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He dejado reposar el libro un poco en mi cabeza antes de escribir este comentario porque, uf, vaya viaje de historia. Delphine de Vigan recompone la vida de su madre y, por extensión, la de su familia, tras encontrarla muerta en su casa. El libro, dividido en tres partes, no pierde la intensidad prácticamente en ningún momento. Y en algunos episodios llega a ser un poco desgarrador. La primera parte narra la infancia de Lucile, su madre, miembro de una familia numerosa y cuyos primeros años de vida vinieron marcados por ser una niña especialmente guapa ("Era una niña muy guapa y lo pagué caro", llega a decir). Es una escritura amable, aventuras infantiles, vida familiar... La segunda y la tercera parte son más oscuras, y narran la vida adulta de Lucile, marcada por la enfermedad mental, y la influencia que tiene en la vida de sus hijas y cómo lo sobrellevan. Compasión, es la palabra que me viene a la mente cuando pienso en Delphine y en su hermana, pero también en su madre. El libro se construye con los recuerdos aportados por los demás miembros de la familia y por ellas mismas, y se intercala con episodios de la Delphine Vigan actual, enfrentándose a la escritura de esta historia, tan dolorosa para ella y los que le rodean. Tiene, además, una forma de escribir que me ha encantado. |
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Crítica de ElsaPalacios
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