Una habitación propia

Virginia Woolf es una referente del modernismo vanguardista del siglo XX y del movimiento feminista. Además destacó como autora y editora. Una de sus obras más famosas es Una habitación propia, un ensayo en el que critica la poca valoración de los derechos de las mujeres.

Aunque puede resultar una lectura intensa, por la temática que trata, es muy recomendable. Tristemente trata temas muy actuales como es el tratamiento de las escritoras y los escritores o el acceso de las mujeres a la educación.

500 libras esterlinas al año y una habitación propia, afirma Woolf, son los requisitos previos para que una mujer sea escritora; en otras palabras, los escritores no son necesariamente genios atemporales que se elevan por encima de su época, sino que son moldeados, apoyados o reprimidos por sus condiciones materiales, económicas, sociales y culturales.

Y aunque hoy en día parece obvio que se necesita tener un espacio para escribir, en aquella época las mujeres no lo tenían; ni siquiera tenían un salario en la mayoría de los casos. Los hombres siempre habían tenido esta disposición, la capacidad de tener un lugar para ellos y el dinero. Nunca estuvieron ligados a su esposa o a sus madres, como sí lo estuvieron dichas esposa o sus hijas.

Y creo que a veces olvidamos que muchas de estas cosas no sucedieron hace tanto tiempo. Woolf publicó este libro en 1929 y todavía hablaba de que las mujeres necesitaban hombres de compañía para entrar en cierta en ciertos lugares. Si realmente lo consideramos, el hecho de ver un número elevado de mujeres escribiendo es bastante reciente. Pero, lo que nos queda aún por tener hoy, espero que lo tengamos dentro de cien años, así como ella esperaba que dentro de cien años, las mujeres, pudiéramos tener más.

Si no te has dado un paseo con Woolf por las estanterías, te animo a que lo hagas con esta pequeña joya del feminismo materialista, décadas adelantada a su tiempo.

Personalmente, una habitación propia es un ensayo muy especial. Virginia Wolf, explica desde una perspectiva literaria y una crítica irónica, punzante y muy necesaria el pensamiento de la época. La obra es una reflexión permanente sobre las mujeres y la literatura. Destapa sin complejos las desigualdades entre ambos géneros así como la difícil situación de las escritoras para llegar a ser reconocidas en la época. Sencillamente, es un clásico sobre escritura y género del siglo XX. ¿Es la necesidad de tener una "habitación propia" aplicable únicamente al mundo literario?
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El libro de ficción, que en realidad no lo es, de Virginia Woolf sobre la necesidad de tener una independencia económica para poder ser creativa. Parece de perogrullo, pero hoy en día sigue vigente.
𝙐𝙣𝙖 𝙝𝙖𝙗𝙞𝙩𝙖𝙘𝙞ó𝙣 𝙥𝙧𝙤𝙥𝙞𝙖 (A room of one's own, 1928) está publicado por Seix Barral con traducción de Laura Pujol. Se trata de dos conferencias extendidas en las que Virginia Woolf hace un repaso a la historia de la mujer escritora (británica) para explicar lo difícil que resultó este proceso y lo mucho que aún faltaba todavía. Conviene recordar que hacía tan solo 10 años que las mujeres habían accedido al voto en Gran Bretaña, y que la literatura femenina aún se veía como una literatura menor (¿acaso no ocurre todavía en cierta medida?).

El título del libro hace referencia al gran logro de una escritora, o de cualquier artista, tener un espacio personal que le permita desarrollar su obra. Espacio al que las mujeres no habían tenido acceso hasta entonces como bien explica Woolf. Es una metáfora de la libertad esa habitación propia que entonces empezaba a ser una realidad, aunque solo para las clases altas. En un momento dado menciona doce autores clásicos y tan solo uno tuvo problemas económicos. Primero el hambre, luego el arte.

𝙐𝙣𝙖 𝙝𝙖𝙗𝙞𝙩𝙖𝙘𝙞ó𝙣 𝙥𝙧𝙤𝙥𝙞𝙖 es un falso ensayo, o una falsa novela, lleno de datos interesantes, quizás demasiado árido y seco a ratos, pero con grandes reflexiones sobre la libertad creativa, especialmente para la mujer, aunque creo que se puede extrapolar a cualquier minoría que haya necesitado expresarse con su propio lenguaje, haciendo ver su propia identidad sin coger prestada la del hombre blanco hererosexual, que era canon hasta entonces. Tampoco es un ataque a los hombres, ni mucho menos, es solo la necesidad de constatar que las mujeres necesitaban contar su historia y para eso debían recurrir a un lenguaje distinto, alejado de los parámetros tradicionales.

ensayo sobre el estatus de las mujeres en esa época, y sobre lo que nos merecemos. Sobre las diferencias existentes y que siempre habrá.
Virgilia te muestra de lo que somos merecedoras en esta vida, para poder escribir y realizarnos nosotras mismas.

Leí este magnífico ensayo hace ya unos años y desde entonces guarda un hueco especial entre las lecturas que más me han hecho reflexionar jamás y cuyo descubrimiento, para mí, fue un regalo.

Desde luego, a pesar de ser un libro relativamente corto, no se trata de una lectura ligera: el contenido es denso, el discurrir de los pensamientos que plasma la autora en ocasiones es intrincado (los primeros capítulos me resultaron un poco liosos, pero a partir de ahí me fascinó por completo) y hay muchos mensajes valiosos que sacar de las palabras de Virginia Woolf. Creo que todo esto hace que se deba leer con tranquilidad y dejando que repose en ti.

Para mí este clásico no tiene desperdicio alguno, tanto por la pluma de la autora (poética, con belleza, pero a la vez directa e irónica) como por su contenido, inspirador y reivindicativo también. Emociona que una mujer de esa época hable de manera tan acertada y crítica sobre el papel de la mujer en la literatura y la escritura y, a la vez, mande un mensaje de ilusión por alcanzar cambios necesarios y, en definitiva, por que las mujeres puedan conseguir un espacio propio en el que poder expresarse en su totalidad.
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Quizás sea porque no estoy acostumbrada a leer ensayo y al principio me resultaba difícil seguirlo pero es un libro que recomiendo a TODO el mundo, es uno de esos imprescindibles que tiene que estar si o si en nuestras estanterías. Es una oda al feminismo. Woolf reflexiona sobre la dificultad que han tenido las mujeres de escribir sus novelas a principios del siglo XX. Muy recomendado

Una habitación propia es un libro importante, un ensayo feminista referente en la historia del feminismo, dónde Virginia Woolf va a disertar sobre el rol de la mujer en la literatura de ficción occidental, especialmente en Inglaterra.
Este libro figura en 69-ava posición sobre 100, como uno de los mejores libros del siglo XX.
La idea del libro proviene de 2 conferencias que dio V. Woolf en 1928 en universidades femeninas (Newnham College y Girton College).

Este sería el primer texto que habla de la creación literaria femenina, evocando factores materiales porque para la escritora hay 2 elementos necesarios a la mujer para poder escribir ficción libremente : 1) un espacio íntimo o habitación propia dónde poder pensar, soñar, crear y escribir, pero también un espacio en el sentido mental y 2) una independencia económica que ella estimó en unas 500 libras por año en 1929; hoy en día serían unos 60 000 euros.

Los temas desarrollados en este ensayo son muchos : la creación literaria, la emancipación femenina, la desigualdad hombre/mujer, la genialidad en literatura.
Virginia Woolf dijo en 1929 que serían necesarios unos 100 años para lograr cierta igualdad y no se equivocó porque en 2022, en Francia, más o menos 44% de los libros de ficción son escritos por mujeres.
La autora rinde un bello homenaje a autoras inglesas pioneras en ficción como Jane Austen, las hermanas Brontë, George Eliot. Aunque las hermanas Brontë publicaron bajo seudónimos y Jane Austen escondía sus papeles a la vista de todos y escribía en el comedor de su casa.
Lo que asombra en este ensayo es el tono de modernidad y de libertad además, la autora despliega un humor corrosivo, por momentos impertinente.
El texto transcurre en dos días y medio en el campus universitario ficticio de Oxbridge, enseguida en una universidad para mujeres, en el British Museum y en la casa de la heroina, Mary Beton, que no es otra que la alter ego de la escritora. de esta manera Woolf da libre curso a un flujo de consciencia permanente con digresiones variadas y repetitivas sobre los temas ya mencionados. Es uno de los primeros textos de escritura en flujo de consciencia de la literatura moderna.

Página 98 Woolf escribe un párrafo aludiendo que las mujeres empezaron a escribir sólo poesía, de manera que en Francia e Inglaterra las poetisas precedieron a las novelistas.
Ya que estamos leyendo sobre literatura occidental, habría que citar a las 24 poetisas de la Antigüedad que Irene Vallejo trajo a la luz en su brillante ensayo El infinito en un junco (2019). Todas fueron damas patricias, ricas y con espacios propios, pero su producción poética solo fue autorizada en ejercicios menores como la lírica, el elogio, el epigrama, la elegía, la sátira.

En su Diario Intimo de 1929 Virginia Woolf juzgó este ensayo como deslavado, inconsistente y ubicado sobre un diapasón demasiado alto. Qué muestra de modestia !
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Un libro corto pero rebosante de ideas sobre la mujer y su sometimiento a lo largo de la historia. El preguntarse sobre mujer y literatura lleva a Virginia Woolf a poner de manifiesto la evidente falta de oportunidades y los múltiples obstáculos que sufren las mujeres que intentan dedicarse a escribir y todas aquellas que intentan salirse del camino marcado.
Lleno de interesantes reflexiones, que en buena medida siguen estando de plena actualidad, trata el tema con un inteligente sentido del humor y una fina ironía que hace que su crítica constituya una verdadera carga de profundidad contra el sistema social establecido en su tiempo y que en buena parte hemos heredado en nuestros días. No es una lectura fácil por sus continuas referencias y su estilo a veces un poco enrevesado pero asequible por su brevedad y la brillantez en la exposición de sus ideas.
En resumen una lectura imprescindible para entender nuestro tiempo. Todo un clásico.

«La inquietud formaba parte de mi carácter; me agitaba a veces hasta el dolor.»

Creo que he cometido un gran error empezando a leer a Virginia Woolf con este libro. Pero es que se me había metido en la cabeza. Tantas buenas críticas y el tema que trata; el feminismo desde una perspectiva inevitablemente literaria. Planteando en 1928 a través de unas charlas y después de solo nueve años desde que se concediera el voto femenino, que las mujeres para escribir buenas novelas solo necesitamos independencia económica y personal.

Pero por desgracia no he sido capaz de acabarlo y eso que es un libro corto. Se me desconectan las neuronas del aburrimiento al leerlo y me da hasta vergüenza decirlo pero es así, no ha sido para mí. Me ha decepcionado desde el principio. Pero espero darle otra oportunidad algún día. Tal vez al leer otros libros de la autora y cogerle el gusto a su pluma, quien sabe.