La campana de cristal

“La campana de cristal”, única novela y la obra más icónica de Sylvia Plath, quizás sea lo más duro y doloroso que he leído en lo que va de año.

Esther Greenwood, alter ego de la autora, es una joven que viaja a Nueva York con una beca para ser redactora en una revista. Una mujer extraordinaria y con ambición literaria, Esther, se sumerge en la dicotomía de hacer lo que se espera de ella: convertirse en esposa y madre, o seguir su carrera profesional y con ello, asumir que va a ser rechazada por la sociedad.

A modo de monólogo interno y a través de las múltiples descripciones de Plath podemos sentir muy de cerca el horror que tuvo que vivir. Sumida en una profunda depresión, lucha por encontrar su identidad. Finalmente es llevada a un centro psiquiátrico, donde las terapias a la que es sometida Esther son más que cuestionables.

Con fuertes ideas feministas otro de los aspectos que se desarrollan a lo largo de la novela es la sexualidad y la necesidad de la liberación sexual femenina para conseguir la libertad en otros ámbitos.

La campana de cristal es un fiel reflejo de la violencia estructural a la que somos sometidas las mujeres. Es una novela que deja poso, que no puede dejar indiferente a nadie. Es una representación cruda y realista de la salud mental, de la opresión de género y de la presión social.

Sylvia Plath acabó con su vida apenas un mes después de publicar su única novela. Lo hizo metiendo la cabeza en un horno. al final, no dejó de sentirse atrapada en una campana de cristal.

La campana de cristal es uno de los libros más dolorosos que he leído nunca. No por su trama en sí, si no por ser la única novela de la autora, escrita un mes antes de su sonada muerte por suicidio y aquella donde Esther Greenwood, su protagonista, se convierte en un fiel alter ego de la propia autora. Un grito de desesperación y auxilio y un potente alegato sobre las enfermedades mentales.

Esther Greenwood llega a Nueva York persiguiendo su sueño de trabajar en una importante revista de moda. En los meses iniciales, las fiestas, la ciudad y sus gentes, son un crisol de color novedoso que adorna sus días. Sin embargo, su sueño de escribir se ve truncado por constantes negativas que la sumen en una irremisible depresión. Este es el germen a partir del cual todo explota, la enfermedad mental emerge y progresa en intentos de suicidio, dolor e incomprensión, a la vez que nos enfrenta cara a cara con la maquinaria sanitaria de la época mostrando los horrores que conlleva. A través de los ojos de la protagonista y por ende de Sylvia, vivimos de cerca el terror de las instituciones mentales, los centros psiquiátricos, los tratamientos de electroshock, el exceso de pastillas y todo aquello que convierte al enfermo en un sometido ser anodino.

Cuesta asimilar que a pesar de ser una ficción, todo lo narrado es fiel reflejo de lo que Sylvia padeció en su vida. La novela nos introduce de lleno en su cabeza, en sus pensamientos y tormentos más reales. Fue una mujer avanzada a su tiempo, con fuertes ideas feministas que refleja en su obra, pero en la América de los 60, hablar de anticonceptivos, aborto, pérdida de la virginidad o divorcio eran temas todavía muy tabú.

Luchando toda su vida contra el trastorno bipolar y la depresión, aquel 11 de febrero de 1963, Sylvia no pudo más, metió la cabeza en el horno y aspiró gas hasta morir; sin embargo, sus letras eternas y su excepcional poesía seguirán acompañándonos para que nunca olvidemos la importancia de la carga que cada uno lleva, a escondidas, en su corazón. Lo más duro es pensar que sigue siendo un tema de absoluta actualidad, todavía somos muchos viviendo asfixiados baja una campana de cristal.

La única novela de Sylvia Plath es sobrecogedora. Parte de una aparente inocencia y simplicidad y se vuelve compleja y sombría. La narración, de hecho, se desenvuelve en dos contextos distintos, a través de los que transita, de forma gradual, el el personaje, evolucionando y reflexionando acerca de sí misma y de su mundo más próximo.
Basada en gran parte en sí misma y en acontecimientos de su propia vida, la novela explora su inconformidad con una sociedad y un entorno opresivos en los que no encontraba su lugar y en los que no encontraba la fórmula para hacer compatibles sus distintos anhelos. La autora plasma esta incomodidad e insatisfacción a través de múltiples situaciones y anécdotas, que analiza con agudeza, ironía y con cierta frialdad y crudeza. La obra es honesta y directa; incómoda en ciertos momentos, desoladora en muchos otros. El estilo es sencillo, nada recargado, pero la narración está cargada de simbolismos. Desde luego, parece haber sido escrita por una mujer que no parecía temer mostrarse tal como era, con sus contradicciones, sus sueños y sus imperfecciones.
Me han sorprendido algunos fragmentos por su racismo y su clasismo, y por la forma de denostar el físico de los demás y de sí misma. Sin duda su educación y/o experiencias no fueron del todo inmunes al pensamiento de la época.
Una obra, en todo caso, altamente recomendable.
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Única novela de Sylvia Plath, publicada un año antes de suicidarse. Lo que conmueve de esta novela, son los tintes autobiográficos que se narran. Cuando te das cuenta que muchos de los pensamientos desarrollados por la protagonista, eran, en realidad, pensamientos de la propia autora, uno es capaz de vislumbrar la cantidad de sufrimiento que habitaba en la cabeza de una mujer extremadamente sensible y enferma.

Se nota que la autora era poeta, pues su prosa se beneficia de retórica y metáforas que hacen que el conjunto de la narración se lea a gusto y bastante agradble.

Se cuenta la historia de Esther Greenwood. Una muchacha de 19 años de Boston. Criada en un pueblo, nunca había salido de él hasta que gana un premio que la lleva de viaje a Nueva York a conocer un mundo que le abruma y le fascina a partes iguales. A su regreso, su mundo se desmorona y cae en una profunda depresión.

Historia basada en la vida de la propia autora que nos relata su estancia en Nueva York con una beca de escritura.
Refleja muy bien los cánones de la época y el papel de la mujer en la sociedad, y es que Ester, la protagonista, a pesar de ser brillante tiene que ir justificando sus objetivos y sueños continuamente, en pos de una vida en familia tradicional.
Retrata la depresión, y narra un intento de suicidio, pasaje que me pareció escalofriante, y más cómo lo cuenta ella.
Es realmente perturbador teniendo en cuenta la vida de la autora, de la cual os animo a investigar porque me parece un mujer increíble.
También nos narra un ingreso en un hospital psiquiátrico y como usaron terapia de electrochoque, la verdad que cada página la disfrutas y la sufres a partes iguales como lector.
Está escrito de forma muy directa, la autora te hace partícipe de sus reflexiones y sus impresiones, bastante ácidas por cierto, sobre lo que le rodea.
Me parece un libro que explica con todo lujo de detalles cómo se siente una persona con depresión, la metáfora que usa a lo largo del relato de la campana de cristal, que hace que el aire a tu alrededor se vuelva irrespirable, pero a la vez nadie a tu alrededor puede verla.
Simplemente brutal

Novela de Sylvia Plath, escritora y poeta estadounidense.
Es una obra semiautobiográfica que nos muestra a través de su alter ego Esther, como fué una adolescencia dura y su paso por un psiquiátrico.
Es una historia dura donde aborda el tema del suicidio, la realidad de una época en la que las mujeres están relegadas a un segundo plano.
La protagonista nos muestra su inestabilidad emocional, su depresión y la continua lucha que lleva por adaptarse a una sociedad que nada tiene que ver con ella y con lo que siente.
Es una denuncia social de las condiciones a las que se ven sometidas las mujeres, que la autora no logra comprender, y de la estigmatización de las personas que padecen alguna enfermedad mental.
A pesar del paso del tiempo, los temas que trata son bastante actuales.
Una reflexión sobre temas duros.

La campana de cristal y Ariel
obras que tenia pendientes, y que por fin han encontrado un hueco en esa librería que todos llevamos dentro. No la que decora nuestro lugar de lectura, si no esa otra que forma parte de nuestro interior, de nuestro modo de vida.
El poder de las lecturas.

La poesía de Silvia Plath permite entender su prosa. Una vida frágil sostenida por una escritura rotunda.
La importancia de la salud mental y la ignorancia de la sociedad de los años 50 a las necesidades de una mujer son los verdaderos protagonistas en estas líneas.

Quise empezar a leer este libro en la ciudad donde “Esther” alter ego de Silvia, empezó su andadura. Nueva York. Seguir sus pasos donde comenzó a reflejarse en su espejo de incomprensión, donde todo empezó a desmoronarse como un castillo de arena que el mar va erosionando en su vaivén. Una mujer que va rompiéndose hacia adentro intentando comprender la vida e interpelándola para encontrar respuestas.
Mis pasos llegaron hasta la esquina de la avenida Lexington con la calle 63.
Upper East Side,el Barbizon , Un hotel donde mujeres de todas partes, como si de un mundo a parte se tratara acababan recalando para hacerse un hueco en un mundo de hombres. Una combinación de ladrillo rojo e historia.
La historía de Esther o Silvia, fue rodando escaleras abajo desde NY a Boston,encayada en una familia en la que se pretende hacer creer al mundo lo que no eres Encerrada en una campana de cristal, “como un feto en un frasco”.
Una lucha por querer ser dueña de su vida.
Simplemente, había perdido la capacidad de sorprenderse, de levantarse tras cada caída de luchar por aquello que era su vida. Escribir.
Pero como escribe en uno de sus poemas
“Y como el gato siete ocasiones para morir” pero no para vivir. Múltiples intentos de renunciar a vivir me lleva a pensar que la vida también lucha por sobrevivir aunque queramos evitarlo.
El reflejo de silvia está en cada letra, en cada línea

Una vida truncada antes de ser vivida.
Una congoja continua es su mejor máscara .
Una amargura instalada en su voz que clama por salir.
Un final con sabor salado y olor agridulce.
Una brújula desorientada por un mundo que intenta redirigirla en sus normas.
Una identidad en desequilibrio
Una inseguridad sin treguas.

El libro me ha conquistado, duro por lo que transmite y tierno por lo que pudo ser pero su autora silvia Plath me ha hecho volver a creer en que Escribir te libera de lo que duele para reconvertirte en lo que amas, ojalá habérmela cruzado en un paseo por Central Park y conversar desde mi mundo al suyo, de mujer a mujer, Silvia Plath me mira desde su campana de cristal, el desperdicio de una vida en pos de ser como quieren que seas, nunca pudo liberarse de ello. Nada estuvo jamás a la altura de sus expectativas

¿Y la importancia de lo que las personas de tu vida pueden influir en ti ?

He descubierto la publicación de un nuevo y fascinante libro The Barbizon, The New York Hotel That Set Women Free de la autora norteamericana Paulina Bren. Lo encontré casualmente en una librería de la zona. Un hotel que atraía a mujeres que trabajaban principalmente en las artes.
En el, la historia de las mujeres americanas del Siglo XX llega a modo de testamento hasta nuestros días, como una promesa, como una puerta que se abre pero ,sobre todo, con la posibilidad de abrirla. Este hotel legendario fue, para algunas , antídoto y respuesta, una aparente libertad se abría ante ellas.
Jóvenes escritoras desconocidas –Sylvia Plath, Anne Beattie y Joan Didion, ahora legendarias– se instalaron en el aquel verano en los que cumplían con su beca para la revista Mademoiselle.

“Me imagino que la razón es que se trata de una historia sobre mujeres jóvenes, que no se consideraban importantes”.

Sylvia Plath llegó al Barbizon como una de las editoras invitadas de Mademoiselle en el verano de 1953. al final, Nueva York no le proporcionó lo que ella que esperaba. Silvia se enfrentó a la doble moral de los años 50.
“Estaba rebosante de deseo y tenía una sensación real de lo injusto que era que los hombres pudieran actuar según su lujuria, pero ella no”
Diez años después , SP. escribe La campana de
Cristal, aquel Hotel fue un caramelo envenenado.

En este hotel, paradójicamente se inició el movimiento feminista en los años 60 lo que supuso un cambio de concepto en las estancias del Barbizon, hoy son apartamentos de lujo.

Preguntas sin respuesta en un inicio y que va respondiendo a lo largo de la obra. Un libro es la respuesta a las preguntas del otro.

Es una novela profunda y que trata temas como las enfermedades mentales, el suicidio y las auto lesiones y que sea semi autobiográfica lo hace más fuerte. Por lo que hay que tener precaución al leerlo. Empecé a leerlo medio asustada por las muchas reseñas que aseguraban que este libro no era apto para personas muy sensibles y "con poca estabilidad emocional" pero A MI no me produjo una impresión tan fuerte como creí. Si es un libro bastante depresivo, no triste, no me hizo llorar (lloro por todo) sino que es más bien pesimista, si tuviera que asociarlo a un color sería el gris.
Esther es una chica súper inteligente con un futuro muy prometedor en los años 50s pero que tiene que luchar con la depresión. al principio me costó engancharme, sentía que no pasaba nada hasta que empecé a entender hacía donde nos llevaba la historia. No quiero decir que me decepcionó un poco está novela pero quizás no fue lo que esperaba, en este caso debería haber leído el libro sin leerme ninguna reseña antes.
Planeo leer los poemas de sylvia Plath porque creo que voy a conectar mucho más con ellos que con esta novela.

Llevo mucho tiempo que la figura de Sylvia Plath me sigue, aparece en varias lecturas que hago y este año fue cuando reparé en ella, luego de leer otros libros y hacer toma de contacto con ella, poco a poco me he introducido más, así que decidí proseguir con su primera y única novela « La campana de Cristal» una novela en la que Sylvia nos presenta a Esther Greenwood, una chica joven, que nos cuenta su estancia en Nueva York tras ganar una beca para trabajar en una revista de moda y dónde ve su gran oportunidad para cumplir su sueño, el ser escritora. No obstante esta novela que nos presenta Sylvia tiene dos partes, y esta segunda parte mas desoladora nos presenta la estancia de Esther en un Psiquiátrico.


Sylvia nos presenta una prosa directa, dura y transparente, sin filtros ni florituras para adornar la historia de Esther ¿ su álter ego?. Aunque parezca que la segunda parte sea la más dura ( que lo es) la primera parte no se descuelga de esta sensación, Esther se siente sola, perdida y comienza a andar sin saber muy bien a dónde, nos habla también de la toxicidad del ambiente cuando uno no tiene las tablas suficientes o cuando nos sentimos perdidos, cuándo nos sentimos perdidos intentamos agarrarnos a todo lo que creemos que es sólido, consistentes y que creemos que nos mantendrá a salvo o incluso a flote, esto normalmente suele ser un espejismo fruto de la desesperación.


En la segunda parte acompañamos a Esther en su camino por el Psiquiátrico, para ponerles más en contexto toda la historia pasa en la época de los años 50's, Esther acude a un profesional pero este no parece lo suficiente confiable y le recomienda a su madre la internación, algo que sucede y dónde Esther experimenta unos daños físicos que en lugar de mejorar su situación, la empeora, Esther solo piensa en desaparecer y actúa varias veces en consecuencia de este deseo. Vuelve a ser internada, dónde la tratará otra doctora diferente, en este centro establece relación con algunos pacientes pero sigue sufriendo los métodos de la época para la salud mental. No obstante Esther abandonará este centro.
En la época en la que la salud mental era igual a estar loco, no es que la cosa cambie mucho en nuestros días, aunque después de sufrir una pandemia mundial se ha puesto más el foco en ello, seguimos estigmatizando , mirando de reojo a esas personas que su salud mental está en juego, estamos, seguimos arrastrando el intentar encajar en una sociedad cuadrada, conseguir ser lo que se espera de nosotros aumentando la presión con la aparición de las RRSS. Esta novela de Sylvia Plath me hace plantearme una pregunta ¿Qué cosas nos hubiera regalado con su escritura si hubiera tenido más tiempo?

« La Campana de cristal» será un libro que estará en mi estantería y que seguramente cuando lo vuelva a leer volveré a reflexionar cosas diferentes, veré cosas que ahora no habré visto y sentiré cosas que no he sentido. Entre más leo sobre la vida de Sylvia más me atrapa, como una tela de araña que te envuelve cada vez mas entre más te revuelves en ella. Una lectura que puedes disfrutar sin conocer de nada a Sylvia pero que te hará


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La novela o yo hemos, en cierta manera, fracasado en el intento. O bien ella no ha logrado transmitirme el horror de ese fondo del hoyo que es una depresión o yo no he sido capaz de concebir la profunda desesperación que, pienso, debe sentir la protagonista dentro de esa campana que la envuelve y que le impide relacionarse y encontrar su sitio en ese mundo de hombres en el que la mujer sigue sujeta a roles y comportamientos establecidos por ellos.

En realidad, no sé si hay que buscar razones, no sé hasta qué punto la depresión es consecuencia de las circunstancias que rodean al sujeto o solo bastan las circunstancias internas. Lo que sí sé es que esa enfermedad determina completamente la relación que el individuo establece con esas circunstancias. Y esto es lo que más me ha gustado de la novela, la forma tan honesta -se supone que es autobiográfica- en la que describe sus relaciones con las amigas, con los hombres, cercanos o desconocidos, con su madre y, por encima de todo, consigo misma, su insatisfacción personal, su bajísima autoestima, su ansiedad por abarcarlo todo o, al menos, abarcar en su totalidad algo importante. Si hubiera que buscar una de esas razones, que quizás no sean suficientes para explicar nada, estarían perfectamente descritas y resumidas en una de las famosas citas de la autora:

"Quizás cuando sintamos que queremos tenerlo todo, será porque estamos en peligro de estar cerca de no querer nada."