Novela de ajedrez

Hace poco cayó entre mis manos El mundo de ayer, de Stefan Zweig, uno de esos libros que es inevitable leer con el corazón encogido (no le hice reseña, pero os lo recomiendo muchísimo si queréis sumergiros en una biografía del autor austríaco, que transcurre desde su infancia en las últimas décadas del s. XIX hasta que se desmembra Europa a las puertas de la Segunda Guerra Mundial). Mucha gente me recomendó seguir descubriendo la obra de Zweig con Novela de ajedrez, y tuve la suerte de que me tocara en la última edición de Masa Crítica de Babelio.

Como quizá ya sabéis, me encanta empezar los libros sin saber nada de la trama. En este caso tenía claro que la novela giraba en torno al ajedrez y me despertó curiosidad: ¿cómo lograría Zweig crear una trama atractiva en torno a este juego de mesa? Pues lo consigue, claro que sí...

El narrador emprende un viaje por mar desde Nueva York rumbo a Buenos Aires y descubre que en el vapor también viaja Czentovič, el que entonces era campeón mundial de ajedrez. Se trata de un hombre rudo y sin formación, pero con una capacidad innata para esta disciplina. Enseguida, uno de los caballeros que viajan en el barco le invita a jugar una partida amistosa de ajedrez y pierde sin remedio. Picado, el hombre quiere repetir la partida una y otra vez, pese a que el campeón le cobra una considerable suma por jugar cada vez.

En una de las partidas, un pasajero al que nadie conoce, el señor B., interrumpe para dar un par de indicaciones y, gracias a su intervención, la partida queda en tablas. Tanto Czentovič como el resto de los presentes se muestran asombrados. ¿Quién es ese hombre a la altura de un campeón mundial? Como el señor B. es austríaco, nuestro narrador (se supone que es el propio Zweig, también austríaco) aprovecha este punto en común para presentarse ante él y lograr averiguar algo acerca de la identidad de este misterioso y humilde jugador de ajedrez.

Al principio pensaba que la novela giraría en torno a la vida y el ascenso al estrellato de Czentovič (y quizá su posterior caída), pero no. Cuando irrumpe en escena el señor B. es cuando la novela da un giro y conocemos qué circunstancias llevaron a este correcto señor a aprender a jugar al ajedrez y a ser capaz de derrotar a un campeón mundial, ¡siendo además que llevaba muchos años sin jugar!

No querría desvelar demasiado de la trama, pero acabaremos conociendo las torturas de la Gestapo —no tanto físicas como mentales— y las estrategias de supervivencia que un hombre tuvo que poner en práctica para sobrevivir al horror. Y veremos también cómo a veces el aislamiento y la soledad son peores para la mente que los castigos físicos.

Aunque Novela de ajedrez no está basada en hechos reales, sí que es verdad que está contada de tal modo que parece que lo narra Zweig a partir de su propia experiencia (si no literal con el viaje en barco y el campeón de ajedrez rudo y huraño, sí con la experiencia de las garras de la Gestapo cerrándose en torno a los que no se adherían a sus posturas). Escribió este breve libro desde el exilio en Brasil y lo envió a su editor poco antes de suicidarse. Y sí, es un libro que en ciertos pasajes transmite melancolía, desesperanza ante la situación mundial, pesimismo por el panorama en Europa, como no podía ser menos con una novela escrita en el exilio.

«No nos hicieron nada, solo nos instalaron en la más absoluta nada, porque, como sabemos, ninguna cosa en el mundo produce mayor presión en el alma que la nada».

Este libro, además, me ha servido para conocer la colección «Pequeños placeres» de Ediciones Invisibles. Como la propia editorial dice, se trata de «una selección de novelas cortas de los grandes autores de la literatura, para lectores con poco tiempo». Novela de ajedrez me ha causado una impresión muy grata, pues cumple justo con esa premisa y está editada impecablemente. La traducción me ha parecido muy fluida y la firma Clara Formosa.

Otros títulos de lo más tentadores que figuran en esta colección son La solterona, de Edith Wharton, El brazalete de granates, de Alexandr Kuprín, Relato de un desconocido, de Antón Chejov o Felicidad conyugal de Tolstói. Los tengo ya en mi lista de pendientes y espero leerlos pronto.

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¿Qué acabo de leer? Encantado estoy. Jamás pensé que un relato que hablara sobre ajedrez podría interesarme tanto. Una lectura atrapante, que se lee de un tirón. Todo seguido. Tengo la impresión de que Zweig es de esos autores, que te puede hablar del tiempo, de coches o de la evolución del mosquito y siempre resultará interesante. Pocos escriben como él. Bienvenido Zweig a mi top de autores. No te vayas nunca :)

Primera novela que leo del autor y no será la última.
Escrito de una manera brillante y magistral, resulta una delicia adentrarse entre sus páginas. El autor nos transporta a un barco que viaja de Nueva York a Buenos Aires, allí seremos testigos de una partida de ajedrez épica.
Los protagonistas no podrán ser más distintos entre sí, uno egocéntrico, frío y orgulloso, el otro humilde y con un pasado terrible. Lo único que les une es el ajedrez y es que en determinado momento lo que les salvó en sus vidas fue ese tablero cuadriculado y sus figuritas de dos colores.
En mi caso el ajedrez no me interesa lo más mínimo y me parece increíble como el autor transmite al lector en tan pocas páginas la tensión vivida en la partida y todos los sentimientos por los que van atravesando los protagonistas de la misma.
Esto es una clara muestra de que para escribir una buena historia no es necesario que sea muy extensa.

Novela de Ajedrez es el perfecto paradigma de las posibles personalidades resultantes a partir de la persecución de una obsesión. A lo largo de la historia narrada, podemos observar dos productos dicotómicos procedentes de esta monomanía que las circunstancias azarosas provocarán una partida decisiva entre sus practicantes. de una mano tenemos a un campeón del mundo, con mucho talento pero poco interés en su habilidad (no así en los ingresos que esta proporciona) y una ex-víctima de la Gestapo que utilizó el juego intelectual como placebo contra la locura. Y utilizamos aquí la palabra placebo y no preventivo conscientemente, ya que en lugar de evitar la enajenación mental, simplemente fue encauzada, de forma que fuera ligeramente más soportable a largo plazo. Recomendado para los iniciantes en el ajedrez, como aviso y advertencia de las consecuencias a las que atenerse y que implican este aparentemente benigno juego estratégico. Esta fue la última novela antepóstuma de Zweig, quien se quitó la vida junto a su mujer ante la desesperanza de un posible futuro gobernado por regímenes totalitarios. Las patologías neurológicas de los protagonistas, los vestigios del exilio externo del autor y su prosa modesta pero repleta de connotación sirven de cientos de páginas de estudio literario a este pequeño libro de tan sólo 117.

Apenas un par de días antes de quitarse la vida, Stefan Zweig envió una copia de esta novela corta a sus editores. Así, ‘Novela de ajedrez' sería publicada póstumamente, en 1943.
 
Por mi parte decir: “¡Por fin!, ¡Por fin!” Me ha costado varios intentos, pero finalmente he dado con un escrito de Zweig que me ha fascinado. Yo sé que no tiene que gustarnos lo mismo que a todo el mundo, pero reconozco que me dolía que ante los textos de Zweig sintiera siempre un “si… está bien pero ya”.
 
‘Novela de ajedrez' se desarrolla durante una travesía en barco entre Nueva York y Buenos Aires. Nada más embarcar, el narrador se da cuenta que uno de los pasajeros es ni más ni menos que el actual campeón del mundo de ajedrez. Un tipo extraño, con una reputación regulera debido a su arrogancia; además, hay casi una leyenda en torno a sus orígenes… se cuenta que surgió de la nada, para acabar dominando, a pesar de su falta de creatividad, el mundo (del ajedrez). El campeón acabará disputando cada noche partidas de ajedrez contra algunos de los pasajeros. Con resultados previsibles, hasta que dejan de serlo.
 
Una historia sencilla en apariencia, pero de esas que tanto me gustan, donde diferentes lecturas subyacen y es tu tarea interpretarlas. Las partidas de ajedrez serán mucho más que duelos de ingenio y ego, serán la eterna lucha entre barbarie y civilización, empatía y brutalidad, lógica y creatividad,… y que plantea reflexiones interesantes sobre si siempre merece la pena pagar el precio de una victoria.
 
A pesar de su corta extensión, Zweig se las apaña para hacer un alegato contra el horror nazi, centrándose en diferentes sucesos históricos que ocurrieron en su Austria natal. al mismo tiempo, y uno de los motivos por los que creo que este texto se sigue leyendo tanto hoy en día, es que es absolutamente atemporal puesto que lo que realmente presenta es un complejo estudio de la psicología humana cuando se nos lleva a extremos.
 
Una novela que en el momento de su publicación fue considerada demasiado abstracta para el gran público pero que yo me atrevería a recomendar a diestro y siniestro. Un libro que te animará a pensar y… ¿qué hay mejor que un libro cuya lectura no se acaba con el punto final?
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Todas las luchas de nuestra vida pueden verse reflejadas en un tablero de ajedrez, siempre he pensado así, desde que tengo memoria (o las veces que ella me domina).

«Novela de ajedrez» es una historia de vida, o mejor aún, la historia de una nación y de una guerra, específicamente, la segunda guerra mundial. Todos los personajes son un símbolo, son un manifiesto duro y crítico contra la guerra, el nazismo, la destrucción, los intereses políticos y la cruel humanidad.

La pluma de Zweig es perfecta, precisa, con frases que se clavan como puñales en tu corazón y que no solo te cuentan una historia, sino que te hacen vivirla y sentirla. Los dos personajes son dos posiciones, dos lugares que se ocupan en el tablero de ajedrez, cada uno ve la vida acorde a sus experiencias personales y son diestros y maestros en el arte de jugar, cada uno a su manera, distintos, no solo por la forma como aprendieron a jugar, sino por la situación en que debieron aprender.

La novela consta de tres partes, dos iniciales donde el foco se pone primero sobre el jugador blanco y luego sobre el jugador negro y una tercera parte, el cierre, el enfrentamiento de dos almas, de dos vidas. Ganar o perder no es el objetivo, porque cuando la vida se refleja en el tablero, el final es inevitable, esperado y necesario, pero el juego en sí es impredecible e incierto.

La intensidad va aumentando párrafo a párrafo como el mismo juego de ajedrez, cada movimiento de los protagonistas y de Zweig está fríamente calculado, y poco a poco, el ritmo se va haciendo más y más rápido, la tensión crece a la par, las fichas sobrantes van saliendo del tablero y de la narración, la velocidad se incrementa y se va apoderando de tus latidos y de tu respiración, hasta que solo quedan dos fichas, dos hombres, un solo movimiento, las manos se detienen, los ojos se encuentran, silencio, mente en blanco, un solo camino, un suspiro, jaque en la novela, jaque mate en tu vida. Y es todo, acabas de firmar un contrato de admiración con Stefan Zweig y sin querer lees en voz alta:

«…ese caballero realmente tiene un talento extraordinario»

Esta es la segunda novela que leo de Zweig y me ha gustado aún más que la primera, y eso que "Mendel el de los libros" me dejó huella.

En este libro, de nuevo en menos de cien páginas, Zweig es capaz de hacerlo y explicarlo todo. Desde el primer momento nos sentimos a bordo del trasatlántico que cubre la ruta EEUU-Buenos Aires donde conoceremos la historia del peculiar campeón del mundo de ajedrez y, sobre todo, la historia del señor B. Este último relata los terribles meses que pasó siendo prisionero de la Gestapo dentro de una habitación de hotel enfrentándose día a día a la nada, al vacío. Es brutal como el autor describe las trampas que nos tienda nuestra mente en situaciones límite llegando a obsesionarse por algo por puro instinto de supervivencia, en este caso por el ajedrez.

Zweig, austríaco de origen judío exiliado a Inglaterra en 1938, vuelve a tratar en esta obra los horrores del nazismo. Me ha aparecido interesantísima la parte en que explica que no todas las víctimas del régimen eran llevadas a campos de concentración y que existían otros tipos de torturas que en apariencia no lo eran pero dejaban secuelas permanentes a las personas que las sufrían. Espeluznante la historia del señor B.

En resumen, esta novela me ha parecido magistral tanto por lo que explica como por la forma de hacerlo, y hace que quiera seguir leyendo las novelas de este escritor excepcional.

Stefan Zweig nos presenta en "Novela de ajedrez" a dos personajes que destacan.El primero, es el actual campeón del mundo de ajedrez, de origen humilde, una inexistente facilidad para relacionarse con los demás y un lento aprendizaje. El segundo, es el señor B., oculta una historia oscura y una obsesión. ¿Dónde y cuándo se cruzaran sus caminos?
Para mí, Zweig, en esta novela sigue retratando al ser humano de manera brillante, con sus luces y sus sombras. Me fascinó la descripción de las partidas de ajedrez, en ese momento no eres un lector, eres un espectador de unas partidas increíbles.

Esta novela fue publicada en 1941. Me encantó. En una travesía por barco, azarosamente van el campeón mundial de ajedrez llamado Czentovic, un rico ingeniero llamado McConnor y un exprisionero del ejército nazi, el Dr B, también viaja otro obsesivo, quien es el narrador de la historia que desea entrevistarse con Czentovic. A fin de acercarse a él, nuestro narrador organiza sencillas partidas donde conoce a McConnor, el cual siempre pide revancha cuando pierde, cuando McConnor se entera que Czentovic viaja con ellos, lo busca y lo reta aún sabiendo que puede perder, pero que es perder ante un campeón?

Esta es una historia increíble, a mi me parece genial, me involucré en el relato, yo era parte del grupo cuando están decidiendo cual pieza mover, sentí la emoción y el nerviosismo. Aquí se habla de la obsesión.

Cada personaje tiene una obsesión y van juntos en un barco, aislados.

¿Cómo puede este señor enganchar con unas historias que no solo son muy breves, sino que no anuncian una trama especialmente apasionante? Es decir, entiendo más bien... nada! de ajedrez (a duras penas recuerdo el nombre de las piezas casi) pero por mucho que el título nos diga que va de eso (que sí, es un protagonista de esta nouvelle), no puedo más que desear saber cómo evolucionan sus personajes.

Seguro que algún día leeré alguna obra de Zweig tremendamente aburrida, pero mientras, seguiré sorprendiéndome por disfrutar de su estilo.