Otra vuelta de tuerca

“Yo misma fui la que decidí caer en la dulce trampa de sus juegos. Vivíamos en un mundo de música, de mimos, de pequeñas representaciones teatrales” ~ Otra vuelta de tuerca de Henry James.

Una institutriz llega a Bly para cuidar de Flora y Miles, dos hermanos huérfanos que viven con su tío, un hombre que no quiere que se le moleste, y con la señora Grose. Pronto la institutriz comienza a detectar que sucede algo extraño en la casa y llega a la conclusión de que hay dos fantasmas que acechan: uno es Peter Quint, ayuda de cámara del tío de los niños; y el otro es la señorita Jessel, la anterior institutriz. Y está convencida de que vienen a hacerle algo malo a los niños.

Todo está narrado de una forma muy etérea que no sabes si pasa o no pasa; si es realidad o fruto de la imaginación de la institutriz que narra la historia en primera persona. Porque aquí nadie niega ni afirma nada. La verdad es que no me ha gustado y no lo ha hecho precisamente por la que se supone que es su parte fuerte: ese lenguaje abierto, las situaciones veladas, todo sobrentendido. de hecho está todo tan sobrentendido que yo no he entendido nada. Acabé el libro y no sabía ni lo que había leído. Os lo digo todo.

Reconozco que tiene algunos puntos, algunas escenas, que me han parecido fantásticas pero realmente saliendo de ellas, ni frío ni calor, aunque más bien frío. No sé si Henry James se pasó de vuelta de tuerca o qué pero solo puedo decir que yo acabé el libro y dije “que alguien me lo explique”.

Clásico de novela victoriana dobre una mansión encantada donde es contratada una institutriz para dar clase a dos niños huérfanos. Así a primeras parece muy interesante, al menos para los que nos gusta él terror.

Además había visto con anterioridad la serie "La maldición de Bly Manor", basada en su historia; así que sabía que la trama de la novela me iba a gustar.

Pero tuve que abandonar la lectura, la forma en que está narrada me desespera, ya que para decir una acción o una descripción da muchas vueltas. No está mal escritor, por algo es un clásico... Pero sinceramente yo prefiero una narración más directa.

Creo que por fin pude cerrar un ciclo con la historia de los pequeños Miles y Flora. He terminado de leer Otra Vuelta de Tuerca por Henry James, y al igual que lo hizo su adaptación a serie original de Netflix, me ha dejado destrozado. Pero no del mismo modo, La Maldición de Bly Manor (o, mejor dicho, Cry Manor) me dejó llorando durante días, pues como la mayoría podrá confirmar a estas alturas, quedamos todos payasos al creer que íbamos a ver una historia de terror. Pero volviendo al libro, la razón por la cual este me destrozó, es porque el golpe de efecto justo en la última línea es demasiado impactante. Les juro por dios que cuando llegué al último renglón y vi lo que exactamente ocurría en ese momento, lancé un grito ahogado y me llevé las manos a la cara. El libro se me cayó de las manos y simplemente no podía procesar lo que acababa de leer. Lo que acababa de ocurrir justo en la escena final. Tuve que quedarme un momento mirando a la nada tratando de procesar lo sucedido. Y entonces cuando volví en mí mismo, inmediatamente me puse a leer el epilogo que incluye esta edición y que afortunadamente nos explica un poco acerca de lo que el autor quiso demostrar al escribir esta “obrita” como el mismo la describe.

Vale, intentaré ser un poco objetivo. Otra Vuelta de Tuerca narra la historia de una institutriz que llega a Bly Manor para encargarse del cuidado y la educación de los pequeños Miles y Flora, quienes quedaron huérfanos después de que sus padres murieran en un trágico accidente. Ahora ellos dependen económicamente de su extravagante tío quien nunca va a visitarlos. Con ellos también se encuentra la señora Gross, quien es la ama de llaves de la mansión. Y también será quien ayude a la nueva institutriz a adaptarse a las extrañas situaciones que rodean a los misteriosos hermanos. Nuestra protagonista, quien nos cuenta la historia en primera persona, pronto se dará cuenta que oscuros secretos habitan en la mansión y amenazan con tomar a los niños, por lo que ella hará todo lo posible para evitarlo, incluso si le creen o la toman como demente.

Por lo que tengo entendido este libro marca un antes y un después en las historias modernas de fantasmas, y aunque puede que no sea el mejor, creo que es un buen punto de partida para todo lo que vino después. Henry James ni siquiera sabía lo que estaba haciendo con esta historia y por lo que pude entender, ese es el motivo por el cual tantas cosas se dejan abiertas o sin conclusión. El autor se tomó la libertad de experimentar con estos personajes, lo cual lo llevó a escribir ese final tan tremendo, porque quería ver cómo íbamos a reaccionar. Y como me encantaría decirle que más de cien años después, su obra aún tiene el poder que él esperaba lograr.

Volviendo ya a tocar la serie. Madre mía, ambas historias comparten los mismos personajes y la misma premisa inicial, pero la dinámica y el desarrollo de las tramas es muy pero muy diferente, si ya vieron la adaptación de Netflix y ahora van a leer el libro, no esperen lo mismo porque no lo van a encontrar. La serie hizo una muy buena adaptación de la historia, respetó su esencia y su propósito, he incluso yo me atrevería a afirmar que la mejoró. Pues en el libro, como ya mencioné, muchas cosas no son explicadas y dudas de muchas situaciones, mientras que la serie se toma el tiempo de desarrollar las motivaciones de cada personaje, lo cual provoca que sientas empatía y te encariñes con ellos.

En fin, amigos, siento que ya no me queda nada más que decir, más que espero de verdad que le den una oportunidad a este libro tan increíble y a su maravillosa y desgarradora adaptación a serie en Netflix. Y cuando vean La Maldición de Bly Manor, no se esperen los clichés del terror, solo déjense llevar y aprecien la más bella historia de amor que nos han entregado, porque solo con amor, nuestros personajes sobrellevarán los traumas y el terror de la perdida.

Hoy os traigo un clásico del terror gótico al que le tenía muchísimas ganas y me ha fascinado.

En esta historia conoceremos a la joven institutriz que deberá hacerse cargo de Miles y Flora, dos niños huérfanos a los que cogerá cariño desde el primer momento y a los que querra proteger de los extraños sucesos y apariciones que comienza a ver en la mansión de Bly.

Una historia con una ambientación maravillosa y perturbadora. Llena de intriga y misterio que nos hará plantearnos durante la narración hasta que punto realmente esas apariciones son reales o están en la mente de la institutriz, también si de verdad los niños son tan inocentes como parecen a los ojos de ella.

Ha sido una historia que me ha encantando y es uno de esos libros que creo que en una primera lectura no se le saca todo lo que tiene y que en una relectura seguro que lo veré desde otro punto y disfrutaré de nuevo.

Sin duda, pasa a colarse entre mis clásicos favoritos 😍.

Este es otra novela de su colección austral esenciales. Pequeñitos y muy cucos que caben en cualquier sitio y con apenas 147 páginas. Como en otros libros se compone primeramente de una pequeña biografía del autor, este en particular viene con una nota a esta edición y seguido de la novela.

Un clásico del mundo del terror psicológico y misterio que no conocía y me ha gustado bastante.

La historia empieza cuando una institutriz llega aun casa de campo donde debe cuidar de una niña llamada Flora y de su hermano, Miles, ambos huérfanos de padres, el cual es expulsado del colegio por un motivo algo ambiguo que podremos ir conociendo a medida que leamos la historia. El único requisito que le piden es que no moleste al tio de los niños con cualquier motivos sobre los mismos. le da absoluta libertad para criarlos como quiera. Pero lo que a ella le parecen dos angelitos y algo bueno se irá convirtiendo en algo aterrador.

Encontrará a una amiga que escuchará sus historias, miedos y visiones en el ama de llaves que lleva años trabajando ahí y iremos descubriendo que o quien se encuentra en estas apariciones fantasmales
que hay en la obra.

No os puedo contar más ya que es muy cortita y se lee súper rápido, además la traducción facilita mucho la lectura de la misma.

Si te gustan las historias góticas este es tu libro. Se trata de una novela muy corta que podría leerse de una sentada si te entiendes con el estilo del autor (el rey de las subordinadas, dentro de subordinadas, dentro de subordinadas…). A mí me ha llevado un par de días, pero le he cogido el ritmo.

En esta novelita la ambientación es clave, y contiene todos los ingredientes necesarios para un rato de inquietud sin llegar a pasar miedo: la mansión solitaria, los niños turbios, las muertes misteriosas, los fantasmas…

Douglas es el guardián de la historia de una institutriz que aceptó un exigente, pero muy bien pagado, puesto para custodiar a los sobrinos de un hombre que está dispuesto a poner los medios necesarios para su bienestar y educación, pero que no quiere saber nada de las criaturas.

Los episodios más tensos son sistemáticamente introducidos entre una vida cotidiana aparentemente muy deseable pero que, nos mantiene alerta por un recurso que el autor utiliza nada más iniciar la historia y que me parece muy acertado, sin el cual no habría tenido el más mínimo interés en llegar al final del relato.

La pega que le encuentro es un final innecesariamente abrupto, siendo una novela tan cortita podría haber concretado algunas cosas más que, para mí, son necesarias. He llegado a pensar que a mi edición le faltan páginas, pero he comprobado que no es el caso.

Estoy seguro que, ponga la nota que ponga a esta novela, la cambiaré con el tiempo. Porque tengo metido en la cabeza una palabra que puede resumir en su totalidad lo que supone leer este clásico entre los clásicos de novelas fantasmales: Desconcierto.
Y ese desconcierto viene de muchos frentes. Por un lado, la tremenda exigencia que supone leer una lectura de este calibre. El escritor escribe de una manera sublime, tanto que me resulta imposible avanzar en la lectura sin tener que releer una y otra vez alguno de los pasajes. Sus descripciones de lo que acontece, tanto real como imaginado, requieren de una lectura serena y dispuesta pero no siempre dispones de esa condiciones para poder llevarla a cabo.
Y por otro lado la exigencia la pone James directamente en el lector. ¿Qué es lo que acabas de leer? Te habías hecho una idea en tu cabeza y, ciertamente, es algo completamente distinto a lo que esperabas. Porque este libro es de fantasmas, ¿verdad? ¿O le damos otra vuelta de tuerca? Cualquier libro que consiga esa sensación en mi ya tiene garantizada una estrellita de más en la valoración. Pasarán horas esta noche, y estoy seguro que en los próximos días, en los que me pase buscando las interpretaciones de otros lectores para ver si son semejantes a las mías o para darme cuenta de detalles que se me han pasado desapercibidos. Y todo eso garantiza una nueva relectura, si no mas, porque estoy completamente seguro que mis deducciones serán distintas en la siguiente inmersión a la obra.
Cuando te planteas eso, la relectura, la ambigüedad, la capacidad del escritor para volarte literalmente la cabeza con una pequeña historia llena de matices e interpretaciones, empiezas a entender el por qué de la magnitud de esta obra y , de paso, le guardas un rinconcito en tu colección de libros que no te dejarán nunca indiferente.
¿De qué va la historia? Pues de lo que tú quieras y de lo que yo, en estos momentos quiero.

Relectura antes de ponerme con la serie y madre del amor hermoso, como amo este libro. de los que más terror me ha provocado en mi vida lectora, ¿lleno de tópicos y clichés?: fantasmas, casa encantada, institutriz... ¿o quizá no?, quizá es que todos han bebido de esta novela y es la fuente. Escrito a finales de 1800, es de un lenguaje fluido y nada denso, dependerá también de la traducción, muy cortito, para devorar y pasar miedito en una noche de tormenta a la luz de una vela. Y sobre todo, lo que más me gusta de esta novela, es ese punto contradictorio, que nos hace pensar si lo que está ocurriendo es real o no, un ardid literario increíble para la época en que fue escrito, dejar todo abierto a la interpretación del lector. Tiene versión cinematográfica, la película "Suspense", un clásico de 1961, y bueno, se dice que muchas películas a lo largo de la historia han mamado de ella, por ejemplo, la famosa "Los otros" de Amenábar. En todo caso, si os gusta el terror de verdad, no tenéis excusa, dejaos de tanto Stephen King (y os lo dice una que lo adora) y disfrutad de lo bueno.

‘Otra vuelta de tuerca' (1898. Uve Books, 2017) de Henry James (1843-1916) es una fascinante historia de fantasmas a la que tenía unas ganas increíbles de hincar el diente desde hace mucho tiempo y que me ha encantado.

La ambigüedad con la que James juega a la hora de apuntar si las apariciones de Quint y Jessel son reales, ya que aparentemente solo los ve la institutriz, o si por el contrario, son producciones de su mente neurótica, ha provocado que los críticos tomen dos posturas muy diferentes:
- la primera está apoyada en el testimonio del propio escritor, que en sus notas de trabajo escribió que se inspiró para esta historia en un relato que le hizo el arzobispo de Canterbury acerca de unos niños que son atormentados por los espíritus de unos criados que pretendían apoderarse de sus almas. Visto así, habría que considerar que nuestra pareja diabólica regresa de la muerte para destruir moral y físicamente a esos niños a los que, mientras convivieron, habían tratado de corromper. Ante esto la institutriz intenta salvarlos a toda costa y preservar su inocencia.
Es más, la vuelta de tuerca -entendida como giro repentino que modifica el curso natural de alguna cosa- que da título a la obra, no es solo, como se dice en el prefacio, que un par de niños “a una edad tan tierna” sean víctimas de unas apariciones malignas en un relato de terror, sino el hecho de que tales niños no sean tan inocentes como parecen y que bajo esa apariencia angelical se oculten unos seres perversos que tratan de desequilibrar y destruir, aliados con los fantasmas de sus viejos amigos, a la inexperta institutriz.
No nos olvidemos que los motivos de la expulsión de Miles del colegio son bastante perturbadores y que en algunos momentos parece tratar de seducir a la joven preceptora.
- la segunda, influida por el psicoanálisis freudiano, vendría a decir que la institutriz es una joven reprimida sexualmente, una histérica educada en la más estricta disciplina anglicana, que debido a la frustración que siente al no poder satisfacer sus deseos respecto al tío de los niños, a las informaciones que recibe acerca de las oscuras relaciones establecidas entre Quint y Jessel, e incluso a la insana atracción que siente hacia Miles, sufre de alucinaciones y cree ver muertos. Apoya esta opción la propia personalidad de la joven, emocionalmente inestable, ansiosa, hipersensible, un poquillo egocéntrica y con una autoestima algo subidita, y el hecho de que parece que nadie excepto ella ve a los fantasmas.

Tal vez lo que quiso James es que fuésemos cada uno de los lectores de esta historia los que decidiéramos, en caso de atrevernos, si los fantasmas eran reales o era la institutriz la que estaba de atar.
Por otro lado, el hecho de que la historia de lo que sucedió en Bly no nos llegue directamente a través del relato de la protagonista -de por sí, obligatoriamente subjetivo-, sino por la transcripción que hace el narrador de un manuscrito transmitido a su vez por otro personaje que había conocido en su juventud a la institutriz -y de la que se había enamorado-, hace que no podamos afirmar con seguridad que los acontecimientos que se nos han narrado ocurrieran de ese modo. ¿Qué es esto sino otra vuelta de tuerca que James da a la forma de narrar una historia?
Y bueno, no hablo de otra vuelta de tuerca para no desvelar más detalles, la de la institutriz, que aprieta y aprieta y aprieta a los niños con el fin de averiguar la relación que tienen con los fantasmas y, sobre todo, cuál fue el comportamiento que provocó la expulsión de Miles del colegio.
Para terminar, deciros que la edición de Uve Books es muy bonita, bellamente ilustrada por Sandra Márquez, pero hay algo que no me ha gustado: la traducción. James tiene una forma de escribir muy compleja, llena de sutilezas, y en esta ocasión me ha resultado muy dura, como envarada, rígida, plana. Además, la traducción de algunas palabras y expresiones me han dejado ojiplático, como por ejemplo, traducir “country parson” como “párroco local” en lugar de “párroco rural”, que creo más acertado, o “the tea things” como “los aperos del té” en vez de “el servicio del té” o “las cosas del té”, porque vamos, aperos son, como señala el Diccionario de la RAE en su primera acepción, un “conjunto de instrumentos y demás cosas necesarias para la labranza”…
No soy ningún experto, tal vez estoy acostumbrado a otros traductores de James, lo que se es que al terminar el libro me fui a buscar otras traducciones y las que más me han gustado son las de Valdemar y Alianza. Supongo que para gustos hay colores.

En general fue una buena lectura, no lo que esperaba, pero no fue mala y el final realmente me decepcionó por completo, pero el truco de esta historia no es lo que nos dice, es lo que no nos dice esta dicho. Publicado en 1898, el libro demuestra la capacidad del escritor para elaborar una trama psicológica utilizando recursos emocionale y elementos sobrenaturales. En esta novela, son las mujeres las que llevan la trama y nos conducen a una historia en la que nos preguntamos cuánta realidad hay en lo que nos cuentan. Cuenta la historia de una institutriz que es contratada por una familia adinerada para cuidar de dos niños, Miles y Flora, recientemente huérfanos. Los niños son muy educados y agradables con los sirvientes, estaban al cuidado de su tío, quien los deja por completo cuando llega la joven institutriz.
Poco después de que la imstitutriz llega a la casa de campo para cuidar a los niños, comienza a ver algunas cosas extrañas, después de hablar con el ama de llaves, la Sra. Gross, se entera de la existencia de la antigua institutriz, la Srta. Jessell y el Sr. Prince. Quint era el ayuda de cámara del tío del niño, y murieron en el caos sin una explicación obvia. Una vez que se conoce la existencia de los sirvientes anteriores y su estrecha relación con los niños, sucederán una serie de cosas extrañas en la casa, debido a que los habitantes de la casa a veces carecen de lógica en sus reacciones, los niños actúan como si estuvieran poseídos. de manera similar, la Sra. Gross se convierte en una aliada incondicional de la imstitutriz y es como que no existen otros sirvientes.
Mientras leemos, vemos que la institutriz tiene un carácter inestable y una gran imaginación, que tiene que afrontar una gran responsabilidad que es cuidar a dos niños sin ayuda, y por otro lado tenemos a la señora Grose, una mujer analfabeta que promueve la imaginación de esta hablando de los antiguos sirvientes, así como la influencia malsana que inculcaron en los niños. Todo esto contribuye a que la institutriz despegue teoría tras teoría como si fuera clarividente y apoyada por la Sra. Grose, que ve ciertas actitudes y el comportamiento de los niños, peligro y maldad, que uno lo ve ahora como una chiquillada o como una manera de llamar la atención. Asimismo, cabe señalar que el ambiente de la casa, la intriga de las muertes y el comportamiento de los niños contribuyen a crear un ambiente sofocante que tiene como objetivo mantener al lector en vilo, y constantemente nos arrojan la clave de que hay algo al respecto por descubrir allí, aunque al final no se descubre mucho, lo que es decepcionante y lo peor es que tenemos más preguntas que respuestas. A pesar de todo esto, no puedo descartar que el autor pueda arreglárselas con una narrativa que contiene tan pocas explicaciones y acciones, tan limitadas que tardan en perpetuar la intriga, y esto no se logra con lo que está sucediendo en el presente. El silencio del resto de vecinos de la casa ayuda a sumarse a las intrigas e incertidumbre de lo que se desarrolla y lo que testifica la institutriz. Una de las cosas que hay que destacar en esta historia es la ambigüedad ya que realmente hay muchas cosas que no nos aclaran, el final es demasiado abierto y eso no aporta absolutamente nada a lo que nos cuentan y al hecho de todo. Se cuenta desde el punto de vista de la institutriz, ella es testigo de todo, lo que nos hace dudar de la veracidad de lo que se dice. Es esta ambigüedad la que hace que esta historia sea interesante y al mismo tiempo hace que a uno le guste y nonle guste a partes iguales, porque aún queda mucho por explicar al lector.