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El infinito en un junco de Irene Vallejo
“Si alguien lee para ti, desea tu placer; es un acto de amor y un armisticio en medio de los combates de la vida”
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Calificación promedio: 5 (sobre 130 calificaciones)
/En entrevista con Irene Vallejo, nos habla sobre El infinito en un junco obra sobre la historia de los libros que se ha convertido en un éxito editorial y ha sido traducido a 19 idiomas, además de ser acreedora al Premio Nacional de Ensayo. José Luis Trueba Lara, charla respecto al impacto de su obra y como reconectó a los lectores porque estamos hechos de nuestras lecturas, forman parte de nuestra historia, nos permiten dialogar con el pasado, el futuro y el presente. Descubriremos cómo nace la novela y el amor por los libros de la autora, Ésa es la magia del libro: todo lo que podemos imaginar, aprender, desear o tener está contenido en algo tan simple como una caña de papiro. Consigue el libro aquí: https://bit.ly/3N97j4D ¿Dónde comprar la revista? | https://bit.ly/3cBuPqO Toda la cultura reunida en | https://mascultura.mx/ Facebook | @MasculturadelibreriasGandhi | https://www.facebook.com/Revistaleemas Twitter | @revistaLeemas | https://twitter.com/revistaLeemas Instagram | @revistaleemas | https://www.instagram.com/revistaleemas/ Podcasts Desde el Librero en: Spotify | https://spoti.fi/3AP5AeF Apple podcasts | https://apple.co/3F0h15W Google podcasts |
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El infinito en un junco de Irene Vallejo
“Si alguien lee para ti, desea tu placer; es un acto de amor y un armisticio en medio de los combates de la vida”
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El infinito en un junco de Irene Vallejo
Los libros tienen voz y hablan salvando épocas y vidas. Las librerías son esos territorios mágicos donde, en un acto de inspiración, escuchamos los ecos suaves y chisporroteantes de la memoria desconocida.
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Manifiesto por la lectura de Irene Vallejo
Somos la única especie que explica el mundo con historias, que las desea, las añora y las usa para sanar.
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El infinito en un junco de Irene Vallejo
Sentir cierta incomodidad es parte de la experiencia de leer un libro, hay mucha más pedagogía en la inquietud que en el alivio.
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El infinito en un junco de Irene Vallejo
La invención de los libros ha sido tal vez el mayor triunfo en nuestra tenaz lucha contra la destrucción (…) Debemos a los libros la supervivencia de las mejores ideas fabricadas por la especie humana.
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El silbido del arquero de Irene Vallejo
Otra flecha, y otra más, pasan veloces sin acertar a nadie. La última surca el aire cerca de mí. Su silbido es la canción de la muerte en combate, el mortal canto que, una vez oído, nunca se olvida.
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El infinito en un junco de Irene Vallejo
Nuestra piel es una gran página en blanco; el cuerpo, un libro. El tiempo va escribiendo poco a poco su historia en las caras, en los brazos, en los vientres, en los sexos, en las piernas. Recién llegados al mundo, nos imprimen en la tripa una gran O, el ombligo. Después, van apareciendo lentamente otras letras. Las líneas de la mano. Las pecas, como puntos y aparte. Las tachaduras que dejan los médicos cuando abren la carne y luego la cosen. Con el paso de los años, las cicatrices, las arrugas, las manchas y las ramificaciones varicosas trazan las sílabas que relatan una vida.
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El infinito en un junco de Irene Vallejo
Milenios antes del multiperspectivismo contemporáneo, el primer historiador griego comprendió que la memoria es frágil, evanescente, y que cuando alguien evoca su pasado deforma la realidad para justificarse o encontrar alivio. Por eso, como en Ciudadano Kane, como en Rashomon, nunca llegamos a conocer la verdad más profunda, sino solo sus atisbos, sus variantes, sus versiones, su alargada sombra, sus infinitas interpretaciones.
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El silbido del arquero de Irene Vallejo
Sí, mis hombres están contentos porque vivimos. El mar no ha arrastrado hasta aquí ningún cadáver, de momento no lloramos a nadie. Y un náufrago siempre es un hombre alegre, al menos hasta que se detiene a pensar.
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El infinito en un junco de Irene Vallejo
“Para aquel que roba, o pide prestado un libro y a su dueño no lo devuelve, que se le mude en sierpe en la mano y lo desgarre. Que quede paralizado y condenados todos sus miembros. Que desfallezca de dolor, suplicando a gritos misericordia, y que nada alivie sus sufrimientos hasta que perezca. Que los gusanos de los libros le roan las entrañas como lo hace el remordimiento que nunca cesa. Y que cuando, finalmente, descienda al castigo eterno, que las llamas del infierno lo consuman para siempre».”
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¿Cómo se llama la protagonista del libro?