El día que se perdió la cordura

Guau. El principio me dejó sin palabras y justo cuando las empezaba a recuperar el final me las volvió a quitar. Es la segunda novela de Javier Castillo que leo y su estilo me encanta. Además de cómo ha construído el misterio, me encanta cómo le ha dado ritmo intercalando partes de mucha tensión con partes más relajadas, pero siempre dejando algo para que tengas que seguir leyendo. ¡Ya mismo voy a empezar la segunda parte!

Este no es un libro hecho para contar muchas cosas de él porque cualquier cosa se puede considerar spoiler, así que con la sinopsis se entiende bastante bien por donde van a ir los tiros.

Es un thriller trepidante y súper adictivo, lo leí en una lectura conjunta sino, tengo claro que me lo hubiera acabado en un suspiro.
Me atrapó desde el primer capítulo y aunque es cierto que en los primeros capítulos no te enteras de nada, poco a poco se van desvelando los misterios y todo va encajando.

Los capítulos son ultra cortitos ,y van cambiando de personajes y también de tiempo y lugar , yendo hacia delante y hacia atrás en el tiempo.

Lo único que no me ha convencido es que dos personajes se enamoran demasiado rápido para mi gusto ( no diré mucho más)

Aun así creo que es un gran libro que vais a disfrutar seguro seáis amantes del thriller o no, que os sumergirá en una historia de intriga , acción,amor, odio, destino y asesinatos que os mantendrá en vilo hasta la última página

4,5/5 🌟
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Sobre la estructura del libro, deciros que está dividido en 89 capítulos y un epílogo. Todos estos capítulos son bastante cortos en general lo que ayuda a agilizar la lectura junto al lenguaje sencillo que utiliza el autor, aunque eso sí, la historia está narrado en primera persona por varios personajes, es decir, cada capítulo está narrado desde el punto de vista de un personaje y desde un momento en el tiempo distinto, pues hay unas tres líneas temporales, las cuales se diferencian bien al comienzo de cada capítulo. Se asemeja mucho al funcionamiento y estilo de un diario. A pesar de esto, sí que existe algún que otro capítulo narrado en tercera persona. Últimamente disfruto mucho de los libros que están narrados de esta manera porque siento que conecto mejor y más rápido con los personajes y, además, siento que los puedo conocer más que si el libro estuviese narrado sólo por un personaje y, además, poder ver la historia desde varios puntos de vista, creo que enriquece la lectura. El autor, por su parte, creo tiene una facilidad increíble para engancharte a la historia desde el principio, haciendo que no quieras soltar el libro hasta leer la última palabra.

Sobre los personajes, deciros que todos me han parecido bastante interesantes, pero creo que podrían estar muchísimo mejor construidos. Creo que aunque en general si que hacen su papel, creo que hay muchas actitudes de varios personajes que de vez en cuando pueden llegar a confundir demasiado y no llegas a comprender del todo por qué actúan así y, por consiguiente, tampoco llegas a entender del todo el papel que pueden tener en la historia. Además, otro punto negativo de esta novela es que el poco romance que hay en el libro, creo que está metido con calzador, es decir, creo que el autor ha querido meter una trama romántica pero no sabe hacerlo bien, por lo que esa parte de la historia me parece relleno puro y, en ocasiones, ha hecho que la trama perdiese un poco mi interés, pues hay escenas que no me han convencido para nada debido a ese aspecto.
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Con esta historia me encuentro en un término medio. Después de tantas reseñas, no lo he considerado ni tan bueno como lo pintan algunas personas, ni tan malo como lo pintan otras. La historia en sí me ha resultado bastante original y adictiva, y el hecho de que esté narrada en distintos tiempos y por diferentes personajes es un punto a su favor. Ahora, con la cantidad de fallos gramaticales que tiene y la incongruencia de muchas de las acciones de los personajes principales (sobre todo del cuerpo de policía), no puedo darle una puntuación mayor.

El día que se perdió la cordura es la primer parte de una bilogía de Javier Castillo, el cual me llamó mucho la atención por las buenas opiniones y reseñas que vi sobre él en diferentes redes sociales como instagrammers y booktubers. Este libro lo comencé en un viaje y prácticamente lo devoré, no podía dejar de leerlo y me intrigaba mucho descubrir la verdad detrás de cada personaje y lo que en verdad había pasado.

En este libro nos encontramos con tres historias en diferentes tiempos, y de personajes totalmente diferentes en cada capítulo, y que están relacionados de alguna forma entre ellos, que es lo que vamos descubriendo a medida que avanzamos en su lectura.
En cuanto a los personajes están muy bien construidos, pero me hubiera gustado conocerlos más a fondo, aun así son excelentes.

Es una excelente novela, donde vemos notablemente que al autor no se le escapó ningún detalle de su tintero, y donde encontramos gran cantidad de detalles escondidos, como por ejemplo, algunas expresiones que aparecen en varios libros de Gabriel G. Márquez, entre otros autores y referencias a la infancia del autor; lo que me pareció extraordinario, y una de las cosas que más me gustaron.

Tengo que aclararles que aunque se trate de un thriller, no es una historia común de asesinatos a los que estamos acostumbrados, sino que es una historia diferente con sucesos raros y giros totalmente inesperados que mantienen al lector atrapado hasta la última página y con millones de preguntas en la cabeza.

En resumen, El día que se perdió la cordura es uno de los mejores thrillers que he leído hasta el momento, promete mucho y verdaderamente lo cumple. Como dije anteriormente, contiene giros inesperados, uno detrás del otro, lo cual ayuda al lector a mantenerse atento a cada suceso y no lo aburre en ningún momento. Sinceramente lo recomiendo muchísimo, es una historia rápida de leer y se disfruta desde el primer párrafo, es un libro increíble.
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Había oído hablar de este libro, pero tampoco le había prestado atención. Fue mi madre la que me lo dejó y me animó a leerlo. le di una oportunidad porque me venía bien tomarme un descanso entre clásico y clásico, y no tenía nada mejor en ese momento.

Al leer unas 50 páginas me di cuenta de que la riqueza narrativa del autor es muy pobre, con un vocabulario escaso y repetitivo, y las descripciones de los personajes me recordaron a los fanfics que leía en mi adolescencia, es decir, personajes planos y anodinos. También localicé varios errores de ortografía, lo que me hizo pensar que el libro estaba autopublicado. Sin embargo, una gran editorial como Suma está detrás de su edición... En resumen, nada más empezar no me estaba dando una buena sensación, pero no quise ser quisquillosa y seguí adelante con la esperanza de que la historia fuera tan buena que me haría obviar todos los "peros".

El libro narra dos historias que, en apariencia, no tienen nada que ver. Una en 1996 y otra en 2013, y los capítulos se van alternando. Soy consciente de que este recurso se usa muchísimo en los thrillers y no es extraño encontrarlo también aquí, pero estoy tan cansada de que lo utilicen una y otra vez... Así que, lo siento mucho, he hecho trampas y primero he leído la historia de 1996 y luego la de 2013.

La historia de 1996 comienza de forma normal, con una familia que llega a un pueblecito para veranear y concluye sin tener ningún sentido. Sinceramente, esta historia se la podría haber ahorrado porque no aporta nada nuevo que no se explique en el resto de la novela.

En cuanto a la historia que se desarrolla en 2013, a su vez también se divide en otras tramas entre Quebec, Boston y Nueva York que saltan hacia atrás o hacia delante en el tiempo. El interés que puedas conseguir al terminar un capítulo se desvanece cuando el siguiente capítulo aborda otra línea temporal diferente.

Imagino que el autor tenía muy claro en su cabeza la estructura de este libro y, a veces, este recurso está bien para conseguir enganchar sin que se descubra la sorpresa final, pero en mi caso ha sucedido todo lo contario. Se me ha hecho muy pesado tener que leer "a saltos" y me he cansado de tantas vueltas, perdí el interés en la trama y esto hizo que las ganas de terminar el libro cayeran en picado. En más de una ocasión estuve tentada de dar carpetazo y abandonar, pero me mantuve firme a pesar de que la experiencia estaba siendo bastante mala.

En resumidas cuentas, este libro se presenta como una de esas películas de Antena 3 que emiten un domingo por la tarde, con unos personajes vacíos e insulsos con los que nunca llegas a empatizar porque dicen o hacen cosas absurdas (¿nos están persiguiendo para matarnos? pues nos abrazamos y a dormir), con incongruencias inexplicables (¿un psicólogo dirigiendo un psiquiátrico?), situaciones difíciles de creer (salto desde un tercer piso y no me hago daño) y el desenlace de los acontecimientos no hay por dónde cogerlo... Sinceramente, me sorprende que este libro haya recibido tantas buenas críticas.

El argumento sí es interesante, no lo niego, y el inicio es brutal. de haberse desarrollado con profesionalidad habría dado para un libro lleno de emoción e interés, pero no estamos en ese caso... No obstante, creo que mi decepción no es solo culpa del libro, sino también mía, porque he leído tantas novelas de crímenes y misterios que a estas alturas es difícil sorprenderme, y mucho menos un autor recién aterrizado en este género que todavía tiene que pulir mucho su estilo para resultarme atractivo. Cero ganas de leer la continuación.

Saludos ;)

Una historia en dos partes.
La primera, inquietante, en Salt Lake en junio de 1996, y la segunda, enorme, en Boston en diciembre de 2013. La acción se mueve entre tres escenarios, los dos primeros y Quebec, también en la Navidad de 2013. Esto crea una trama extremadamente compleja, incomprensible pero magistralmente compuesta, con hilos argumentales trabajados al milímetro en capítulos cortos y eventos en rápida sucesión. La situación en la que se encuentra el personaje principal es caótica, y debido a su naturaleza inusual y poco realista, es muy difícil de afrontar. El extraño e irracional comportamiento de algunas personas parece no tener explicación. Una vez que se entienden las razones y motivaciones, todo comienza a tener sentido. Un enfoque inteligente y toda la exposición de seguimiento que necesita. Javier Castillo lo mantiene a un gran nivel y no lo deja desvanecerse hasta el final. A veces, las historias impactantes e inquietantes parecen salvajes, locas o al borde de la fantasía. Pero en realidad no lo es. Todo razonamiento aparentemente imposible o inverosímil puede explicarse perfectamente por la irracionalidad. Desequilibrio mental, pérdida de control, irracionalidad, locura, habilidades mentales alteradas que causan eventos inusuales e inexplicables. Nos hace querer saber qué está pasando allí durante toda la novela en constante tensión.

Me fue casi imposible disfrutar de la lectura, la premisa es interesante pero el desarrollo era tan confuso con tantos saltos en el tiempo terminaba muy confundida con los personajes y francamente mientras más avanzaba menos interesada me sentía por la historia, no fue un buen libro para mi

Dedicarle unos minutos a esta reseña es una buena obra para advertir a otras personas de que no lean este libro salvo que sea gratis (préstamo bibliotecario, por ejemplo) y no tengan absolutamente nada mejor que hacer.

El autor sabe escribir español al nivel de un chaval de secundaria armado con un diccionario de sinónimos y mucha poca vergüenza. El libro está repleto de errores de puntuación muy graves, estructuras calcadas del inglés (a veces he llegado a preguntarme si estaba usando pasajes de alguna novela en inglés traducida a la buena de Dios), una prosa que en ocasiones recuerda a los folletines románticos, otras a novelas juveniles de baja estofa y otras a alguien que decide abrirse un blog y se pone a escribir como buenamente puede.

El argumento sí que es interesante, y en manos de alguien mínimamente capaz, habría dado una novela repleta de intriga y emoción, pero en manos de este hombre acaba siendo una historia ambiciosa que se le deshilvana por todas partes, con un final que en su cabeza seguro que molaba todo y que sigue adelante porque, como no está documentada, nadie necesita seguir ningún procedimiento ni actuar con algún atisbo lógico. Los personajes son clichés con patas de una bidimensionalidad que asusta, descritos de manera pobre, que actúan en función de la historia que quiere contar el autor y no en virtud de su (inexistente) personalidad y que sueltan diálogos casi risibles repletos de convencionalismos del género.

Al final del libro, el autor agradece el inmenso trabajo de edición de su editora. A la vista del resultado, me asusta muchísimo pensar cómo sería el manuscrito original antes de que intentaran hacerlo lo más legible posible, y la cantidad de errores de gramática y puntuación que contenía si la novela publicada presenta las cantidades ingentes de fallos que saltan a primera vista.

En resumen, si no te importa que un libro esté mal escrito y puntuado, te encantará este libro por su trama y cantarás sus alabanzas y las del autor. O si te lo tomas como un divertimento, de la misma forma que uno puede ir a un festival de cine cutre sabiendo a lo que va, pues también disfrutarás una lectura ligera en la que te lo vas a pasar igual de bien con la historieta que sacudiendo la cabeza y riéndote cada vez que leas algo que dé vergüenza ajena (lo malo es cuando pienses que a este tipo le han publicado esto y le han pagado por ello...).

Hoy os traigo el primer libro publicado de Javier Castillo. Ya he leído otros libros anteriores del autor, pero de momento este es el que más me ha gustado, de momento.

En esta novela volvemos a encontrar a varios narradores que poco a poco y cada uno desde su punto de vista completan el puzzle del hecho que lo desencadena todo. Y no se puede explicar mucho más sobre la trama, pues la historia está tan fragmentada que todo lo que digas puede caer en spoiler.

Puedo decir que la historia se cuenta en dos tiempos, en 1996 con una familia llegando a Salt Lake para pasar el verano. Y en el 2013 con la detención de un hombre desnudo y ensangrentado en la calle.

Tiene al menos seis narradores, y uno de ellos repite contando momentos distintos de la historia. Los capítulos son cortos, haciendo que la novela tome velocidad y ritmo. A partir de la segunda mitad, la trama toma un cariz que hace difícil abandonar la lectura. Y aunque hay una parte de la trama predecible desde la mitad del libro, para nada te esperas el otro giro.

Además, el epílogo, deja un final abierto y que te incita a leer el segundo libro para poder completar toda la historia.

Pero también tengo que decir, que me ha costado bastante hacerme a la historia. Que mientras lees, quieres seguir leyendo, pero que al dejarlo no te llama a retomarlo pronto. Y eso hace que le baje esas décimas.

Es una novela muy entretenida y que se leer bastante rápido. Podría decirse que de los libros que tengo leído del autor este es el que más me ha gustado.

Tal y como termina el libro, tengo curiosidad por saber como continua la historia y quienes serán los personajes protagonistas.
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