Cuando me preguntan cuál es mi libro favorito de
Harry Potter, siempre dudo entre este tercer libro y “La Orden del Fénix”, aunque normalmente termino decantándome por este último. Pero eso no quita para que considere “El Prisionero de Azkaban” como uno de los mejores de toda la saga, y piense que narrativa y argumentalmente
J. K. Rowling pegue un salto cualitativo de gran envergadura en este tomo. Para mí este y los dos siguientes son los mejores de toda la serie sin lugar a dudas.
La historia se vuelve mucho más oscura que en los dos anteriores libros, las relaciones entre el trío protagonista (Harry, Ron y Hermione) y sus propias personalidades empiezan a evolucionar y a madurar debido a los problemas y desacuerdos que tienen entre ellos y a su acercamiento hacia la adolescencia, algo que he valorado muy positivamente respecto al estancamiento que percibí en sus caracteres durante “La Cámara Secreta “ y que creo que era necesario para la evolución de la historia en general . Aunque el personaje de Ron me encanta y es uno de mis favoritos de toda la saga, reconozco que en este libro se pone un poco pesado e insoportable con todo lo relacionado con su rata y el gato de Hermione, y llega un momento en que lo intensifica todo demasiado. Pero aún así percibo él y en Hermione una evolución mucho mas notoria que la que noto en el personaje de Harry, que del trío protagonista es al que más parecido he notado desde que nos lo encontramos por primera vez en “La Piedra Filosofal” cuando tenia once años. Algo que siempre me ha parecido de delito, teniendo en cuenta que es el protagonista de los libros y que es por medio de él donde vemos como se desarrolla toda la historia, excepto algún capítulo suelto.
Como decía antes, en este tercer libro la historia se vuelve mucho más oscura y compleja, el ritmo cambia hasta volverse más trepidante y duro, y el tono se aleja de los infato-juvenil para volverse un poco más oscuro y tenebroso. A esto hay que añadir una nueva dinámica argumental que también favorece mucho a esta novela y a toda la serie en general. Y es que ahora la trama no gira entorno a un misterio que se esconde tras los muros del colegio Hogwarts y amenaza a todos sus habitantes, es mucho más complejo que eso, ya que repercute en la comunidad magica y en el propio pasado de Harry, que está en el punto de mira de Sirius Black, un asesino en serie y fiel seguidor de Lord Voldemort que ha escapado de Azkaban, la prisión mágica de máxima seguridad donde ha permanecido doce años. Esto nos permitirá ampliar el mundo mágico de Harry y su pasado, conocer nuevos personajes como el profesor Lupin (uno de tantos personajes infravalorados en esta saga) o el propio Sirius Black, del cual echo en falta que se profundice un poco más en este volumen (aunque los siguientes vamos a tener tiempo de saber más sobre su personalidad).
La prosa de
J.K. Rowling sigue siendo liviana, cálida y sencilla, de forma que en pocas líneas logra envolverte en la atmósfera de su historia y hacer que veas mentalmente en tu cabeza aquello que está representando por letras. Escenas divertidas (como el inicio del libro con la horrible tía Marge y las hilarantes consecuencias de su enfrentamiento con Harry) se alternan con otras más conmovedoras o sentimentales, al compás de un buen ritmo narrativo en el que tiene mucho que ver algunos excelentes e inteligentes giros del guion que dejan al lector conmocionado y sorprendido, y muestran lo excelente narradora que es Rowling y lo bien planeada que tiene su historia, en la cual los detalles o personajes aparentemente triviales o secundarios pueden demostrarse al final como vitales y trascendentes. Por todo ello en este libro la historia en general gana mucho más profundidad y complejidad, y va acercándose y preparando el terreno para aquello que vamos a empezar a ver a partir del siguiente libro.
He disfrutado volviendo a leer este libro tanto como lo hice la primera vez con nueve años. Aunque los dos anteriores me encantaron, recuerdo que fue con este con el que me enganche realmente a
Harry Potter, el que devoré en tres días y del que no me podía despegar de sus páginas. Y así ha sido siempre que lo he releído, incluyendo esta vez. Especialmente creo que fueron los capítulos que tienen lugar en la Casa de los Gritos los que me engancharon y enamoraron totalmente de esta saga. El pasado e historia de Lunático, Colagusano, Canuto y Cornamenta sigue siendo una de mis tramas favoritas de toda esta historia, y si algo me da pena y rabia de las películas es que en la tercera prácticamente suprimieran toda esa parte. Películas a parte, este siempre será uno de mis libros favoritos de
Harry Potter sin ningún género de duda.