Legado en los huesos

Vamos con el segundo de la trilogía del Baztán. Efectivamente muy conectada con la anterior y donde nos acerca mucho más a la historia familiar y el entorno de la inspectora Amaia Salazar.

En esta encontramos a la inspectora embarazada y asistiendo al juicio contra el asesino de la joven Johana Márquez, caso resuelto en la novela anterior.

Sin embargo, el juicio se cancela ya que el acusado se ha suicidado en los baños del juzgado, pero habiendo dejado una nota dirigida a la inspectora, y cuyo mensaje es la palabra Tarttalo.
Volvemos a encontrarnos con los mitos y las leyendas de misterio de la zona que tan importantes son.

Así comienza la novela en la que se destapará una trama, que envuelve a la inspectora entre la leyenda y mitología vasca y su mundo personal y familiar.

Están sucediendo cosas extrañas y será Amaia, ya incorporada al trabajo, después de tener un niño, la que investigará los hechos.
De nuevo deberá trasladarse a su pueblo natal, Elizondo. La trama familiar, el misterio y los recuerdos de su pasado, vuelven a ser en esta segunda entrega, una parte fundamental e importantísima de la investigación.

Un aspecto muy interesante para mí de la novela es, por ejemplo, el protagonismo y la importancia de las mujeres, centradas siempre en torno a la inspectora.

También me gusta la fusión entre lo mitológico y las leyendas de la zona con el aspecto más científico y racional de la propia inspectora y como tiene que desenvolverse con todo ello, y, además, el aspecto más brutal de su relación con la madre.

En este sentido, me parece una obra original y cuya lectura te va atrapando porque queremos desvelar los misterios que nos presenta. Y siempre con grandes dosis de intriga.
También hay una buena planificación.

Sin embargo, hay algo que, ya me pasó con la primera, y son los finales, en esta novela me ha parecido demasiado inverosímil y fuera del tono que impera en toda la obra.
Tal vez, sean así para darle continuidad en la siguiente, ya que también se abren nuevas incógnitas.

De momento me quedo aquí, la tercera la dejo para otro momento.

E insisto, son novelas pasar un buen rato.

En esta continuación de El guardián invisible he tenido la sensación de que se potencia lo que ya me gustó mucho en el primer libro (la investigación del nuevo caso policial es adictiva hasta el tuétano 🦴) mientras que la ambientación en el Baztán sigue siendo excelente, pero me vuelve a chirriar el peso que tiene en la trama el tema de los espíritus, lo paranormal, el tarot... Quizás el problema sea mío porque el no creer en esas cosas me sacaba un poco de la historia, pero enseguida volvía a entrar gracias a que los personajes y los diálogos están muy bien elaborados.

Amaia me sigue gustando mucho, la aparición del juez Markina en modo "La isla de las tentaciones" de momento ni frío ni calor y mis dieces van para el personaje de Rosario (lo de esta mujer es muy fuerteee 😱).

Con ganas de conocer cómo termina la trilogía... ¡Cuento las horas para empezar a leer Ofrenda a la tormenta! ⏳

En la segunda entrega, Amaia, después de dar a luz a un niño, se enfrenta por un lado a un criminal que asocia sus acciones a la leyenda del cíclope vasco Tarttalo, y por otro a una profanación en una iglesia relacionada con el pueblo Agote, también en el valle del Baztán. Y a otra donde las víctimas de violencia de género se les amputa un brazo después de muertas.
Aunque las dos investigaciones no están relacionadas, en un principio, Amaia encuentra un nexo de unión en una de las víctimas y el valle del Baztán, gran protagonista de la trilogía.
Además en este segundo episodio nos adentramos más en la personalidad y sentimientos de la inspectora Salazar, la cual cada vez se siente más unida a su lugar de nacimiento.
Mientras va avanzando en el caso del “Tarttalo”, que le lleva a volver a estar en contacto con las criaturas mitológicas del Valle para conseguir nuevas pistas, vuelve a tener pesadillas relacionadas con su niñez y con el caso de las amputaciones. Y es a través del caso de las profanaciones por lo que descubre un hecho de gran importancia para ella, amén de otros muchos detalles de su vida de niña, en particular de su nacimiento, y cómo eran los partos en el Valle en la década de 1970 cuando todavía había muchas mujeres que daban a luz en casa.
Por ello, conforme más avanza en los casos, más unidos aparecen, saliendo a la luz nuevos enigmas y preguntas respecto a su familia y su madre que Amaia tendrá que resolver para encajar todas las piezas y resolver ambas investigaciones. Aunque para ello esté poniendo en riesgo su matrimonio.
Esta segunda parte se centra mucho más en los aspectos íntimos de Amaia que en los detalles de los casos. de esta manera el lector va entrando en la cabeza de la inspectora Salazar para comprender sus miedos y el porqué de sus actuaciones.
Como la vez anterior también recibe ayuda de la diosa Mari y demás criaturas de la mitología vasco – navarra, aunque de nada le sirven para enfrentarse al mayor de sus temores que sigue sin ser detenido.

La trama continúa en el Valle de Baztan, donde Dolores Redondo describe el paisaje de manera tan detallada a través de los ojos de Amaia Salazar. Lo que nos permite trasladarnos a los valles húmedos llenos de densos bosques, casi siempre envueltos en neblina, mientras continuaban las lluvias y las tormentas. Tras descubrir al culpable del supuesto crimen del "Basajaun" que provocó el pánico en el valle, "Legado en los huesos" enpieza con la celebración del juicio de Jason Medina, que asesinó a su hijastra Johana Márquez e imitó la técnica utilizada en ese momento por el asesino del valle. Cuando el juicio esta por comenzar, el juez lo cancela porque el cuerpo sin vida de Jason Medina es encontrado en el baño de los juzgado. El asesino de la hijastra se suicida escribiendo una carta para Salazar con solo una palabra: Tarttalo.
Si bos encontramos con el Basajaun en "El Guardián Invisible", en la segunda parte, los crímenes girarán en torno al TARTTALO. Ser mitológico, parecido a un cíclope detras del cual se esconde un asesino sanguinario, con gran ferocidad y canibalismo. La nota que Jason Medina le deja a Amaia Salazar la lleva a realizar una nueva investigación que combina los cuerpos de varias mujeres cuyos miembros fueron amputados y asesinadas a manos de sus maridos que después se suicidaron, dejando el mismo mensaje que Jason Medina: TARTTALO. al mismo tiempo, el equipo de la inspectora Salazar también debe investigar unas extrañas profanaciones ocurridas durante la noche en la iglesia de Arizkun que han dañado el templo y dejado reliquias en el altar. Huesos del bebé.
El caso parece irrelevante y no tiene nada que ver con el homicidio, pero las autoridades eclesiásticas claramente han solicitado a Amaia Salazar que lleve a cabo la investigación. Sin embargo, el descubrimiento de estos huesos de bebés humanos estará relacionado con su nacimiento y la infancia. No debemos olvidar que Amaia ha sido madre recientemente, y le preocupa convertirse en una mala madre y no darle a su hijo el cariño suficiente que se enfrentará con su profesionalidad, por lo que, como muchas mujeres tendra dificultades para compaginar su trabajo y la maternidad. Esto produce tensiones enormes, que la llevarán a discusiones constantes y poniendo en la cuerda floja la relación con su pareja. Para seguir sumando, de todas estas frustraciones, hay que sumarle la llegada del Juez Markina, por el que Amaia no podrá dejar de sentir una enorme atracción física y sexual.
"Legado en los huesos" es la estupenda continuación del "Guardián Invisible", que captura desde el principio, con capitulos no muy largos y cuenta una prosa fácil de leer a través de la cual se puede trazar una trama ágil y dinámica. Con flashbacks llenos de sorpresas que ayudan a comprender mejor la vida de la inspectora, por lo que es imposible no sucumbir a esta nueva entrega de la trilogía.

Si algo me gusta en una trilogía o saga es que un libro guarde relación con el anterior. Dolores logra encadenar perfectamente los dos casos, haciendo que todo fluya de manera muy natural.

Me reafirmo en que la forma de narrar de la autora, y su forma de describir, logra meterme totalmente en la historia y en esos paisajes.
Creo que sabe transmitir perfectamente cada una de las situaciones y sensaciones. La angustia, las prisas, el sufrimiento, la impotencia y también la sensación de calidez al llegar a casa, entre otras.

Se nota el gran trabajo de documentación que hay detrás de la escritura, y eso se refleja en una narrativa elaborada y llena de matices.

Me encanta ir descubriendo poco a poco el duro pasado de la inspectora y de su familia. En este segundo libro, la autora, se centra mucho mas en este hilo y, la verdad, es que creo que es un acierto. Realmente, toda la trama que hay montada y que envuelve a la protagonista me resulta muy interesante.

Por el momento, y a la expectativa de leer la tercera entrega, recomiendo altamente a la autora y la trilogía. Está siendo todo un viaje y un descubrimiento!

Estoy segura que en el tercer libro aun nos tiene preparadas muchas sorpresas!