Navidades trágicas

Estamos en los días previos a las navidades, y en Gorston Hall, la casa de los Lee, se preparan para celebrarlo con más gente de la que esperaban (y les gustaría). A los habitantes habituales de la casa (el patriarca, Simeon Lee, su hijo Alfred y la esposa de este, Lydia) se suman Harry (el hijo pródigo), David (el hijo que culpa al padre de la muerte de su madre) con su esposa Hilda, George (el hijo que va para político) y su esposa Magadalene, Pilar (la nieta del jefe del clan que viene directamente desde España) y un tal Stephen, que llega de África del Sur y decide dejarse caer por la casa como un personaje del pasado del cabeza de familia. Veréis que Agatha Christie lo prepara todo concienzudamente, así que tenemos tropecientos personajes en una casa donde van a pasar juntos las navidades. ¿Qué nos falta? ¡El crimen, of course! Porque hay un asesinato, obviamente, y en Nochebuena, que para eso es un libro navideño. El fallecido es, como no podía ser menos, el que ha juntado a toda esta gente con el único fin de liarla parda... Simeon Lee es un viejo decrépito más malo que la quina que tiene lo que se merece, pero al fin y al cabo es un asesinato y estaría mal no resolverlo, así que Poirot, que no se pierde una invitación y está pasando las navidades con un amigo policía a cargo de esa zona, se ve envuelto en la investigación.

Agatha presenta un misterio de habitación cerrada de manual. El asesinato tiene lugar en una estancia cerrada con llave, las ventanas están o cerradas o abiertas con apenas una rendija, no existe ningún tipo de acceso posible a través de la pared exterior y no aparece el arma del crimen, lo que además descarta el suicidio. Tenemos al menos nueve sospechosos contando a los familiares y allegados de la víctima que estaban cenando esa Nochebuena en la casa, a los que además hay que sumar al personal que trabaja en la casa, algunos con un pasado sospechoso. Como móviles del crimen podríamos decir que el fallecido era un auténtico hijo de la Gran Bretaña y con eso sería suficiente, pero es que además escondía unos diamantes sin tallar en su caja fuerte y esos diamantes, que parecen simples pedruscos, han desaparecido. Las coartadas no coinciden, hay resquemor y odio para dar y tomar, unos dicen la verdad, otros pretenden estar diciendo la verdad, otros directamente mienten y luego están los que, como quien no quiere la cosa, solo por lo buena gente que son, se acercan a Poirot para contarle esa cosa inocente e ingenua que, vaya por Dios, intenta poner al belga sobre la pista de alguien en concreto. Nada nuevo en la viña de Poirot que él no sepa discernir con sus células grises.

Detalles a destacar. Uno es las varias alusiones que se hacen a un caso anterior protagonizado por Poirot, Tragedia en tres actos, sobre el que además no solo se dice (varias veces a falta de una) el método usado para los asesinatos, ¡sino que desvelan el nombre del asesino! Si a la Christie no le importó hacer spoilers a lo grande a mí tampoco debería importarme, pero vamos, que supongo que daba por hecho que quien leyese Navidades trágicas ya habría leído Tragedia en tres actos porque si no, no se entiende (o le dio igual, que para el caso es lo mismo). El otro detalle. Ya he comentado en más de una ocasión los comentarios prejuiciosos que Agatha ponía en boca de sus estirados protagonistas cuando se hablaba sobre extranjeros, y en Navidades trágicas otorga este privilegio a los españoles: somos todos morenos de ojos negros sin excepción (y a mí que llevan toda la vida tomándome por guiri), las mujeres somos unas orgullosas, nos irritamos con facilidad y además somos unas frescas que no sabemos guardar las formas ante un hombre y por último, pero no menos importante, los españoles resolvemos nuestras disputas pegándonos y, si nos descuidamos, vamos todos con la navaja en las manos... bueno, lo que digo siempre, donde algunos lectores ven comentarios sesgados o racistas de la autora realmente hay denuncia y crítica sobre la intolerancia y los prejuicios de cierto sector social británico, y tampoco creo que haya cambiado mucho el asunto, la verdad. Por otro lado, se dice varias veces que España está inmersa en la Guerra Civil, así que la ambientación temporal de la historia no tiene pérdida.

Navidades trágicas ha sido relectura y recordaba a la persona culpable (lo que supone un plus a la hora de ir descubriendo las miguitas de pan de la autora), pero lo leí hace tantos años que no tenía ningún detalle concreto en la cabeza. Por eso, con la relectura y el refresco de la trama le pondría un par de pegas a Agatha Christie si pudiera hablar con ella, pero como no puedo tomar el té en su compañía (por desgracia) y tampoco es algo que creo que tenga mayor importancia si no eres (también por desgracia) una tiquismiquis como yo, correré un tupido velo. Es una lectura navideña, es de misterio, es de Agatha, es un imprescindible en su bibliografía y lo he leído cuando tocaba leerlo, así que todo bien y a por el siguiente, que sería Diez negritos/Y no quedó ninguno si no estuviese ya reseñado en el blog desde antes de comenzar el reto (podéis leer la reseña aquí, que además en aquella época todavía estaba comprometida con la causa y os hablaba de las adaptaciones cinematográficas/televisivas). Total, que volveré con Un triste ciprés, y prometo espaciar un poco las reseñas de este reto en 2023 (que será, por cierto, el año del regreso del matrimonio Beresford y de miss Marple, esta última además por partida doble... que no solo de Poirot vive el fan Agathiano).


Enlace: https://inquilinasnetherfiel..

3/enero/2023
Navidades tragicas
Autora: Agatha Christie

Novela corta, entretenida y de suspenso, ambientada en plena epoca navideña. Simeone Lee,se dispone a celebrar la cena navideña uando todo esta listo el anfitrión es asesinado. Todo mundo es sospechoso, aqui entra en escena el famoso detective Hércules Poirot quien ayudaa esclarecer tan terrible crimen, haciendo uso de sus habilidades junta las piezas de este rompecabezas. Una lectura rápida con un buen ritmo y in final inesperado. Como de costumbre Agatha Christie logra mantener el interes en la historia manteniendo el suspenso.

Ha sido un gran descubrimiento para mí esta novela.

Tras leer varias novelas navideñas llenas de amor, espíritu navideño y dulzura a capazos, necesitaba volver al thriller y, por suerte, me topé con esta novela de misterio más acorde con lo que suelo leer.

Me sigue maravillando la manera de la autora de perfilar los personajes y como consigue atrapar al lector desde el primer momento, haciendo que todos tengan motivos para cometer el crimen y resulten sospechosos.

En esta ocasión y a través de sus siete partes nos transporta a la época navideña donde Simeon Lee, un millonario déspota que desprecia a todos sus familiares y que quiere reunirlos a todos por Navidad, aparece muerto. Todos y cada uno de los habitantes de esa casa tiene motivos para realizar el crimen y ahí aparece en acción el gran Hércules Poirot para resolver el asesinato con su forma tan especial de investigar.

Es la segunda novela que leo de la autora pero me ha gustado mucho más que Asesinato en el Orient Express, tal vez porque tenía necesidad de misterio tras tanta novelas románticas o bien porque para mí era más desconocida que la anterior.

En cualquier caso, si no la has leído, te la recomiendo, sobre todo si no eres muy amante del género romántico y quieres una novela de ambientación navideña.

Me gustó más de lo que pensé que me gustaría. La historia gira en torno al asesinato del patriarca de la familia Lee, el Sr. Simeon Lee, quien es un viejo adinerado un tanto inválido que decide como gran distracción invitar a todos sus hijos a pasar la navidad. Con él viven entre varios sirvientes Sidney Horbury, quien es enfermero recién hace un año, el más antiguo, el mayordomo Edward Tressilian y su hijo mayor Alfred Lee con su esposa Lydia, mujer astuta y que parece manejar a su esposo en cierta medida.
Para navidad los invitados van llegando, los otros hijos: George, David, con sus esposas, la oveja negra de la familia, Harry y dos invitados no tan esperados, Pilar Estravados y Stephen Farr. al final todos empiezan a pasar la navidad aunque lo que hace bastante interesante a la obra, muchos de ellos tienen conflictos internos, sobre todo por la vida que han llevado hasta ahora, muchos de los hijos ni siquiera veían al padre por diferentes motivos. El Sr. Simeon Lee demuestra en sus actos así como en la historia que se cuenta de él, haber sido una persona muy interesada en el dinero, en controlar a sus hijos, inmoral y muchas otras cosas que ganan la antipatía de cualquiera, pues en vísperas de navidad, de pronto resulta asesinado de una manera bastante extraña, sobre todo porque parecen no saber por dónde pudo haber escapado el ladrón.
En esta situación el pobre Poirot, que se encontraba tranquilo con el coronel Johnson hablando de lo poco que hay problemas en Navidad asiste a la gran necesidad del coronel de tratar un caso nuevo que acaba de llegar, desde luego el de la familia Lee.
Personalmente, aunque no soy especialista del género, este libro me gustó mucho creo que un poco más de "Asesinato en el Orient..." y menos que "Diez negritos". Me gustó sobre todo la caracterización (aunque superficial por supuesto) de los intereses y actitudes de cada miembro de la familia, así como de la protección que algunas de las mujeres querían dar a sus parejas o a otras personas. También me gustó la manera de reunir todos los datos de Poirot que muchas veces recibía gracias "al azar" datos que realmente se me pasaron muchísimos que luego pudo utilizarlos en importantes pistas que llevaron al desenlace final. Personalmente, me gustó quién fue el asesino (a) y la manera de ejecutar el crimen. El final también cerró muy bien y definitivamente el toque navideño lo hace algo especial, creo que estará entre mis favoritas de la autora.

Este es un libro ideal para esta época y salir de la rutina, pues no tiene ninguno de los elementos básicos de los libros navideños.

Su ambientación es en pleno diciembre en casa de los Lee.
Simeon Lee se hace mayor, es un anciano que decide juntar a toda su familia por Navidad, algo que debería ser bonito termina en desastre, con un asesinato.
Un miembro de la familia muere y a partir de ese momento, no seremos capaces de soltar el libro.

Este caso es investigado por Hércules Poirot, uno de los personajes más famosos creados por Agatha Christie.

Él y su lógica llegarán a destapar quien ha cometido semejante crimen, no sin antes, hacernos dudar de cada uno de los personajes que salen en la historia.

Me ha gustado darle tantas vueltas, ya que cuando sospechas de X, instantáneamente te dirigen las sospechas hacia Z, y así constantemente.

Personalmente, nunca habría imaginado el final del libro, estoy encantada y deseando leer algún caso más de Mr. Poirot, o de la increíble pluma de Agatha Christie.

Algo que no me ha gustado, es que tiene en algunos momentos expresiones en francés, o incluso frases dichas por nuestro detective, y al menos yo he necesitado dejar de leer y coger el Google Traductor, lo que ha roto un poco el hechizo de la lectura.