempre un profano.
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Viaje al pasado de Stefan Zweig
Pero el amor sólo se confirma de verdad como tal cuando deja de revolverse dolorosamente en el interior de uno, oscuro como un embrión, y es nombrado con los labios y el aliento, cuando se atreve a confesar su existencia.
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Sueños olvidados y otros relatos de Stefan Zweig
Nunca he comprendido tan bien y amado tanto Berlín como entonces, porque igual que en esta cálida y exuberante colmena humana, cada célula en mí pugnaba por una rápida expansión; ¡la impaciencia de toda juventud vigorosa dónde hubiera podido descargarse mejor que en el regazo de esta ardiente mujer gigantesca, en esta ciudad impaciente y desbordante de fuerzas! Con violencia me atrajo a sí, yo me entregué a ella, descendí a sus venas, mi curiosidad recorrió excitada todo su cuerpo de piedra y, sin embargo, cálido.
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Sueños olvidados y otros relatos de Stefan Zweig
Pero hay una placidez de la atmósfera que provoca la sensualidad tanto como el bochorno o la tormenta, una templanza de la felicidad que es más excitante que la desgracia y para muchas mujeres, precisamente por su ausencia de deseo, tan perniciosa como la insatisfacción permanente debida a la falta de esperanza.
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Miedo de Stefan Zweig
El miedo es peor que el castigo, porque éste es algo determinado y, por severo que sea, no se puede comparar con el temor que despierta en nosotros lo incierto, una tensión espantosa, que no conoce límite.
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Ardiente secreto de Stefan Zweig
Desafiante, sus ojos buscaron encontrarse con la mirada de ella, que de vez en cuando se cruzaba con él en la resplandeciente ambigüedad de la mirada de refilón, pero que en ningún momento le brindó una clara respuesta. También le pareció que en torno a la boca se percibía de cuando en cuando algo que se podía interpretar como el inicio de una sonrisa, pero todo aquello era incierto, y precisamente esa incertidumbre le excitó.
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Los ojos del hermano eterno de Stefan Zweig
Ahora veo que en el dolor hay nás sabiduría y verdad que en toda la serenidad de los sabios.
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Los ojos del hermano eterno de Stefan Zweig
Cuando se le planteaba una disputa, en su interior a duras penas comprendía que hubiese en el mundo tanta ansiedad y que los hombres, por pequeñas envidias de propiedad, se abrieran camino a codazos cuando tenían por delante toda la vida y el dulce aroma de la existencia.
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Los ojos del hermano eterno de Stefan Zweig
Oculto ante sí mismo, cautivo e inmóvil, ignorante de los contornos de su propio cuerpo en la oscuridad, sentía más viva que nunca la fuerza del dioa de las mil formas, y a sí mismo adquiriendo una u otra, sin scogerse a ninguna, totalmente libre de la servidumbre de la voluntad, muerto en vida y vivo en la muerte ...
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Gregorio Samsa es un ...