Cien años de soledad

Esto aquí delante de un papel en blanco (en realidad las notas del móvil y es amarilla) y no sé que decir de este libro, por donde empezar...

Creo que no lo he llegado a entender del todo, pero también creo que es un libro para releer.

El tema principal de la novela es la soledad. Se llama «Cien años de soledad» ¿tiene sentido no? Los cien años, es el tiempo que trascurre durante la historia de la familia Buendia. Cien años que sufren una condena, la incapacidad para amar.

Nuestros protagonistas, que son unos cuantos, siete generación exactamente, tienen problemas para demostrar sus sentimientos, han sufrido las consecuencias del abandono, y la pena los ha hecho convertirse por ello, en personas solitarias.

Ahora es cuando os cuento todas las veces que me ha explotado la cabeza. Se repiten nombres durante todas las generaciones lo que crea confusión (consejo: tened a mano un árbol genealógico). La historia tiene de todo. Todo lo que se le pase a un escritor por la cabeza, creo que lo tiene ya este libro. Lo que a veces me ha hecho pensar si es un «batiburrillo» o algo brillante.

Spoiler, es brillante.

El realismo mágico que crea García Marquez está tan bien conectado con los carácteres y las vidas pesarosas de los Buendia, que te engancha desde el primer momento, aunque a veces te cueste un poco centrarte en la trama.

Creo que ya he dicho bastante, no os voy a fastidiar las aventuras de esta familia a la que acabas cogiendo cariño, porque al final como todos, tienen sus luces y sus sombras.

Son sobre todo sus hermosas resonancias poéticas lo que han convertido a esta novela en uno de los grandes clásicos hispanos de todos los tiempos.
Puede parecer una novela de lectura densa, donde la repetición constante de los mismos nombres o nombres similares para distintos personajes puede presentarse como un obstáculo para algunos. No obstante, esa repetición continuada de los nombres responde a un recurso literario con objeto de destacar la idea de que el destino de los personajes de la novela está tan predeterminado como el destino fatal de la humanidad entera, que siempre avanza en círculos. Algunos críticos hablan de prosa hipnótica en esa repetición de nombres de personajes, motivos, actitudes y acciones, todo para intentar sumergir al lector en una especia de encantamiento narrativo que no siempre surge el efecto esperado…
La trama nos habla de una ciudad ficticia, Macondo y de sus fundadores también ficticios, los Buendía, que inician toda una saga familiar que se enfrentará sin remisión a la tan temida soledad, esa soledad del aislamiento y la incomunicación, esa soledad entendida como la incapacidad de interpretar la realidad a partir de uno mismo, sin contar con las miradas ajenas, con los esquemas ajenos y que acaba aislándonos de los demás y de nosotros mismos, alejándonos de la libertad. Una soledad entendida a nivel individual y comprendida también a nivel territorial, relacionándola con el mal endémico de América Latina y quizá con el mal endémico del mundo entero.
Cien años de soledad es también una acerada crítica política y social, que ataca las convenciones y las normas sociales establecidas. Y lo hace utilizando el realismo mágico, esa mixtura perfectamente equilibrada entre lo real y lo imaginario, cuya frontera entre lo uno y lo otro queda tan difuminada que es fácil adentrarse en la magia de la narración y al mismo tiempo perderse en ella y no ver la realidad que la inspira, esa realidad cifrada, simbólica, cuyas claves podemos hallar en el estudio de la obra y la vida de su autor, que recibió el Premio Nobel de Literatura en 1982.
Cien años de soledad se publicó en 1967 y es concretamente la obra más premiada y traducida del colombiano Gabriel García Márquez.
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Muchos años después, frente a las páginas del libro de García Márquez, Santiago había de recordar aquellas tardes remotas en las que leía libros de más de 400 páginas sin el mínimo titubeo. Con dos décadas encima del cuerpo y muchos bichos dentro de la cabeza, leer novelas así de largas de nuevo terminaría siendo una tarea difícil de cumplir.

Por fin leí este libro. Tenía relegada su lectura en la lista de "cosas para hacer antes de morir", una lista que realmente no existe pero que es excusa para cada vez que voy a referirme a algo que pienso que debería hacer en algún momento pero que probablemente nunca vaya a hacer. Cien años de soledad tiene mucho peso encima de su nombre y del nombre de GGM y de la literatura colombiana en general. Tenía que leerlo. Crecí teniendo el ejemplar que leí (del 97') en mi casa desde que nací. Este año se dio y además tiene un sabor agregado: con este se cumplen los 12 libros de mi reto de lectura del año, que cumplo por primera vez y que quise enfocar en la literatura colombiana, que hasta este año desconocía vastamente.

Habiendo dicho eso, sobre la novela como tal quiero destacar que hubo pasajes de largas páginas en los que me sentí sumergido dentro de un lenguaje bellísimo y mágico, tal y como dicen quienes ya han pasado por aquí, de sensaciones nóveles, maleables, masticables. Entre mis favoritos, el inicio de todo y el descubrimiento del hielo (que leí sintiendo el fervor de la inocencia y la maravilla), la primera experiencia amorosa de Aureliano Buendía, la peste del insomnio y el olvido, el desarrollo político y militar de Macondo, la masacre de la compañía bananera (que de lejos fue mi parte favorita y me dejó anestesiado por días), las mariposas amarillas y el amor rebelde de Meme con Mauricio Babilonia, y el final (que casi me levanta del suelo de lo frenético y alucinante que era todo lo que estaba leyendo). Esos pasajes son definitivamente memorables y me dejan clarísimo que el estilo de escritura y la voz narrativa de García Márquez se merecen todo el reconocimiento que puedan tener. Me quedé pensando en cómo alguien podría escribir un libro así, de la forma en que está escrito Cien años de soledad: como ningún otro que yo haya leído y redondo hasta la perfección. Un libro capaz de condensar un siglo entero de episodios cotidianos "coexistiendo en un instante".

Por encima de los nombres y los detalles esta es una historia sobre el olvido, el destino, la repetición cíclica de la vida, lo inesperado y lo completamente predecible, el amor y, sobre todo, la soledad. Pero la historia de Macondo es también la de Colombia, y eso también me parece que es un factor importante a la hora de valorar este libro. Desde ahí me inclinaría a pensar que para cualquiera que quiera conocer el lado más íntimo y menos maquillado de la historia de nuestros pueblos vale la pena completamente leerlo, aunque debo admitir que la lectura se me hizo bastante difícil en numerosas ocasiones. Es un libro al que hay que sacarle el tiempo, los capítulos son largos y el lenguaje (por muy colombiano que pueda ser el lector) no es al que estamos acostumbrados. Con todas las cosas que pasan y la cantidad de personajes que aparecen en este libro, uno de verdad siente que acaba de pasar cien años frente a la soledad de su lectura. Básicamente por esto (porque se me hizo demasiado largo) y porque simplemente creo que este tipo de apuesta narrativa histórica-genealógica "no es lo mío"; no le pongo las 5 estrellas, ni lo pondría entre mis libros favoritos. Si bien hubo momentos que me movieron bruscamente de sitio, tampoco me siento conmovido profundamente por Cien años de soledad como obra en su totalidad. Admito que también puedo no haber agarrado bien en mi memoria algunas secciones del libro, pero eso solo me deja el augurio de que sentiré una necesidad futura por releerlo. Alguna vez dentro de varios años, ojalá, y tal vez con una mayor disposición de tiempo para hacerlo.

Me parece muy bello, en todo caso, que en un mundo en el que en algún momento todos vivían "en una realidad escurridiza, momentáneamente capturada por las palabras" (escapando de la soledad y el olvido), la última tragedia que vivió alguien fue tener "conciencia de que era incapaz de resistir sobre su alma el peso abrumador de tanto pasado" (escapando de la soledad y la memoria).

La primera vez que intenté leerla la abandoné porque no era mi momento. Me ha costado algún tiempo asumir el rubor por eso.

Hoy, después de muchas lecturas, casi no puedo creer que esto llegara sucederme.

Pero indudablemente ¨Cien años de Soledad¨, a pesar de la aparente sencillez con la que está escrita y que es solo una ilusión, es una obra para cuando has cruzado el umbral hacia un mínimo de madurez intelectual.

Tras la historia de los Buendía, una familia variopinta y llena de rarezas, se oculta si te fijas bien la historia de la humanidad.

Algunos la comparan con la Biblia y podría tener cierto sentido, aunque no para mí.

La historia comienza con el patriarca, José Arcadio Buendía, y su mujer y prima Úrsula, que llegan con otras familias a fundar el pueblo (Macondo "una aldea feliz, donde nadie era mayor de treinta años y donde nadie había muerto") y continúa hasta Aureliano Babilonia, seis generaciones después.

Es, qué duda cabe, uno de los comienzos más perfectos de la literatura universal, quizás solo comparable al inicio también magistral de ¨Crónica de una muerte anunciada¨.

No me resisto a ponerlo aquí porque si la has leído la disfrutarás de nuevo y si no la has leído querrás empezar ahora mismo.

Así comienza la historia:

«Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo. Macondo era entonces una aldea de 20 casas de barro y cañabrava construidas a la orilla de un río de aguas diáfanas que se precipitaban por un lecho de piedras pulidas, blancas y enormes como huevos prehistóricos. El mundo era tan reciente, que muchas cosas carecían de nombre, y para mencionarlas había que señalarlas con el dedo»


A partir de allí, y a través de cada una de las escenas durante casi 500 páginas, si tomas perspectiva y te dispones a una lectura ambiciosa, puedes descubrir entre otras cosas las diferentes sensibilidades de hombres y mujeres (los hombres con un destino más lineal, por ejemplo, y las mujeres con destinos circulares) y la búsqueda de cada uno, que aunque con diferentes atavíos, no deja de ser la misma; la búsqueda de un mínimo de significado, reconocimiento y realización personal, o lo que de una forma más vulgar se suele llamar ¨felicidad¨.

Aunque sea una obra que cuesta creer que alguien no haya leído, prefiero evitar cualquier tipo de spoiler por si alguien, como yo en su día, hubiera postergado su lectura hasta hoy por cualquier motivo todos completamente aceptables.

Como reseñadora inexperta quiero advertirte que durante su lectura, Macondo (una clara metáfora de América Latina, pero también del mundo occidental) te envuelve y se convierte en un mundo paralelo desde donde te resulta más sencillo comprender la vida... y en la que de algún modo terminas sintiendo que formas parte de la vida de los personajes. O ellos de la tuya.

Si sientes esto en realidad no te equivocas, porque pienso que realmente es así.

Los Buendía sueñan, sufren, se decepcionan, se vuelven a ilusionar... igual que tú.
Pasan por todo una y mil veces, como la vida misma, algunos se rinden y algunos (con una ingenuidad que casi duele) nunca se rinden. Y por supuesto una cierta decadencia implacable les va tomando a medida que el cansancio y la muerte les alcanza subrepticia y/o implacablemente.

Aunque el realismo mágico está presente en toda la obra, y siempre se hace mucho hincapié en él, yo afirmo que esta es también una obra costumbrista que deja de entrever de una forma inteligente y elegante la manera peculiar de ver el mundo de los criollos de latinoamérica.

Cada escena tiene un mensaje oculto que harías bien en pretender desentrañar, como dije antes, pero sin embargo no quiero dejar de subrayar que ¨Cien Años de Soledad¨ es también una obra profundamente sociopolítica.

Te sumergirás acontecimientos como La Masacre de las Bananeras, La Guerra de los Mil Días, o la rivalidad entre Liberales y Conservadores, episodios reales que en algunos casos García Márquez (como él mismo explicó en muchas ocasiones) redimensionó para que encajara según los requerimientos de la novela.

En La Guerra entre Liberales y Conservadores, por ejemplo, acompañamos al Coronel Aureliano Buendía (jefe de los liberales) en su profunda decepción al darse cuenta de que realmente la única lucha real que está sucediendo es por el poder, un descubrimiento que lo hunde en una profunda depresión.

Algo especialmente reseñable es que te darás cuenta de que la herencia de Úrsula y José Arcadio se transmite a través de los nombres y de los conflictos interiores no resueltos.

Para finalizar solo quiero pedirte que no cometas el error de creer que existen personajes de apoyo que son intrascendentes, porque no los hay.

Y presta especial atención al gitano Melquíades porque tiene mucho que decir sobre toda la obra.

Ahora me despido aportándote mi opinión personal:

Cien años de soledad no solo cuenta una historia sino que se entrelaza con la realidad de un lector abierto y sensible. Si permaneces abierta, te proporcionará a través de su lectura una experiencia de vida, como un atajo, para enfocar tu propia vida con una perspectiva diferente.

Espero que la leas pronto.

"Cien años de soledad" es una de las más grandes experiencias, no sólo literaria sino tambien: sociológica, poetica, lasciva, esotérica; que uno deberia procurarse por lo menos una vez en la vida.

Una de las grandes novelas del boom junto a "Conversación en la Catedral".

Motivos creo que ya se han dicho de sobra no sólo acá sino en cientos de artículos, libros, tesis y sólo podría agregar que quizás habra a quienes no le agrade pero lo que sí es seguro es que pasarán 100 años, y quizás hasta 200,y continuará cautivando generaciones.

Puntaje:10/10
PDT: leelo aunque sea solo por cliché, curiosidad, pero leelo.

Para mí ha sido una lectura difícil y algo pesada, es verdad que tiene momentos que sinceramente me han parecido graciosos. Pero no ha sido un libro con el conectado aunque sí creo necesario de leer.

El libro trata sobre la familia Buendía y seis de sus generaciones, en la que a todas les sucede lo mismo. La primera generación es una de las que establecen Macondo que será en la que aparezca por primera vez los gitanos y sus inventos que hará que José Arcadio Buendía enloquezca algo. de los gitanos, hay que resaltar al personaje de Melquíades, ya que éste se queda a vivir con la familia Buendía y para mí es como una especie de sabio. Dejará unos manuscritos que son descifrados al final de la novela.

Otros hechos que ocurren en la obra, es la llegada de los americanos, el ferrocarril, la guerra entre liberales y conservadores.

El libro carece de diálogo, en su mayoría es narrado.

Lo que me parece muy interesante del libro es que la tristeza y la desgracia, marcan a generación tras generación.

El personaje que más me ha gustado, es Úrsula que vive más de cien años y conoce a casi todas las generaciones, pero me gusta porque tiene los ovarios bien puestos.

Al no haber estado muy conectada al libro no sé si he captado muy bien lo que el libro quiere enseñarnos, pero lo he entendido como que nada queda para siempre, que va surgiendo otras cosas, nuevas generaciones y se olvida un poco lo del pasado.

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Por fin he leído este clásico moderno de la literatura. Todos los halagos son más que merecidos. Me quedo sobre todo con los personajes principales, los de 1ª y 2ª generación. Inolvidables 😍. Luego baja algo el nivel según van pasando generaciones, pero la lectura es maravillosa

Cien años de soledad trata un siglo en la vida de la familia Buendía, cuyo patriarca, José Arcadio Buendía, fundó el pueblo ficticio de Macondo, en Colombia. La novela es considerada una obra maestra de la literatura latinoamericana.

La historia es narrada por un narrador omnisciente ya que los hechos están contados en 3º persona, el narrador no participa en los hechos y él sabe lo que sienten y piensan todos los personajes todo el tiempo.

Esta novela pertenece al "realismo mágico" una de las tendencias más originales de la narrativa hispanoamericana contemporánea porque integra elementos mágicos, fantásticos y reales.

Me parece un libro muy original, donde cada personaje tiene su propia historia, sus propios sentimientos, pero lo que a todos les une es LA SOLEDAD, esa que aunque estés rodeado de personas piensas en lo que te hace falta, que muchas veces sus vidas podrían haber sido sencillas pero No lo fueron, todo lo contrario, la novela transmite lo "vacíos" que están los personajes, que tienen pocas ilusiones, que se contradicen, que lo mismo aman que odian, vamos una "montaña rusa de sentimientos".

Que al final de una generación completa te quedas con el sentimiento de que ahí nadie ha sido feliz, de que todo queda destruido, que todo lo que habían construido poco a poco se fue perdiendo, sobre todo a manos de uno y otros, y de que ya no queda nada, sólo silencio, polvo y sobre todo SOLEDAD.

Esperaba bastante poco de este autor por la primera experiencia que tuve con él, pero con esta obra se ha redimido con creces. Cien años de soledad, para mí, son dos historias entrelazadas, claramente diferenciables pero, al mismo tiempo, indivisibles. Nos presenta la historia de los Buendía, una familia marcada por la soledad en todas sus formas y condenada a cometer los mismos errores una y otra vez. al mismo tiempo, nos muestra la historia de Macondo, un pueblo que parece ligado al porvenir de esta familia y que, sin embargo, tiene una historia más lineal, frente al círculo en el que se mueven los personajes.

Macondo pasa a ser una especie de representante de América Latina, y su historia es una versión adaptada de la historia del continente, con la particularidad de que es la historia contada desde el otro lado. Se aleja de la visión colonialista, neocolonialista y capitalista del norte global y se rebela contra la invasión, la muerte y la pérdida.

Los personajes femeninos destacan en esta novela (en mi opinión) muy por encima de los masculinos. Tenemos mujeres muy diferentes, carismáticas y con un sinfín de claro-oscuros, tanto dentro como fuera de la familia Buendía; son únicas. Mientras que el atractivo de los personajes masculinos radica justamente en lo contrario, en la repetición y la confusión.
Para mí este es el punto que redime al autor, ya que la primera novela que leí me pareció misógina hasta extremos intolerables (y no es que en Cien años de soledad no haya y se exponga machismo, lo hay en grandes cantidades, pero es diferente mostrar machismo y crear personajes y situaciones machistas que hacer un libro machista en sí mismo).

En cuanto al estilo narrativo me encanta por su sencillez y riqueza. Sin necesidad de volverte loca buscando la complejidad, te regala frases que son para enmarcar. Además, ha sido mi primer acercamiento al realismo mágico y no es para nada lo que esperaba. Esta cargado de simbolismo y escenas locas y fantasiosas, fusionadas con otras reales y crueles que le dan al conjunto una atmósfera de ensoñación, en la que me he tenido que parar muchas veces a pensar en lo que había sucedido realmente, y no dejarme llevar por la belleza engañosa del libro, descubriendo verdaderos horrores entre flores amarillas.

Cien Años de Soledad es sin dudas una de las obras más icónicas de la literatura latinoamericana. Es un libro que no solo narra la historia de toda una dinastía, sino la historia de Latinoamérica. Macondo es Latinoamérica y nosotros, como latinoamerocanos, también somos los Buendía.

Porque en este libro, más allá de leer una novela, también podemos leernos y entendernos como parte de una comunidad. Nuestra identidad latina puede leerse en esta obra, en las peripecias del patriarca de la familia para encontrar un lugar donde establecerse, en el falso progreso traido por la compañía bananera (¿cuántas empresas extranjeras llegan prometiendo el progreso y se van dejando nuestra tierra devastada?), las dictaduras, la miseria, la explotación de nuestros recursos y de nuestros cuerpos, el vaciamiento cultural, y tantos temas más.

Cien Años de Soledad atrapa porque está escrita en un lenguaje al que todos podemos acceder, porque nos interpela y porque es parte de nuestra historia.

Tal vez este libro sea nuestro génesis o una versión colombiana de El Quijote. Pero por sobre todo, es la reivindicación de nuestra cultura, de lo que somos y del sufrimiento de esta tierra a la que han atropellado desde la colonia y que no para de sufrir.

Si vamos a hablar del género, Cien años de soledad pertenece al Realismo mágico, pero ¿qué es? El término realismo mágico fue usado por primera vez, en 1925, por el crítico alemán Franz Roh, que se refirió a un estilo particular de Pintura. En cuanto a la literatura, la base son los mitos de la tierra incluidos en un contexto realista. Es decir, se presentan elementos mágicos no como si fuesen normales, sino como si la normalidad fuese mágica. En palabras de Gabo, su realismo mágico se inspira en la manera de narrar de su abuela: "con cara de palo y una credibilidad imposible de debatir contaba historias de aparecidos". Como muy apaciblemente el narrador de Cien años cuenta el ascenso al cielo de Remedios la bella.

Otra de las características, es la naturaleza exacervada, pintada con una exuberancia casi violenta que puede dar vida y a la vez quitarla de un zarpazo. Los paisajes del Realismo mágico son la Latinoamérica salvaje, selvática y abundante que traga y escupe al hombre que la desafía. Es también la tierra adentro de Doña Bárbara y la pachamama que como nos pare también puede devorarnos.

Por otro lado, hay que estar bien atentos porque el autor nunca va a anunciar un suceso mágico, es trabajo del autor reconocerlos e intuirlos. Por eso es que no se trata de una lectura pasiva y muchas veces hay que releer, si te preguntás ¿es lo que yo creo? Vas por el buen camino.

A veces hay una distorsión del tiempo, en el caso de Cien años no es un tiempo lineal sino que está lleno de idas y venidas, recuerdos y a veces parece hasta cíclico.

Los temas del realismo mágico casi siempre son la historia latinoamericana, el mestizaje, elementos prehispánicos en su valor mitológico, la tierra, el falso progreso, la denuncia en algunos casos, el amor. García Márquez solía decir que Cien años de soledad es un vallenato, una especie de canción de gesta latinoamericana.

Para el ensayista colombiano Ernesto Volkening, Cien años de soledad es "un triunfo sobre el olvido" ya que G.G.M. Se las ingenió para compilar en un solo libro la historia de seis generaciones. El olvido es un tema que se presenta como la peor consecuencia de la peste del insomnio, es su síntoma más fatal: la falta de un pasado, de historia. El temor al olvido es un tópico muy importante en este capítulo, para Ernesto V., "en la integración de su pasado llega el hombre a conocerse a sí mismo". Es decir, sin una noción del pasado se pierde la propia identidad. En Cien años de soledad, la narración es una manera de perpetuar el pasado, de poseer una consciencia histórica.

El realismo mágico es sobre todo un desafío al lector para vencer la rigurosidad de una realidad sin magia, Gabo tenía la implacable habilidad de envolver al lector en las redes de una narrativa simple pero letal; en unas pocas páginas ya es imposible dudar de los acontecimientos por más descabellados que resulten. Es de una maestría esplendida la pluma de este autor, tanto que hizo de este género su marca personal.

Sí, hay otros autores de realismo mágico como Miguel Ángel Asturias, Isabel Allende y Laura Esquivel, entre otros. Pero Gabriel García Márquez es el más reconocido de todos, tal vez, porque hizo de esta literatura una manera de posicionarse mágicamente ante la realidad dolorosa que es la nuestra, la latinoamericana.