Los cuatro vientos

Esta lectura entra directamente y por la puerta grande en mi top 10 del año. Pero vamos, de cabeza.
Una historia llena de tristeza, de autoestimas, unas muy altas y otras muy bajas; de amor, a veces mucho, a veces poco, a veces nulo. de familia, amistad...
Es una historia tan completa que es que no le falta de nada. de nada que sea necesario. Todo lo encontramos. Hay personajes de todo tipo pero sobre todo hay mucha fidelidad y realidad en sus páginas.
Es una novela de esas que te llegan muy adentro y no salen. Pero cuando digo que no salen me refiero a que siempre terminas, por un motivo u otro, pensando en sus personajes, en su trama, en su final. Ya me ha pasado este año una vez con La metamorfosis infinita, ahora me vuelve a ocurrir con este libro. ¿Cómo voy a poder salir de entre sus páginas?
De verdad, pedazo inicio, pedazo desarrollo y pedazo final. No puedo decir otra cosa de él. Es una maravilla. Es un imprescindible. Es un inolvidable y es una relectura segura en el futuro.
De verdad, si no lo habéis leído, tenéis que hacerlo. ¡Es obligatorio! Aunque después os duela el alma. A veces es bonito morir de pena.

Después de un prólogo que al acabar la novela sabremos quien nos lo narra, vamos a conocer a Elsa, una chica peculiar que arrastra los problemas de una afección cardíaca de hace años, y con una familia rica, devota, intransigente y a la que sólo importan las apariencias, especialmente a sus padres. Viven en Texas de madera acomodada, pero Elsa no es feliz, se siente sola, su familia no la valora, prácticamente se pasa el día en su cuarto leyendo y soñando despierta que es una de las protagonistas de sus libros. No le permiten hacer nada, según ellos por protegerla, según ella porque no es una muchacha agraciada y nunca encontrará marido, al contrario que sus hermanas. Es mejor esconderla porque los avergüenza... Pero Elsa será muy especial y lo veremos nosotros cuando sigamos leyendo...

La novela comienza en 1921 y finaliza en 1936, cuando Elsa tiene más de 40 años. Vamos a encontrar lo que diríamos la primera parte, situada en Texas, y la segunda que va a estar situada en California, dos sitios dispares donde los allá. Elsa con más de 25 años sabe que su destino es ser "una solterona" ya que esto es lo que le han hecho creer en su familia y además, como está constantemente vigilada y protegida no tiene ocasión de conocer a nadie. de repente, el día de su cumpleaños se arma de valor y decide enfrentarse a su familia y salir "al mundo". Ese día conocerá a Rafe Martinelli, un chico muy especial que la hace sentir también especial, y tendrán una noche de pasión.. ¿Se quedará la cosa ahí? ¿La descubrirán sus padres? Algo ocurrirá y Elsa, contra su voluntad, será llevada un día a casa de Rafe, que vive en una granja con sus padres, y precisamente se va a marchar a la Universidad. Todo se viene abajo, y Rafe y Elsa se casan, y ella pasa a vivir en esa granja con su marido y sus suegros. Elsa tiene una inseguridad brutal (lógica) y no se puede creer que haya conseguido a Rafe, siente que en verdad no la quiere. Su misión ahora es trabajar duro en la granja para demostrar su valía, conseguir que sus suegros la acepten (algo que lleva haciendo toda su vida, intentar ser aceptada), y por supuesto que su marido la ame. Pero en medio de esto, llegará lo que conocemos como La Gran Depresión, después del crack del 29 que afectó a Estados Unidos, en La Gran Llanura hubo años de sequía donde granjeros perdieron sus tierras, sus animales, incluso sus vidas. Y aún más, tormentas de polvo estaban matando a la población. ¿Qué podían hacer unos granjeros de origen italiano en estas circunstancias? ¿Cómo iban a sobrevivir, cuándo, en esos años, ya eran 6 en la granja, porque Elsa y Rafe ya tenían dos hijos?...

Esta parte en la que se relata todo este desastre ecológico me ha tenido completamente absorta (en realidad toda la novela). Como historiadora que soy aunque no ejerza, me parece fascinante conocer nuevos momentos y contextos históricos, descubrir qué ocurrió en los distintos países, como se gestaron los inicios de la Segunda Guerra Mundial, y de qué manera pudieron sobrevivir estas gentes. Todo está perfectamente documentado, la autora lo cuenta en una nota al final del libro, y me parece que ha tenido un trabajo exhaustivo y que gracias a ella podemos conocer esta parte negra de la historia de Estados Unidos, a la par que nos ofrece una historial tan potente, brutal, que te despierta tantos sentimientos, que te va a tener el corazón encogido durante toda la lectura, de una mujer que me ha parecido bellísima por dentro y por fuera, aunque ella no llegó a creérselo nunca. Esta reseña me está costando porque conforme voy recordando toda la historia, tengo ese nudo en la garganta y es que Kristin Hannah es una maestra en el arte de conformar historias que sacan tus sentimientos a flor de piel, donde empatizas con los personajes, donde te hagas la fuerte o no, acabas llorando a lágrima viva. Es por eso que tengo que hacer un trabajo previo cuando me enfrento a uno de sus libros, a los que amo profundamente, porque sé que son un tesoro lector, pero es necesario cogerlos en un estado bueno de ánimo, con energía, y sabiendo lo que te espera.

La autora nos hará vivir con la familia Martinelli su mismo sufrimiento, es increíble su habilidad para trasladarnos a lugares inhóspitos e inhabitables y demostrarnos como el ser humano, especialmente las mujeres, son capaces de salir adelante, siempre por sus hijos. Puede llevarte a una Alaska helada en la que prácticamente todo el tiempo es de noche y en la que tienes que luchar por no morir congelada, y aquí mostrarnos una vida en una granja en una tierra árida, que se ha quedado muerta, donde no hay cultivos para vender o subsistir, donde asolan las tormentas de polvo, tienen que llevar mascarillas especiales, los niños enferman porque sólo aspiran polvo, lloran barro, las bestias cuando mueren tienen arena en el estómago porque es lo único que hay para comer en su desesperación, el agua se acaba... La verdad es que me ha impactado mucho esta parte, por desconocimientos y por la crudeza, se nos cuenta con una claridad meridiana todo lo que pasó (y lo que llegará después no será mucho mejor). Sientes esos momentos axfisiantes en los que llega una tormenta de polvo, que podía durar 10 días, y tienen que esconderse todos debajo de una mesa tapada con mantas mojadas para que no entrara el polvo. Me parece algo increíble! Y cuándo acababa, toda la granja estaba destrozada, camas llenas de polvo, todo roto... Y a empezar de nuevo hasta que llegara la próxima...

Hay que añadir a todo esto que Elsa se queda sola con sus dos hijos y sus suegros. Finalmente, después de mucho negar lo evidente, una crisis de uno de sus hijos hace que decida abandonar la tierra a la que ya amaba después de tanto trabajarla, en la que se había encontrado a sí misma, donde había crecido como mujer, madre y esposa, para viajar a California con los suyos, porque las palabras del médico eran claras. Si seguían allí, su hijo moriría en aproximadamente un año. Vamos a asistir a todos los sentimientos de Elsa. Temor, culpabilidad, hundimiento, de nuevo fortaleza. Elsa es la heroína de esta historia, cuando yo hablo de esta novela hablo de Elsa Martinelli, ese patito feo que se hizo el más grande cisne y lo dio todo por los suyos.

California será el sueño de todos los que huyan de la sequía de sus granjas, California es la "tierra de leche y miel" que les prometió todo. Y cuando llegaron allí, ese sueño se convirtió en una pesadilla.

Elsa y sus hijos llevan todo su dinero y pertenencias en su viaje hacia un futuro mejor. Pero cuando llegan, con la esperanza de alquilar una pequeña casa y buscar trabajo, nada es lo que esperaban. Sus propios compatriotas, americanos como ellos, los rechazan, los tratan como si fueran escoria, los tienen como esclavos en los campos de cultivo, donde trabajan incluso niños de 7 años. Porque si no, las familias no pueden sobrevivir. Tienen que vivir hacinados en campos de refugiados soportando incluso tormentas y riadas. Todo lo que viven aquí la protagonista y sus hijos me ha puesto los pelos de punta. le entereza de Elsa es admirable, las jornadas en los campos de cultivo donde trabajarán los 3, recogiendo algodón, cargando fardos de 50 kilos, con las manos ensangrentadas, para obtener a cambio un sueldo miserable y que otros se enriquecieran, me encogía el corazón. Porque recordemos que esto se vivió de verdad como podéis ver en la foto de arriba.

Todo esto le sirve a la autora para hacer un alegato y una crítica sobre la crisis de los refugiados que vivimos desde hace años. Como no son aceptados, se supone que "los salvamos" para aquí sólo vienen a malvivir, son repudiados por toda la sociedad. Y allí además eran los mismos americanos, nacidos en la misma tierra, los que los apodaban "Okies" y no los aceptaban en sus escuelas, los despreciaban y ya no eran segunda clase, sino quinta clase para ellos. Me parece increíble la poca empatía, y todos los sufrimientos que tienen Elsa y su familia en esta etapa. En el campamento ocurren terribles desgracias pero también hay una unión entre estas familias, una solidaridad entre ellos tal, que cuando Elsa cobraba su subsidio repartía la comida que recibía entre otra familia que tenía más niños aún para que pudieran comer al menos ese día. No quiero contar más porque es una historia que hay que leerla, vivirla, sentirla, pensarla y después reposarla. Así ocurre con los libros de Kristin Hannah, nos ofrecen una lección histórica, un ensalzamiento de las libertados, de la amistad, la familia, pero también nos hacen meditar sobre que volvemos a repetir los errores del pasado y esa será nuestra condena.

Un hombre, Jack, un comunista que está cansado de los abusos de los ricos de California, desafiando a la autoridad, luchará por los derechos de todas estas personas. Se sucederán altercados, abusos, peligros... La intriga es constante porque la cuerda es tan tensa que se acabará rompiendo y asistiremos a algo que no vamos a olvidar, que constituyó el germen de los derechos de estos trabajadores y el fin de la explotación.

En cuanto a los personajes, ya os he dicho que Elsa es el personaje absoluto. Pero su familia no se queda atrás, porque la novela destaca un montón la unión entre familia, entre Elsa y sus suegros se forma un tandem que nunca tuvo con su familia. Especialmente el nexo entre Elsa y su suegra, que será como su madre, son muchos momentos emotivos los que nos van a dar porque surge algo entre las dos que sólo puede surgir entre dos mujeres que están luchando por su familia. Especialmente bonita es la relación de Elsa con sus hijos, aunque su hija reniegue de ella muchísimas veces por la rebeldía adolescente, por no encontrar su sitio, bien sabemos las que somos madres ese dolor por el que una hija te desprecie y te culpe de su desgraciada vida, cuando tú estás intentando hacer lo mejor para ella y su hermano. Son muchos momentos dolorosos pero al final triunfará el sentimiento de amor y admiración cuando Loreda descubra lo que su hermano Antz sabe desde siempre, que su madre daría su vida por ellos y que no podían estar en mejores manos. Elsa tendrá el amor que siempre ha soñado, y esto también nos llenará de dolor y de angustia. La historia que escribe Kristin Hannah es triste, despiada, cruel, pero era necesario contarla para hacernos conocedores de esta etapa histórica tan desconocida en muchos países que no la vivieron.

Para acabar (ya sabéis que en las reseñas de novelas que me han cautivado me explayo a gusto...), os puedo decir que la pluma de la autora es magnífica. Te lo cuenta todo como si estuvieras allí, te hace sentir los sentimientos de todos los personajes, te mete en su piel, con una prosa preciosa, nada recargada porque no le hace falta. Una calidad literaria así se consigue después de haber publicado varias novelas porque todas las que he leído son maravillosas pero esta se ha convertido en mi favorita junto con El Baile de las Luciérnagas. Sentirás una amalgama de sentimientos que te perseguirán durante mucho tiempo y es por eso que tienes que leer Los Cuatro Vientos, porque tienes que conocer a Elsa, tienes que empaparte de su fortaleza y disfrutar y sufrir con ella y por ella.
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Con esta novela me estreno con la autora.
Había leído buenísimas críticas, tanto de este libro como de Kristin Hannah, de su pluma y de su sensibilidad en forma de palabras para transmitirnos emociones.

Lo ha hecho con este libro. Estoy a ciegas con sus otros best sellers, pero este me ha calado a fuego.
Era demasiado emotivo y lleno de muchísimas sensaciones frustrantes que he tenido que leérmelo poco a poco.

Os aconsejo que hagáis como yo, no leáis la contraportada, no leáis reseñas que llegan a decir demasiado. Deja que te sorprenda.

Os seré sincera, no es un libro con momentos felices, más bien es duro y depende del momento en el que te encuentres, déjalo para más adelante.

La autora te hace meter en la piel de cada miembro de la familia y me ha gustado mucho la fuerza y la madre coraje que es Elsa.
Ella ama su tierra, que la ha visto crecer, enamorarse, parir, llorar, reír, ilusionar,... Pero ante todo, ama a sus hijos.

«Los tiempos difíciles no duran para siempre. Pero la tierra y la familia sí».

Para quién no lo sepa, el libro está basado en el fenómeno de los años 1930 conocido como Dust Bowl que fue uno de los peores desastres ecológicos del siglo XX. La sequía afectó a las llanuras y praderas que se extienden desde el golfo de México hasta Canadá.

El Dust Bowl es uno de los desastres ecológicos más devastadores de la Historia de Estados Unidos, y se debió en gran parte, a la acción del hombre.

Yo os recomiendo mucho este libro para toda persona que se emocione con la histórica y que ame las descripciones que te hacen transportarte a Texas, en el año 1930.

Gracias a Babelio he conocido a esta magnífica escritora que es Kristin Hannah, y creo que el estreno ha sido más que bueno con este libro, “Los cuatro vientos”.
Yo recomiendo a todo aquél que decida adentrarse en las páginas de “Los cuatro vientos” es que sepa lo menos posible del argumento, y que vaya sorprendiéndose poco a poco como yo lo he hecho.
“Los cuatro vientos” es entre otras cosas, un latigazo emocional. La autora consigue emocionar con las palabras justas.
Kristin Hannah nos lleva hasta el Texas del año 1934. Y consigue con su prosa que el lector se sitúe exactamente donde la autora quiere vernos. En una granja, donde todo es duro trabajo.
Otro aspecto por lo que creo que destaca Kristin Hannah en sus novelas son los personajes. En esta en concreto ha creado un buen número de ellos y la sensación que he tenido al conocerlos es que son personas reales.
El personaje principal sobre el que ronda toda la historia es Elsa Martinelli. Desde pequeña se crió falta de cariño, lo que le originó es una falta de autoestima tremenda. de adolescente y ya de adulta, esa falta de autoestima se vio multiplicada en referencia al terreno de los chicos. Debio de ser muy duro conocer el amor, incluso el maternal en brazos de alguien que no es de su familia.
“Los cuatro vientos” subraya el amor maternal, ésta es una novela de mujeres, de madres, de hijas, e incluso de abuelas y todas ellas luchadoras.
En “Los cuatro vientos” existe otro amor y es amor a la tierra. Elsa vivió ese amor por su tierra, por su granja y sus cosechas, pero la tierra no le devolvió ese amor. Y la tierra la obligó a emigrar, aunque al mismo país, pero a otro estado diferente, a California.
Kristin Hannah subraya un tema bastante peliagudo y es la xenofobia. Este es un punto que ha dado para muchos capítulos con el grado de dureza elevado a cien.
La prosa de Kristin Hannah me ha maravillado, me ha hecho suya totalmente. Tiene una narración fácil y a la vez delicada y armoniosa. Da gusto leerle, tanto en las escenas bonitas como en las tristes. Porque “Los cuatro vientos es un drama”, y leyendo las escenas dramáticas logra subir la emotividad a cotas muy altas.
Pero “Los cuatro vientos”, además de ser un drama, también es una novela de amor, incluso es una novela de aventuras, porque nuestros protagonistas pasan por muchas de ellas.
En resumen, “Los cuatro vientos” se ha convertido de una de mis novelas favoritas, por los personajes, sobre todo los femeninos, por la situación histórica que la sitúa en un Texas de 1934 rural, por la lucha de una madre por sacar adelante a sus hijos, por la lucha de un amor, y por la forma tan maravillosa que tiene de narrar la autora. Por todo ello, súper aconsejo a todo el mundo que quiera leer un novelón, leer a Kristin Hannah en “Los cuatro vientos”.

En Los cuatro vientos, Kristin Hannah nos invita a realizar un viaje y un recorrido vital por la biografía de Elsa (de apellido Wolcott primero, Martinelli después). Para ello viajamos a los años veinte en Dalhart, en el Mango de Sartén de Texas, y conocemos a una mujer que más que una hija parece un apéndice. Descartada por fea y enferma, su familia sanguínea la mantiene y poco menos que la tolera... lejos de la sociedad, eso sí.

Y no es que nuestra protagonista sea una niña, sino más bien todo lo contrario. Es una mujer que ya ha cumplido veinticinco años, edad en la que por aquellos tiempos y costumbres ya debería haber formado su propia familia. Esta idea o plan está por descontado fuera de los planes paternos; ellos, sus padres, no desaprovechan la oportunidad de recordarle la enfermedad que padeció hace ya más de diez años y de la que no le ha quedado ningún rastro. A cada momento destruyen su autoestima y su valía como persona, diciéndole sin reparos y a las claras lo fea y desechable que es.

Y lo peor de todo es que, de tanto repetírselo, ha terminado por creérselo ella también. Pero una cosa son los prejuicios y otra es la sangre que recorre las venas de los que están vivos. Elsa se siente prisionera de su familia, desea ardientemente volar, ser mujer... En definitiva, encontrar su sitio en el mundo, ser una persona valiosa, aportar y ofrecer todo lo que tiene dentro; demostrar que también puede ser singular, visible e imprescindible.

A veces lo que pides se convierte en realidad, aunque esta no venga envuelta con las telas y ropajes de los protagonistas de las novelas románticas que han ayudado a Elsa a sobrellevar sus últimos años. Una noche conoce a Rafe Martinelli, más joven y más inmaduro que ella, algo que en principio parece no importarle. Tendrán un encuentro, y después vendrán otros que, como casi siempre que no se ponen los medios, traerán naturales y coherentes consecuencias. Esto será un escandalo mayúsculo para la familia Wolcott pues, como miembros de las altas esferas del condado que son, no tolerarán que su peor hija haya deshonrado el buen nombre de una familia fundadora... y así es como el apellido Wolcott es reemplazado por el de Martinelli.

Ahora es cuando vamos a conocer la pasta de la que está hecha esta inquebrantable mujer. Elsa ha heredado todo su coraje y espíritu pionero de su abuelo quien, a pesar de estar muerto, guía sus pasos y le da valor y fuerza para no rendirse, luchar y trabajar más duro.

Junto a la familia Martinelli consigue desprenderse de la condescendencia y del apocamiento. Establece prioridades en su vida y lucha hasta la última gota de sangre y sudor para defenderlas y, sobre todo, para poner alimento en la mesa. En tiempos en los que la Gran Depresión y las terribles sequías hicieron casi imposible que los trigales no se abrasasen al sol, no quedaba otra que trabajar y trabajar para exculpar y, de alguna manera, también mendigar un poco de validación y autoestima.

En esta lucha siempre cuenta con sus suegros, sobre todo con Rose, quien le enseña a trabajar duro, a sobrevivir y a cuidar y alimentar a una familia granjera.

Como palos entre las ruedas tiene a su inmaduro marido y a su hija adolescente, quienes la culpabilizan por sus sueños incumplidos y sus anhelos inalcanzables. El tiempo pondrá a cada uno en el lugar que le corresponde, la lucha dará sus frutos y el trabajo reportará la sabiduría de la experiencia necesaria y esencial para sobrevivir a las terribles circunstancias de todo tipo que durante esos años asolaban a aquellos que vivían en el Mango de Sartén de Texas.

Si algo hay que reconocerle a nuestra protagonista es que su vida ha sido vivida. Elsa lo da todo, no se queda nada: su energía, su fuerza, su empatía, su solidaridad, su amor, su perdón... una cantidad de sustantivos con los que Kristin Hannah ha construido a su personaje, su historia y las muchas vidas que se crean o se tejen a su alrededor.

Los cuatro vientos es una novela que en principio, dadas sus más de quinientas páginas, podría parecer un poco larga y espesa, pero nada más lejos de la realidad. Elsa Martinelli es un personaje redondo que crece ante nuestros ojos, nos engancha, nos atrae, y del que, una vez llegamos al final de la historia, resulta muy difícil o casi imposible desprenderse u olvidarse.
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Hacía tiempo que no leía una novela histórica que me gustase tanto. No conocía este periodo histórico de EEUU y me ha parecido muy interesante. La historia de Elsa te atrapa desde la primera página y la prosa de la autora hace que se te olvide que estás leyendo. Eso sí, hay que preparar pañuelos, especialmente para el final de la historia.

Estamos ante una lectura apasionante y cruel a partes iguales pues veremos la constante batalla por subsistir en una época convulsa tanto en el sentido humano como climatológico, una historia que atrapa de inicio a fin y que sin duda estará entre mis mejores lecturas de este nuevo año, un libro inolvidable.
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Kristin Hannah, aclamada escritora estadounidense, ha escrito más de veinte novelas con las que ha ganado numerosos premios. Sus obras más conocidas son "El ruiseñor" y "El baile de las luciérnagas", la primera con una adaptación cinematográfica en curso y la segunda con una ya muy reconocida serie de televisión.

Sus producciones han sido el refugio de múltiples lectores de todo el mundo, llegando a consagrarse como autora de bestseller durante décadas. Tiene un fiel ejército de seguidores, de entre los que me encuentro presente, y cada nueva publicación es acogida con éxito.

En "Los cuatro vientos", su última novela, Hannah nos traslada a Texas, desde la década de los 20 hasta la de los 40, a través de Elsa, una mujer cuya vida es dirigida por los infortunios del destino.

Con una narrativa pulcra, fluida, delicada, exquisita y detallada, la autora indaga en las repercusiones que tuvo para millones de granjeros estadounidenses la gran sequía, conocida como "Dust Bowl", que asoló Las Grandes Llanuras de América, con un trasfondo en donde la Ley Seca tiene su apogeo, los efectos de la Gran Depresión se encuentran vigentes y la Segunda Guerra Mundial va empezando a fraguarse a paso lento.

Es admirable la capacidad de la autora para describir de forma sencilla y armoniosa toda una ambientación tan compleja e integrarla con completa naturalidad en la trama, convirtiéndola en un personaje más.

El gran proceso de documentación a la que se ha sometido queda patente no solo en los datos que aporta, sino en la capacidad de crear una atmósfera tan asfixiante y realista para el lector como la que viven sus propios personajes.

Sin embargo, la novela no solo trata sobre las desventuras de una serie de personas que se encuentran en medio de estos grandes acontecimientos históricos, sino que estos hechos son un mero recurso para presentar un trasfondo e iniciar un viaje personal en el que reflexiona sobre los valores universales, reivindica el papel de la mujer, deja patente la capacidad de resiliencia de los seres humanos y refleja la importancia de los derechos humanos.

A través de la historia de Elsa, el lector, tendrá la oportunidad de encontrarse en un ambiente hostil, lleno de injusticias y sacrificios.

El papel de Elsa es fundamental en la historia, no solo porque es la protagonista por excelencia, sino porque en ella se encierran múltiples enseñanzas como la superación personal, el poder de la autoestima, el amor de madre, la sororidad o el valor para dar segundas oportunidades. El personaje de Elsa, sufre una evolución constante a lo largo de la trama. Es una mujer con la que es fácil empatizar pues, se siente limitada por muchos miedos e inseguridades con los que las mujeres seguro que sienten identificadas.

Kristin Hannah indaga en la psique de su personaje de tal forma que muestra su complejidad de un modo fascinante. al mismo tiempo consigue crear un paralelismo con Loreeda, hija de Elsa, al contraponer un carácter en apariencia débil, retraído, sumiso, realista y resignado con otro más fuerte, decidido, soñador, aventurero e inconformista. Demostrando que a pesar de sus características cada una puede ser la heroína de su propia historia.

A pesar de no ser una novela exclusiva de mujeres, a lo largo de la trama, son ellas las que dirigen al lector y cobran un papel especial mediante el cual se reclama su labor como eje central de la familia y sustento de la misma. Es en ellas en donde se atisba el coraje, la superación, el deseo de sobrevivir y la ruptura de cánones.

Así mismo, todos aquellos con los que la familia Martinelli se relaciona o se va encontrando a lo largo de su camino conforman un elenco espectacular que refleja diferentes comportamientos, pensamientos y actuaciones ante los mismos hechos.

Hay que destacar que la historia se encuentra llena de injusticias, momentos de desesperación, inflexión y frustración, fiel reflejo de la inmundicia que a veces presenta el ser humano con sus acciones y de las vicisitudes que el destino nos presenta, por lo que no la convierte en una lectura sencilla de digerir, sino que, al contrario, se hace ardua, hostil y, a veces, incluso detestable.

A pesar de ello merece la pena leerla por sus potentes mensajes, sus maravillosos personajes y su trama tan absorbente.

Personalmente he leído lo suficiente de Kristin Hannah para reconocer que se mantiene fiel a su estilo y a sus inesperados giros de trama con los que siempre consigue asombrar al lector y romperle el corazón en mil trocitos.

Me ha gustado mucho la historia, pues no solo rescata un episodio histórico, del que al menos yo no tenía cocimiento, sino que incorpora a estos hechos una trama en donde la familia y el poder del amor tiene un papel fundamental, dándonos una gran lección y haciéndonos reflexionar al respecto.

A pesar de la cantidad de páginas que la componen, lo leí en cuestión de pocos días, ya que tanto la prosa de la autora como la inmersión a la que te expones te atrapan de tal forma que no puedes soltar el libro hasta llegar a su final, aunque eso sí, no hay que descartar los momentos en que debes hacer una pausa para calmar tus emociones y el impulso de adentrarte en la historia y zarandear a muchos de los personajes.

Sin duda se trata de una novela difícil que no deja indiferente y que, sin embargo, a pesar de las advertencias la recomiendo mucho a los seguidores de la autora y a todos aquellos interesados en conocer un poco más sobre la historia de Estados Unidos y uno de sus episodios más trágicos.

Tratar de transmitir todo lo que me ha hecho sentir esta increíble y conmovedora historia es complicado y sé que, diga lo que diga, voy a quedarme corta. 

De principio a fin la historia de Elsa me ha tenido enganchada, con el corazón en un puño, asombrándome con su fuerza, su valentía y sobre todo su amor por sus hijos. 

Esta historia nos lleva a recorrer uno de los peores desastres de América, la Gran Depresión, y como esta afectó a miles de personas, entre ellos muchos granjeros que sufrieron a causa de la constante sequía. Muchos se vieron obligados a viajar a California, buscando una vida mejor que lamentablemente no fue lo esperado. 

La novela está cargada de momentos muy duros pero también felices y llenos de esperanza y lucha por aquellos que más queremos. Es una belleza en sí misma, y cada página se sufre y se disfruta. Está muy bien documentada y me ha resultado de lo más interesante conocer este difícil periodo de América que tuvo lugar en la década de 1930.

La pluma de la autora no podría gustarme más. Su forma de narrar llega al corazón, y sus personajes resultan inolvidables. No sabéis cuánto me alegro de haberla leído. 

Por todo ello tengo que recomendaros que la leáis. Disfrutaréis de una maravillosa historia que dudo mucho seáis capaces de olvidar. 

Narra la historia de Elsa Wolcott, después Elsa Martinelli tras casarse con Rafe, en los años 20 del siglo XX en Texas y la dureza de la vida a partir de la Gran Depresión en los campos de trigo de las Grandes Llanuras texanas tras años de sequía.
Con Elsa vemos el sacrificio que hacían las mujeres para no quebrar las convenciones sociales de la época. Ella sufre el menosprecio de su familia y por ello sufre complejo de inferioridad. Con ello nos hace ver Kristin Hannah que el principal apoyo que deben tener todos los hijos, es decir sus padres, muchas veces son los peores enemigos de sus vástagos.
También enseña la fuerza de voluntad de las mujeres para sobrellevar y salir victoriosas ante las situaciones más difíciles. Aunque para ello tengan que enterrar sus ilusiones, pero sobre todo nos habla del Amor, tanto por las personas como por la tierra entendida esta como sentimiento de pertenencia a un lugar. Ese amor incondicional hacia los hijos que te llevan a sacrificar tu vida y esperanza por su bienestar, aunque ellos en un primer momento no sepan ver el esfuerzo y la fuerza que implica ese gesto. Esto es lo que impele a luchar cada día a cualquier padre o madre, y que tan bien aparece reflejado en toda la novela en el personaje de Elsa. Pero también está representado el amor hacía una familia, ya no la biológica, si no aquella otra que está siempre presente, tanto en los buenos como, lo más importante, en los malos momentos. Apoyando y arrimando el hombro como si fueran tus propios hermanos o padres. Y el tercer tipo de pasión que refiere es el que corresponde al lugar donde eres feliz, de donde te sientes aunque no sea el mejor del mundo. Por el que trabajas hasta la extenuación.
Todo esto más una época de grave crisis económica en Estados Unidos es lo que recoge la novela. El valor de una madre para dar un futuro mejor a sus hijos después de haber sido abandonada por su marido.
En la segunda mitad de la novela, siguiendo a los protagonistas nos trasladamos de Texas a California en los duros años de la década de 1930 donde los inmigrantes eran tratados peor que animales por la mayoría de los californianos, ya fuera por miedo a perder sus trabajos, ya por el odio que les inculcaban los grandes empresarios y los políticos del estado. Pero también observamos como la bondad florece, casi siempre, entre los más necesitados, los cuales comparten lo poco que tienen en contraposición de los que tienen algo más, que se vuelven más inhumanos y avaros. Aunque también encuentran ayuda de gente con conciencia entre los californianos, estableciendo las bases para la creación de sindicatos en ese Estado americano.
Desde el punto de vista histórico, relata de manera amena y con bastante gravedad sobre esa época y las consecuencias que tuvo para gran parte de la población estadounidense.
Por último hacer ver lo complicado que es darse cuenta del amor de los padres hasta que faltan.
En definitiva, es una obra que remueve las conciencias y hace que miremos de manera diferente a nuestro alrededor para ayudar a nuestros semejantes.