Todo lo que sucedió con Miranda Huff

No sabría explicar las sensaciones que tengo con este libro, no ha sido lo que esperaba, eso lo tengo claro, la historia prometía, tenía buenos mimbres, avanzaba de forma ligera, sin embargo al llegar al final me ha faltado algo, y no se explicar muy bien que es, quizás me había formado una idea diferente de esta historia, quizás no se conectar con las americanadas como yo las llamo, quizás me ha parecido muy previsible, cuando había material para que no fuera así, quizás me ha cojeado la investigación, ambos policías me han parecido muy irreales y la investigación en sí cogida en pinzas, quizás no haya conectado con ninguno de los personajes, salvo con Jeff, el único que me parece puro en esta trama.

Nos encontramos ante una historia narrada a tres voces y en dos tiempos verbales, una historia en la que nada es lo que parece y en la que todos los personajes tienen más sombras que luces, y ocultan fantasmas en el armario, todos tienen una cara oculta que termina saliendo a la luz.

Ryan nos cuenta en primera persona y en presente la desaparición de Miranda, su mujer, con la que últimamente tenía un desapego importante, el matrimonio estaba en crisis y los unía únicamente una situación económica más que delicada. No es un personaje que atraiga al principio y cuanto más avanza la novela menos simpatía despierta, más bien repele porque esconde tantos secretos que dificulta la investigación.

Miranda también utiliza la primera persona, pero su relato nos traslada al pasado, a los inicios de su relación con Ryan, y así el personaje a ojos del lector va perdiendo simpatías, la evolución de ese joven graciosete y atento al Ryan actual se nos va dibujando de forma siniestra, esa cara que esconde y que en un principio Miranda obvia y no le da importancia termina siendo una losa que la ahoga y le hace tomar decisiones que cambiaran la vida de ambos.

James Black es la tercera voz, narrada en tiempo pasado por un narrador ominisciente, esta es la parte que a mi más me ha interesado, quizás porque he vuelto a mis tiempos de estudiante, y quizás por ello también es la que más coja se me ha quedado, porque me hubiera gustado que hubiera ahondado más en las bambalinas de la cinematografía, en lo que se estudiaba en aquella universidad y no tanto en el escarceo de un estudiante y su profesora, la parte que más he disfrutado ha sido el rodaje de la película, y quizás también la que más me ha sorprendido, la que más ha sacado caras ocultas y maldades bien disimuladas.

Posiblemente James Black sea el personaje al que más he odiado a lo largo de la trama, es una persona tóxica para todo con el que intima, egocéntrico a más no poder, no hay forma de empatizar con él, ni en la trama pasada que protagoniza, ni en la presente en la que es un vértice completamente necesario.

Como contrapunto a Black, está Jeff, un hombre de su misma edad, que también ansiaba ser director de cine y cuya carrera quedó truncada incluso antes de despegar, un hombre un tanto especial cuya deformidad te causa un poquito de repulsión, hasta que sabes que se esconde detrás de esa apariencia y sobre todo cuando descubres que es la única luz entre tanta sombra.

El resto de personajes está un poco difuminado, el autor no ha entrado a fondo en ellos, no se caracteriza Javier por grandes descripciones, son los hechos los que conforman a los personajes,. por lo que si aparecen poco simplemente están esbozados.

Como podéis comprobar mimbres hay, sin embargo, a mi no me ha llegado a convencer la ejecución, no se le puede negar al autor maestría en el arte de engatusar y enganchar al lector, lo mantiene pegado a sus páginas, quiere saber más y más, descubrir el paradero de Miranda, saber porque Ryan oculta información a todo el que conoce, saber más de Miranda que en un principio se pinta como un verdugo para convertirse en víctima.

Puede que la novela avance tan rápido que haya giros que no sea demasiado verosímiles y otros sean demasiado previsibles para un lector avezado de thrillers, pero el libro cumple su cometido, entretiene y sobre todo tiene una gran legión de seguidoras que no pueden estar equivocadas, así que pienso que posiblemente el que este tipo de lecturas no me acaben de gustar esté el la punta del iceberg de que el libro no me haya llegado tanto como a otros lectores.

Nos encontramos ante una estructura aparentemente compleja, tres personajes unidos en el presente al que conecta el pasado del más mayor y para ello utilizan tres voces y dos tiempos verbales, con la primera persona logran que el lector se sienta parte de lo que cuentan, como si intimara con ellos, con el presente esta acción es más patente,y con el pasado tiende más a la confidencia, al te voy a contar un secreto y me lo guardas. Y para romper un poco ese clima intimo llega la voz en tercera persona, ese narrador que todo lo sabe y que conecta pasado y presente de los tres personajes, aunque sobre todo se centra en el pasado de James.

Y aún con esta estructura, el autor maneja una narración sencilla, sin grandes alardes literarios, retrata la realidad cotidiana, las desavenencias matrimoniales, el amor, el desamor, la venganza, los egos profesionales, y retrata muy bien tanto el esplendor como la decadencia de Hollywood, una ciudad en la que no todo brilla como el oro, aunque a la vista de la gente parezca así. Un mundo en el que hoy estas arriba y eres Dios y mañana nadie recuerda tu nombre, no puedo negar que esa parte me ha entusiasmado, que incluso las desavenencias matrimoniales me han parecido creíbles, pero el giro que dan las tornas me parece un poco forzado, con muchas casualidades que no me terminan de convencer.

Los diálogos dan agilidad y codidaneidad a lo que se cuenta, , la ausencia de descripciones contribuye a que la lectura fluya, los capítulos más o menos cortos que te dejan con la miel en los labios son todo un acierto que te lleva a ese un capítulo más solo, y se te va media tarde a poco que la tengas libre, o te pasas la parada del tren, metro o bus, o si te pilla cocinando da la comida por quemada. Es una novela muy visual, ante mis ojos pasaban los fotogramas, si en algún momento hacen una versión cinematográfica o una serie seguro que no se parece en nada a lo que yo me he imaginado.

Por ese motivo es un libro que se puede disfrutar después de una lectura larga y densa, porque te proporciona puro entretenimiento, al mismo tiempo que juegas con el autor y este juega contigo, si te gustan los thrillers psicológicos y lo americano no te echa atrás como a mí, será una lectura que disfrutarás mucho. Si no al menos te entretendrá unas horas y eso ya es mérito.


Conclusión:


Nos encontramos ante un thriller psicológico, narrado a tres voces en dos tiempos verbales, una trama que da varios giros que intentan en todo momento sorprender al lector, aunque conmigo no lo consiguieron, será que una ya tiene unos cuantos leídos y va encontrando las pistas que el autor va sembrando en el texto, que no es cuestión de sacarse en el último capítulo un as de la manga que no venga ni a cuento.

Los personajes son muy de andar por casa, con sus egos, sus malicias, sus pequeñas o grandes maldades, incluso sus bondades, una novela que trata del amor, del desamor, de la venganza, de la lealtad e incluso de la deslealtad, de hasta donde es capaz de llegar una persona por triunfar y por mantener a su lado a la persona amada y si ello no es posible que es capaz de hacer para que no sea de nadie más.

Todos y cada uno de los personajes son reconocibles, seguro que conocemos a alguien semejante en nuestro entorno, no nos cuesta imaginárnoslos y eso hace que el lector pueda conectar con ellos o no hacerlo en absoluto, yo soy de las que no he podido conectar con ninguno, salvo con Jeff.

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Ayer terminé de leer esta novela y a pesar de la cantidad ingente de fallos estructurales y de patinazos gramaticales, confieso que me atrapó. Es una pena que no se revisara o se escribiera con tanta prisa, de lo contrario alguien se habría percatado de que en los primeros capítulos Ryan tiene el vicio inglés de decir "tengo que admitir", que no es demasiado frecuente en nuestra lengua. Bien, pues en los últimos capítulos ese vicio se le va y en alguna ocasión lo adopta Miranda. Da rabia.
"Estar desolado" es muy francés y si se repite un par de veces en la misma página empacha.
Un título como "La gran vida de ayer" suena a "quiero pero, joder, no doy para más".
Todo esto se puede corregir. Así que animo a Javier a seguir escribiendo.
Gracias por los libros.

Una novela que te atrapa desde el minuto 1. Imprevisible, inesperada, adictiva, intrigante... Personajes que no son lo que parecen y sentimientos encontrados. Gran novela. 100% recomendable.

Como lo acabo de terminar de leer dejarme que os cuente un poquito , el ebook de un prologo que va directo a la cuestión con 52 capítulos colosales y un epílogo sublime , con una pluma que he visto mas centrada ,igual de maquiavélica ,pero con una sutileza divina en cada elemento que hace que te pierdas en los recovecos de esa vida idílica , la feliz pareja entre Miranda y Ryan. El autor suma puntos con cada obra , lo trabaja al extremo cada hilo de la trama , no deja nada al azar y aunque se lee con facilidad puedes perderte algo importante si no le das la importancia que merece, esa pericia en su forma de narrar va haciendo que la lectura crezca de intensidad, dando una sorpresa tras otra .
Vamos a tener dos hilos en el argumento importantes, dos cambios de tiempos entre 1975 y 2015 , un protagonista que he odiado desde el principio , una mujer desaparecida y un secundario sorprendente.Podríamos decir que el conductor entre todo el argumento es el cine , en concreto el trabajo de detrás de la cámara o incluso mucho antes , el de guionista, sin embargo la cuestión más allá de todo ello es mucho peor , la maldad del ser humano no tiene límites.Miranda ha desaparecido , Ryan no sabe dónde está , se agregan nuevos personajes ,James Black amigo y profesor de él , aparecen nuevos datos en la investigación , se descubren los secretos del matrimonio , salen otros nombres que no puedo contaros ,pero que va a ser imprescindible para el caso o encontrar a Miranda.El final cerrado y atado me ha sorprendido ,pero el pequeño epílogo es magistral , un cierre perfecto que hace que sea una obra de culto que todo lector adora leer, totalmente adictivo hasta la última página y que me ha tenido en vilo para descubrir TODO LO QUE SUCEDIÓ CON MIRANDA HUFF 💋💋💋💋💋
En conclusión es un thriller de máxima puntuación por una trama de dos hilos que convergen de manera esplendida ,por una protagonista que sorprende de manera sublime, por los temas actuales que cita con precisión y una pluma que crece con cada obra , sin dudarlo volveré a leer al autor , te sugiero que lo hagas tú también.
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Es un libro que me ha encantado desde la primera página te atrapa de verdad que lo recomiendo

Otro Thriller que me decepciona 😥.
No sé lo que me pasa últimamente, pero me cuesta encontrar un libro de este genero que me parezca que verdaderamente merece la pena 😟.
Por muy intrigante que pueda parecer la sinopsis, no me he sentido enganchada en ningún momento. No me he creído ni la historia ni a los personajes 🤦‍♀️.
Sé que no es una opinión muy popular, pero a mí no me ha gustado 😪.

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Javier Castillo, el autor de "El día que se perdió la cordura" vuelve por el blog. Tres de tres, diría que este autor en muy poco tiempo ha conseguido cautivarme con sus novelas.

Dejando atrás las anteriores, que en algunos casos tenían escenas bastantes fuertes, no es eso lo que nos vamos a encontrar en esta novela. Pero si unos personajes, al igual que en los anteriores, con un perfil claramente definido en el que cada uno aportará una parte muy importante a la historia.

La edición he de decir que es preciosa, tiene un tacto suave, con la portada en relieve las letras, y la calidad del papel y de la maquetación me ha encantado. Ha sido un verdadero placer perderse entre esta lectura.

Seguimos con una investigación policial, con una desaparición, con cadáveres, pero aquí nada es lo que parece.

La historia está narrada por todos los personajes principales en primera persona, que no son pocos, cada personaje tiene sus capítulos.

Cada personaje nos introduce en una parte de la historia, narrada siempre desde otro espacio temporal y en el tiempo ¿curioso verdad? Pues aún así el autor ha conseguido mantenerme en vilo durante toda la novela, y ha sido un sin parar de leer.

La novela consta de 449 páginas, que se distribuyen en un prólogo, 52 capítulos, y un prólogo que cierra el libro junto a los agradecimientos (esos que tanto me gustan leer).

La historia es intensa, no deja que respires, porque te mantiene en vilo durante toda ella. Esos cambios de tiempo, esos giros, cambios de personajes, no hacen sino que hacer de una novela una verdadera joya de la novela negra.

Os podría contar muchas cosas, pero son de esos libros que la esposa cuenta una versión, el marido lo ve de otra manera, el amigo se remonta a 30 años atrás, cada uno cuenta desde que se conocieron a fecha de la desaparición de Miranda y días posteriores.

¿Os apetece conocer que ha sido de Miranda? ¿Tiene su marido motivos para matarla? ¿O sigue viva?

Resumiendo, es una novela negra con todas las letras, que introduce un poco de policíaca en el caso de las investigaciones y que nace desde la pasión por el mundo del cine. Unos personajes que nos narrarán una historia difícil de olvidar. Sin duda, se cuela entre mis mejores lecturas de este año.
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Todo lo que sucedió con Miranda Huff es el tercer libro del escritor Javier Castillo, y también es el tercer acercamiento que tengo a este autor, pues anteriormente ya había leído sus otros dos libros: El día que se perdió la cordura y El día que se perdió el amor. El primero de ellos me gustó porque me pareció novedoso, pero el segundo en mi opinión seguía una estructura demasiado similar al anterior, por lo que me decepcionó un poco. Me lancé a leer este tercer libro porque quería saber si el autor había evolucionado y mejorado a la hora de desarrollar la trama. En general creo que se nota una mejoría, cosa que me alegra mucho.

En esta ocasión estamos ante una novela coral, que en lugar de seguir el trabajo de los investigadores como ocurría en sus dos novelas anteriores, sigue al marido de Miranda durante el transcurso de la investigación. El autor juega con los tiempos presente y pasado, de tal manera que tendremos la oportunidad de saber cómo se conocieron Ryan y Miranda y cómo eran sus primeros años de relación. También viajaremos más atrás en el tiempo para conocer la historia de James Black, un famoso director de cine. En este aspecto se nota que la trama está muy trabajada y que lleva mucho esfuerzo detrás, pero aún así, a mí personalmente no me ha conseguido convencer del todo. A pesar de jugar con los tiempos con la intención de despistar un poco al lector, creo que la historia es bastante predecible y el final no me ha sorprendido en absoluto.

En cuanto a los personajes, no he sido capaz de empatizar con ninguno de ellos, para mí ha faltado algo que resulta imprescindible, y es la descripción física de los personajes, la cual es muy escasa (si no inexistente). Sí que me ha gustado que los protagonistas tengan una personalidad más oscura y compleja, que guarden secretos y que mantengan una apariencia exterior diferente a como son en realidad.

En general me ha parecido un libro que cumple su función, que es la de entretener, pues se lee bastante rápida y fácilmente. Lo recomiendo sobretodo para personas que están comenzando a leer novela negra, porque creo que a este público sí que puede sorprenderle la historia que el autor nos cuenta. Sin embargo, para las personas que hemos leído mucha novela de esta temática puede resultar predecible y recordar a otros libros del género. A pesar de esto, me gustaría felicitar al autor por su clara evolución al crear una trama más compleja y dar más vida e interés a las historias secundarias.
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Por fin os traigo la reseña de la tercera novela escrita por Javier Castillo, el autor que se dio a conocer gracias al best seller El día que se perdió la cordura.


Esta obra supone un cambio con respecto a las dos anteriores, ya que no solo es independiente a ellas, sino que demuestra una clara evolución por parte del autor.


Si con El día que se perdió el amor me sentí algo decepcionada, sí que logré disfrutarlo lo suficiente como para seguir queriendo leer a Javier Castillo, y no me arrepiento en absoluto de haberlo hecho.


Nos hallamos ante una historia bastante más trabajada y elaborada, que en algunos momentos me recordaba a Perdida, de Gillian Flynn, pero con una serie de diferencias bastante claras, que daban originalidad a la obra. Los giros inesperados, los secretos de los personajes y la manera de unir las diferentes historias, hacen que esta novela adquiera un ritmo veloz y logre mantener la atención del lector en todo momento.


Gracias a los puntos de vista de Miranda y Ryan Huff, vamos a ir descubriendo la verdad oculta tras la desaparición de la protagonista, así como del oscuro pasado del famoso cineasta James Black. La historia de los tres personajes, estrechamente ligada gracias a los estudios de cine en la UCLA, deja ver más oscuridad que luz en una tóxica relación de tres que jamás debió existir.


A pesar de ser pocos los personajes que dan vida a la obra, estos son totalmente necesarios e imprescindibles, creados con cuidado y acierto por parte del autor, de un modo creíble, impecable y con la dificultad añadida de dotarles de unas personalidades tan marcadas, complejas y diferentes, quedando todas ellas muy bien definidas.


Los distintos saltos en el tiempo vistos desde diferentes perspectivas no resultan en absoluto aburridos o repetitivos, sino que arrojan luz a la historia y aclaran las dudas o teorías que el lector no puede evitar ir teniendo a lo largo de la historia.


Si hay algún momento en que la historia puede resultar predecible, Javier Castillo logra dar un giro inesperado a los sucesos, creando nuevos hilos de los que tirar, sin dejar de lado la credibilidad de la historia y dándoles una explicación lógica que logra dar mayor sentido a la historia.


Me ha gustado sobre todo esa forma de crear personajes grises, oscuros y con ese toque de locura que ya tanto caracteriza a los personajes de este autor. Los defectos y errores de los personajes los hace más cercanos y reales, y demuestra que no hay protagonista y antagonista, sino diferentes tipos de personas, que no son del todo "buenas" o del todo "malas".


Todo lo que sucedió con Miranda Huff es sin duda una novela que merece la pena leer, no solo "para pasar el rato", sino para meditar en aquello que valoramos y hasta qué punto merece la pena luchar por ello.