Suelo decir que antes que escritor soy lector, pero es que antes que lector o que cualquier otra cosa... soy padre. Y quizá por eso Hamnet me ha llegado muy adentro. La novela comienza tranquila como un paseo sin prisa, está bien escrita, vamos conociendo a los personajes, se van entrelazando las dos líneas temporales… hasta que llegan dos capítulos que me emocionaron dejándome el corazón temblando y las mejillas húmedas. Y entonces pensé… Si la autora acaba de edificar las Torres Petronas 192 y 238 en cuanto a intensidad y emotividad, ¿tendrá ladrillos suficientes para igualar esa emoción antes del punto final 340? Era una tarea imposible y en mi opinión no lo logra, pero en cualquier caso Maggie O'Farrell construye un gran final. Le doy cinco estrellas y la promesa de que repetiré con la autora. Hamnet, te recordaré. |