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Críticas sobre La campana de cristal (66)
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marta_lo
 21 January 2021
Hasta ahora había leído la poesía de Plath y sus Cartas a mi madre. Todo lo que había leído hasta ahora me mostraba una cara de la autora más bien sentimental, en el buen sentido de la palabra. Pero su novela me ha abierto a una nueva faceta de la autora.

He podido disfrutar de su sarcasmo y humor, con críticas sagaces de la sociedad que la tocó vivir, pero que siguen estando en boga. La presunción de que la mujer debe ser sumisa al hombre, dejarlo todo por él, incluso sus sueños es uno de los temas más tocados en la primera mitad de este libro de esta forma humorística de la que hablo.

En contraposición con estos momentos divertidos, tenemos también los de denuncia social, en los que no escatima en detalles y situaciones agobiantes, incluso alguna cargada de violencia. Y es que es esta la violencia que quiere
mostrar, la que se ejerce a la mujer, en todas sus formas.

Hacia la segunda mitad del libro, comienzan a sucederse diferentes acontecimientos que harán de su lectura mucho más interesante, si cabe. En esta parte, la autora se concentra más en la salud mental, y cómo son tratados por la medicina y la sociedad los pacientes que sufren este tipo de enfermedades. Pero lo más importante es cómo se siente ella, la protagonista, cómo se describen todos esos pensamientos que se le pasan por la cabeza y que a veces incluso distorsionan su manera de ver a los demás.

En algún momento me han chocado ciertos comentarios racistas por parte de la protagonista, aunque eran bastante comunes entonces. Igualmente, me han llamado mucho la atención, y quizá este sería el punto negativo que podría poner a la novela.

No obstante, sus reflexiones filosóficas acerca de la vida, de la mujer y de la sociedad me han parecido brillantes. Una llamada de atención a la sociedad y su visión nefasta de la mujer y la salud mental, cuya lectura recomiendo sin lugar a dudas.
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RocioPV
 28 December 2022
Esther Greenwood es una joven y prometedora pasante editorial en una popular revista femenina en la ciudad de Nueva York. A pesar del potencial de una vida brillante por delante, Esther sigue desanimada y casi intimidada por el futuro. Es una mujer muy independiente y decidida en una época en la que las expectativas sociales para una mujer de su edad son muy diferentes a su forma de pensar. Esta expectativa que se deposita en ella no hace más que aumentar su desánimo en la vida y comienza a tomar forma una profunda depresión.

La campana de cristal es un objeto utilizado en experimentos de física para preservar algo, ya que crea un efecto de vacío y las cosas en su interior se sellan herméticamente. La metáfora aquí es que todo lo que se coloca en el interior no se ve afectado por nada que ocurra en el exterior, al igual que los sentimientos de Esther forman una especie de trampa que la contiene. Sus sentimientos de duda y desánimo la superan y es incapaz de ver la razón y ninguna influencia externa puede cambiar eso. Esto normalmente generaría un tono extremadamente deprimente, sin embargo, Esther es un personaje sorprendentemente humorístico, aunque oscuro. "La campana de cristal" es en realidad un recuento de los sucesos de su pasado, por lo que, en esencia, Esther está mirando hacia atrás sobre su vida y se está dando cuenta de la ingenuidad de sus acciones.

Sylvia Plath incorpora hábilmente su magnífica prosa en su primera y única novela. El estilo de escritura en sí es extremadamente inteligente y fluido con un narrador algo poco confiable. La historia no se cuenta en orden cronológico, por lo que la historia a menudo es difícil de extrapolar, pero debe recordarse después de que todo esté dicho y hecho. La vida de Esther Greenwood está destinada a ser la semi-autobiografía de la propia Sylvia Plath y si sabes algo sobre su biografía real, eso puede explicar el final críptico que nos dan.

"La campana de cristal" muestra cuán profunda puede ser la depresión y cuán fuerte puede tener un control sobre uno mismo. Creo que este libro es más una experiencia que una novela. Estamos con Esther desde la primera página hasta la última oración. En mi opinión, Sylvia Plath con su prosa es capaz de captar la desesperanza y la anhedonia que acompañan a la depresión, tan difíciles de explicar a otro ser humano. Sin embargo, lo hace sin problemas, ya que permite que los lectores sean parte de su propio dolor.
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Vanevska
 18 April 2022
En esta obra, La campana de cristal, la autora expresa, a través de las experiencias de la protagonista, la tensión que para una mujer suponía el hecho de que sólo hubiese dos opciones posibles en la vida: o someterse al modelo convencional de feminidad, es decir, convertirse en esposa y madre y desaparecer como individuo, o seguir una carrera profesional y asumir la soledad y el rechazo social. Es una obra semi autobiografía.

Es esta dicotomía irresoluble lo que provoca la angustia existencial de Esther , la protagonista que, desde el momento en que decide no hacer lo que se espera de ella -esto es, casarse con su prometido y abandonar sus pretensiones poéticas- se da cuenta de que se la considera una mujer al margen de la sociedad y se siente como un objeto.

Esther Greenwood se rebela ante este modelo (encarnado por mujeres como su madre o la madre de su prometido, la señora Willard) y reivindica su deseo de vivir aventuras y de ejercer su libertad creativa, moral y sexual; porque esta novela también habla de la sexualidad de la mujer y pone de manifiesto la necesidad de la liberación sexual femenina para alcanzar la libertad en otros ámbitos, es como si de repente subieras "un escalón" en lo social, a nivel personal, etc... pienso que era más una "presión" que ella sentía en su mente más que algo cuyo resultado final le iba a resultar satisfactorio, ( a nivel sexual claro... ), creo que era decir "negro" cuando todos esperan de tí que digas "blanco".

Pero La campana de cristal es también un retrato lúcido e inteligente de la adolescencia. Es una reflexión sobre el conflicto vital que supone escoger entre múltiples opciones, querer abarcarlo todo y hundirse en la frustración de entender que no es posible.

Es un libro que está muy bien narrado, con descripciones muy bien pulidas y en su justa medida, realmente me sorprendió más de una por su belleza y complejidad, con unas reflexiones muy emotivas, profundas, a veces muy dolorosas y tristes, mientras vas leyendo te vas preguntando qué harías en su lugar, porque es que da de pensar, aunque con esto no digo que se me pasasen por la cabeza sus resoluciones para con los problemas claro está.

El personaje masculino Buddy, (el que se supone que es su prometido pero no lo es) que se comporta de forma amigable y servicial como un amigo fiel, al menos al principio, al final resulta que es un hipócrita, la protagonista lo describe así y pensé que era un poco exagerada pero ya al final del libro me dije: este tío es un egocéntrico, no tiene luces ninguna y parece un desconocido que solo quiere incordiar diciendo estupideces ¿en quién estabas pensando Buddy, en tí?

Para finalizar decir que tanto si la leemos como novela semi autobiográfica como si la consideramos una ficción, se trata de una obra que analiza magistralmente lo que Betty Friedan llamó "el problema que no tiene nombre", la frustración de comprobar que la sociedad ignora las necesidades de la mujer, y la locura y el suicidio como una forma de escapar de la propia imagen femenina distorsionada por un patrón de pensamiento patriarcal.

Destaco estas palabras de Esther, esta triste reflexión donde ella piensa que deberíamos de nacer dos veces, para así poder volver a nacer "remendada", "recompuesta" y "aprobada" para salir a la calle...sin lugar a dudas una obra muy emotiva donde esa campana de cristal nos liberara de la observación de la gente, como cuando de niños en la cama te tapabas con la manta hasta la cabeza cuando te sentías mal, lo malo es cuando ya no eres niño y entonces te consideran loca.

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Guille63
 11 August 2023
La novela o yo hemos, en cierta manera, fracasado en el intento. O bien ella no ha logrado transmitirme el horror de ese fondo del hoyo que es una depresión o yo no he sido capaz de concebir la profunda desesperación que, pienso, debe sentir la protagonista dentro de esa campana que la envuelve y que le impide relacionarse y encontrar su sitio en ese mundo de hombres en el que la mujer sigue sujeta a roles y comportamientos establecidos por ellos.

En realidad, no sé si hay que buscar razones, no sé hasta qué punto la depresión es consecuencia de las circunstancias que rodean al sujeto o solo bastan las circunstancias internas. Lo que sí sé es que esa enfermedad determina completamente la relación que el individuo establece con esas circunstancias. Y esto es lo que más me ha gustado de la novela, la forma tan honesta -se supone que es autobiográfica- en la que describe sus relaciones con las amigas, con los hombres, cercanos o desconocidos, con su madre y, por encima de todo, consigo misma, su insatisfacción personal, su bajísima autoestima, su ansiedad por abarcarlo todo o, al menos, abarcar en su totalidad algo importante. Si hubiera que buscar una de esas razones, que quizás no sean suficientes para explicar nada, estarían perfectamente descritas y resumidas en una de las famosas citas de la autora:

"Quizás cuando sintamos que queremos tenerlo todo, será porque estamos en peligro de estar cerca de no querer nada."
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Laubythesea
 27 October 2022
Si tienes dudas sobre si leer o no ‘La campana de cristal' y estás esperando una señal (¿alguien hace eso fuera de las pelis?), ¡es esta! ¡Léelo! Mi ejemplar llevaba en mis estanterías… no sé, cuatro años fácil. Es una novela que siempre he querido leer, pero me daba respeto, sentía que sería densa y compleja, y eso me echaba para atrás. Esa idea preconcebida cogió más fuerza leí el poemario ‘Ariel' (en una edición bilingüe e ilustrada que no puede ser más bonita de Nórdica) que, aunque me gustó mucho, por lo sensitivo y bonito, me resultó desafiante por los simbolismos y significados metafóricos (quizá si sueles leer poesía no te de esa impresión).
 
En fin, que cual ha sido mi sorpresa al descubrir que, en prosa, Sylvia es clara como el agua, con un estilo directo, sin recargar y con un absoluto control sobre su historia. Viendo lo que hizo en su primera novela, me siento huérfana de todo lo que no escribió. Porque que no os engañe la ligereza del estilo, es una novela de esas que calan y a mí, me ha dejado muy tocada varias semanas.
 
A pesar de estar ambientada en los 50's en muchos aspectos es una novela absolutamente atemporal. Los conflictos de la protagonista (y de Sylvia) no son distintos a los que podemos tener hoy en día: el sentir qué no sabes qué camino seguir, no encajar en los estándares que la sociedad marca como correctos, que no haya posibilidad de equilibrar el desarrollo tu carrera o formar una familia, llevar a cuestas problemas familiares… eso sí, evidentemente, estar dentro de una sociedad puritana, patriarcal y bastante machista, como es la estadounidense del momento, no creo que ayudara ni un poco a Sylvia.
 
La campana de cristal' es una novela con claros tintes autobiográficos donde se nos cuenta un periodo en la vida de Esther Greenwood, una joven con ambición de convertirse en poeta, pasando una estancia en Nueva York tras ganar una beca. Así, en la primera mitad, parece una historia de autodescubrimiento, experimentación y observación de alguien que tras vivir en una localidad pequeña, tiene la oportunidad única de descubrir la gran ciudad y ser el centro de todas las miradas. Sin embargo, llega un momento donde todo se precipita y Esther acabará internada en un hospital psiquiátrico. Es entonces, cuando esa primera parte, que se sentía tan ligera e inocente cobra otro sentido, que te hace volver a sus páginas en busca de respuestas. ¿Y sabéis qué? ¡Las encuentras!
 
La segunda parte se centra en la estancia de Esther en el psiquiátrico, incluyendo los detonantes de su internamiento. Relata la vida de las internas, los tratamientos, el personal… pero, sobre todo, habla de lo que ella piensa y siente. Esta parte es muy dura. Yo la leí a sorbitos, estaba en un estado de comunión tal con la narración, que me ahogaba el dolor, angustia, soledad y ausencia de ganas de seguir de la protagonista. La novela captura de una forma increíble la claustrofobia de la campana de cristal de Esther. El texto respira autenticidad, como si Sylvia “solo” hubiera tenido que buscar las palabras y el valor de poner sobre el papel lo que sintió, siendo increíblemente admirable que muestre sus momentos más oscuros sin perder el humor. Si has pasado fastidiados (por decirlo suave) en tu vida, te reconocerás en alguna de sus palabras. de todos modos, si en este momento no estás bien, deja esta lectura para más adelante.
 
Esther es un personaje de esos que a mi me dejan huella. Imperfecta, compleja, con la que no estás de acuerdo en todo, pero sabes que es absolutamente coherente dentro de su propio discurso. Directa, sincera, y con todo, muy fuerte. Una mujer joven, que no sabe lo que quiere, pero tiene muy claro lo que no quiere. Y eso, no es poco, ni fácil. El camino marcado no la representa, y decide salirse de él, aunque eso suponga no salir indemne.
 
La campana de cristal' puede leerse perfectamente sin conocer nada de la biografía de Sylvia Plath. No obstante, si estás familiarizado con su vida, creo que la novela hace aún más daño porque es imposible no ver todo en perspectiva. Creo que Sylvia era inteligentísima y de gran sensibilidad, absolutamente adelantada a su tiempo y duele pensar cuán diferente habría podido ser todo de haber nacido 50 años después.
 
Para mi, una novela de 10, que no se termina con la palabra fin. Ha ligado para siempre a Sylvia Plath a sus problemas de salud mental, pero que su lectura y todas las ganas de investigar sobre ella que me ha despertado, me ha llevado a tratar de pensar en ella (para siempre) fuera de ese paradigma. Sylvia mujer, Sylvia poeta, Sylvia autora, Sylvia madre…
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Leyendoyfrikeando
 25 June 2023
El testimonio de Esther Greenwood que no es otro que el de la propia Sylvia. Una historia dura y compleja pero con la que llegamos a empatizar porque, ¿quién no se ha sentido alguna vez perdido, sin ganas de continuar o de creer que no encaja?
Lo que más me ha gustado ha sido la forma tan directa en la que está narrada la novela, creía que sería más densa la pluma de la autora, y me equivocaba. También, la crítica a la sociedad de la época y a las cuestionables formas de tratar las enfermedades mentales, en este caso en concreto, la depresión. Una enfermedad que ha sido estigmatizada hasta hace no mucho y de la que todavía, a día de hoy, sigue siendo tema tabú.
Una lectura sin duda que recomiendo y que creo que todos debemos leer alguna vez. No ha sido del todo lo que esperaba, pero eso no hace que entienda perfectamente lo importante que es.
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La_Elo_lee
 22 February 2023
Me siento desorientada y algo confusa tras acabar la novela semiautobiográfica de Sylvia Plath. Las expectativas suelen jugar malas pasadas y en este caso ha ocurrido. Me esperaba algo más denso y removedor, quizás breve e intenso y para nada ha sido así.
La novela, en mi edición de casi 400 páginas de Edhasa, con una traducción antigua y para mi gusto poco satisfactoria, comienza de manera frívola, con la presentación de una jovencita (Esther, alter ego de Sylvia) que acaba de aterrizar en Nueva York, que va de fiesta en fiesta pero algo en su interior le hace rechazar ese mundo superficial y el papel tradicional de la mujer, destinada a ser secretaria o esposa y madre o, quizás, uno de esos papeles tras el otro. Ella quiere escribir y vivir. Hasta que le roban las ganas.
La narración es muy sencilla, se lee sin esfuerzo y algunos diálogos o reflexiones son casi pueriles. En torno a la mitad del libro todo esto se hace pesado y me he sentido algo decepcionada, preguntándome si la novela valía realmente por sí misma o solo por la condición de Sylvia de poeta maldita.
Sin embargo, resuelta a seguir, y con el cambio de edición a la nueva de Random House con traducción de Eugenia Vázquez Nacarino, tengo que decir que en la segunda mitad he sido capaz de conectar y entender más a Esther y a Sylvia.
(A continuación posibles spoilers) al margen de su obsesión por perder la virginidad como rebelión contra el patriarcado, he sido capaz de comprender la metáfora de la campana de cristal (como los bebés muertos), de la pareja condenada a muerte y la terapia electroconvulsiva y sobre todo me ha llegado a conmover también el sonido de su molesto corazón después de cada intento de suicidio.
Y me quedo así, algo desconcertada y sobre todo muy triste. Por Sylvia, por todas las campanas de cristal en las que no entra en aire, por todas las opresiones y aquéllas que saben lo que se siente cuando te queman por dentro.
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MayteRatitadebiblio
 30 March 2024
La campana de cristal es uno de los libros más dolorosos que he leído nunca. No por su trama en sí, si no por ser la única novela de la autora, escrita un mes antes de su sonada muerte por suicidio y aquella donde Esther Greenwood, su protagonista, se convierte en un fiel alter ego de la propia autora. Un grito de desesperación y auxilio y un potente alegato sobre las enfermedades mentales.

Esther Greenwood llega a Nueva York persiguiendo su sueño de trabajar en una importante revista de moda. En los meses iniciales, las fiestas, la ciudad y sus gentes, son un crisol de color novedoso que adorna sus días. Sin embargo, su sueño de escribir se ve truncado por constantes negativas que la sumen en una irremisible depresión. Este es el germen a partir del cual todo explota, la enfermedad mental emerge y progresa en intentos de suicidio, dolor e incomprensión, a la vez que nos enfrenta cara a cara con la maquinaria sanitaria de la época mostrando los horrores que conlleva. A través de los ojos de la protagonista y por ende de Sylvia, vivimos de cerca el terror de las instituciones mentales, los centros psiquiátricos, los tratamientos de electroshock, el exceso de pastillas y todo aquello que convierte al enfermo en un sometido ser anodino.

Cuesta asimilar que a pesar de ser una ficción, todo lo narrado es fiel reflejo de lo que Sylvia padeció en su vida. La novela nos introduce de lleno en su cabeza, en sus pensamientos y tormentos más reales. Fue una mujer avanzada a su tiempo, con fuertes ideas feministas que refleja en su obra, pero en la América de los 60, hablar de anticonceptivos, aborto, pérdida de la virginidad o divorcio eran temas todavía muy tabú.

Luchando toda su vida contra el trastorno bipolar y la depresión, aquel 11 de febrero de 1963, Sylvia no pudo más, metió la cabeza en el horno y aspiró gas hasta morir; sin embargo, sus letras eternas y su excepcional poesía seguirán acompañándonos para que nunca olvidemos la importancia de la carga que cada uno lleva, a escondidas, en su corazón. Lo más duro es pensar que sigue siendo un tema de absoluta actualidad, todavía somos muchos viviendo asfixiados baja una campana de cristal.

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Lizvzcrz
 21 April 2023
Esther Greenwood es una joven con muchas ambiciones literarias, que gracias a su talento esta becada en una excelente universidad y que ahora se encuentra en Nueva York junto con otras chicas que ganaron un concurso viviendo nuevas experiencias, comidas, fiestas, desfiles y recibiendo muchos regalos.
En medio de este mundo de glamour podemos ir notando como Esther se va sintiendo cada vez más apartada de lo que siempre deseo, perdiendo el interés en muchas cosas y planteándose si lo que hace ahí es lo que desea, siempre está entre las mejores alumnas desde que tiene uso de razón, pero que tal si un día se pregunte porque hace eso, con qué motivo.
De eso se trata la primera parte, entre recuerdos de su pasado y presente, entre personajes que conoce y el desinterés que empieza a mostrar por todo.
La segunda parte nos muestra el descenso de su vida, su historia en los manicomios y en sus terapias de shock, su estrepitosa carrera en el mundo de la depresión y la perdida contra la batalla del porque esforzarse.
Creo que este libro no es para todos, es difícil de leer, pero al mismo es tan poético, no logras empatizar con los personajes, porque no te da tiempo para acercarte a ellos, lo que de cierta manera es algo mágico, como se sabe esto puede contar como una autobiografía, así que podría entender porque se centra tanto en Esther, porque la narración es un tanto caótica, viéndolo desde el punto de vista de alguien que cae en la depresión, es difícil sentir empatía por Esther en la primera parte, se muestra tan antipática, grosera y difícil de tratar, pero en la segunda parte podemos notar esa batalla contra ella misma, el mundo pierde color y no sabe porque, y aunque la tienen en tratamiento no ve que mejore, ¿para qué? ¿con que sentido?, con un final un tanto abierto, creo que este libro es difícil de admirar, tiene muchos contrastes y una historia no tan línea, personajes que no te atrapan, porque así los vio la autora en su cabeza, pero con una prosa tan armoniosa, todo un torbellino este libro.
Si bien este libro toca el tema de la depresión, no es un libro que habla de dicho tema, ni de los tratamientos, habla como una persona que paso por eso, no trata de hacernos reflexionar ni darnos una enseñanza, solo nos cuenta como alguien se sintió o podía seguir sintiéndose, así que si vas por este libro buscando algo que enfatice mucho en estos temas podrías llevarte una decepción.
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roberenicediaz
 12 September 2023
Es una novela profunda y que trata temas como las enfermedades mentales, el suicidio y las auto lesiones y que sea semi autobiográfica lo hace más fuerte. Por lo que hay que tener precaución al leerlo. Empecé a leerlo medio asustada por las muchas reseñas que aseguraban que este libro no era apto para personas muy sensibles y "con poca estabilidad emocional" pero A MI no me produjo una impresión tan fuerte como creí. Si es un libro bastante depresivo, no triste, no me hizo llorar (lloro por todo) sino que es más bien pesimista, si tuviera que asociarlo a un color sería el gris.
Esther es una chica súper inteligente con un futuro muy prometedor en los años 50s pero que tiene que luchar con la depresión. al principio me costó engancharme, sentía que no pasaba nada hasta que empecé a entender hacía donde nos llevaba la historia. No quiero decir que me decepcionó un poco está novela pero quizás no fue lo que esperaba, en este caso debería haber leído el libro sin leerme ninguna reseña antes.
Planeo leer los poemas de sylvia Plath porque creo que voy a conectar mucho más con ellos que con esta novela.
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