"Nada se opone a la noche" es un acto de amor, un homenaje y la honesta despedida de la autora a su madre fallecida. Es además, un libro intenso y extremadamente triste, más cuando tomamos conciencia de que lo que narra la autora es real; la historia de su madre, la de su familia y la suya propia. . Cuando Delphine de Vigan encontró a su madre muerta supo que tenía que escribir sobre ella, pero su madre siempre fue un misterio. Por ello emprendió una amplia investigación que la llevó a entrevistar a familiares, registrar cajas, escuchar grabaciones, escarbar entre los recuerdos de los amigos más cercanos a su madre y entre los que ella misma custodiaba en su memoria. Delphine quería saber, componer una imagen real de Lucile, comprenderla, perdonarla y sobretodo entender el por qué de su suicidio, aunque todo eso supusiera vagar por un pasado repleto de enfermedad, sombras, dolor y tragedia. . Delphine de Vigan nos descubre a una Lucile con una infancia marcada por la muerte, con la tuvo que lidiar desde muy niña, y por una relación complicada con sus padres. Una infancia dura que arrastró durante toda su vida y a la que sumaron fracasos amorosos, alcohol, drogas y un trastorno bipolar que le acompañó hasta su último día. . "Nada de opone a la noche" no es un libro fácil desde el punto de vista emocional. No fue fácil escribirlo y así nos lo hace saber su autora, para la que rememorar la vida de su madre le supuso una gran carga. Y tampoco es fácil leelo, es un libro que te deja echa polvo, que te destroza hasta el punto de necesitar tiempo para procesarlo y recuperarte. Delphine es cruda, es directa y valiente exponiendo los secretos más truculentos de su familia, pero también es tierna y esperanzadora cuando describe los momentos en los que Lucile era luz y lucha. . La última parte de la biografía la sentí como un mazazo. Este libro remueve, duele y deja poso, más si algún punto te toca de cerca. Delphine habla de un tema muy sensible para mí y lo hace con tanta verdad que sentí revivir cada instante |