María Antonieta de Stefan Zweig
Para una profunda comprensión le faltan a María Antonieta, que jamás ha leído un libro hasta el final y sabe evitar toda conversación grave, las indispensables condiciones de carácter de un real discernimiento: seriedad, respeto, esfuerzo y reflexión. El arte nunca fue para ella más que un ornamento de la vida, una diversión entre otras diversiones: conocía sencillamente el goce artístico fácil; por tanto, nunca el valedero.
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