Mendel el de los libros de Stefan Zweig
Sus ojos acostumbrados durante décadas a las delicadas y silenciosas letras del tamaño de patas de insecto, debieron de ver cosas terribles en aquel corral para hombres entre alambradas de espino.
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Mendel el de los libros de Stefan Zweig
Sus ojos acostumbrados durante décadas a las delicadas y silenciosas letras del tamaño de patas de insecto, debieron de ver cosas terribles en aquel corral para hombres entre alambradas de espino.
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Mendel el de los libros de Stefan Zweig
El mágico telescopio que le permitía contemplar el mundo del espíritu se rompió en mil pedazos
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Miedo de Stefan Zweig
Observó con un ligero estremecimiento que , en ocasiones, su marido se acercaba a ella y parecía ofrecerle una salida, ponía en sus manos las palabras que podía liberarla, trataba de facilitarle y hacerle atractiva la confesión, el reconocimiento de la culpa.
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Ardiente secreto de Stefan Zweig
Se encontraba en esa edad decisiva en la que una mujer empieza a lamentar el hecho de haberse mantenido fiel a un marido al que al fin y al cabo nunca ha querido, y en la que el purpúreo crepúsculo de su belleza le concede una última y apremiante elección entre lo maternal y lo femenino. La vida, a la que hace tiempo parece que se le han dado ya todas las respuestas, se convierte una vez más en pregunta, por última vez tiembla la magica aguja del deseo, oscilando entre la esperanza de una experiencia erótica y la resignación definitiva.
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Mendel el de los libros de Stefan Zweig
Debía saber que los libros sólo se escriben para, por encima del propio aliento, unir a los seres humanos, y así defendernos frente al inexorable reverso de toda existencia: la fugacidad y el olvido.
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Mendel el de los libros de Stefan Zweig
Cuando se ha pasado uno así treinta y seis años sentado cada día a una mesa, entonces esa mesa es como su hogar.
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Mendel el de los libros de Stefan Zweig
Dios mío, pobre hombre, fuera de sus libros nada le alegraba ni le preocupaba.
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Momentos estelares de la humanidad de Stefan Zweig
Y es que -paradoja genial, como solo las forja la Historia- el creador del himno de la Revolución no es ningún revolucionario. Al contrario, aquel que con su canto inmortal ha alentado la Revolución como nadie, querría contenerla con todas sus fuerzas.
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María Antonieta de Stefan Zweig
Para una profunda comprensión le faltan a María Antonieta, que jamás ha leído un libro hasta el final y sabe evitar toda conversación grave, las indispensables condiciones de carácter de un real discernimiento: seriedad, respeto, esfuerzo y reflexión. El arte nunca fue para ella más que un ornamento de la vida, una diversión entre otras diversiones: conocía sencillamente el goce artístico fácil; por tanto, nunca el valedero.
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María Antonieta de Stefan Zweig
Pero aquellos destinados desde su origen a una suerte negra no reciben de los dioses ninguna indicación ni advertencia. Les dejan recorrer su camino, despreocupados y sin presentimientos, y, desde el fondo de su propia persona, su destino crece y avanza a su encuentro.
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María Antonieta de Stefan Zweig
Pero lo que había sido expresión de una avasalladora plenitud de poder, hace tiempo que no es más que frivolidad y movimiento desprovisto de alma y de sentido.
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María Antonieta de Stefan Zweig
surge lo trágico cuando a una naturaleza de término medio, o quizá débil, le toca en suerte un inmenso destino, responsabilidades personales que la aplastan y trituran, y esta forma de lo trágico hasta llega quizás a parecerme la más humanamente impresionante.
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Momentos estelares de la humanidad de Stefan Zweig
Mezcla única e inexplicable, la que se da en el carácter y en la forma de actuar de los conquistadores españoles. Piadosos y creyentes, como por entonces solo lo eran los cristianos, invocan a Dios de todo corazón y al mismo tiempo cometen en su nombre las atrocidades más vergonzosas de la Historia. Capaces de los más magníficos y heroicos méritos del valor, del sacrificio, y con una gran resistencia frente a las privaciones, se enfrentan y engañan unos a otros del modo más escandaloso. Y en mitad de sus bajezas, aún hacen gala de un marcado sentimiento del honor y de un sentido prodigioso y verdaderamente admirable de la magnitud histórica de su misión.
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Momentos estelares de la humanidad de Stefan Zweig
Es el sempiterno asombro de toda alma cándida en cualquier rincón de la Tierra frente a los hombres civilizados, a los que un puñado de metal amarillo les parece más valioso que todos los adelantos espirituales y técnicos de su cultura.
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Momentos estelares de la humanidad de Stefan Zweig
Y estremecida, Europa se entera de que, gracias a su sorda indiferencia, a través de una funesta puerta olvidada, la Kerkaporta, ha irrumpido un fatal poder destructor que durante siglos contendrá y paralizará sus fuerzas. Pero en la Historia, como en la vida del hombre, el lamentarse no devuelve una ocasión perdida. En miles de años no se repone lo que se pierde en una sola hora.
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Momentos estelares de la humanidad de Stefan Zweig
Una y otra vez se repiten en la Historia estos momentos trágicos en los que, cuando sería necesario que la máxima centralización de todas las fuerzas unidas protegiera la cultura europea, los príncipes y los Estados no son capaces de reprimir ni por un momento sus pequeñas rivalidades.
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Momentos estelares de la humanidad de Stefan Zweig
Según toda nuestra experiencia, los barcos solo pueden ir por el agua, jamás una flota puede avanzar por encima de una montaña. Pero precisamente eso, en cualquier época, es la verdadera señal de una voluntad demoníaca, capaz de convertir en realidad lo imposible. En eso se reconoce siempre a un genio militar, en que durante la guerra se burla de las reglas militares y que, llegado el caso, aplica la improvisación creadora en lugar de los métodos comprobados.
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Momentos estelares de la humanidad de Stefan Zweig
Quien ha conocido ya la desesperación del exilio, experimenta incluso en el riesgo la voluptuosidad del suelo patrio y la indignidad de una vida en huida constante.
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Cual es el nombre completo de Dumbeldore?