Todo lo que sucedió con Miranda Huff

Este libro me ha gustado mucho. Se trata de un thriller psicológico donde todos los frentes están relacionados. A lo largo de toda la novela realiza saltos en el tiempo, pero es bastante fácil de seguir. Si es verdad que el final queda “abierto” y me he quedado con las ganas de saber más sobre la historia

Con esa novela he descubierto a Javier Castillo y debo confesar que ha estado a la altura de mis expectativas. Me gusta su prosa asequible, sus capítulos cortos y su manera de contar la historia. Me gustan los saltos hacia el pasado y las diferentes voces que nos van contando a bocaditos pequeños los diversos retazos que conforman el argumento.

Poquito a poco vas conociendo a los diferentes personajes y sus circunstancias, capítulo a capítulo sabes más de cada uno y vas juntando y procesando la información que te proporcionan; te adentras en la historia y te haces un huequecito dentro de ella para seguirla mejor y desde más cerca, y así llegas a un final que te sorprende, que no es tal como te lo imaginabas, pero que te convence.

El argumento te atrapa, te sitúa en el presente de una pareja de guionistas de cine que pasan por una profunda crisis de convivencia en su matrimonio, te lleva al tiempo en el que se conocieron al empezar la universidad y donde conocieron al director de cine James Black, uno de sus profesores y personaje destacado en la novela. Para entender el porqué de los acontecimientos que se suceden, te traslada a 1975 cuando James Black empezó su carrera universitaria. Y así, dando saltos en el tiempo, el autor va hilvanando una historia que te mantiene en vilo y no puedes dejar de leer.

Ya tengo preparadas las dos primeras novelas que han hecho famoso al autor y de las cuales habéis escrito buenas reseñas. No tardaré mucho en leerlas, aunque tengo tantos libros en espera que es difícil elegir el orden de lectura...

Considero este Thriller muy recomendable; a mí me ha gustado y he pasado muy buenos ratos leyéndolo.

Reseña escrita en mayo de 2021

Javier Castillo siempre es adictivo, de esos que empiezas a leer y no dejas el libro ni un minuto. Me parece una lectura muy entretenida y amena. Un thriller que os recomiendo si os gusta el autor o si queréis un libro que enganche pero fácil de leer. Sí que es verdad que prefiero otros del autor.

Me encanta, de principio a fin la novela lleva un ritmo vertiginoso que nos mantiene enganchados de principio a fin en la resolución del misterio.
La trama mantiene el suspense y va conectando distintas historias a través de los personajes que surgen y que, como vamos viendo a medida que avanza la lectura, están conectados entre sí.
La historia va dando constantes giros, enredándose, pasado y presente están unidos y lo vamos descubriendo a través de los personajes con personalidades muy bien definidas.

Una pareja en crisis decide pasar un fin de semana de retiro en una cabaña en el bosque, pero cuando Ryan Huff llega para encontrarse con Miranda la puerta está abierta, hay dos copas de vino sobre la mesa, nadie en el interior y el cuarto de baño se encuentra lleno de sangre.
Un thriller psicológico donde parece imposible encontrar a Miranda.
Me gustó mucho los giros que da, y no saber que pasa hasta el final, me pareció interesante el desarrollo de los personajes, y como conectas con ellos. Lo recomiendo

Hacía bastante tiempo que un thriller no me enganchaba tantísimo como este.
Lo he leído en lectura conjunta y nos hemos saltado las metas a la torera porque no éramos capaces de soltar el libro.
Si bien he de decir que he disfrutado mucho de esta lectura, (en parte por la compañía) reconozco que ha sido un libro que ha sido muy sorprendente pero a la vez predecible.
Me explico: el libro no ha dado tregua en ningún momento, en cada capítulo que acabas te deja con la boca abierta, sin embargo, las pistas que te va dejando hacen que seas capaz de ir prediciendo lo que va a pasar.
Aún así me ha encantado.
Eso sí, tiene un par de cosillas que no han acabado de encajarme, no porque no cuadre la historia, que está totalmente hilada, sino porque no las veo muy plausibles y como que no venían a cuento, pero bueno, eso es una opinión mía y ha sido lo que ha hecho que está historia no se lleve el 5.
Ahora os pongo en materia:
Miranda y Ryan son una pareja que no está pasando por su mejor momento.
Para intentar mejorar su situación, deciden irse a pasar un fin de semana a una cabaña en el bosque.
Cuando Ryan llega a la cabaña, se encuentra con que Miranda parece haber estado allí preparando su llegada, sin embargo, no hay nadie dentro y hay sangre en el baño.
Miranda ha desaparecido y podría estar muerta.
Arranca aquí una historia contada por distintas voces y en varias líneas temporales, a cual más interesante, que acaban confluyendo perfectamente.
Una historia que no puedo dejar de recomendar a todos los amantes del thriller.

Antes de todo tengo que admitir que empecé el libro unos días antes, pero solo leí unas 90 páginas las cueles no me terminaron de gustar ni de engancharme del todo, ya que no entendía muchas cosas. Pero, unos días después decidí que era hora de seguir con él y con ello termine leyendo del tirón 200 páginas. No soy de leer tantas páginas de golpe, ya que como mucho leo 50, pero es que la historia empezó a gustarme y me enganche mucho a ella.

La historia cuenta con 440 páginas y esta estructurada en 54 capítulos, contando el prólogo y el epílogo. al principio esos capítulos me parecían algo largos, pero a medida que iba conociendo la historia me parecían cortos y necesitaba más y más información. Además, muchos de los capítulos, por no decir casi todos, te dejan con la miel en los labios y quieres leer más y más y sin parar.

La narración esta contada principalmente desde tres puntos de vista. En primer lugar tenemos el 2015, donde Ryan se da cuenta de la desaparición de su mujer y son las páginas y capítulos donde seguimos a Ryan junto a su vida actual, viendo como pasa todo esto y es que encima de tener el problema de la desaparición de su mujer, también tiene que ayudar a su amigo James Black y tiene un problema con Mandy, la mujer que cuida a su amigo Black.

Por otro lado, tenemos la historia de cuando Ryan y Miranda iban a la universidad, que es cuando empezaron a conocerse. Estos capítulos están principalmente contados desde el punto de vista de Miranda, por lo que empezamos a entender muchas de las cosas que suceden.

Y, en tercer lugar tenemos la trama de 1975-1976 que es de cuando James Black empezó la universidad junto a su nuevo amigo Jeff, ahí conocieron a Paula Hicks, la cual acerco a James Black a crear una película única y diferente al resto de las que ya existen, para así hacer la mejor película jamás vista.

Aún así, como os comento esto son los puntos de vistas principales, pero hay alguno más que no voy a contar ya que son los que le dan más intriga a la historia.

La verdad es que no me esperaba encontrarme con un thriller psicológico de esta magnitud, pues los dos anteriores libros de Castillo aunque eran thriller, no se pueden denominar psicológicos. Por lo que, este es el primer libro de este estilo que leo, y me ha sorprendido mucho lo que me ha llegado a gustar. Y es que cada capítulo, por muy normal que parezca tiene algo muy escondido que puede darnos la clave para ese final tan espectacular.

Personalmente, en este tipo de historias me gusta ser también la que busca el motivo de cada cosa, pero es que en esta historia era imposible. Cuando pensaba que había pasado esto o lo otro, la historia daba un giro inimaginable, y en parte por eso no podría dejar de leer capítulo tras capítulo.

Sobre los personajes creo que cada uno tiene algo importante en él, pues cada uno es diferente y tiene su forma de ser y de pensar, que incluso en algunos casos me daba miedo.

Ryan es un hombre que quiere ganar mucho dinero con sus guiones, pues espera crear un guion genial junto a su mujer Miranda que en ocasiones le ayuda. En la universidad se hizo amigo de su profesor y famoso James Black, el cual le ha ayudado a encontrar algún que otro trabajo. Ryan es un personaje muy a la antigua, que comete bastantes fallos a lo largo de la vida, que cree que puede hacer un poco lo que le da la gana y trata como quiere a la gente de su alrededor, y no le gusta ponerse obstáculos en medio de su carrera.

Miranda es un personaje que me ha sorprendido mucho, al principio apenas sabemos cuatro cosas de ella, pero a medida que avanza la historia y ella empieza a tener voz en la historia, te encuentras con la dura realidad de su vida, y con un pasado desolador. Es un personaje que no me esperaba para nada que fuera tan fuerte, aunque para ello necesite ayuda.

James Black ha sido desde sus inicios en los años 70 un hombre que cree tenerlo todo en su mano, que cree que va a ser lo más importante del mundo con sus futuros guiones y sus películas. Y, aunque el amor le ciega, más le ciega la codicia de poder hacer la mejor obra jamás grabada. Es un personaje muy fuerte y que también me ha sorprendido en muchos aspectos.

En resumen, ha sido una historia que aunque al principio no termino de cautivarme ha conseguido meterse en mi mente página tras página. Que me ha mantenido en vilo esperando a por algún otro giro a lo largo de la historia y para poder descubrir cual es la verdad detrás de todo esto y como se han podido hilar los hilos de tal manera para que suceda todo lo que ha pasado. Supongo que el amor y la muerte a veces pueden llevar a la gente ha hacer cosas inimaginables.
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En mi opinión global el libro está bastante bien, el escritor no se entretiene mucho en las descripciones y va directo al grano, algo que mantiene en todos sus libros. Es una buena novela, de rápida lectura y con una buena trama pero en este caso con un final bastante previsible. Continúa jugando con la intriga de ¿ que pasará en el siguiente capítulo? Algo que como es lógico, te invita a seguir leyendo sin descanso, cosa que particularmente me encanta. La historia se narra en tiempos diferentes como nos tiene acostumbrados jugando a su favor. La diferencia de esta novela con las otras, bajo mi punto de vista, son personajes poco realistas ya que según avanza el libro tienen comportamientos que no encajan mucho con lo que conocemos de sus personalidades. Detalles que se sacan un poco de la historia.

Javier Castillo lo ha vuelto a hacer. Creía que no iba a superar todo lo que me hizo sentir la primera novela y, aunque no lo ha conseguido, se ha acercado bastante. Es un enfoque nuevo, nuevos personajes y una temática cinematográfica que me ha vuelto loca. No decepciona en ningún momento y te deja con ganas de más. El final no es el que me hubiera gustado, pero aun así es perfecto. Si hubiera sido el que yo quería, seguramente no me hubiese fascinado tanto y eso es lo que hace a Javi un escritor de 10