Ayer terminé de leer esta novela y a pesar de la cantidad ingente de fallos estructurales y de patinazos gramaticales, confieso que me atrapó. Es una pena que no se revisara o se escribiera con tanta prisa, de lo contrario alguien se habría percatado de que en los primeros capítulos Ryan tiene el vicio inglés de decir "tengo que admitir", que no es demasiado frecuente en nuestra lengua. Bien, pues en los últimos capítulos ese vicio se le va y en alguna ocasión lo adopta Miranda. Da rabia. "Estar desolado" es muy francés y si se repite un par de veces en la misma página empacha. Un título como "La gran vida de ayer" suena a "quiero pero, joder, no doy para más". Todo esto se puede corregir. Así que animo a Javier a seguir escribiendo. Gracias por los libros. |