¿Qué tal estáis? Espero que estos días de buen tiempo y de puente os hayan servido para descansar, aunque sea un poco; en mi caso me tocaba trabajar, así que es lo que hay, jajajaja. En fin, hoy vengo con una nueva reseña por aquí de un aclamado autor que me imagino que ya conoceréis porque es bastante famoso:
Brandon Sanderson. Creo recordar que Ana, del blog Devoradora de letras, allá por el 2016 me lo recomendó y, seamos sinceros, no la hice ni caso porque en aquella época yo apenas leía fantasía y mucho menos ciencia ficción.
Pero pasaron los años, y el nombre del autor me seguía rondando allá por donde iba y por todas las redes sociales, así que me planteé la oportunidad de leerlo, pero seguía sin dar el paso. ¿Qué sucedió entonces? Que apareció
Escuadrón en mi vida y después de haber hecho un par de incursiones en la ciencia ficción y que me gustase mucho, decidí sumergirme de cabeza en esta nueva aventura y he de confesar que todo salió genial.
Escuadrón, de
Brandon Sanderson, es mucho más que una novela juvenil típica, sobre todo por el género y por su protagonista, Spensa, una chica decidida y valiente que me conquistó desde el minuto uno. Y es que, ¿quién no querría ser Spensa y tener el sueño de volar? No sé vosotrxs, pero yo desde pequeña siempre soñaba con ser piloto de avión, aunque ahora los aviones me den miedo y no me haya subido a uno jamás.
Spensa es la última persona en la que piensan los jefes de la FDD; que es la organización gobernante en el país, debido a que Spensa es la hija de un piloto conocido por traicionar a los suyos y por lo tanto ser un traidor. Obviamente ella no ha tenido una vida como la de los demás, ya que siempre ha sido tratada como una paria y nadie quiere estar a su lado.
Pero Spensa es una luchadora nata y nada de lo que le digan la va a hacer cambiar de opinión sobre ser piloto como su padre y poder formar parte de las estrellas y del firmamento, por eso mismo, cuando se abren los plazos para presentarse a la escuela de vuelo en Detritus, no lo duda ni un instante y lo hace, aunque sabe que se expone a que le nieguen el paso.
Gracias a varios factores que no voy a exponer aquí, Spensa logra entrar en la escuela, pero su día a día en ella no será nada fácil, sobre todo debido a todos los impedimentos que la ponen en todo momento y que tienen nombre propio: Férrea; la general de la FDD y quien peor se lo hace pasar.
Pero no solo tenemos a Spensa o a Férrea, la verdad es que encontramos multitud de personajes a lo largo de toda la historia y quiero hacer hincapié en Cobb, un personaje al que también he adorado y con el que he sufrido a lo largo de todo el libro. Él es la figura paterna que le falta a Spensa y me ha encantado conocerlo. También encontramos a Galimatías, el mejor amigo de Spensa o a M-Bot (del que no diré nada) y con los que me he reído a carcajadas. Y ya que de mascota tenga a una babosa es lo mejor del libro... ¿Quién no quiere a una babosa como mascota?
En definitiva os diré que si no habéis leído a Sanderson lo hagáis, ya que merece la pena conocer su forma de escribir y de crear mundos y personajes. No penséis que por ser una novela juvenil es más floja o va a pasar por encima de las cosa, ya que para nada es así y de verdad que conocer a Spensa merece mucho la pena. Yo por mi parte estoy deseando leer
Estelar, la segunda parte.
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