Nada se opone a la noche

Dicen que el título de este libro es un extracto de la canción “Osez Joséphine” de Alain Bashung y Jean Fauque, pero desde casi el inicio de la lectura podemos intuir que esa pegadiza melodía poco tiene que ver con la desgarradora historia que esta lectura relata.

Tras el suicidio de su madre, la autora Delphine de Vigan, en un intento por buscar el respeto y encontrar una explicación a su decisión de acabar con su vida, decide componer el puzzle de la existencia de Lucile, que así se llamaba su madre, y escribir este libro en el que reconstruye su biografía, sobre la que sobrevuelan sombras de vivencias traumáticas.

Una obra cruda y con evidentes pinceladas autobiográficas, en la que la escritora se desnuda desvelando detalles de la vida personal y familiar de su madre y por extensión de la suya propia, y nos confiesa el conflicto interno que eso le supone. Porque para que el lector pueda entender y aceptar las motivaciones que arrastraron a su madre a ese abrupto final, que Delphine tanto parece necesitar como elemento sanador de su propio dolor, decide desempolvar los detalles familiares más escabrosos y dolorosos, pese a saber que esto entra en conflicto con el derecho de su entorno a preservar su intimidad y su miedo a hacerles daño.

Y escarbando en el pasado se abre la caja de Pandora de la vida de Lucile, esa bonita mujer de la foto de la portada, llena de soledades, incomprensiones, terribles traumas y grandes perdidas, un consumo habitual de drogas e innumerables sufrimientos, que finalmente desembocarán en la llegada de la enfermedad mental que todo lo destruye a su paso...Imposible mantener la cordura con semejante experiencia vital.

Una lectura valiente, en la que resulta admirable la capacidad de la autora para encajar el sufrimiento , e inevitablemente intimista, dado el fuerte vínculo emocional existente entre Delphine y los hechos, que son narrados con gran intensidad pero sin dramatismo. Un libro bello en la forma y muy duro en el fondo, para leer despacito y paladeando cada frase.

El alma en mil pedazos, el corazón en un puño y con una tristeza infinita. Así me ha dejado este libro. Una obra autobiográfica que la autora escribe en un ejercicio íntimo para comprender a su madre y su muerte.
Escrito desde la búsqueda de respuestas, con la necesidad de entender el pasado, de manera terapéutica para encontrar una explicación que le lleve a conseguir la paz interior y cerrar las heridas.

Y al buscar en el pasado nos llevará a la infancia de Lucile, su madre, y a sus abuelos y tíos. Y allí encontrará el inicio de unas vidas llenas de heridas abiertas, de secretos oscuros. La historia de una familia disfuncional llena de intimidades que ocultar, de apariencias que engañan. Llena de sufrimiento, de culpa y de miedos. Un pasado marcado por el drama y la tragedia.

A partir de los recuerdos, las fotografías y filmaciones, las cartas y diarios, los testimonios que logrará reunir, irá recomponiendo el puzzle de la vida de su madre para explorar en los traumas, la salud mental, el incesto, el desamor, la tristeza, la pérdida y el desasosiego que acompañaron la existencia de Lucile y la suya propia. Pero, ¿consiguió llegar a la verdad mediante la escritura?, ¿consiguió deshacer ese nudo que la oprimía?

Un libro tremendamente intimista, conmovedor y melancólico, que transmite una intensidad emocional que hace difícil avanzar en la lectura en muchos momentos, que duele, igual que le tuvo que doler a la autora escribirlo. Un homenaje a su madre, un análisis de las complicadas relaciones maternofiliales, un testimonio demoledor, un intento de darle un adiós a través del perdón, de la aceptación, de la comprensión.

Una historia para sufrirla, con la que empatizar y sentir. Una biografía que me ha conectado con experiencias vividas que duelen. Otro libro increíble de una autora que nunca defrauda.

"Nada se opone a la noche" es un acto de amor, un homenaje y la honesta despedida de la autora a su madre fallecida. Es además, un libro intenso y extremadamente triste, más cuando tomamos conciencia de que lo que narra la autora es real; la historia de su madre, la de su familia y la suya propia.
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Cuando Delphine de Vigan encontró a su madre muerta supo que tenía que escribir sobre ella, pero su madre siempre fue un misterio. Por ello emprendió una amplia investigación que la llevó a entrevistar a familiares, registrar cajas, escuchar grabaciones, escarbar entre los recuerdos de los amigos más cercanos a su madre y entre los que ella misma custodiaba en su memoria. Delphine quería saber, componer una imagen real de Lucile, comprenderla, perdonarla y sobretodo entender el por qué de su suicidio, aunque todo eso supusiera vagar por un pasado repleto de enfermedad, sombras, dolor y tragedia.
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Delphine de Vigan nos descubre a una Lucile con una infancia marcada por la muerte, con la tuvo que lidiar desde muy niña, y por una relación complicada con sus padres. Una infancia dura que arrastró durante toda su vida y a la que sumaron fracasos amorosos, alcohol, drogas y un trastorno bipolar que le acompañó hasta su último día.
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"Nada de opone a la noche" no es un libro fácil desde el punto de vista emocional. No fue fácil escribirlo y así nos lo hace saber su autora, para la que rememorar la vida de su madre le supuso una gran carga. Y tampoco es fácil leelo, es un libro que te deja echa polvo, que te destroza hasta el punto de necesitar tiempo para procesarlo y recuperarte. Delphine es cruda, es directa y valiente exponiendo los secretos más truculentos de su familia, pero también es tierna y esperanzadora cuando describe los momentos en los que Lucile era luz y lucha.
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La última parte de la biografía la sentí como un mazazo. Este libro remueve, duele y deja poso, más  si algún punto te toca de cerca. Delphine habla de un tema muy sensible para mí y lo hace con tanta verdad que sentí revivir cada instante

He dejado reposar el libro un poco en mi cabeza antes de escribir este comentario porque, uf, vaya viaje de historia. Delphine de Vigan recompone la vida de su madre y, por extensión, la de su familia, tras encontrarla muerta en su casa.

El libro, dividido en tres partes, no pierde la intensidad prácticamente en ningún momento. Y en algunos episodios llega a ser un poco desgarrador.

La primera parte narra la infancia de Lucile, su madre, miembro de una familia numerosa y cuyos primeros años de vida vinieron marcados por ser una niña especialmente guapa ("Era una niña muy guapa y lo pagué caro", llega a decir). Es una escritura amable, aventuras infantiles, vida familiar...

La segunda y la tercera parte son más oscuras, y narran la vida adulta de Lucile, marcada por la enfermedad mental, y la influencia que tiene en la vida de sus hijas y cómo lo sobrellevan. Compasión, es la palabra que me viene a la mente cuando pienso en Delphine y en su hermana, pero también en su madre.

El libro se construye con los recuerdos aportados por los demás miembros de la familia y por ellas mismas, y se intercala con episodios de la Delphine Vigan actual, enfrentándose a la escritura de esta historia, tan dolorosa para ella y los que le rodean. Tiene, además, una forma de escribir que me ha encantado.

¿Cómo es posible que algo que te hace sufrir te guste tanto? Eso es lo que me ha pasado con este libro. Cuenta unos hechos desgarradores, cuando te levantas de haber leído una desgracia te pegan una paliza y te vuelves a quedar tirada en el suelo, esa ha sido mi sensación con este libro, por suerte a mí me van estás historias, las disfruto, me encanta meterme dentro de estos libros que son los que te dejan pensando sobre ellos, sobre el desenlace, los por qué...
Un libro que empieza contándonos que la autora encuentra a su madre muerta en su casa tras haberse suicidado. A partir de ahí nos irá contando la vida de su madre y su círculo, tíos, abuelos...y todas esas mierdecillas que hay en todas las familias. Según vas leyendo el libro uno va sacando sus propias teorías y formando una visión completa de esa familia.
No es un libro apto para personas muy sensibles o que busquen un libro tierno, entretenido o apto para fechas navideñas.

Una novela que puede encasillarse en ser autobiográfica, contada en primera persona y con un estilo sencillo y fluido , que aunque tiene un ritmo pausado, te mantiene en tensión, una de esas novelas que no quieres dejar de leer solo por saber que va pasando.
La novela comienza cuando la protagonista principal, encuentra el cadáver de su madre (Lucile) al llegar a casa de esta tras varios dias sin tener noticias suyas. Todo parece indicar que ha sido un suicidio. Asique con mucho renconr, dolor, y culpa, Delphine empieza a buscar en la vida de su madre para entender que ha pasado, quien fue, y que pasó. Intentara recomponer la vida de su madre, una mujer que vivió en una familia con muchas tragedias, usará material de todo tipo, tanto testimonios familiares, como cintas de audio, cuadernos, fotografias...
Intentará narrar de una forma lo mas objetiva que pueda, tendrá que dejar a un lado lo ocurrido con ella y hablar de una forma sincera, sobre temas incomodos... así el lector ira avanzando poco a poco, en una historia escalofriante.
La novela esta dividida en tres partes, que coinciden con diferentes etapas de la vida de Lucile, los capitulos cortos y agiles van alternandose, irán unos hablando de la vida de Lucile de forma cronologica y otros hablandonos del presente, informando como esta investigando toda la historia y como poco a poco ha ido montando la novela.
Son muchos los personajes que aparecen en esta novela, porque muchos eran los que formaban la familia de Lucile, cada uno con su historia, con su misterio, con sus desgracias y cada uno con el concepto propio de libertad)

Una novela intimista, dura, valiente, intensa, y necesaria para la autora, porque conocerá, entenderá y perdonará a su madre. Con un cierre brutal que te deja con la boca abierta, y que recomiendo mucho, pero la recomiendo en un momento de tu vida que seas capaz, porque es dura pero son dos mujeres que lograron muchas cosas en una vida muy oscura.

Solemos decir que la familia es nuestro refugio seguro. Sin embargo, más a menudo de lo que creemos, la familia es el lugar donde encontramos el dolor mas profundo. 𝘋𝘦𝘭𝘱𝘩𝘪𝘯𝘦 𝘥𝘦 𝘝𝘪𝘨𝘢𝘯 lo confirma en 𝘕𝘢𝘥𝘢 𝘴𝘦 𝘰𝘱𝘰𝘯𝘦 𝘢 𝘭𝘢 𝘯𝘰𝘤𝘩𝘦, una crónica familiar sobrecogedora donde la escritora destapa secretos y misterios íntimos del pasado familiar con la intención de comprender el porqué del su¡cidio de su madre.

Si tuviera que concentrar la intensidad de este libro en unas cuantas palabras, diría que es una historia auténtica, cruda, y lacerante, escrita de manera muy inteligente y con una pureza que atraviesa con la precisión de un dardo.

A la autora le habría gustado escribir sobre lo aspectos más alegre de su familia. En lugar de eso, ha desenrollado sobre el papel un relato duro y trágico, un testimonio sincero y visceral, momentos de angustia e imágenes crueles. al mismo tiempo que termina haciendo un homenaje a su madre y una alabanza al amor incondicional.

Ella llega a dudar sobre si es necesario contar los sucesos que la rodean, y las conversaciones y memorias que se desgranan en sus manos, pero necesita escribir para afrontar el duelo. Y mientras lo hace toma consciencia de que hacerlo es la única manera de cerrar heridas abiertas.

Me parece muy hermoso poder narrar no-ficción de una manera tan elegante y sincera, sin edulcorar y con respeto, sobre todo, tratándose de un relato tan descorazonador y poco ligero que abarca temas como es el suic¡dio o el sufrimiento familiar (sin entrar en otros aspectos igual de delicados).

No es una lectura fácil como podréis imaginar, pero... ¿Qué búsqueda de la verdad lo es?

~ Nada se opone a la noche de Delphine de Vigan ~

Qué duro este libro, hacer esta reseña. Hace dos semanas que terminé esta historia de Delphine, de su madre y, por tanto de ella, y es como si tuviese algo malo, sucio, pegado al cuerpo cada vez que pienso en él.

Todo empieza después de encontrar a su madre, Lucile, muerta por suicid10. Y para superar su duelo decide intentar escribir la vida de su madre, a través de fotos, entrevistas a sus familiares, recuerdos propios, cintas de su abuelo, cartas de la difunta…. Un largo ejercicio por entender el pasado de su familia, su terrible infancia…el por qué su madre acabó así, mientras nos hace incisos de como se siente ella con todo lo que va descubriendo en el proceso.

Este libro de no ficción os dejará con la boca abierta con respecto a salud mental, momentos fuera de toda lógica, shock con secretos, acciones o sentimientos de una niña hacia su madre… pero sacaréis una cosa en claro: los problemas mentales no vienen porque sí! Hay todo un proceso que desencadena estas enfermedades, nuestra propia familia, duelos, abusos de sustancias, traumas… que sin estar rodeadas de la gente adecuada puede ser fatal para nosotras.

Lucile tuvo una vida durísima, y por lo tanto sus hijas también. Me quiero quedar con esos momentos en los que supo sobreponerse cuando más hundida estaba y ayudar a otras personas .Aunque realmente tengo que admitir que llegué a entender por qué tomó esa decisión final…

En cuanto a Delphine, tremendamente valiente, exponer todo esto de su familia, señalar, contar la realidad e intentar sanar desde la catarsis.

Si os gustan las historias auténticas pero realmente pertubadoras, tenéis que leerlo! Pero que sepáis que en esta novela se habla de suic1dio como quién habla del tiempo… algo completamente normal y asiduo…

Delphine de Vigan era una autora a la que tenía muchas ganas de leer, así que cuando la propusieron como Lectura Conjunta en Instagram, me tiré de cabeza.

A raíz contarnos el episodio del suicidio de la madre, nos adentramos en una novela autobiográfica que nos lleva mediante saltos temporales a su infancia y a la de la fallecida.

Así, acompañando a Delphine en su investigación particular, donde se entrevista con algunos familiares que convivieron con su madre por entonces, nos vamos a la niñez de Lucille, al París de los años cincuenta, con esos padres que no hacen más que traer hijos al mundo y usarlos para traer dinero a casa porque con el salario del cabeza de familia obviamente no es suficiente.

Somos partícipes de la convivencia, tan complicada con tanta gente en tan poco espacio, con las hormonas revolucionadas, con distintos quehaceres en el día a día, creciendo a veces a pasos agigantados porque sí o sí hay que espabilar, esos derroches de vez en cuando y toda esa gente que pasa por sus vidas siendo tan niños, dejando vivencias de lo más peculiares que les marcan para toda la vida.

Vamos poco a poco creciendo con la madre, viviendo ese deterioro que llega de manera pausada pero que va contra un muro, cuesta abajo y sin frenos, y que está abocada al desgaste, a la tristeza.

Pero también nos vamos a la niñez de la autora, a esa otra convivencia con su madre, una mujer tan difícil y tan aleatoria que nos mete en episodios que te ponen los pelos de punta, resultando abrumadores y surrealistas.

Vamos avanzando en una historia sentida, íntima, dolorosa, que le sirve a la autora para cerrar sus heridas mediante saltos temporales que en alguna ocasión me han costado un poco porque me he sentido perdida.

Sí tengo que decir que no me acaba de convencer cómo está escrita y estructurada la novela, hay partes que las he leído súper fluidas mientras que otras me han costado la vida avanzarlas, dándome incluso pereza volver a ella.

Igualmente, es una novela que merece la pena, aunque solo sea por el salseo, además que es de las que cala, de las que te hacen reflexionar e indignarte con determinados comportamientos del ser humano con la misma facilidad que te toca el corazoncito con otros.

Muchas veces hablando con mi círculo ha salido la conversación de que cualquiera no puede y/o debe tener hijos, que con o sin experiencia, no todo el mundo es válido. Con este libro me reafirmo.

Aunque no me haya cuajado del todo, me quedo con ganas de volver a leer algo suyo.
Enlace: http://locaporincordiar.blog..

Después de leer Las gratitudes a finales del año pasado, tardé poco en hacerme con Nada se opone a la noche, ya que es de las obras más recomendadas de Delphine de Vigan.

En ese caso se trata de un libro de no ficción aunque novelado (no sé si esos términos son correctos pero creo que se me entiende), en el que la autora, después de la extraña muerte de su madre se decide a investigar un poco sobre el acto y sobre la vida en general de su madre.

Reconozco que en sus primeras 15 páginas aproximadamente pensaba que no me iba a encantar como a todo el mundo, pero hasta aquí llega lo malo, que tampoco es malo, simplemente fueron intuiciones erróneas que uno se hace. En esas primeras páginas se nos da una pincelada de lo sucedido con su madre y ya nos lleva a la niñez de esta para ir conociéndola poco a poco.

Y a partir de esto pues bueno, solo puedo decir cosas maravillosas de esta tremenda obra. Una dura vida relatada por su hija en la que sufriremos con ella y también conoceremos su vida. El por qué se vuelven las personas de una u otra manera, los consecuencias de una dura infancia, conocer la dura vida en general de esta familia, hasta llegar al punto final de una vida pero que realmente no lo es por todo lo que se deja atrás.

Me ha encantado nuevamente cómo lo cuenta Delphine, sin virguerías pero con una crudeza que abruma. Y una valentía también de admirar, porque aquí se mete también ella, con su pasado, su presente y lo que le queda por vivir, con todos estos recuerdos que ahora conocemos de su mano.

No me enrollo más, me ha encantado, y me ha gustado mucho saber de la autora también, creo que así conectaré más aún (si es que eso es posible) con las futuras lecturas que haga de su libros, porque obviamente habrá más, muchas más.

No os lo perdáis, ni este libro ni Las gratitudes.