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Concha Cardeñoso (Traductor)
ISBN : 8417977589
352 páginas
Editorial: Libros Del Asteroide (22/02/2021)

Calificación promedio : 4.46/5 (sobre 302 calificaciones)
Resumen:
Agnes, una muchacha peculiar que parece no rendir cuentas a nadie y que es capaz de crear misteriosos remedios con sencillas combinaciones de plantas, es la comidilla de Stratford, un pequeño pueblo de Inglaterra. Cuando conoce a un joven preceptor de latín igual de extraordinario que ella, se da cuenta enseguida de que están llamados a formar una familia. Pero su matrimonio se verá puesto a prueba, primero por sus parientes y después por una inesperada desgracia.>Voir plus
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Críticas, Reseñas y Opiniones (111) Ver más Añadir una crítica
Ros
 09 March 2023
MAGISTRAL ¡Cómo me ha gustado!. Maggie O'Farrell siempre me deja preparada para continuar indagando en cada uno de sus escritos.
Su prosa y sus historias se muestran poderosas, poseen la suficiente magia como para perderte en ellas y así irás donde te lleve.

No existe nada más. Estoy totalmente, absolutamente, irremediablemente, afortunadamente y enormemente conmovida.

Siempre espero encontrar maravillas en sus obras y en esta, que en principio parece que me va a contar algo sobre Shakespeare, y me pregunto:
¿Va a hacer una obra histórica? ¿Va a ser una especie de investigación sobre su personaje?

Pero no, es mucho más y mejor, una maravillosa novela, una mezcla de realidad y ficción, y una excelente prueba más de su grandeza como escritora que siempre tiene algo deseable y extraordinario que decirnos. Y ¡cómo lo dice!.

¿Cómo era la vida cotidiana de la familia Shakespeare?
Nos presenta con grandes dosis de sensibilidad y de emoción, una familia, sobre todo, se centra en Agnes, la esposa del actor-escritor y en Hamnet, un hijo al que presta toda su atención y lleva el nombre de una de las obras más importantes del escritor, Hamnet o Hamlet, en el siglo XVI era dos formas del mismo nombre.

Y ya nos olvidamos del gran Shakespeare que ni siquiera se dice su nombre en la novela, reservándole un secundario papel, y una personalidad mucho menos interesante que la de su esposa, nos quedamos con él, siendo un joven desconocido y su matrimonio con Anes Hathaway, con la que formará una familia y tendrán tres hijos, Susanna y sus dos gemelos, Judith y Hamnet.

Aunque también nos relata que el matrimonio no se estableció nunca en Londres donde Shakespeare desarrolló su actividad como escritor y actor.

Agnes, junto a sus hijos, se mudaron a una casa en Stratford a la que se trasladaba el escritor cuando le era posible. Indudablemente la principal protagonista es Agnes, ¿Quién era Anne o Agnes Hathaway?

Históricamente poco se conoce de ella, sin embargo la vamos a querer, la vamos a adorar, con ella nos adentramos en la maravillosa vida de ficción que la autora nos regala.

Y qué gran e impresionante regalo, qué fascinante y gigante personaje nos ha creado. Anne es la mujer, la madre, la esposa y la gran protagonista.

Nos la describe como un espíritu libre, unida a la naturaleza, con profundos conocimientos sobre las plantas medicinales y sus secretos, la convierte en un mito poderoso y fascinante, libre e independiente que puede conocer el interior de las personas y anticipar su porvenir.

De niña no aceptaban sus rarezas, querían que fuese sumisa, callada, invisible… pero nunca lo consiguieron, su vigoroso temperamento lo impidió. Fue una mujer que sencillamente se atrevió.

También la autora va a dar importancia, relevancia y presencia a su hijo Hamnet, que sabemos de su existencia por las biografías de su padre en las que apenas se le va a mencionar.

Sin embargo, este sería el que prestó su nombre a una de las tragedias más importantes de Shakespeare, increíble certeza.
En la novela, la autora lo rescata y será el otro gran protagonista de esta historia, convirtiéndolo en un destacadísimo personaje del que tenemos noticia ya desde el principio de la obra, al ser nombrado en el título.

Hamnet va a tener desde su nacimiento, una función bien definida y una importancia evidente y notable a lo largo de toda la novela. Será una parte de la esencia destinada a desarrollar esta apasionante y apasionada obra literaria.

Impresionante Indagación sobre el dolor y la pérdida. No sigo, si la lees, lo descubrirás. Buenísima ambientación, bellísimas descripciones, una prosa lírica sorprendente. Una obra perfecta.

Visité la casa de Stratford-upon-Avon y sus preciosos jardines, volvería.

La añoranza está presente en el ahora.
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Beatriz_Villarino
 27 April 2021
Es unánimemente reconocido que Shakespeare fue un genio, lo es. Hace años pensaba que este afán de los españoles por infravalorar lo propio era la consecuencia de tanto alboroto por el bardo de Avon. Acababa de leer la Primera Parte del Quijote y era de la opinión de que nadie podía igualar a nuestro Cervantes. Hasta que leí El sueño de una noche de verano ¿Cómo es posible magia, humor, ingenio, color, en una obra? Luego leí las grandes tragedias. No sabría por cuál decidirme. Puede que por Othelo, pero está claro que mi juicio sobre Shakespeare cambió. Es difícil superarlo. Lo lees y lo vives a pesar de haber escrito para ser representado. La fuerza de la escritura es tal que consigue llevar las palabras a la mente del lector y que estas formen ahí el mundo imaginado por su autor.

He analizado muchas obras de Shakespeare. Su vida está más difusa. No me importaba, probablemente esa imprecisión contribuía a que el mito creciese en mi interior.

No voy a comparar a William Shakespeare con Maggie O'Farrell, no se me ocurre. Pero algo ha sucedido dentro de mí al leer su novela. Sus palabras han conformado una realidad patente que me ha atrapado. Cada vez que abría el libro la angustia crecía, pero era incapaz de dejar de leer. Sabía lo que ocurrió con Hamnet pero nunca me había parado a pensar en cómo sería ese niño, ni en su vida ni, sobre todo, en su madre. Agnes (Anne) es la verdadera protagonista durante toda la novela. Una novela cuyo tiempo externo no coincide con el interno. Hamnet comienza in medias res, cuando el pequeño busca desesperadamente a alguien de su familia para que ayude a su hermana gemela Judith, que se encuentra muy mal.

Mediante digresiones y analepsis vamos sabiendo la historia familiar, la infancia del escritor, la relación con su padre, un fabricante de guantes caído en desgracia ante el pueblo por su corrupción, avaricia y maldad; cómo se enamoró de Agnes, cómo fueron a vivir junto a los padres de él, cómo tuvieron a sus hijos, cómo él se trasladó a Londres y cómo murió el niño. A partir de ahí, la soledad, la muerte de Agnes que, como madre, es incapaz de asimilar que no verá más a su hijo.

Es increíble la capacidad de O'Farrell para introducirnos en el ambiente del siglo XVI, la vida natural del campo, la alta densidad de población en la ciudad, su ajetreo y el ambiente cultural frente a la tranquilidad y primitivismo del pueblo.

Pero es el manejo del léxico y sobre todo la mezcla de tiempos y modos verbales lo que consiguen que mantengamos la tensión en todo momento. No hay nada seguro en la novela, aunque sepamos el final. El narrador intenta establecer, con el uso del futuro, una distancia temporal en la que casi nunca se confirma lo propuesto, a pesar de que ofrezca cierto carácter imperativo, como si los deseos del personaje se transformasen en órdenes en la mente del narrador. Con el futuro, además, la intensidad de los hechos aumenta, por lo que resulta abrumador «Judith estará arropada entre sábanas limpias […] hará una mueca porque el remedio es amargo, pero se lo tomará […] Hamnet llega a la alcoba […] Respira poco y deprisa». al combinar dos tiempos verbales, el presente es el que aporta la coherencia real al escrito, pero a pesar de ser más dinámico, no consigue relajar la tirantez pues, ha hecho desaparecer parte de la omnisciencia del narrador.

Hamnet supone una relativización del realismo. Ante nosotros aparece un mundo edificado al amparo de la literatura en el que los rodeos a la hora de hacer continuar la acción muestran la relación efectiva con la realidad. El relato imaginario del futuro se coloca frente al del presente. Los cambios bruscos de tiempo y espacio que aparecen contrastan con la profundidad psicológica que denotan las acciones de los personajes o sus diálogos, en los que la repetición anafórica confirma la excitación, la inquietud que ha dominado al protagonista «—¿Alguna vez has visto que […] ¿Alguna vez has visto que se pusiera de mi parte? ¿Alguna vez has visto que […] —A lo mejor si esperas […] —No soporto esperar».

Cuando el narrador quiere que se introduzcan hechos posteriores, o deseos, recurre a una prolepsis difuminada por medio del condicional. de esta manera puede mantenerse en el presente narrativo aunque cuente lo que sucederá en un futuro; el ritmo del relato decelera al tiempo que los personajes van tomando forma, van desnudando su yo íntimo ante el lector; avisan de sus actos y de los cambios surgidos en su evolución. El condicional cambia su valor temporal por otro modal en el instante en que describe acciones efectuadas en un mundo posible, no en el real de la narración. «Eliza no vivirá allí con su marido el sombrerero, desde luego que no, sino ellos […] Su hijo ya sería mayor…».

Es increíble como Maggie O'Farrell es capaz de subjetivizar el realismo de la novela, a sus personajes y a su protagonista. Protagonista que es en realidad el dolor de la mujer. El que parece protagonista, el padre de Hamnet, el enfrentado a su familia, el amante de su mujer e hijos, el autor de éxito, que curiosamente no tiene nombre en la novela, es nominado como “El preceptor”, “su hermano”, “mozuelo”, “el marido”, “el hijo”, “el padre”, “su cuñado”, “el joven”, “el hombre ese”. No aparece William Shakespeare en ningún momento, otra causa de la relativización del realismo, de la escritura literaria cuya autora es O'Farrell, y ha querido conceder toda la importancia, el peso de la novela, a la mujer. Joan, la madrastra, será quien eche a Agnes de su lado para que resuelva sola sus problemas. Mary, su suegra, la acogerá, Eliza, su nuera, la querrá como a una hermana. Susanna, su primogénita será querida antes de nacer. Agnes no necesita más. Su sensibilidad y amor por la vida conforman un mundo en el que lo importante es eso, la vida y todo lo que la conecta a ella. Agnes no escapa de la realidad circundante sino que la yuxtapone a la que percibe en su mente «Agnes ve que Mary está pensando en su hija, Anne, que murió de peste a los ocho años […] sabe que la pequeña Anne está ahí, en la habitación». Agnes se mueve en una realidad maravillosa en la que solo encaja aquél que puede encontrar la belleza en la naturaleza que le rodea. Cuando queda embarazada de Hamnet es incapaz de sentir esa seguridad, todo da un giro violento, el parto no es sosegado como el de Susanna y desde el momento en que sucede nos viene a la mente la primera imagen preocupante que leímos en la novela. El dolor de Agnes, su duelo infinito, la oprime hasta el punto de destrozar su vida entera.

Una vida destrozada y un dolor que se intensifican en cada página con una técnica que parece propia del cine. La autora congela la imagen, une tiempos, usa oraciones cortas en las que el gerundio aporta la sucesión continua de acciones, igualando presente a futuro, congelando la imagen descrita en la que los personajes, aunque intenten actuar con rapidez, quedan enfocados por el narrador en una perspectiva estática, hasta dar la impresión de que en realidad están parados, son una fotografía que no pertenece a ese tiempo «Pero, ¿dónde está su madre ahora? Cruza y descruza los tobillos. Correteando por el campo, vadeando estanques, recogiendo hierbajos, saltando cercas […] Estará dando un espectáculo, como de costumbre, parada, contemplando…». Paradójicamente esta suspensión del tiempo capta la atención por encima de cualquier elemento narrativo. al detener el tiempo, el contraste hace que el movimiento tenga todo el sentido. Las secuencias correlacionadas establecen la trayectoria de los personajes, de ahí que siempre aparezca el presente.

El tiempo no pasa aunque el personaje cambie la acción, aunque varíe el personaje. La narración avanza inmóvil, en una sucesión de imágenes expuestas que se instalan en la mente del lector, hasta que llegan al clímax narrativo en una especie de silencio: «La carta de Eliza se la lleva un muchacho […] El muchacho la guarda […] la lleva a la posta […] El maestro de postas […] El hospedero tiene que esperar […] la carta pasará de mano en mano […] Un niño pequeño […] agita una carta […]Tiene que salir, tiene que irse de ahí […] Percibe una mano en el hombro […] el joven trota calle abajo […] Lo ve marchar entre el bosque de piernas que lo rodean».

No hay un solo clímax, la novela está llena de ellos porque en todas las secuencias el dolor de Agnes es capaz de romper su alegría. Lo que no consiguió la falta de padres, la humillación de su suegro, la abulia de su marido, lo logró la muerte de su hijo, eso es lo que hace que se rompa «ella no encuentra, no localiza el espíritu de su propio hijo». Y de nuevo la literatura es capaz de establecer un puente salvador con la realidad más dura «Su marido lo ha devuelto a la vida de la única forma que podía».

Enlace: https://elblogaurisecular.bl..
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Aitor_Castrillo
 23 July 2021
Suelo decir que antes que escritor soy lector, pero es que antes que lector o que cualquier otra cosa... soy padre. Y quizá por eso Hamnet me ha llegado muy adentro.

La novela comienza tranquila como un paseo sin prisa, está bien escrita, vamos conociendo a los personajes, se van entrelazando las dos líneas temporales… hasta que llegan dos capítulos que me emocionaron dejándome el corazón temblando y las mejillas húmedas.

Y entonces pensé… Si la autora acaba de edificar las Torres Petronas 192 y 238 en cuanto a intensidad y emotividad, ¿tendrá ladrillos suficientes para igualar esa emoción antes del punto final 340? Era una tarea imposible y en mi opinión no lo logra, pero en cualquier caso Maggie O'Farrell construye un gran final.

Le doy cinco estrellas y la promesa de que repetiré con la autora.

Hamnet, te recordaré.
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Celia_0504
 19 October 2021
Segunda vez que leo este libro, la primera vez fue en el otoño de 2021. En esta ocasión no lo hago sola, si no bien acompañada en una Lectura Conjunta con mi querida @leer.aqui.ahora. Y creo que dentro de unos años, de cualquier forma, hubiera vuelto a coger este libro. Y es que en su momento “Hamnet” fue una novela que me gusto, pero que tampoco me pareció la maravilla que las criticas y las reseñas aseguraban que era. Pero en esta ocasión, debo decir que mi impresión ha mejorado favorablemente. Leerlo con otra persona, con la que además comparto, gustos y opiniones, ha enriquecido mucho esta lectura. Y me ha hecho darme cuenta de aspectos que la vez anterior me habían pasado desapercibidos.Es una lectura que en ambas ocasiones ha tenido cosas que me han gustado mucho junto con otras que me han resultado muy indiferentes o incluso han llegado a provocarme cierto tedio. Y es que es lo malo de que una novela reciba tantas reseñas positivas y sea tan multipremiada: se crean en torno a ella una serie de expectativas que no siempre se cumplen con todos los lectores. Para mí, la primera vez mi gran problema fueron las enormes expectativas que me había generado esta lectura. Que muchas veces matan aquello que va a leer antes de que te acabes el libro.

Érase una vez la historia de un matrimonio formado por dos personas extraordinarias. Pero él termina por abandonar a su aldea natal para ir a Londres y cumplir su destino de convertirse en dramaturgo más famoso de la historia. Dejando atrás a su familia y a Agnes, su esposa y madre de sus tres hijos. Peculiar e incomprendida por sus vecinos y familiares, Agnes se siente más cómoda en el bosque que con los humanos. Sus sayas y manos están perennemente manchadas de tierra, y sabe instintivamente donde hay agua y como tratar a los animales. Nunca se sabe que piensa o siente. Y se mueve como pez en el agua entre hierbas de todo tipo, con las que prepara remedios para todo miles de males. Pero que no la ayudaran cuando la enfermedad azote su hogar y genere una tragedia familiar que se convertirá en el origen de una de las obras de teatro más importantes de toda la historia.


Lo que me llamo la atención de esta obra (creo que como a muchos otros lectores) deste que salió publicada en español es que su argumento no iba a ser solamente sobre la vida familiar y personal de William Shakespeare, su núcleo central y emocional trata de algo más profundo y universal. Pero al mismo tiempo fue alguien relacionado con Shakespeare (que no él) lo que más me atrajo de este libro… Para empezar por una razón meramente sentimental, porque “Hamlet” fue el primer trabajo que leí de este escritor hace ya más de diez años. Y a día de hoy sigue siendo mi obra shakesperiana preferida. Y para acabar por curiosidad porque hay que reconocer que Shakespeare como ser humano y figura histórica tiene un aura misteriosa y enigmática que llama poderosamente la atención.

Se ha estudiado y se ha investigado mucho sobre la vida del escritor más famoso de todos los tiempos, pero realmente es muy poco lo que sabemos a ciencia cierta de él. de hecho hay muchas hipótesis sobre que este personaje,que realmente existió (y hay pruebas de sobra para refutarlo), no me fue más que la identidad tras la que se ocultó alguien para publicar y producir sus obras de teatro. Sea quien sea, el Shakespeare histórico es un autentico desconocido para el gran público. Sabemos muy poco de su personalidad, gustos y relaciones personales y familiares. Muchas de las cosas que se dan por hecho han nacido a partir de rumores y leyendas que se han ido engrandeciendo o modificando a lo largo de los siglos. Si sabemos poco del auténtico William Shakespeare, imaginados lo poquísimo que conocemos de su esposa, Anne Hathaway. Con deciros, como se señala al final de esta novela, que posiblemente su nombre original era Agnes y no Anne ya os lo digo todo (Aunque a saber cuál era su nombre. En la Inglaterra medieval no se le daba mucha importancia a la grafía de los nombres, cada cual los escribía como mejor les parecía. Incluso una persona podía escribir de varias formas su propio nombre. Dato estulto de la reseña). Y sin embargo, la mitología popular la representado generalmente como una especie de bruja siempre en contra del genio de su marido; una asaltacunas que no paró hasta lograr casarse con un hombre que era entonces menor de edad; que le hizo la vida imposible y le obligó a huir a Londres para crecer como dramaturgo lejos de su sombra asfixiante; una analfabeta indigna de un esposo con quien tuvo una relación fría, lejana y negativa. Y todo eso a raíz de supuestas ideas que se sugieren de algunos sonetos del autor y del hecho de que le legará en su testamento la segunda mejor cama de la casa, algo usual en la época, pues la mejor cama era la que se permitía usar a los invitados, siendo la segunda la que la pareja residente solía usar habitualmente. Pero ese hecho ha sido la excusa para que Anne Hathaway haya sido considerada como un personaje marginal y oscuro al lado de su marido y de la brillante luz de las obras que lego al mundo. Y por eso me ha encantado en las dos lecturas el que se convierta en la protagonista de la historia, que se la dé la oportunidad de mostrarse como un ser humano, con sus matices y sus claroscuros. Históricamente Anne (Agnes) ha quedado siempre relegada, ahora es el turno de que Shakespeare se quede a un lado, y pase a ser simplemente el marido o el tutor, sin que le se le permita usar nombre propio.

Si hay algo que me ha gustado especialmente es la forma de escribir de O'Farrell. O más bien la forma en que sabe crear atmósferas. Tiene algo en su pluma que no se describir más que como cinematográfico. En el sentido de que a medida que leía yo podía ver perfectamente en mi cabeza la escena casi como si fuera una película, y notar el ambiente que ella quería crear, haciendo al lector participe de lo que lee. Y casi con efectos lumínicos y con diferentes ángulos cinematográficos. Es algo que rara vez me ha pasado, y que en esta ocasión he valorado mucho, ha sido el artífice de que me metiera totalmente en la historia en muchas ocasiones, por lo menos en la mayoría de la lectura. En ello también ha tenido gran importancia la forma en que se ha acercado a la historia y a sus personajes, de su pluma intimista y cercana que se recrea en las personalidades y motivaciones de sus caracteres y en las relaciones que se establecen entre ellos. Eso ha hecho de la obra algo profunda y detalladamente intimista. No es un libro que vaya de cosas grandes y profundas, de arte y genios. Es una oda a la cotidianidad, a la cara b de la vida de los genios, al día al día del que surgen los grandes momentos de la historia y del arte. Todo ello justifica que sea una lectura que deba hacerse lentamente, saboreando todos los matices en la prosa de la autora y en las personalidades de sus protagonistas, obligando al lector a que tome nota de todos los detalles y se dé cuenta de que todo lo que aparece impreso en sus páginas tiene una intención clara, o incluso una segunda o tercera.

La gente siempre habla de que esta novela es una reivindicación hacia una mujer opacada por la figura de su marido y despreciada por los estudiosos. Y es cierto. Pero también me parece interesante señalar cómo se pone en foco, ya no solo en ella, sino en el resto de la familia del preceptor. O'Farrell compone en las primeras páginas un cuadro familiar, perfectamente trazado, nítido y claro. Está compuesto por elementos dispares, individualizados y muy detallados, siendo un fresco increíblemente vibrante, cercano y humano. La autora se mete en el ser de cada uno de los miembros de la familia de una manera lúcida y poderosa, y con ellos compone una saga familiar de la Inglaterra de finales del siglo XVI que va desgranándose y engrandeciéndose pagina a pagina . Increíble como con ello, logra a la autora aterrizarnos en la historia, envolvernos en su atmósfera y prepararnos para todo lo que se avecina. Me parece una introducción hecha de una forma poderosa y brutal.

Es realmente una lectura hermosa, desgarradora y profunda a muchos niveles. Hay momentos en los que resulta terriblemente desconsolador leer, O'Farrell sabe guiar con pulso firme al lector por un terreno sombrío y descarnado, tratando temas como el amor, la perdida y el duelo de una forma sensible y hermosa. al principio la lectura resulta de una placidez sospechosa en sí misma, que a medida que van sucediéndose las hojas se va volviendo más turbulenta y descorazonada. Es como empezar a caminar en un campo abierto un día de verano hasta llegar a un bosque sombrío y oscuro en plena tormenta. Y todo para terminar encontrando, casi al final, un refugio seguro, que aunque no parezca el sitio ideal, por lo menos sientes cierto consuelo al llegar a él.

Pero está bien ahí donde surgen las dos cuestiones que han hecho que no sea una lectura que me haya impactado realmente. Por un lado siento que al principio, como he señalado antes, todo empieza de forma muy plácida y se lee muy bien. Hacia la mitad del libro todo va cogiendo un ritmo frenético a medida que la desgracia central va acercándose. Uno tiene la sensación de que la tormenta se acerca, que amenaza con desencadenarse El culmen de la obra es la parte mejor escrita sin lugar a dudas, aquella que se queda grabada en la mente del lector y que le deja totalmente impactado y le hace sufrir y empatizar con lo que lee.

Y después de eso, la sensación que me ha dado es que la novela se queda a medio gas, pierde fuelle. O al menos esa es la idea que me quedo la primera vez que leí este libro. Algunos personajes a los que se les daba mucho peso al principio van perdiendo consistencia hasta desaparecer, y todo coge un ritmo demasiado lento y repetitivo, pasan cosas pero uno siente que no se avanza en lo que es la narrativa. de hecho, el arco de muchos personajes no queda al final bien definido o cerrado. Uno se queda en ciertas cuestiones, personajes y aspectos con ganas de más porque al final se quedan en nada, en las últimas páginas son anecdóticos. Quizás a mí, eso es lo que más me ha desencantado las dos veces que leído la novela, que se pierda ese aire de saga familiar que tenía al principio y que creo que la autora llevaba tan bien en las primeras páginas.

Eso podría entenderse y comprenderse por la propia naturaleza de la novela. de no ser porque a veces me ha dado la sensación de que sobraban páginas. Pero en esta ocasión, mi perspectiva ha sido otra. El cambio de ritmo que O'Farrel introduce en la novela es una herramienta que expresa el duelo y el sufrimiento y conmoción que genera. La falta de protagonismo de otros personajes sirve para resaltar la forma en que el niño difunto se convierte en el protagonista de las vidas de sus padres al morir, la despersonalización del entorno por el ausente. Los demás pierden relevancia respecto a la pérdida y a la forma en que la autora muestra como el matrimonio protagonista empieza a ir a la deriva. Como cada uno de ellos es coger una vía para intentar superar la pérdida de un hijo. La huida o el enraizamiento, no hay término medio, cualquier camino se convierte en un sálvese quien pueda.De todas maneras, me da la impresión de que la propia prosa sobrepasa a lo que quiere decir al lector. Y me parece una pena cuando estamos hablando de una obra en la que se tratan asuntos que son universales porque son, con sus luces y sus sombras, cercanos para todos. Siento que para acercarse a cuestiones tan trascendentes y trascendentales a veces vale con usar una narrativa más realista para el lector.

El final se me ha hecho muy agridulce, y no solo por su propia naturaleza. Las últimas páginas a mí se me han hecho muy repetitivas. Y a la vez me han gustado. Quizás se deba a que ya sabía lo que iba a pasar. No lo sé, pero creo recordar que la primera vez que las leí se me quedó en un final muy pobre y que desentonaba mucho con el resto de la novela. Quizás se deba a que por más que hayan dicho los estudiosos o que defienda O'Farrell me parece muy rebuscado buscar la inspiración de “Hamlet” en la muerte de Hamnet. No sé, me parece todo muy rebuscado y con muy poco sentido, la forma en que la autora lo justifica me parece poco creíble. de ahí que el final me parezca un tanto artificial y que casa poco con el resto de la historia. Porque para mi uno de los puntos fuertes de esta lectura es que es algo muy cercano, un retrato familiar y de una mujer con el que uno, aunque no lo comparta, puede sentirse identificado. pero en cambio, me creo con la forma en que la autora logra conectar todas las piezas de las últimas páginas, como aquello que iba a la deriva, vuelve a unirse de una manera magistral, sencilla y poética.

A modo de conclusión decir que en esta segunda lectura he disfrutado más de“Hamnet” y de la prosa de Maggie O'Farrel. El libro tiene muchas cosas positivas que había olvidado, y la autora escribe de una manera muy íntima y especial, que me ha maravillado mucho más que la primera vez. En ambas lecturas me ha parecido un libro muy bueno. Pero que tiene partes de momento, mis impresiones están siendo las mismas que la primera vez que leí este libro. La primera parte y el principio de la segunda me parecen sublimes, y me maravilla la forma que O'Farrell tiene de llevar al lector a una historia tan anodina y escondida entre las costuras de un hombre tan importante como Shakespeare, y al mismo tiempo, me maravilla como empieza la segunda parte, como de una forma tan cercana, la autora, usa las palabras para llevarnos a lo peor que puede pasarle a una persona. de hecho, los pensamientos de Agnes me parecen que tienen algo muy Shakesperiano, pero llevados a una esfera más íntima y cercana para el lector.

Pero a partir de ahí, me volvió a pasar un poco lo mismo que en la primera lectura: empece a notar como todo iba progresivamente cuesta abajo. Toda esa parte del principio de la segunda parte, me parece que tiene algo tan angustiante que me ha dejado muy cansada de leer. Hay momentos en los que resulta terriblemente desconsolador leer, O'Farrell sabe guiar con pulso firme al lector por un terreno sombrío y descarnado. Pero que para mi está teniendo algo de artificial. Es como si después de ese climax Shakespiriano a la autora le hubiera costando recuperarse o encontrar el ritmo. Tiene sentido lo que quiere hacer para demostrar el duelo y el desarraigo que produce, la presencia total de quien ha fallecido. Pero Hay demasiadas partes irregulares, y es una pena porque me parece, como he dicho antes, que hay cosas realmente buenas en este libro y que la forma en que se acerca a la vida de Shakespeare es novedosísima. Y necesaria. “Hamnet” ha sido una lectura que ha tenido algo de lejano e inalcanzable. Como lo tiene la Agnes de O'Farrell. Como lo sigue teniendo la figura histórica de Shakespeare. Como lo tiene Hamnet, un joven que podría haber sido uno de tantos más muerto en la niñez, pero que fue inmortalizado en una de las mejores obras de teatro jamas escrito. Pero a la vez ha tenido algo demoledoramente cercano, por los temas que se tratan en ella y por como se manejan. Temas eternos, da igual que vivas en el siglo XVIII o en el XXI y que Shakespeare trato también en su momento, justificando su importancia y fama imperecederas.

Ah, por cierto. Se me había olvidado lo bueno que es el capítulo de la pulga. Es una auténtica maravilla como está escrito, la forma en que la autora hace de algo tan banal todo unido una odisea, como logra imprimir a ese viaje todo el drama que con lleva. La forma en que logra que esa tensión vaya en aumento según van sucediéndose las diversas etapas del viaje. Simplemente hay que ser muy buen autor para lograr de algo tan pequeño algo tan grande.
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Fabiaili
 11 May 2022
Conmovedora, desgarradora, son las palabras que encuentro para resumir esta novela. En un punto me ha dejado de importar si está basada en hechos reales y cuánto de lo escrito es ficción y cuánto realidad.

Cada personaje es único, la autora logra adentrarnos en cada uno de ellos hasta hacerlos tan queribles que los sentimos nuestros.
Agnes, es un personaje que enamora, que me causa admiración, y por la que me es inevitable sentir empatía. Ella transita por el peor de todos los dolores que puede sentir una madre, y todo ese relato es desgarrador, me ha dejado en carne viva y hasta quería por momentos dejar de leer porque la tristeza era demasiada. Vamos y venimos en los tiempos de su vida queriendo conocer más, qué le pasó, cómo sucedió.

Hamnet es una novela para sentir. Quedamos inmersos en los olores, en las fragancias a hierbas silvestres, a campo; somos observadores de las imágenes que nos propone la autora, y nos adentramos en los distintos ambientes con una facilidad que se siente real y se disfruta.

La naturaleza del hombre queda expuesta y no nos deja otra salida que reconocernos en ella.

Recomiendo esta novela, totalmente emotiva, triste sí, pero vale la pena. Tantas emociones la recorren como la vida misma.
La he disfrutado muchísimo, espero les suceda lo mismo.
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Las críticas de la prensa (4)
elperiodico31 March 2021
La escritora irlandesa publica su celebrada novela 'Hamnet' que recrea la corta vida del hijo de Shakespeare e ilumina la figura de Anne Hathaway, la esposa del genio.
Leer la crítica en el sitio web: elperiodico
Laverdad24 March 2021
La autora irlandesa Maggie O'Farrell ficciona con maestría la corta vida de Hamnet, el único hijo varón de William Shakespeare.
Leer la crítica en el sitio web: Laverdad
revistan24 March 2021
La autora irlandesa Maggie O'Farrell novela la vida cotidiana del célebre dramaturgo inglés y el dolor que debió atravesar. Se pregunta cómo eran sus padres y su esposa.
Leer la crítica en el sitio web: revistan
elperiodico27 February 2021
Maggie O'Farrell fabula en su novela en torno a la muerte del hijo del gran dramaturgo inglés.
Leer la crítica en el sitio web: elperiodico
Citas y frases (59) Ver más Añadir cita
marenpergaminomarenpergamino11 November 2022
¿Cómo es posible tener que cerrar los ojos de un hijo muerto? ¿ Cómo es posible tener que buscar dos peniques y ponérselos uno en cada ojo para sujetar los párpados? ¿ Cómo es posible hacer semejante cosa?
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marlluchmarlluch19 March 2023
Eliza piensa que quien diga que la muerte es "serena" o un "apagarse poco a poco" nunca ha visto morir a nadie. La muerte es violenta, la muerte es una batalla. El cuerpo se aferra a la vida como la hiedra a la pared y no está dispuesto a soltarse, no se rinde sin pelear.
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pieldeletra3pieldeletra326 July 2021
Agnes descubre que es más difícil salir del cementerio que entrar. Hay que dejar atrás muchas tumbas, muchos espíritus enfadados que le tiran de las faldas, que la tocan con dedos fríos, que la sujetan con insistencia, penosamente, diciendo, no te vayas, espéranos, no nos dejes aquí. Tiene que cogerse el orillo de las faldas, esconder las manos. También es extraño y difícil pensar que entró en este sitio con tres hijos y sale con dos. Se dice que tiene que dejar a uno atrás, pero ¿cómo va a hacerlo? ¿Cómo va a dejarlo en este lugar de espíritus quejumbrosos, de tejos triste, de manos frías que toquetean?
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RosRos09 March 2023
Las plantas y las uñas conservan todavía la suciedad que acababa de recoger de la vida: polvo en la calle, tierra del huerto, barro de la orilla al río, donde se bañaba con sus amigos hace menos de una semana.
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xenreiraxenreira09 October 2022
"Lo que se nos da se nos puede quitar en cualquier momento. La crueldad y la devastación nos aguardan a la vuelta de cualquier esquina. La cuestión es no bajar nunca la guardia. No creer nunca que se está a salvo."
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Videos de Maggie O'Farrell (4) Ver másAñadir vídeo
Vidéo de Maggie O'Farrell
Hamnet, de Maggie O'Farrell, gran lectura, y Los cinco libro más vendidos de la historia.
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