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Crítica de Celia_0504


Celia_0504
19 October 2021
Segunda vez que leo este libro, la primera vez fue en el otoño de 2021. En esta ocasión no lo hago sola, si no bien acompañada en una Lectura Conjunta con mi querida @leer.aqui.ahora. Y creo que dentro de unos años, de cualquier forma, hubiera vuelto a coger este libro. Y es que en su momento “Hamnet” fue una novela que me gusto, pero que tampoco me pareció la maravilla que las criticas y las reseñas aseguraban que era. Pero en esta ocasión, debo decir que mi impresión ha mejorado favorablemente. Leerlo con otra persona, con la que además comparto, gustos y opiniones, ha enriquecido mucho esta lectura. Y me ha hecho darme cuenta de aspectos que la vez anterior me habían pasado desapercibidos.Es una lectura que en ambas ocasiones ha tenido cosas que me han gustado mucho junto con otras que me han resultado muy indiferentes o incluso han llegado a provocarme cierto tedio. Y es que es lo malo de que una novela reciba tantas reseñas positivas y sea tan multipremiada: se crean en torno a ella una serie de expectativas que no siempre se cumplen con todos los lectores. Para mí, la primera vez mi gran problema fueron las enormes expectativas que me había generado esta lectura. Que muchas veces matan aquello que va a leer antes de que te acabes el libro.

Érase una vez la historia de un matrimonio formado por dos personas extraordinarias. Pero él termina por abandonar a su aldea natal para ir a Londres y cumplir su destino de convertirse en dramaturgo más famoso de la historia. Dejando atrás a su familia y a Agnes, su esposa y madre de sus tres hijos. Peculiar e incomprendida por sus vecinos y familiares, Agnes se siente más cómoda en el bosque que con los humanos. Sus sayas y manos están perennemente manchadas de tierra, y sabe instintivamente donde hay agua y como tratar a los animales. Nunca se sabe que piensa o siente. Y se mueve como pez en el agua entre hierbas de todo tipo, con las que prepara remedios para todo miles de males. Pero que no la ayudaran cuando la enfermedad azote su hogar y genere una tragedia familiar que se convertirá en el origen de una de las obras de teatro más importantes de toda la historia.


Lo que me llamo la atención de esta obra (creo que como a muchos otros lectores) deste que salió publicada en español es que su argumento no iba a ser solamente sobre la vida familiar y personal de William Shakespeare, su núcleo central y emocional trata de algo más profundo y universal. Pero al mismo tiempo fue alguien relacionado con Shakespeare (que no él) lo que más me atrajo de este libro… Para empezar por una razón meramente sentimental, porque “Hamlet” fue el primer trabajo que leí de este escritor hace ya más de diez años. Y a día de hoy sigue siendo mi obra shakesperiana preferida. Y para acabar por curiosidad porque hay que reconocer que Shakespeare como ser humano y figura histórica tiene un aura misteriosa y enigmática que llama poderosamente la atención.

Se ha estudiado y se ha investigado mucho sobre la vida del escritor más famoso de todos los tiempos, pero realmente es muy poco lo que sabemos a ciencia cierta de él. de hecho hay muchas hipótesis sobre que este personaje,que realmente existió (y hay pruebas de sobra para refutarlo), no me fue más que la identidad tras la que se ocultó alguien para publicar y producir sus obras de teatro. Sea quien sea, el Shakespeare histórico es un autentico desconocido para el gran público. Sabemos muy poco de su personalidad, gustos y relaciones personales y familiares. Muchas de las cosas que se dan por hecho han nacido a partir de rumores y leyendas que se han ido engrandeciendo o modificando a lo largo de los siglos. Si sabemos poco del auténtico William Shakespeare, imaginados lo poquísimo que conocemos de su esposa, Anne Hathaway. Con deciros, como se señala al final de esta novela, que posiblemente su nombre original era Agnes y no Anne ya os lo digo todo (Aunque a saber cuál era su nombre. En la Inglaterra medieval no se le daba mucha importancia a la grafía de los nombres, cada cual los escribía como mejor les parecía. Incluso una persona podía escribir de varias formas su propio nombre. Dato estulto de la reseña). Y sin embargo, la mitología popular la representado generalmente como una especie de bruja siempre en contra del genio de su marido; una asaltacunas que no paró hasta lograr casarse con un hombre que era entonces menor de edad; que le hizo la vida imposible y le obligó a huir a Londres para crecer como dramaturgo lejos de su sombra asfixiante; una analfabeta indigna de un esposo con quien tuvo una relación fría, lejana y negativa. Y todo eso a raíz de supuestas ideas que se sugieren de algunos sonetos del autor y del hecho de que le legará en su testamento la segunda mejor cama de la casa, algo usual en la época, pues la mejor cama era la que se permitía usar a los invitados, siendo la segunda la que la pareja residente solía usar habitualmente. Pero ese hecho ha sido la excusa para que Anne Hathaway haya sido considerada como un personaje marginal y oscuro al lado de su marido y de la brillante luz de las obras que lego al mundo. Y por eso me ha encantado en las dos lecturas el que se convierta en la protagonista de la historia, que se la dé la oportunidad de mostrarse como un ser humano, con sus matices y sus claroscuros. Históricamente Anne (Agnes) ha quedado siempre relegada, ahora es el turno de que Shakespeare se quede a un lado, y pase a ser simplemente el marido o el tutor, sin que le se le permita usar nombre propio.

Si hay algo que me ha gustado especialmente es la forma de escribir de O'Farrell. O más bien la forma en que sabe crear atmósferas. Tiene algo en su pluma que no se describir más que como cinematográfico. En el sentido de que a medida que leía yo podía ver perfectamente en mi cabeza la escena casi como si fuera una película, y notar el ambiente que ella quería crear, haciendo al lector participe de lo que lee. Y casi con efectos lumínicos y con diferentes ángulos cinematográficos. Es algo que rara vez me ha pasado, y que en esta ocasión he valorado mucho, ha sido el artífice de que me metiera totalmente en la historia en muchas ocasiones, por lo menos en la mayoría de la lectura. En ello también ha tenido gran importancia la forma en que se ha acercado a la historia y a sus personajes, de su pluma intimista y cercana que se recrea en las personalidades y motivaciones de sus caracteres y en las relaciones que se establecen entre ellos. Eso ha hecho de la obra algo profunda y detalladamente intimista. No es un libro que vaya de cosas grandes y profundas, de arte y genios. Es una oda a la cotidianidad, a la cara b de la vida de los genios, al día al día del que surgen los grandes momentos de la historia y del arte. Todo ello justifica que sea una lectura que deba hacerse lentamente, saboreando todos los matices en la prosa de la autora y en las personalidades de sus protagonistas, obligando al lector a que tome nota de todos los detalles y se dé cuenta de que todo lo que aparece impreso en sus páginas tiene una intención clara, o incluso una segunda o tercera.

La gente siempre habla de que esta novela es una reivindicación hacia una mujer opacada por la figura de su marido y despreciada por los estudiosos. Y es cierto. Pero también me parece interesante señalar cómo se pone en foco, ya no solo en ella, sino en el resto de la familia del preceptor. O'Farrell compone en las primeras páginas un cuadro familiar, perfectamente trazado, nítido y claro. Está compuesto por elementos dispares, individualizados y muy detallados, siendo un fresco increíblemente vibrante, cercano y humano. La autora se mete en el ser de cada uno de los miembros de la familia de una manera lúcida y poderosa, y con ellos compone una saga familiar de la Inglaterra de finales del siglo XVI que va desgranándose y engrandeciéndose pagina a pagina . Increíble como con ello, logra a la autora aterrizarnos en la historia, envolvernos en su atmósfera y prepararnos para todo lo que se avecina. Me parece una introducción hecha de una forma poderosa y brutal.

Es realmente una lectura hermosa, desgarradora y profunda a muchos niveles. Hay momentos en los que resulta terriblemente desconsolador leer, O'Farrell sabe guiar con pulso firme al lector por un terreno sombrío y descarnado, tratando temas como el amor, la perdida y el duelo de una forma sensible y hermosa. al principio la lectura resulta de una placidez sospechosa en sí misma, que a medida que van sucediéndose las hojas se va volviendo más turbulenta y descorazonada. Es como empezar a caminar en un campo abierto un día de verano hasta llegar a un bosque sombrío y oscuro en plena tormenta. Y todo para terminar encontrando, casi al final, un refugio seguro, que aunque no parezca el sitio ideal, por lo menos sientes cierto consuelo al llegar a él.

Pero está bien ahí donde surgen las dos cuestiones que han hecho que no sea una lectura que me haya impactado realmente. Por un lado siento que al principio, como he señalado antes, todo empieza de forma muy plácida y se lee muy bien. Hacia la mitad del libro todo va cogiendo un ritmo frenético a medida que la desgracia central va acercándose. Uno tiene la sensación de que la tormenta se acerca, que amenaza con desencadenarse El culmen de la obra es la parte mejor escrita sin lugar a dudas, aquella que se queda grabada en la mente del lector y que le deja totalmente impactado y le hace sufrir y empatizar con lo que lee.

Y después de eso, la sensación que me ha dado es que la novela se queda a medio gas, pierde fuelle. O al menos esa es la idea que me quedo la primera vez que leí este libro. Algunos personajes a los que se les daba mucho peso al principio van perdiendo consistencia hasta desaparecer, y todo coge un ritmo demasiado lento y repetitivo, pasan cosas pero uno siente que no se avanza en lo que es la narrativa. de hecho, el arco de muchos personajes no queda al final bien definido o cerrado. Uno se queda en ciertas cuestiones, personajes y aspectos con ganas de más porque al final se quedan en nada, en las últimas páginas son anecdóticos. Quizás a mí, eso es lo que más me ha desencantado las dos veces que leído la novela, que se pierda ese aire de saga familiar que tenía al principio y que creo que la autora llevaba tan bien en las primeras páginas.

Eso podría entenderse y comprenderse por la propia naturaleza de la novela. de no ser porque a veces me ha dado la sensación de que sobraban páginas. Pero en esta ocasión, mi perspectiva ha sido otra. El cambio de ritmo que O'Farrel introduce en la novela es una herramienta que expresa el duelo y el sufrimiento y conmoción que genera. La falta de protagonismo de otros personajes sirve para resaltar la forma en que el niño difunto se convierte en el protagonista de las vidas de sus padres al morir, la despersonalización del entorno por el ausente. Los demás pierden relevancia respecto a la pérdida y a la forma en que la autora muestra como el matrimonio protagonista empieza a ir a la deriva. Como cada uno de ellos es coger una vía para intentar superar la pérdida de un hijo. La huida o el enraizamiento, no hay término medio, cualquier camino se convierte en un sálvese quien pueda.De todas maneras, me da la impresión de que la propia prosa sobrepasa a lo que quiere decir al lector. Y me parece una pena cuando estamos hablando de una obra en la que se tratan asuntos que son universales porque son, con sus luces y sus sombras, cercanos para todos. Siento que para acercarse a cuestiones tan trascendentes y trascendentales a veces vale con usar una narrativa más realista para el lector.

El final se me ha hecho muy agridulce, y no solo por su propia naturaleza. Las últimas páginas a mí se me han hecho muy repetitivas. Y a la vez me han gustado. Quizás se deba a que ya sabía lo que iba a pasar. No lo sé, pero creo recordar que la primera vez que las leí se me quedó en un final muy pobre y que desentonaba mucho con el resto de la novela. Quizás se deba a que por más que hayan dicho los estudiosos o que defienda O'Farrell me parece muy rebuscado buscar la inspiración de “Hamlet” en la muerte de Hamnet. No sé, me parece todo muy rebuscado y con muy poco sentido, la forma en que la autora lo justifica me parece poco creíble. de ahí que el final me parezca un tanto artificial y que casa poco con el resto de la historia. Porque para mi uno de los puntos fuertes de esta lectura es que es algo muy cercano, un retrato familiar y de una mujer con el que uno, aunque no lo comparta, puede sentirse identificado. pero en cambio, me creo con la forma en que la autora logra conectar todas las piezas de las últimas páginas, como aquello que iba a la deriva, vuelve a unirse de una manera magistral, sencilla y poética.

A modo de conclusión decir que en esta segunda lectura he disfrutado más de“Hamnet” y de la prosa de Maggie O'Farrel. El libro tiene muchas cosas positivas que había olvidado, y la autora escribe de una manera muy íntima y especial, que me ha maravillado mucho más que la primera vez. En ambas lecturas me ha parecido un libro muy bueno. Pero que tiene partes de momento, mis impresiones están siendo las mismas que la primera vez que leí este libro. La primera parte y el principio de la segunda me parecen sublimes, y me maravilla la forma que O'Farrell tiene de llevar al lector a una historia tan anodina y escondida entre las costuras de un hombre tan importante como Shakespeare, y al mismo tiempo, me maravilla como empieza la segunda parte, como de una forma tan cercana, la autora, usa las palabras para llevarnos a lo peor que puede pasarle a una persona. de hecho, los pensamientos de Agnes me parecen que tienen algo muy Shakesperiano, pero llevados a una esfera más íntima y cercana para el lector.

Pero a partir de ahí, me volvió a pasar un poco lo mismo que en la primera lectura: empece a notar como todo iba progresivamente cuesta abajo. Toda esa parte del principio de la segunda parte, me parece que tiene algo tan angustiante que me ha dejado muy cansada de leer. Hay momentos en los que resulta terriblemente desconsolador leer, O'Farrell sabe guiar con pulso firme al lector por un terreno sombrío y descarnado. Pero que para mi está teniendo algo de artificial. Es como si después de ese climax Shakespiriano a la autora le hubiera costando recuperarse o encontrar el ritmo. Tiene sentido lo que quiere hacer para demostrar el duelo y el desarraigo que produce, la presencia total de quien ha fallecido. Pero Hay demasiadas partes irregulares, y es una pena porque me parece, como he dicho antes, que hay cosas realmente buenas en este libro y que la forma en que se acerca a la vida de Shakespeare es novedosísima. Y necesaria. “Hamnet” ha sido una lectura que ha tenido algo de lejano e inalcanzable. Como lo tiene la Agnes de O'Farrell. Como lo sigue teniendo la figura histórica de Shakespeare. Como lo tiene Hamnet, un joven que podría haber sido uno de tantos más muerto en la niñez, pero que fue inmortalizado en una de las mejores obras de teatro jamas escrito. Pero a la vez ha tenido algo demoledoramente cercano, por los temas que se tratan en ella y por como se manejan. Temas eternos, da igual que vivas en el siglo XVIII o en el XXI y que Shakespeare trato también en su momento, justificando su importancia y fama imperecederas.

Ah, por cierto. Se me había olvidado lo bueno que es el capítulo de la pulga. Es una auténtica maravilla como está escrito, la forma en que la autora hace de algo tan banal todo unido una odisea, como logra imprimir a ese viaje todo el drama que con lleva. La forma en que logra que esa tensión vaya en aumento según van sucediéndose las diversas etapas del viaje. Simplemente hay que ser muy buen autor para lograr de algo tan pequeño algo tan grande.
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