Temporada de huracanes

Había escuchado mucho de esta novela, con comentarios positivos y otros no tantos. Todos tienen algo que decir.
A mí al principio me chocó bastante, sobre todo el estilo tan crudo y el lenguaje chocante, soez... Tal vez por las diferencias culturales, idiosincrasia, esas cosas. Mucha violencia, casi locura.
Al avanzar la lectura nada de lo que había percibido al principio cambió, seguían ahí las palabras crudas, las escenas no aptas para sensibles, la violencia, la degradación moral, la desesperanzas, la sordidez de todo el pueblo, pero si cambio mi mirada... Y es que está es una novela deprimente, triste, descorazonadora, con tanta miseria humana que desgarra, pero la pluma de Fernanda Melchor te mantiene con la nariz en el libro, con esa manera tan suya que parece que te cuenta un chisme de barrio, pero realmente se tarta de la vida de mucha gente. Es un estilo así como huracanado, con rachas, con círculos concéntricos de las historias, una novela coral, sin cierres, sin determinantes, en fin.
Es como si por ese lado del mundo solo hubiera lucha, desmadre, drogas, alcohol, sexo, es un círculo vicioso que se perpetua, del que ningún personaje escapa y la verdad, es muy descorazonador.
El lenguaje de la obra es otra singularidad, no conocía la mayoría de las palabras, aunque se intuían malsonantes y entendía perfectamente lo que querían decir.
Otra singularidad es que la.novela está escrita en bloques, sin diálogos acotados pero por raro que parezca no se me hizo pesado porque sabes quién dijo qué... Aunque abruma un poco no tener una pauta de pausas, cuando regresaba al libro después de una parada en la lectura siempre estaba un poco desubicada, paraba de leer justo en medio de un párrafo porque no había marcas para parar.
Da la impresión que si nosotros viviéramos en La Matosa, fuéramos como todos esos personajes, y no viviéramos en el ojo de ese huracán, sino en sus bandas de alimentación, con la locura desatada y girando a tanta velocidad que terminaríamos igual de mareados que La Bruja, Chavela, Norma, Brandon, Luismi y cualquier otro personaje.
En general me dejó una sensación descorazonadora, sin luz al final del túnel, solo la luz que el Abuelo les enseña a los que llegan los nuevos.

Cuando se avecina tormenta hay una tensión especial en el aire, así se lee esta #Temporadadehuracanes" de @FernandaMelchor, editada por @RandomHouseMondadori. Lo de menos es la aparición del cadaver de una "bruja" en este Mexico profundo y terrible. Lo de más la descripción de estas realidades donde se mezclan la miseria, la superstición, la droga para huir de las mismas, el ejercicio del poder a través del sexo, el abuso de menores, los embarazos indeseados...Es un frenesí acentuado por la técnica de la autora. Todo lo que escatima de puntuación, lo vierte en palabras más o menos precisas, más o menos soeces que forman parte del retrato de la sociedad reflejada. Usa modismos mexicanos, pues claro, transcurre en Mexico. Toda una experiencia lectora. No sabemos que hará Netflix con su versión, mientras tanto leanla. La imaginación lectora supera todos los spoilers. Despues, podemos aprovechar a repasar algunos clásicos hispanoamericanos
Enlace: https://liburutegiak.cms.eus..

Es este uno de los comentarios más incómodos que he escrito para una novela, y no solo porque la autora fuera tan amable de firmarme mi ejemplar, o porque la abrumadora unanimidad de la crítica me deje a mí en tan escasa compañía, o porque toda denuncia de la situación de las mujeres o los homosexuales, de cuya crítica no se libran ni ellos mismos, en un mundo estructuralmente pobre, violento, corrupto, machista, homófobo y supersticiosamente religioso o religiosamente supersticioso, sea siempre muy necesaria, sino también porque su estilo debería haberme gustado tanto como me gustó en otras obras con las que la autora se siente en deuda, como El otoño del Patriarca que ella misma menciona en sus agradecimientos.

Ninguna de esas razones de mi desencuentro son, por supuesto, el lenguaje soez, apropiado al tipo de personajes que protagonizan el relato, ni las numerosas escenas de sexo, muchas veces brutal y alguna vez quizá algo gratuita, ni los muchos modismos locales que, sin entenderlos explícitamente, se intuyen perfectamente en el contexto dotando a la narración de una musicalidad que quizás apreciemos más los no acostumbrados a tales formas. Tampoco soy de esos lectores a los que les repele la brutalidad de la sociedad que la autora describe ni que saque a la luz sus muchas lacras: pedofilia, travestismo, prostitución, narcotráfico…

Y así sigo, quebrándome la cabeza para descubrir las razones de mi desapego con la obra. Bien pudiera ser que todos esos factores, en principio positivos, hayan intensificado, por contraste, la frialdad que me ha transmitido la novela, como si todo el esfuerzo estilístico que ha realizado la autora hubiera sido inútil para encajarlos debidamente, quedando todo excesivamente desequilibrado hacia unos personajes carentes de contrapunto a tanta abyección, sin las aristas y planos diversos que los dotara de volumen y, en cierto sentido, de humanidad. Será por eso que, aunque tengo la seguridad de que nada de lo que describe es exagerado, no me ha sonado a verdad.

Agonía, claustrofobia, dolor, oscuridad, la realidad de una sociedad que lucha por sobrevivir, aunque la vida de unos implique la muerte, física o mental, de otros. Me costó un poco sumergirme en la forma de contarnos de la autora, pero una vez te acostumbras a ella, no puedes dejar de pasar las páginas. Una historia que no nos deja respirar, una cruda realidad que nos sobrecoge. Un hecho que va hilando diferentes historias a su alrededor para acabar revelando el final. Una lectura que incomoda al lector.

"Le decían la Bruja. Antes, cuando la madre aún vivía, le decían la Bruja Chica. Fueron los días previos al deslave del año setenta y ocho cuando se quedó sola en esa casa que visitaban los viernes las mujeres"

Así empieza esta novela corta y dura, afilada como un cuchillo, para contarnos desde sus propias voces interiores, la historia de los involucrados en la muerte de la Bruja Chica. Estamos en La Matosa, poblado ficticio de Veracruz, sumido en una eterna sequía y un calor abrasador que vuelve loca a la gente.

Frases eternas y párrafos sin fin, cada capítulo es un monólogo que se podría leer de corrido y que nos mete de lleno en la mente de personajes perdidos, hombres y mujeres abocados a la droga y a relaciones insanas como vía de escape a la falta absoluta de futuro u oportunidades.

Personalmente, al principio me costó dejarme llevar por un estilo que es como un torrente, y que recuerda a referentes claros como McCarthy, Mariana Enríquez (@marianaenriquez1973) e incluso con ecos de realismo mágico a lo Juan Rulfo. Lo que parecía un crimen y (eso esperaba yo) su investigación o resolución, acabó siendo otra cosa totalmente distinta. Pero en cuanto avancé un poco y comprendí la estructura, y lo que Fernanda Melchor quería realmente contar (que no es el asesinato en absoluto), empecé a disfrutar de su estilo e incluso a admirarlo.

La recomiendo sin paliativos para cualquier adulto, no utilizaré el manido "de estómago fuerte", porque considero que una buena historia como ésta (por dura que sea) le aporta a cualquiera, es necesaria, está brillantemente escrita, es en definitiva un grandísimo libro.

He terminado Temporada de huracanes, de Fernanda Melchor, debo confesar que me costó engancharme en la trama pero cuando comprendí de qué iba fue una lectura rápida e impactante.
Es una novela con profundo contenido social y con la crítica que la denuncia de esas situaciones genera.
Un huracán es un viento impetuoso que produce destrucción o grandes males que se mueve en círculos y que a medida que avanza estos amplían su diámetro. Nacer en un hogar pobre y disfuncional es un huracán y a medida que crece ese niño amplia su espacio de destrucción de vidas y esperanzas.

Lo vemos claramente en la vida de Luismi, en los capítulos relatados en tercera persona vemos la destrucción de su vida y de sus esperanzas.
Pero cada uno de los personajes que relatan su peripecia vital son huracanes en sí mismos que van chocando con los de los demás y ampliando la destrucción.
La novela comienza con el hallazgo de un cadáver por un grupo de niños y en su transcurso del relato conocemos como se gestó su asesinato. Un huracán es también, una persona impetuosa de obrar violento y rápido, en este caso las causas de éste asesinato se van construyendo pacientemente.
Normalmente los noticieros nos dan cuenta de asesinos como delincuentes que tienen "profusos antecedentes", pero aquí no hay villanos extremadamente malos, es una novela de grises, de toda esa variedad de grises que hay entre el negro y el blanco. Porque con la lectura vamos asistiendo a la transformación de los personajes y a la muerte de sus esperanzas de salir del círculo del o de los huracanes que se van superponiendo.
El asesinato del principio, es al final, la consecuencia de la acumulación de esperanzas muertas.
La novela es una montaña rusa  para las emociones del lector, los capítulos son párrafos únicos hacen que la lectura sea rápida y continua y que golpea en cada oración la sensibilidad de quien lee.
Puede chocarnos el lenguaje soez y explícito que usan los personajes, pero es un lenguaje realista. No sería la misma esta novela si el relator fuera un tercero culto y omnisciente.
Déjense llevar por el relato y al final habrán sufrido con los personajes de ésta gran novela.
¿Disfrútenla o súfranla? Pero léanla.

¿Por dónde se empieza a hablar de un libro que te pasa por encima y te deja temblando y en ruinas? Mi primera aproximación a Fernanda Melchor me deja agotada pero extasiada. Fascinada ante la aproximación a lo más oscuro del ser humano que plantea y al mismo tiempo, contenta de que no todos los libros sean así porque te deja sin esperanzas ante el horror que presencias.
 
‘Temporada de huracanes' es un libro para leer a pecho descubierto, dejándose arrastrar por el flujo incesante de frases infinitas (no hay párrafos, aviso) y la musicalidad y descaro de un lenguaje, que, aunque toma distintos registros, siempre es puro México. Lleno de expresiones y vocabulario nuevos para mí y sin los cuales, no puedo imaginar esta novela. El lenguaje actúa así, no solo como herramienta narrativa, sino también que forma parte de la ambientación.
 
Y es que Melchor ambienta su novela en La Matosa, una localidad ficticia pero que podría ser cualquier lugar de las cercanías de su Veracruz natal. Este espacio se presenta como un lugar que no ofrece ninguna oportunidad a sus habitantes, cuya vida gira en torno a la violencia, el alcohol, las drogas y el s*xo. La Matosa se presenta como un espacio sin salida, con la excepción tal vez de la muerte. ¿Acaso una suerte de purgatorio? Un lugar donde todo se pudre, lleno de una suciedad y decadencia que te cala hasta los huesos. Un microcosmos donde prima la misoginia, la violencia está implantada en la sociedad como normal y no tiene consecuencias, perpetuándola; donde los rumores demonizan a inocentes, la homofobia y transfobia campan a sus anchas y los abusos están a la vuelta de la esquina.
 
A partir del descubrimiento del cadáver de “la bruja” del pueblo en un cañaveral, con un fluir de narradores, iremos montando un puzzle que permite conocer tanto a los personajes implicados en el crimen como una imagen completa de la vida en La Matosa. Así, con cada narrador, lo sucedido hasta entonces cobra nuevas dimensiones, convirtiendo a cada personaje en un ser poliédrico, como somos todos en realidad. Es curioso, además, como dentro de esta polifonía de voces narradoras, nunca escuchamos a algunos de los personajes protagonistas y sin embargo, no se echa en falta porque Melchor ha hilado todo con una precisión digna de un reloj suizo.
 
A pesar de que todo comienza con un crimen, no penséis ni por un momento que se trata de una novela negra. La intriga no gira en torno al quién cometió el crimen, sino que busca ahondar en el porqué. ¿Cuál es el origen del mal? Y así, tirando y tirando del hilo, se crea algo así como una “cadena de culpas” que te hace comprender cada crimen cometido en la novela. OJO, no perdonar, no empatizar, no justificar. Si no, comprender y, si acaso, sentir algo de lástima por quienes acaban cometiendo actos terribles, y esto rompió mis esquemas. ¿Y si la maldad es consecuencia de algo de lo que los personajes no pudieron escapar?: dónde nacieron, cómo son sus familia, su educación, qué oportunidades tuvieron… No es casualidad que todos los personajes estén dañados, rotos, por decirlo de alguna manera, en un lugar donde crecer y vivir con amor o cariño no parece posible. Lo dicho, esta novela te pasa por encima.
 
Toda la trama está narrada con una enorme sordidez y crueldad, varias escenas que causan horror y repulsión, que te hacen querer apartar la mirada (abusos, violencia, pederastia…), olvidar lo que acabas de leer. No escasean los crímenes, la violencia se muestra de forma directa, especialmente contra las mujeres, sin importar la forma: física, sex*al, psicológica, doméstica, de género; y proveniente de casi todas partes: de los hombres, desconocidos o no, del interior de las propias familias, de las instituciones, de los desastres naturales…
 
Una novela llena de detalles, simbologías a desentrañar (serpientes, la figura de las brujas, la conexión del río y la muerte…), una modernización de los cuentos clásicos (en palabras de Melchor) para hablar y denunciar la violencia en México y ahondar en el origen del mal.
 
Me dejo cosas en el tintero pero… no veo cómo abordarlas sin destripar la novela. ‘Temporada de huracanes' puede gustarte o no, pero es imposible no admirar el control de Melchor sobre la narración, su capacidad para construir personajes y ahondar en el origen del mal, su forma de introducir giros y nuevas capas con cada capítulo. Una novela que ha requerido toda mi atención y mi aire, y me ha parecido magistral y redonda.
 
WOW. Qué libro

Me ha pasado algo muy raro con Temporada de huracanes, de Fernanda Melchor. Normalmente cuando no conecto de inicio con la manera de narrar (sobre todo) y con la historia, por más que avance no cambia mi impresión. Este caso ha sido una excepción: en sus 20 primeras páginas me abrumó bastante; su forma de escribir y no saber muy bien qué me quería contar me llevaron a pensar incluso en abandonarlo, y seguramente así hubiera sido si hubiese sido un libro cualquiera que hubiese sacado de la biblioteca sin conocerlo, pero al saber que esta novela había gustado tantísimo a mucha gente, decidí darle esa segunda oportunidad (sí que es verdad que había leído muy poco y seguramente necesitaba más antes de tomar una decisión).

Una vez pasado ese primer bache y tras habituarme a esa rara manera de narrar, y con la trama un poco más despejada, ahí sí empecé a disfrutar de esta novela, al nivel de que caían las páginas una tras otra. No, no lo veo como una lectura para leer tranquilamente en la playa, pero tampoco le veo mucha complejidad, simplemente es conectar con la narración.

Media reseña y no he dicho nada todavía... En fin. Una historia dura, con la que se sufre, donde vemos en muchos casos cosas horribles, lo peor del ser humano, y encima con un lenguaje que cuadra con lo que se nos cuenta.

Aunque nunca pensé que diría esto después de esas primeras páginas, he disfrutado mucho leyendo este libro, me ha enganchado mucho y he acabado comprendiendo el porqué de su fama, de sus buenas reseñas en general y de lo que se comenta de la voz de Fernanda Melchor.

Me ha encantado. No me atrevo a recomendarlo a la ligera a todo el mundo, porque creo que a mucha gente no le gustará (y lo veo totalmente normal, por supuesto). Yo he entrado en su juego, vaya si he entrado...

Me he dado cuenta de que no he dicho de qué cojones va, pero bueno, casi que eso es lo de menos, leed otras reseñas y os irá mejor 😅🤣.

"Temporada de huracanes" de la autora mexicana Fernanda Melchor🇲🇽
☆Páginas: 224.
☆Editorial: @penguinrandomhouse

•Reseña:
Una bruja asesinada, un tesoro codiciado y un pueblo cómplice.
Cuando encontraron el cuerpo de la hechicera tapado por bolsas de basura, con el cuello rebanado, flotando a la deriva en un canal olvidado, los pobladores de la Matosa sintieron alivio por los secretos que serían enterrados con ella e indiferencia, un cuerpo extra a la gran lista de crímenes impunes, solo que en ésta ocasión hay una testigo dispuesta a hablar...
Por un lado era esa bruja a la que los pobladores temían y odiaban, la que por unos pesos podía crear sortilegios, rituales endemoniados e invocar espíritus vengativos. La que se encerraba por años y luego salía sin más, como si los gritos espeluznantes que lanzaba por la noche no atemorizara a todos, como si su mera presencia indecente pasara desapercibida a los ojos de la moral dudosa colectiva.
Y por el otro, era la que ayudaba sin cobrar a las mujeres desesperadas que no deseaban tener hijos, la que curaba el empacho de los pequeños, la que escuchaba las penas de las prostitutas heridas. La que siguió con el legado místico de su madre como curandera.
"La bruja Chica" era inteligente para los negocios por naturaleza pero los pobladores atribuían su ingeniero y existencia al diablo. La pobreza e ignorancia ayudaba a que la vieran con ojos supersticiosos.
•El libro tiene diversos puntos de vista del hecho (sus guías serán los propios personajes: Yesenia, Munra, Norma y Brando), que en conjunto van a formar el cuadro final del crímen. Desde el principio nos introducimos en la trama sabiendo que hay un muerto, a partir de ahí la historia retrocede a tiempo antes de que suceda el delito.
•"La Matosa" es un poblado hostil, con grupos de narcotraficantes, corrupción policial, machismo y violencia verbal/física. Viciado por un calor infernal, asfixiante. En estas tierras la vida para las mujeres es dura, esclavas de su biología, explotadas laboralmente y golpeadas. El sufrimiento es una característica visible en ellas, pero jamás en los hombres, quienes fluyen libres con la decadencia.
Retrato duro y real. 4/5🌟🌟🌟🌟

Me resulta difícil hacer una reseña de este libro. Igualmente me resultó difícil meterme en él. Creo que principalmente por el lenguaje, un mexicano coloquial que resulta a veces complicado, como cuando empiezas a ver una película latinoamericana y al principio no entiendes casi nada, hasta que se te hace el oído. Pues igual. Además la autora escribe sin ningún interés por ser concisa, se regodea, profundiza, extrae, analiza, y todo con frases taaan largas que pueden a llegar a ocupar una hoja. A pesar de esto no es lento ni pesado.
La historia empieza cuando encuentran el cadáver de la Bruja, así es conocida en el pueblo, y a partir de este hecho la conoceremos a ella y todos los personajes relacionados con su vida y muerte.
Está lleno de violencia, principalmente sexual, y bastante explícita pero no morbosa.
No creo que sea una novela recomendable para todo el mundo pero a mí me ha gustado lo suficiente como para querer seguir conociendo la obra de Fernanda Melchor.