Cien años de soledad

La novela fue concebida en un viaje a Acapulco, existen tantas anécdotas interesantes en torno a ella,por ejemplo,el manuscrito original fue enviado dos veces a Buenos Aires,y la esposa del autor tuvo que empeñar todos sus bienes para mabtener a la familia mientras Gabriel la acababa. Terminó odiandola,pues fue la obra que lo lanzó a la fama.

Siempre he creído que Gabo es el autor mas fácil de leer del boom,que a todos gusta,no concibo pensar en él por qué hay personas a las que les aburre la novela,que hay tantas por aquí.

Quizá a algunos no les guste las constantes escenas de sexo, violación ,incesto,o las recurentes alusiones a falos enormes.
Muchos de los que no se sienten identificados con la obra son españoles o latinoamericanos de países mas criollos como Argentina o Paraguay.
Mi primera lectura de cien años,a los 16 me consumió tanto,que la acabé en cuatro días.El primer capítulo es sumamente genial,y su inicio ya se ganó su lugar en el panteón de las letras.

No quiero repetir lo mismo que se dice siempre de la novela,que es un alegoría de América latina,lo cual es más que cierto,yo vi en parte de Macondo a mi ciudad,me senti identificado.Mi ciudad igual tuvo una fuerte presencia colonial de ingleses y posteriormente de gringos,que habitaban en una ciudad aparte que aun existe,con todos los lujos de la modernidad,con casas de estilo inglés,en una realidad completamente diferenciada.
Macondo no solo es Aracataca,es cada una de las ciudades de nuestra América,y lo maravilloso de la historia Colombiana con otros paises latinos es asombrosa,las constantes guerras entre liberales y conservadores por ejemplo.

Es una novela para los apasionados de la historia politica.Y claro que se disfruta mas cien años cuando ya se ha leído todos los cuentos de Gabo,recomindo ampliamente leer todos su cuentos antes de llegar a esta obra capital. Asi se encontrará que en cien años se narran algunos de los mismos sucesos de los cuentos, sin tanto protagonismo,y encontraremos personajes y cabos sueltos en ella.
Una constante que frustra a muchos lectores es tantos José Arcadios y Aurelianos Buen día,les genera cierta confusión , quizá deban apoyarse de un árbol genealógico que contienen algunas ediciones o buscar uno en internet.

Cien años de soledad es una catedral del lenguaje. Es la novela más ambiciosa, más completa y mejor ejecutada que he leído nunca, y se me hace difícil pensar que alguna otra pueda llegar a igualarla. al mismo tiempo tiene una complejidad notable que hace de su lectura todo un reto.

Los dioses crearon el universo, García Márquez creó a Macondo.
Un mundo que existe de verdad cada vez que un nuevo lector acepta perderse en él
(muchos vuelven atrás cuidadosamente después de algunas páginas, los más atrevidos hacen un viaje inolvidable que los impactará para siempre.)
Yo era una lectora de 18 años , y desde entonces creo en las alfombras voladoras, y también aprendí que la soledad no protege contra las compañías frutales u otros villanos que irrumpen en la tentativa de refugio tropical de José Arcadio Buendia .

Un vasto sueño, sobre un fondo de realidad histórica demasiado a menudo de pesadilla: este es el relato de este barroco del siglo XX, una obra magistral donde hay que aceptar perder los puntos de referencia fiables de las identidades clásicas de los personajes de novelas, los prejuicios sobre lo posible y lo imposible: ¡hay que dejarse llevar por la corriente de las palabras, entonces la errancia a través del universo tropical de «Macondo» se convierte en una experiencia jubilatoria!

Antes de empezar, testamento firmado, aclarar que mis impresiones no son la verdad absoluta ni lo pretenden, no aseguro, ni pido disculpas.

"Demos a los cuerdos de su propia medicina, una parte de locura y tres de confusión" ( 091, fragmento de la canción "Huellas")

Alicia, excomulgada del país de las maravillas es transportada por miles de hormigas caníbales y renace en una cienaga con su nuevo nombre. Macondo.

A diferencia de las fantasías de Carroll, las de Márquez, pese a insólitas, son reales y teje una historia de soledad, de errores, obstinaciones y huidas que de forma cíclica se repetiran una y otra vez.

Cuando leí el primer capítulo, tuve que volver a empezar, no era consciente pero el maldito Márquez ya me había clavado el puñal, después solo lo fue retorciendo más y más y yo, rendido, deleitarme en la locura de su prosa.

La narrativa de Cien años de soledad es una obra arquitectónica con infinidad de detalles, de piruetas, música, poesía, perfecta en su composición y ejecución.

Si fuera poco esto, el inicio de los capítulos, el primero con el hielo, el del coronel, las 32 batallas, el de los 4 meses lloviendo, son aplastantes.
Me he sentido atropellado de principio a fin.

No, no soy ni seré capaz de entender la obra en su totalidad, dudo que haya ser humano capaz.
En su inmensidad, hay ricones detrás de otros rincones y en mi lectura, mariposas amarillas revoloteando alrededor.

Una obra escrita de manera magistral, de una Latinoamérica más profunda, que puedo imaginar, pero no oler (sé a que huelen mis pinos, tierra y lodos, pero cada lugar tiene su olor) y estoy en clara desventaja.

El aislamiento, el olvido, la culpa y una novela que da a los cuerdos de su propia medicina.
Una maravilla.

¡Un ejército de mariposas amarillas que me acompañarán por siempre jamás!

Nadie escribe como Gabo. Con tanto detalle, tanto sosiego, tanto cariño, tanto amor, tanta vida... Fue uno de esos libros que lees en el instituto por obligación, y que acaban haciendo que ames profundamente las letras. Incluso que quieras escribir. Gabriel fue el mejor y esta novela una de las mejores historias jamás escritas...

Ni me desagradó ni me fascinó. Cien años de soledad tiene una premisa fantástica (en varios sentidos), historias que parecen ir re/escribiéndose sobre la marcha, personajes desopilantes y uno de los finales más bonitos que leí en mi vida. Ojalá hubiera sido suficiente.

Los Buendía son una familia numerosa que vive en un pueblo que parece ser ajeno al tiempo y a todo lo que lo rodea. En Macondo, la civilización llega a cuentagotas y el conocimiento ilumina poco (y este es el momento en donde me pregunto si no es porque está en manos incorrectas). Es un mínimo delineado del argumento, ya que encontrar un hilo en este libro es imposible (hay muchos, en realidad) y, siendo sincera, tampoco tendría sentido intentar hacerlo. La gracia está en perderse.

Está muy bien escrito (oh, qué noticia…), aunque el estilo no sea el que a mí me encanta. A veces es pesado y eso se siente en las escenas aburridas. A veces fluye como si nada hubiera pasado. No esperaba menos: los acontecimientos son tan extraños que necesitan todo un diccionario para detallarse pero, al mismo tiempo, en Macondo son tan naturales que pasan como si nada. Eso es bastante interesante. Mi gran problema está en el qué se cuenta y no en el cómo se cuenta. Hay una acumulación de absurdos, con algo de política en el medio, relaciones enfermizas, pasiones alteradas y demás, cuya mayoría olvidé a propósito. Es un “y así eternamente” que no siempre pudo captar mi atención y, en esos instantes, pedí que mágicamente se terminara el libro. Pero me hubiera perdido el último párrafo, que es divino.

Los personajes me desconcertaron, no porque no se puedan clasificar (eso ni siquiera importa) y/o recordar muy bien (porque en algún momento tuve una laguna), sino porque cuando uno lograba caerme bien terminaba decepcionándome. Algunas cuestiones de contenido: no me gusta la filosofía del “ser macho” de los Buendía, algo que pretendía parecer simpático en la historia y a mí no me causó gracia. Por ende, tampoco me gustan los giros de algunas mujeres que prometían mucho en la novela.

Así que Cien años de soledad me pareció eso: un buen libro que no me enloqueció y se me hizo disfrutable de ratos.

Mi maestra de sexto grado también fue la maestra de sexto grado de mi mamá. Era una gran maestra, dedicada, preparada, estricta y tristemente, realmente rígida en cuanto lo que ella consideraba apropiado para una niña. Cuando se enteró que yo estaba leyendo este libro, estaba completamente escandalizada. Ella, con toda su experiencia y conocimiento, me regañó fuertemente por leer “ese libro” y sugirió que hablara con mi mamá acerca de mis elecciones literarias. al no querer meterme en problemas, abandoné el libro y solamente pude leerlo algunos años después.
En este libro tenemos la historia de Macondo y la familia Buendía. Así como este libro combina la realidad con la magia, las historias de esta familia y este pueblo están entremezcladas.
Este parece ser un libro que amas o absolutamente odias. A mí me gustó mucho pero no es uno de mis libros favoritos.

Este libro está entre las mejores 100 novelas en español del siglo XX, un novela única en su clase, te adentras en siete generaciones de la familia buen día, tratando temas de tabúes, las pasiones, las guerras, la lujuria, la opresión y lo más importante la soledad.

Leer a Garcia Marquez , puede ser por el simple placer de paladear cada frase, cada palabra, cada circunstancia convertida en ensoñacion, cada situacion concebida como imposible y al mismo tiempo tan cotidiana,
Tratar de entenderlo es labor de otros, de aquellos que se consideran con la verdad en su palabra,
La complejidad de un mundo ciclico pordonde se le vea, un siglo, un ciclo de personajes nombres, situaciones, en la cual pone recuerdos, anticipa situaciones previene, predispone, prepara al lector, y sin embargo lo sorprende con un nuevo giro,
Los personajes todos entrañables, todos con su propia carga de humanidad y sueños,
Jose Arcadio, Todos, Aureliano fusilado, recordando el hielo, Mauricio Babilonia, enamorado de Remedios y su corte de mariposas amarillas, Amaranta incendiaria en el baño, Ursula reflejo de la culpa, Melquiades y su busqueda de oro,
Por sobre todos ellos Macondo, el lugar ideal para que suceda cualquier cosa, la Utopia de Tomas Moro es poca cosa en comparacion.
Para disfrutarlo, leerlo y releerlo, abrirlo en la pagina que sea y siempre encontrare algo nuevo, algo que me paso desapercibido anteriormente, o algo que suscitara una emocion diferente a la previa,
Tal cual el ejercicio que proponia Cortazar con su “ Rayuela “

Es curioso adentrarse a esta obra por tercera vez. La diégesis, como tal, me sigue encantando: la triste y trágica epopeya de los Buendía, desde aquel sabio abuelo loco que empezó a hablar latín y terminó atado a un árbol, hasta aquel último Buendía con cola de cerdo siendo devorado por la inclemencia de la naturaleza, simplemente me encanta, empero, la estructura de la obra es... curiosa.
Soy fiel partidario de lo que comentó Juan Villoro en una entrevista para la Universidad Veracruzana: "La mala hora preparó a García Márquez para crear Macondo". Dicha novela, que precede la epopeya del colombiano, expone abiertamente las carencias que tenía Márquez para crear obras largas: si recorremos su obra desde "Ojos de perro azul" (donde están sus primeros cuentos publicados en el periódico) hasta la "La mala hora", podremos darnos cuenta que sus obras son una extensión muy breve:
- Ojos de perro azul: cuentos.
- Relato de un naufrago: crónica literaria periodística de extensión corta.
- La hojarasca: novela breve.
- El coronel no tiene quien le escriba: novela corta tirando a cuento largo.
- Los funerales de la mamá grande: Cuentos.
- La mala hora: primera novela larga cuyo narración se siente ligeramente pesada y la conexión entre los capítulos está separada por unas elipsis bastante "raras" (por no decir desconcertantes).
Claramente, Márquez enmendó sus errores de "La mala hora" para poder hacer algo maravilloso con "Cien años...", y aún así, leemos los primeros capítulos, nos podemos dar cuenta como estos tienden a la auto-conclusión sin llegar a ellos: el primer capítulo, de no ser porque se inicia con una prolepsis (anticipación de un evento futuro), sería cuanto menos un cuento excelente. No es sino hasta el quinto o cuarto capítulo, más o menos, que el autor alcanza un estilo ya pulido para dar un hilo narrativo interesante. Creo que aprendió bastante mientras construía su obra magna, y eso se nota.

No quisiera hondar tanto en el nivel político de la obra porque, a todas luces, se nota el descontento que tenía el Gabo con los gobiernos latinoamericanos y el imperialismo yankee, empero, sólo puedo traer a colación al escena del tren que antecede al diluvio de Macondo, si uno no entiende que eso es por la intervención norteamericana en los pueblos latinos, entonces hace falta contexto histórico, pero insisto, hay quienes lo pueden analizar mejor que yo, así que no vale la pena abordarlo tan a fondo.

Esta novela me sigue encantando, y discrepo de las última opiniones populares acerca de que plagió a Rulfo. Admito abiertamente que se inspiró en él, claro que sí, sería un tonto si no lo hiciera, pero de ahí a plagiarlo... Macondo es el pueblo fiestero que termina cayendo victima del imperialismo; Comala, en cambio, es el país caído en desgracia por sí mismo, ambas son caras de la misma moneda, pero tienen sus diferencias.

Leed a Márquez, es bueno para el alma y ayuda mucho a conocer el contexto no sólo artístico, sino también político y cultural de Latinoamérica en los años 50 y 60, obra magnífica, mas no perfecta, pues peca de uno que otro error, errores que puliría en "El otoño del patriarca".