Herodías

Herodías es un relato escrito por Gustave Flaubert en 1877. Cuenta Guy de Maupassant en su prólogo que Flaubert es ante todo un artista, un autor impersonal que maneja las marionetas humanas que deben hablar por su boca y que se reserva el derecho a pensar por sí mismo, sin que se vean los hilos o se reconozca su voz.
En el relato, Flaubert muestra esta faceta de autor impersonal, así como su gran erudición. Es a través de esa prosa formalista y perfectamente elaborada, casi una labor de orfebrería, como el escritor francés nos lleva de la mano en su descripción del paisaje y de los personajes, en su puesta en escena colorista y rica en detalles, en la profundidad de sus personajes, de sus miedos y de sus anhelos, de sus virtudes y de sus obsesiones, hasta plantearnos, en una escena absolutamente climática, el objeto del relato: narrar la decapitación de San Juan Bautista.
Herodías, la mujer que da nombre al relato, es la mujer de Herodes Antipas y madre de Salomé. Siente un odio acérrimo a Iaokanann (San Juan Bautista) por una ofensa pasada y trama un ardid para cobrarse la venganza en bandeja de plata (y nunca mejor dicho, pues es en esa bandeja donde presentaron la cabeza del bautista). El relato nos brinda luz y perspectiva para conocer mejor tanto las razones subyacentes de ese crimen, como las consecuencias que tuvo en el pueblo hebreo el mismo. Es un texto sublime.
Pero no me puedo quedar sin ponerle dos peros al bueno de Flaubert: su antisemitismo y su misoginia.
El primero de esos pecados queda claro en este fragmento en el que el escritor francés refleja su opinión (aunque esconda los hilos) en el pensamiento de Vitelio: “El carácter de los judíos le parecía odioso a Vitelio. Su Dios podía ser Moloch, a quien erigían altares que él mismo había encontrado por los caminos; y vinieron a su recuerdo los sacrificios de niños, con la historia del hombre cebado con ellos misteriosamente”. Un burdo argumento que se convirtió en el bulo que justificó infinidad de pogromos en Europa los últimos siglos y que, a día de hoy, sigue utilizándose por movimientos conspiranoicos ultraderechistas como QAnon. Ya lo dijo Hannah Arendt en “Los orígenes del Totalitarismo”, “Los factores sociales, que no son tenidos en cuenta en la historia política o en la economía, ocultos bajo la superficie de los acontecimientos, jamás percibidos por el historiador y registrados sólo por la fuerza más penetrante y apasionada de poetas y novelistas (hombres a quienes la sociedad había impulsado a la desesperada soledad y al aislamiento de la apología pro vita sua), cambiaron el curso que el simple antisemitismo político hubiera seguido si hubiese estado abandonado a sí mismo”
El segundo, la misoginia, palpita latente en todo el relato.
Sin embargo, literariamente, el escrito es una auténtica joya y la edición realizada por Archivos Vola muy manejable y cómoda.

Uno de los últimos tres cuentos publicados por el incomparable escritor francés, en una bella edición con prólogo de Maupassant y una irreprochable traducción de Sergio del Valle.

La historia es bien conocida, legendaria: la larga jornada del festejo del cumpleaños de Herodes Antipa, en una vertiginosa confluencia de pueblos, ejércitos y tradiciones, del tiempo antiguo y del que ha de venir.

Flaubert nos ofrece, junto con su depuradísima y justamente célebre, insuperable, escritura (del que este cuento bien puede servir de magistral ejemplo), un muy digno de mención giro de perspectiva, poniendo ya desde el título a la denostada, la ultrajada pecadora reinante en el papel capital.

En este tan completo relato, barroco hasta la exasperación en su ambientación y presencia de todo tipo de personajes cada cual con su voz perfectamente delimitada, la maldita figura de Herodías, de la que incluso su nombre parece un reflejo de su marido, la que parece pervivir a través de la juventud (que en ella ya es perdida) de su hija, relampaguea y se enseñorea de la Historia, rompiendo las barreras de la tradición: el triunfo de la voluntad.

En este cuento breve el autor nos relata el complot organizado por Herodía, esposa de Herodes Antipas (tetrarca de Perea y Galilea desde el 4 a. C. hasta el 39 d. C. personaje con un papel fundamental, según el Nuevo Testamento en los acontecimientos que desembocarían en la muerte tanto de San Juan Bautista como de Jesús de Nazaret), para acabar con la vida del santo.
Con la prosa magistral que caracteriza la obra de Flaubert nos relata todos los hechos que se sucedieron y cómo Herodías se sirvió de todas las armas a su alcance para conseguir sus objetivos.
El problema que yo he tenido con este relato es que no soy muy conocedora de esos hechos y la narración, aún siendo magnífica en su forma, es algo enrevesada y caótica para que un desconocedor, como yo, de la historia que nos cuenta llegue a entender del todo los hechos que se relatan.
Para enterarme bien de la historia que había leído he tenido después que buscar información sobre los hechos y poder así hacerme una mejor idea de lo que autor había querido contar. Soy consciente de que ésto es más problema mío que de la obra en sí, pero mi valoración de la misma se debe a mi experiencia lectora.
Aún así, animo a los lectores a que la lean y saquen sus propias conclusiones.
También quiero agradecer a la editorial Archivos Vola, a Babelio y Msa Crítica por el envío del ejemplar, cuya edición en formato pequeño y en tapa blanda es muy cómoda a la lectura.